Para quién aún no lo sepa, me llamo Pilar, y desde hace poco tiempo escribo relatos los cuales son totalmente ciertos con mi hijo, al cual ya conocen, se llama Raúl.

Estábamos a mitad de mayo, hacía un calor sofocante, y ya entraban ganas de darse un buen chapuzón en la piscina. Así que aprovechando que tenía el día libre en el trabajo, me fui de compras para darle una sorpresa a mi hijo que no sabía nada. A media mañana me fui de tiendas buscando bikinis para el verano, no sabía muy bien que cogerme, así que fui mirando, fui tienda por tienda, buscando alguno que me gustara, llegué a una tienda que tenía ya casi toda la ropa de verano, y me dirigí hacia la zona de bikinis, encontré uno azul con flores que me gustó así que fui busqué mi talla y lo cogí, después fui por varias tiendas pero no encontré nada que me atrajera lo suficiente como para comprarlo, hasta pasado un tiempo, donde encontré otro bastante mono, amarillo con listas de colores, casi había pasado la mañana, estaba cansada y solo había encontrado un par de conjuntos de baño, cuando ya me iba de vuelta a casa, encontré una tienda, la gente no paraba de entrar y salir de ella, estaba a rebosar, así que no me lo pensé y entré, estaban de rebajas, así que empecé a buscar alguno que me atrajera, entonces, lo pensé, lo había encontrado, tenía frente a mí estilos preciosos que por fin me atraían, me gustaban los colores vivos e impactantes, como el amarillo, el azul o incluso el rojo, encontré una par de ellos que me encantaron así que los compré, mientras me dirigía a casa, solo pensaba en descansar, estaba sofocada y hacía un calor horroroso. Nada más llegar a casa, me dí una ducha fresquita, y poco tiempo después llegó mi hijo a casa. Salgo de la ducha pues como siempre, desnuda, y voy a mi habitación a ponerme algo, saqué un tanga y puse el sujetador en el cesto de la ropa sucia, dejándome los pechos al aire, y me puse un vestido corto transparente como me suelo poner cuando estoy en casa. 

Raúl me preguntó sobre que tal me había ido la mañana y que si había hecho algo interesante, le respondí que había ido de tiendas y que me había cogido un par de modelitos de baño y que luego se los enseñaba, asintiendo con la cabeza. A media tarde, me fui a probarme los bikinis que me había cogido y que ahora se los enseñaba, para que viese como me quedaban, en la habitación me quité el vestido, y me puse el bikini mientras cogía el otro de la mano, y fui al salón donde estaba mi hijo esperándome, me puse delante de él y me miró, acto seguido me cogió de la mano y me dio media vuelta, para ver cómo me quedaba por detrás, se quedó callado unos segundos como si se hubiera quedado mudo, y me dijo que le gustaba como me quedaba, entonces, (delante de él) me quité el que me había puesto y me puse el otro, este tenía la parte de abajo más corta que el otro aunque a mi hijo le gustaron. Le pregunté:

Mamá: ¿te gustan?

Raúl: Si. Te quedan muy bien 

Mamá: voy a cambiarme ahora vengo ¿vale?

Noté como Raúl se calentaba, era normal, me había visto en bikini y además me había desnudado delante de él, era lógico. Me puse otra vez la ropa de estar en casa, osea el tanga y el vestido desde que me había probado los bikinis mi hijo estaba despistado, pesando en algo, sabía que era sobre lo del bikini, entonces, me fijé en su polla, la tenía que parecía que se le iba a salir en cualquier momento, aunque lo dejé estar. Por la noche, me tocó hacer la cena, mientras la hacía, entró Raúl en la cocina, me miró varias veces, puso la mesa para cenar, mientras terminaba de cocinar, observé como a mi hijo le volvió la erección, estaba algo inquieto durante la cena, cuando terminamos de cenar, yo fregaba mientras el quitaba la mesa, terminó de limpiar todo mientras yo terminaba de fregar los platos, Raúl se acercó a mí, y me empezó a manosear los pechos, sacándomelos del vestido, yo a su vez le metía la mano dentro del pantalón, tenía la polla casi fuera del calzoncillo, le cogí de la mano y fuimos al salón mientras que el no dejaba de tocarme los pechos, al entrar en el salón, me soltó la mano, y aproveché para quitarme el vestido, estaba desnuda frente a él, así que me puse de rodillas y le empecé a masturbar, mientras que él me tocaba los pechos, después, se tumbó en el sofá, le empecé a masturbar lentamente, metiéndome su deliciosa polla en la boca hasta el fondo, después, se levantó del sofá, estábamos los dos pegados el uno al otro, así que mi hijo aprovechó el momento y me pasó la mano por el coño en varias ocasiones seguidas, tenía unas ganas enormes de que me penetrara me había puesto súper excitada, entonces le dije que esperase un momento que iba a por un preservativo pero en vez de esperar, se acercó a mí y me volvió a pasar la mano por el coño metiéndome dos dedos para masturbarme, empecé a gemir con unos gritos estremecedores de placer, mientras me tocaba los pechos. Fui a por un preservativo, y nada más ponérselo me metió el pene lentamente por el coño, notaba como entraba, me gustaba, a continuación, empezó a penetrarme, mientras lo hacía, me cogió los pechos y siguió tocándolos, sabía que eso era una de las cosas que más excitada me ponía, Después, los dos nos levantamos del sofá, mientras mi hijo me miraba durante unos segundos como me tocaba el coño, se acercó y me pasó la lengua, acto seguido, me penetró por el ano mientras me apoyaba con las rodillas en la cama, mi hijo me estaba dando un completo placer, no podía dejar de gemir, me encantaba. Unos instantes después, me sacó el pene del ano con suma delicadeza y se masturbo hasta correrse en mis pechos y la cara.