No crea que todo lo que les voy a contar es verdad, pues soy hijo del diablo, y el diablo es padre de toda mentira. Así que me gusta mentir, lo disfruto, lo aprendí de mi padre. Una cosa que comprendí muy temprano era que a veces ser mentiroso es mejor, pues cuando decía la verdad me pegaban sin compasión, así que juré jamás decir la verdad. Desde entonces he salido airoso en casi todas mis situaciones. Cuando decimos la verdad la gente no nos quiere creer, ahora les endirgamos una mentira y todo termina felizmente. Así que no me culpen sin llegan a la conclusión de que mi historia es tan falsa como yo. No se preocupen, estoy acostumbrado, es más lo disfruto mucho. Eso me hace sentir feliz, pues sé que todavía hay personas en este mundo que no pueden ser engañadas. Pero vamos al asunto de mi historia. Quiero que sepan que mi amigo, que dice que es escritor, me pidió que le permitiera contar la misma. Pero le di un rotundo no. No quiero que mi historia está adornada por imágenes, ni metáforas, ni de esos recursos del estilo que tienen los que son hábiles con las palabras. A veces no entiendo un carajo de lo que escriben, parece que utilizan un lenguaje extraterrestre...por mi madre que una vez leí los poemas de un amigo y no entendí ni un coño... así que la historia va como la viví, sin mañas, sin adornos, sin tapujos... Primero quiero que sepan que no soy un pato callejero, pues desde el mismo día en que nací ya mi pinguito se paraba con sólo verle los pechos a la enfermera. Una vez fui a una feria y estuve con mi lanza parada todo el tiempo, sólo tenía diez añitos. Mi madre me dio una pela, pero aun así el condenao pajarito no se dormía. Mi primera víctima fue una prima hermana, era un bombón, una hembrita rica, muy bien formada, muy delicada la nena. Tenía la pobre como diez años. Desde entonces no resisto a una hermosa mujer, aunque les soy sincero, me ha ido de maravilla con las feas y las gordas... vaya, la naturaleza las premió con el arte de amar... Bueno dejemos de tanta basura y vamos a lo que venimos. Sé que a ustedes no les importa lo que les voy a narrar, pues eso es su problema, nunca me ha importao lo que digan los demós, sólo escucho la voz de mi conciencia y eso ocurre solamente cuando me conviene. Las personas no pueden con sus vidas y quieren vivir las vidas ajenas, como si eso les hiciera feliz. Por eso nunca me he confesado, ¿qué le importa al cura lo que hice?, total, Dios sabe todas las cosas. Por eso me echaron de la iglesia, mis padres querían que fuera a confesar mis pecados y cuando le dije al cura que el primero que tenía que confesar sus faltas era él, pues sabía lo que hacía con Juaco... Mi padre me rompió la boca y me estuvo dos semanas encerrado, desnudo y con agua y pan. Pero nada de eso me cambió. Cada cual es como vino al mundo, cada cual vive como desea vivir, así que me importa un coño que me lean o terminen de curiosear con este relato. En verdad estoy hastiado de hacer las cosas para que la gente diga que están bien hechas. Tenía 14 años cuando descubrí que mi padre abusaba de mi hermana y cuando tenía 17 sorprendí a mi madre con mi hermano menor. Desde entonces guardé ese secreto hasta ahora que se lo digo a ustedes. Mi madre se las pegaba a mi padre con todos los jardineros del pueblo y mi padre se las pegaba a mi madre con todos los cueros del vecindario, hasta me enteré que le daba brocha a Julito, la loca del caserío. Es posible que ustedes concluyan que de ese ambiente corrompido no podía salir nada bueno, eso pensé al principio. Creía que estaba condenado, determinado a ser como mi familia. Recordaba las charlas del profesor: _"Somos determinados por la herencia y el medio ambiente"...en un principio creí todas esas tonterías. Si aceptaba tales cosas estaba aceptando que somos un muñeco, que no tenemos voluntad y que el libre albedrío es una gran mentira... Esos pensamientos cambiaron cuando leí un poema que decía:"PPorque veo al final de mi rudo camino/que yo fui el arquitecto de mi propio destino"... Ese poema cambió mi vida, dejé de ser lo que era y me convertí en un ciudadano ejemplar. Pero como siempre, la gente no pedona. No importa que cambies, siempre han de dudar de uno. Si eres pillos, pillo serás, no importa que digas que Dios te ha cambiado. Si eres tecato, tecato serás... Por eso el rey David pidió que lo juzgara Dios, y no el pueblo...Dios perdona y jamás se acuerda de nuestras rebeliones... Dios tiene misericordia, la humanidad, no... Así, que aunque hice de mi vida una de respeto por los demás, los demás se encargaron de lanzar el lodo, el cieno, el fango, se dedicaron a sembrar las calumnias, donde me veían los pies, me querían ver la cabeza. Yo, un ofensor de los ciudadanos serioss y respetuosos de mi barrio, quise cambiar. Visité al cura y me excusé.¡Qué te perdone Dios!-me dijo fríamente- Le llevé flores a mis padres, quienes habían muerto en accidente. Iba todos los domingos al cementerio a llevarles flores...saludaba a los patos del caserío y les mostraba respeto, pues aprendí que ellos tenían el derecho a vivir de acuerdo a sus pensamientos... Les juro por los huesos de mi madre, que en verdad quería cambiar, pero el mundo me forzó a ser malo de nuevo, a ser cruel, a ser mentiroso, a vivir de los demás, a clavar a cuanta mujer me encontraba en el camino, mi especialidad era romper los matrimonios felices, me encantaba, si yo no era feliz, pues nadie lo iba a ser mientras tuviera vida... Era tanto el veneno que abrigaba mi alma, que odiaba a todos por igual. Mi vida era como el bagazo de la caña, me sentía completamente vacío. Caminaba como un sombí por los callejores, hambriento, sediento,semi desnudo. No había un espacio para mi vida, todos me despreciaban. Descubrí la falsedad de los religiosos. El cura me echaba de los escalones de la iglesia, los cristianos me echaban cuando me acercaba a escuchar la palabra de Dios. Me sentía como un estorvo, como un leproso, como algo pestilente... Mi círculo social eran mis panas, hombres y mujeres desechados por la sociedad, enfermos podridos, enfermos que ya habían perdido la fe en la vida, sin esperanzas, condenados a la más horrible y solitaria muerte. Pero allí nos escuchaban, era una cumbre de los seres nacidos bajo el signo de la mala suerte, si los presidentes del mundo se reunían para hablar "mierda", pues nada hacen por acabar con la pobreza, el hambre, la enfermedad... ellos hablan de las bondades de la guerra y nosotros de la vida, éramos como los filísofos griegos hablando de lo que no conocemos, hablando de la vida, la muerte, el tiempo, las injusticias... todos borrahos, todos apestosos, todos arruinados pero hablando como elocuentes oradores... Yo apenas murmurada... callaba, me tragaba las palabras, las ideas, los pensamientos. Pero lo que está de pasar pasa y muy pronto iba a cosechar el fruto de lo que sembré. Me echaron a la cárcel injustamente, me condenaron de por vida a estar detrás de unos barrotes, sin causa... Pero quién le va a creer a un pordiosero, a un pobre infeliz como yo, a una alma en pena que no encuentra descanso. Nadie me creyó...Nadie me creyó... la mentira una vez más vence a la verdad... Una noche me sorprendieron camino al cementerio, tenía deseo de platicar con mis padres, le había preparado un ramo de flores silvestres, pues, no sé, hasta cierto punto me sentía culpable de su muerte. Fui detenido por una patrulla bajo la sospecha de asesinato. Habían encontraba a una mujer violada y asesinada muy cerca de donde estaba..¡Arrestaron al violador de las sombras! Esse fue el titular en todos los medios de noticias... Fui condenado... Pero después de todo me hicieron un favor. Ahora tengo tres comidas, medicina gratis, veo televisión, trabajo y he comenzado a estudiar... Ya no apesto como antes y tengo buenos amigos aquí en el penal. Sé que no soy el único inocente tras las rejas. Jesús fue condenado a la muerte sin causa alguna... Aquí he comprendido muy bien los versos del poeta:¡Porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino!