A la verga del viejito de mi jefe, no le deje ni una sola gota de semen, todo me lo había tragado; al tragarlo sentí perfectamente como recorría mi garganta lo caliente de su leche; yo le seguía succionando para querer sacar mas de su delicioso néctar, yo metía mi lengua entre la cabeza de su verga y el piel que lo cubre, pues no tiene hecha la circuncisión, movía mi lengua con movimientos circulares recorriendo cada milímetro de su glande; de ves en cuando ponía dura mi lengua para tratar de meterle la puntita de mi lengua por el orificio de su verga; el viejito de mi jefe me dijo “niña, ahora si viene lo mejor”, con mucho cuidado me tomo con sus manos de la barbilla y me hizo la cabeza hacia atrás sacándome lentamente su enorme verga de la boca, la cual no se encontraba completamente flácida pues aún tenía erección.

Como quien levanta a un recién nacido, el viejito de mi jefe me fue incorporando lentamente hasta ponerme de pie, mis tetas estaban completamente al descubierto, solo sostenidas un poco por el bracier que permanecía debajo de ellas; lentamente bajo sus manos de mi barbilla, hasta tomar con sus manos mis manos y me las puso cual soltado en la orden de firmes, volvió a subir sus manos hasta mi barbilla y me fue recorriendo el cuello, luego pasó ambas manos por mis hombros y brazos asta llegar a mis codos en donde se encontraban los tirantes de mi bracier y mi blusa; simultáneamente fue bajándolos, yo le ayude doblando un poco mis brazos para que pudiera sacar mis tirantes y blusa. Una vez fuera los tirantes y blusa de mis brazos, los bajo hasta mi cintura, la cual la recorrió con ambas manos a la vez que acercaba mi cuerpo hacia el, por haber estado agachada en la posición en la cual me cogió por la boca, mi faldita se encontraba completamente arriba, dejando ver mis muslos y el triangulito transparente de mi tanguita.

Al acercar mi cuerpo hacia el, flexionó un poco sus piernas ya que él es más alto que yo y me apretó fuertemente contra el, mis tetas se encontraban completamente oprimidas contra su cuerpo y su enorme verga se abrió paso entre mis muslos a la altura de mi conchita, la cual se encontraba completamente empapada de mis jugos vaginales por los orgasmos que me había hecho sentir, lo que permitió que su enorme verga no tuviera dificultas de resbalar entre mis piernas, a la vez que me apretaba contra su cuerpo, su enorme verga entraba en mis muslos cual broca taladrando un trozo de mantequilla, sus manos desabrocharon mi bracier, con una de sus manos me aprisionaba contra su cuerpo y con la otra recorría mi espalda cual larga es, a la vez que hacía movimientos como si me estuviera penetrando, yo apretaba mis muslos para sentir su enorme verga que entraba y salía de ellos, rozando mi conchita a cada embestida que me daba, su mano dejó de acariciarme la cintura y fue directamente a mi conchita, sin dejar de embestirme con su verga, comenzó a acariciarme la conchita por encima del triangulito de mi tanguita, de una forma maestra, metió dos de sus dedos entre mi conchita y su enorme verga, la cual ya se encontraba completamente erecta y con las embestidas, el tronco de su verga abarcaba completamente mi conchita, al grado que el glande de su verga llegaba a la altura de mi culito, el cual solo lo separaba el hilo de mi tanguita, colocó sus dedos sobre mis labios vaginales, permitiendo que el tronco de su verga y el hilo de mi tanga rozaran perfectamente mi clítoris, sus dedos abrían mis labios vaginales para que su verga se encajara en ellos mientras la cabeza de su verga acariciara mi culo, como dándole pequeños besos a mi culo, con sumo cuidado con sus dedos retiró el hilo de mi tanga de la ranura de mi vagina y con ambos dedos aprisionó fuertemente mi clítoris, arrancando de mi garganta un “m”, al escuchar el viejito de mi jefe tal sonido de mi garganta, soltó su mano de mi cintura y tomó una de mis manos llevándola hacia mi conchita, la cual se encontraba con su otra mano aprisionándome el clítoris y rozándome los labios vaginales con el tronco de su verga. Con sus dedos me abrió mis dedos y la puso por enzima de su mano con la que me aprisionaba el clítoris y lentamente fue sacando su enorme verga erecta de entre mis muslos, la cual fui recorriendo con mis dedos, hasta tenerla en mi mano; por fin tenía en mi mano la verga de mi jefe, gruesa, grande, dura, mojada por mis jugos vaginales; acomode mi mano para poderla empuñar como si fuera un embase de refresco, mi mano no le cubría ni una cuarta parte de su enorme verga; mi jefe al sentir que tenía su verga en mi mano, aprovechó para introducirme de un solo golpe sus dos dedos en mi vagina, a la vez que con su otra mano volvía a aprisionarme contra su cuerpo por la cintura, aproveché la libertad e mi otra mano para agarrarlo de las nalgas y el viró un poco a su derecha para darle mayor holgura a su verga, lleve mi mano con la que le sostenía la verga hacia el glande y le apreté la cabeza fuertemente, comencé a masturbarlo lentamente, no quería que volviera a eyacular, quería sentir por mucho tiempo aquella verga en mi mano, así de dura, tiesa, cual tronco de un roble, mi mano a duras penas alcanzaba a sujetar el grosor de aquel enorme trozo de carne. Mi jefe metía y sacaba sus dedos de mi vagina a la vez que acariciaba mi clítoris, el cual se encontraba completamente duro de placer.

Espero mayores comentarios para continuar con la QUINTA PARTE.