Lo amaba con amor profundo y tierno, pero él no me correspondía,
era un ladrón sin alma, un hombre de avería.
Mientras tranquilo lubricaba su arma, desnudo sobre la cama, me miraba
y se sonreía, quien sabe que cosas pergeñaba su mente podrida, se masturbaba
lentamente y retrasaba el final como una lenta agonía.
Los días pasaban breves, pero por las noches brutalmente me poseía, le gustaba
el sexo anal y todas las porquerías, parecía como si el ocio motorizaba sus
pensamientos cada vez mas retorcidos.
Un día trajo un cómplice y entre los dos se montaron una orgía, me arrancó la ropa y me bofeteó para que los dejara penetrar una y otra vez me desfondaron, luego,
mientras de dolor me revolvía, al unísono sin compasión gozaron de mi interior
uno de abajo por delante me sometió y el otro por detrás me desfloró el ano entre gritos de alegría, acabaron sin piedad, me sentí sucia una porquería.
Se desentendieron de mí y empezaron a planear el robo a una joyería, yo tirada en la cama gemía pero no perdía detalle del plan que allí se urdía.
Salieron a robar y prestamente llamé a la policía, pasaron las horas y al ver que no volvía empecé a sentir una inmensa alegría.
Sonó el teléfono y era él que me decía, - ven no me abandones, me pilló la policía-
Vivir sin ti bien sabes que no puedo, trae dinero, no dejes que me encierren en una celda fría.
Yo meneaba la cabeza y con la voz a todo que sí le decía, - espérame a las nueve-
Me vestí lentamente con la mejor ropa que tenía, cogí el dinero y salí de casa, pero en el camino por esas cosas de la vida me crucé con un desconocido que resultó ser el jefe de policía, que me invitó a cenar y ya en la discoteca, reí y bailé,
tomé cava como hacía mucho tiempo no lo hacía, le pregunté por él, riendo me
respondió: -no te preocupes va a estar en buena compañía, los presos hacen enseguida buenas migas-.....
Eran las doce de la noche mientras bailaba y me divertía me pareció escuchar un grito que desgarraba la lejanía, y o casualidad provenía de la comisaría.......


martamarques