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Categoría: Incestos

El tattoo 2

Sé que las segundas partes siempre fueron malas, no pretendo que esto sea diferente, sólo es la continuidad de las locuras de mi madre, mi hermana y mi abuela con los tatuajes. Solo para recordar describo brevemente la situación anterior.



Familia normal, madre, hijo, padre, hermana y abuela, las mujeres todas putas.



Yo termine mis estudios y decido trabajar haciendo tatuajes. Mi madre con un cuerpo espectacular me pide que le haga un tatuaje en su hermoso culo, sobre una de sus tambaleantes nalgas, un lindo beso color rubí, autorizado por el amargo de mi padre, aunque mantuvimos con mi madre en secreto el autor del tattoo y le dimos el crédito a una imaginaria amiga que inventamos con mamá.



Mi madre y mi padre se van de vacaciones y nos dejan a mí y a mi hermana solos en casa, oportunidad que aprovecha mi hermana para pedirme que le avise a mi amiga, imaginaria aunque ella no sabía, que le haga un tatuaje que quería desde mucho tiempo atrás.



Mi abuela nos sorprende un día con una visita en nuestras vacaciones, unos de los temas que tocamos en medio de una conversación normal, fue el de los tatuajes, inducida por la curiosidad y el interés de mí hermana. Una broma llevó a la otra y la curiosidad de mi hermana no sólo reveló un intrigante tatuaje que llevaba en su culo, sino que revelo su entrenado agujero, ano que impregnó mis retinas, tema que retomaré más adelante.



Como mi amiga no existía, encontré la oportunidad de tatuar a mi hermana y como ya era una obsesión en la rama femenina de mi familia, me pidió uno en su culo y vagina, una bonita araña que expelía su tela para formar una telaraña con centro en su ano. Una idea loca, pero mi hermana se había obsesionado y yo no la quería contradecir. El tatuaje y la calentura hicieron que le estrenara el agujero, su apretada escarapela fue tomando la forma de un verdadero agujero.



Las vacaciones de mis padres terminaron, mi hermanita le muestra orgullosa a mi madre el tatuaje, la mayor sorpresa para mi madre no fue éste, sino quien se lo hizo, yo. Cuando mi madre me enfrentó me dejo una duda planteada, me dijo que quería que se lo dejara como mi abuela, desde acá comienza el relato.



Mi abuela, Abu como le decíamos con mi hermana, como ya les conté, para sus 63 años tenía un cuerpo espectacular, era muy alegre y no tenía vergüenza con su cuerpo, cuando mi hermana la sorprendió bajándole la bombacha de golpe nos dejó expuesto su agujero, su dilatado ano, yo quedé hipnotizado, mi hermana no le dio mucha importancia, aunque le haya enterrado el dedo, era parte de un juego. Recordaran que su tatuaje lo señalaba con un “INSERT COIN” y ella le echo la culpa a una locura de su juventud. No indagué en los deseos de mi madre, en ese momento lo relacionaba con este agujero, pero estaba dispuesto a sacarme la duda.



Eran épocas de vacaciones y yo ya me había tomado unos días en el trabajo, en los cuales le hice el tatuaje y el culo a mi hermana, ahora comenzaba la rutina del trabajo.



Mi abuela me comentó un día que necesitaba correr unos muebles en su casa, yo sin dudar le respondo que la podría ayudar. Sería una buena excusa para darle a mi socio en el trabajo, así me podría ausentar. Llega el día y voy a su casa. Era un día caluroso como la mayoría de los de verano, su casa era grande, ella la cuidaba mucho. Hacia unos años que estaba viuda y por lo que yo sabía, según contaba mi madre, ella tenía amigas de su edad con las que salía pero yo nunca prestaba interés en sus historias.



-Hola Abu.



-Hola A como estás (les quiero recordar que “A” era mi nombre ficticio, “B” el de mi hermana y “C” el de mi madre)



-Bien Abu, te vengo a ayudar con el mueble.



-gracias, me hace falta un hombre en casa, y tú ya eres uno bien fuerte y puedes ayudar a esta viejita



-jajaja no todas las viejitas tienen ese cuerpo.



-jajaja no me conociste cuando era joven



-¿eras como mamá?



-si parecida, pero en esa época no hacíamos tanta gimnasia como hace tu mamá pero yo me mantenía en forma por mi trabajo



-¿tu trabajo?



-sí, trabaje un tiempo en la industria del cine



-¿Qué eras una actriz de cine de acción?



-bueno, algo por el estilo.



-pero filmaste alguna película



-sí, algunas, pero ya no existen más, eran muy malas



-¿no quedó ninguna?



-bueno, bueno, hablemos de otra cosa ¿me ayudas con el mueble?



-Sí Abu



Me sorprendió que no quisiera contarme más sobre su vida como actriz, pero no quise molestarla. Subimos a la planta alta donde había un cuarto pequeño. El mueble que había que bajar no era muy grande así que entre los dos podríamos bajarlo sin dificultad. Ella me dijo que iba a buscar unas sogas para poder tomarlo de forma apropiada y para hacer menos esfuerzo. Mientras espero miro las paredes y veo fotos pegadas y algunos afiches, eran de películas viejas, parecían películas eróticas o porno de su época, no mostraban mucho algunas chicas desnudas, abrazadas a un negro o con algún hombre de bigotes, hasta que uno me llamó la atención, la película se llamaba “El juego de O”, título extraño pero cuando vi la imagen quedé paralizado, era un primer plano del tatuaje de mi abuela, “INSERT COIN” y la flecha apuntando el agujero, agujero que no se mostraba en su totalidad, sólo en un 5%, para alguien que no supiese sólo era una pista para su imaginación, supongo que en esa época las cosas no podían ser tan explicitas.



Llega mi abuela con la soga, pero no le digo nada, no le pregunto, tal vez por vergüenza, miedo de su reacción, no sé. La ayuda con el mueble y lo bajamos, después me invita a comer, conversamos de varias cosas, de mi hermana y de mamá, pero no me atreví a tocar el tema. Nos despedimos y le dije que cuando quiera me llame para ayudarla.



Me fui pensando todo el viaje, quería investigar, indagar sobre mi abuela, sólo tenía un dato, el título de una película.



Llego a casa y mi madre estaba mirando televisión recostada en el sofá, se encontraba vestida sólo con la bikini con el que tomaba sol, la miro me saluda y trato de no pensar en su cuerpo, tenía que llegar a mi habitación para investigar por la red.



En el buscador más conocido pongo el título y sólo obtengo magros resultados, todas referencias a juegos, después de asociar varias palabras encuentro una pista, no muy clara. Hacía referencia a una película de 1974, porno, también indicaba algunas de las categorías que incluía, sexo grupal, lesbianismo, fisting anal y vaginal. La foto era la del afiche que vi en lo de mi abuela, el nombre de los actores era sólo de mujeres, no conocía ninguna, nombres ridículos como Vicky Pussy, Sus Anal, Gloria Orton, etc, ningún nombre asociado a mi abuela, seguí leyendo y encuentro conocido el nombre Robert Pactón, si era el nombre de mi abuelo, figuraba como director, productor y guionista, quería saber más. Nunca me hubiera imaginado la profesión de mi difunto abuelo, sabía que era documentalista y bastante reconocido, hasta tenía algunos libros escritos de antropología. Mi curiosidad me obligaba a seguir buscando y mi calentura por ver a mi abuela no me dejaba parar. Pasaron tres días en los que no pude encontrar rastro, sólo algunas referencias, hasta que en una perdida página rusa en lo que parecía ser algún directorio de películas vintage, encuentro la película completa.



Por lo menos dos o tres veces por semana, yo y mi hermana, nos encontrábamos en su habitación y teníamos relaciones sexuales, era en lo que habíamos quedado desde la primera vez, y siempre en silencio mientras dormían en la otra habitación mis padres. Espero la soledad de la noche para ver la película, era un día en que mi hermana no estaría en casa.



Apago la luz, busco la página guardada y bajo la película. La historia no era muy diferente a muchas porno, comienza en un convento, una monja con algún cargo superior estaba retando a dos pupilas del convento, luego del reto obliga a las dos chicas a levantarle el hábito, no llevaba puesto nada abajo, la primera se agacha y la obliga a chuparle la vagina, luego toma del pelo a la otra y le pide lo mismo, ahí me doy cuenta que ésta casi adolecente rubia era mi abuela, no la pude reconocer de inmediato pero en el primer plano me di cuenta que era ella, yo paraba la imagen y me pajeaba.



La película sigue casi como una típica de lesbianas, la calidad de las imágenes no eran muy buenas pero para mí era como de HD, después de chupársela media hora, las obliga a que la penetren con los puños por su vagina, entraban y salían sus lubricados puños en forma alternada, la madre superiora, gemía en forma escandalosa. El guion de la película indicaba que tanto ruido despertó al Obispo, el que abre la puerta sorprendido y se enoja con la escena. Yo no podía creer lo que veía, el Obispo era mi abuelo, que por ese entonces tendría unos 35 o 40 años o eso es lo que aparentaba, el murió cuando yo tenía unos 10 años, así que casi no me acordaba de su cara y menos de su cuerpo. Comienza discutir con la superiora y de repente saca su pene y ante la mirada de ésta, obliga a las dos novicias a chupárselo. Quedo sorprendido con el pene de mi abuelo, era gigante, media por lo que se veía como uno 27cm y tenía una cabeza enorme. Mi abuela y su amiga hacían un esfuerzo tremendo para tratar de meterlo en su boca. La cara de mi abuela era como de poseída, se le escapaban los ojos de sus orbitas, pasaba la lengua y tragaba saliva. Después de un rato interminable decide penetrarlas, casi literalmente les rompe el culo, a la compañera de mi abuela sólo le entraba la mitad, a mi abuela le entraba toda entera. Ya casi destrozadas por el places, mi abuelo le grita a la superiora y le lubrica la mano con vaselina, pone a mi abuela de espalda y arrodillada, la agacha y le muestra el ano, en ese momento comienza a ejercer fuerza con cuatro dedos sobre su ano, hasta que comienza a entrar muy despacio, empuja, empuja, llega a los nudillos y le mete toda la mano adentro. Comienza un bamboleo del brazo adentro del culo de mi abuela. Pasaron como diez minutos en esa posición. Mi abuelo entre tanto miraba la escena mientras la otra adolecente se la chupaba. Cuando acaba en su boca, la separa y le unta su delgada mano con vaselina y se la arrima al agujero de mi abuela. Mi abuela tenía el ano ocupado por el brazo de la hermana superiora, ahora otros dedos hacían presión para entrar. Mi abuelo empujaba con violencia el brazo de la chica hasta que fue entrando. De golpe entró, mi abuela gemía mientras tenía dos puños en su culo, entraron casi 10 cm por arriba de las muñecas. Después de un largo rato los sacan con violencia y queda mi abuela mostrando el agujero con el que habían jugado, casi de uno 8cm de diámetro, era algo impresionante, lentamente se fue cerrando, pero nunca del todo. Ahora entendía cual el “El juego de O”.



Ya había satisfecho mi curiosidad, ahora descubriría el valor de la información.



Encuentro después del mediodía a mi madre tomando sol como casi todos los días de verano, se encontraba sola en la casa. Me siento a su lado y luego la acompaño recostado en otra reposera. Entablo una conversación.



-Ma, la pasaron bien en las playas.



-Si. Pero sabes cómo es papá, un aburrido



-bueno pero en la playa pudiste mostrar el tatuaje.



-jajaja, si, cuando me dejaba, íbamos a playas alejadas del público, no sé si lo hace por celoso o piensa que mi culo es horrible.



-pero Ma, si tienes un culo hermoso cuantas quisieran tenerlo.



-jajaja, pero ni lo toca.



-¿Cómo que no lo toca?



-bueno, como yo quisiera.



-¿y cómo quieres?



-no, hijo, no te puedo decir, no estaría bien.



-no hay problema, ya soy grande, a mi gusta hacerle de todo cuando me regalan un culo.



-pero ¿de todo? ¿Todo?



-sí, que tiene



-¿pero qué cosas?



-Ma, de todo, chuparlo, penetrarlo y con cualquier cosa.



-jajaja, como eres y yo tan necesitada.



-jajaja, pobre quieres una mano.



-no, hijo, jajaja se entera tu papá y nos mata



-entonces no hay problema, no le decimos nada y listo



-jajaja, sos de los que hablan mucho, pero cuando llega el momento dicen que les da asco meter la boca ahí



-para nada, ¿probamos?



-jajajaja, no ni loca, menos con mi hijo



-ya sabía, hablas y hablas y después la culpa es de papá



-ha, bueno cuanto te juego que si te entrego mi culo para que lo chupes te arrepientes.



-segura, mira que no hay vuelta atrás



-sí, vamos valiente, a ver si eres valiente.



Así como está recostada de espalda con su tanga metida bien en la raya del culo, transpirada y brillosa por los rayos del sol, levanta unos centímetros el culo y queda esperando. Yo me levanto lo miro y era como si el tiempo pasara más lento. Arrimo la cara y la hundo en el medio de su culo, mi nariz respira esos olores de perfume y transpiración, cuando mi nariz roza su ano, ella retira de golpe el culo.



-¿sigo o tienes miedo?



-sigue, sigue, sigue



Murmura en voz baja casi apagada por la excitación.



Fue como la invitación a que haga lo que quisiera, mi lengua tenía carta blanca.



De un golpe bajo su tanga, y dejo para el deleite de mi vista la visión de su sublime culo. redondo, de un color dorado casi bronce, cortado por un delgada línea blanca en el medio, lugar al que no llegaba el sol, en el centro el magnífico ano, una escarapela de un tono más oscuro que pedía ser lamida. 



Comienzo a pasar la lengua, y siento el gusto salado de su transpiración, siento cada pliegue de su ano, chupo y chupo, no podía parar, mi madre se contorsionaba del placer, pasaron varios minutos y no podía parar, con la lengua trataba de empujar para penetrarla, pero me era imposible, era un agujero sin práctica, cerrado por la costumbre. Su gusto me volvía loco, sacaba la lengua de su culo y subía por su espalda lamiendo su transpiración, luego bajaba y seguía con la tarea. Habrá pasado una hora, hasta que se levanta despacio y se va con dirección a la casa. Yo quedé recostado y casi desmayado por la excitación.



Pasa una media hora y decido entrar a la casa, me encuentro con mi mamá.



-¿Qué te pasa?



-Esto está mal hijo. no tendría que haber pasado, es mi culpa que te haga esto.



-yo no me arrepiento, lo haría todo el día.



Entonces nos dimos un largo y apasionado beso en la boca, mientras nuestras lenguas se entrecruzaban. La pasión no podía parar la calentura era mucha, nos revolcamos en el piso y nos fuimos desnudando. Mi pene erecto la sorprendió en su cara, abrió los ojos grandes parecía encantada. No dijo nada, sólo abrió la boca muy grande para tratar de atrapar la cabeza. Con mi verga en su boca comenzó a tragar, la quería tragar entera, su cara se ponía roja, se estaba quedando sin oxígeno, pero seguía succionando hasta su garganta. Empecé con fuertes embestidas en su boca, de repente se la saca y dice.



-¡métela en el culo, rápido, rápido!



La doy vuelta y en menos de un segundo la había penetrado, le daba con mucha fuerza, estaba poseído. Mi pija entraba y salía y ella gritaba. Arqueaba su espalda y su cabeza casi tocaba el piso. Mi vista apuntaba a la entrada de la cocina, de repente veo una sombra que se acerca lentamente y aparece mi hermana, tenía una sonrisa cómplice y nos miraba. Yo no podía parar con las embestidas, seguía y ella gemía, en eso mi madre levanta la cabeza y ve a mi hermana en el marco de la puerta mirando, sólo atinó a decir unas palabras, pero no nos podíamos despegar.



-¡Perdón, perdón, perdón, hija!



-Ma, no quiero tu perdón, quiero que me la chupes



No puedo ver a mi hermana cuando se saca la ropa, lo hizo muy rápido, se pone de espaldas y se arrodilla delante de mi madre, ésta empieza a chupar el ano de mi hermana. El ruido de la succión de su boca en su agujero me excito tanto que me hizo acabar en el culo de mi madre. Saque el miembro todavía hinchado de su agujero, chorreaba leche y se lo hice chupar a mi hermana. Siguieron las dos lamiéndose y penetrándose con sus manos durante un largo tiempo, yo cuando me recuperaba las penetraba en forma intermitente.



Después del trajín quedamos extenuados en el sofá del living, uno al lado del otro, en silencio, pero decido romperlo.



-Ma ¿sabías lo de la abuela?



-¿Qué sabes?



-Lo de las películas porno.



-No. Sólo sé que había hecho algunas películas pero nunca me mostró ninguna. ¿Qué viste alguna? ¿Te las mostró la abuela?



-No, por casualidad vi un afiche en su casa y después la encontré en internet ¿quieren verla?



-si (dijo presurosa mi hermana)



Así desnudo como estaba puse el pen drive en el Led del living y la vimos juntos. No aguantamos y quedamos tan excitados que tuvimos sexo nuevamente de forma más salvaje.



Después mi madre nos contó su historia.



-Yo no sabía esto de su abuela, pero cuando yo era muy chica siempre en casa a mis padres los veía desnudos, era algo normal íbamos de vacaciones a playas nudistas y ahí me di cuenta que la verga de mi papá no era normal, era muy grande en comparación de los otro hombres de la playa, pero no le daba importancia. Yo y mi mamá nos bañábamos juntas, ella siempre quería que la limpiase bien, me había enseñado a meterle la mano en su vagina y también en su ano, creo que era una excusa pero yo la hacía con gusto, era como un juego inocente que me gustaba y a ella también. Todo cambió un día cuando estaba sola en casa con mi papá, aunque era normal verlo desnudo cada vez me llamaba más la atención su pene. Él estaba escribiendo y me senté a su lado, tal vez él pensó que yo estaba jugando, le tome con mis dos manos su pija, era muy pesada, tal vez sentía el peso por su estado de flacidez. Se comenzó a poner erecta y vi como crecía en mis manos, era algo impresionante, nunca había tenido una en mis manos y menos en ese estado. Mi padre me tocaba el pelo pero se dejaba hacer. Casi por instinto me la lleve a la boca, la chupaba como a una paleta, la cabeza no me entraba en mi boca, mi padre tenía los ojos cerrados, parecía que le iba a dar un ataque. De golpe se siente un ruido y entra mi madre y comienza a los gritos, lo insulta y le tira un vaso que golpea su cabeza, a mí me reta y me manda al cuarto. Nunca más hablamos del tema, las cosas fueron cambiando de a poco, ya no andaban desnudos por la casa, empezamos a tener una vida más fría, más normal.



Estábamos los tres hechos un desastre, desnudos en el sillón del living, todos transpirados, sabíamos que en unas horas regresaría mi padre del trabajo, así que decidimos ir al baño y ducharnos. Ya en baño no podía dejar de tocarlas y penetrarlas, y ellas hacían lo mismo con sus dedos. Pero teníamos que parar.



Nos encontramos en la cocina nuevamente, mi madre antes había limpiado todos los restos de nuestra excitación y ventilado la habitación. Cuando llegó mi padre era como si no hubiese pasado nada, sólo miradas cómplices entre los tres, decidimos mantener el secreto.



Pasaron los días y el verano se fue desvaneciendo en otoño, semanalmente continuaba mis relaciones con mi hermana y ahora también con mamá, no volvimos a estar los tres juntos pero ellas dos se bañaban juntas, yo no me quería meter en su intimidad, tampoco les preguntaba, sólo las imaginaba.



Después de varias semanas me vuelve a llamar mi abuela, me pedía nuevamente si la podía ayudar con otro mueble que tenía que bajar del cuarto. Inmediatamente le dije que la podía ayudar y quedamos en que iría al otro día a la mañana.



-Hola Abu como estás.



-Bien A, gracias por venir.



-No es nada, ¿Qué mueble es el que tengo que bajar?



-Es un armario un poco pesado, yo te voy a ayudar pero no puedo hacer mucha fuerza por mi cintura, pero si no podemos llamo a mi vecino para que te ayude.



Después de un rato de conversar fuimos a la planta alta y vimos el mueble, era un armario un poco grande pero creo que lo podíamos levantar, mi abuela lo toma de arriba mientras yo lo cargo de abajo y voy bajando las escaleras. Cuando llegamos a la base nos incorporamos y mi abuela se queja de su cintura, ella mantenía un cuerpo espectacular gracias al yoga que practicaba pero creo que el esfuerzo fue demasiado.



-te duele.



-si un poco la cintura



-quieres tomar algo



-no gracias, después me paso una crema relajante y analgésica.



-¿quieres que te la pase yo?



-gracias pero yo puedo, no te quiero molestar más.



-no es molestia Abu, recuéstate y yo te la paso.



Fuimos a su habitación, ella se acuesta en la cama, llevaba puesto un vestido, así que para descubrir su espalda, sólo le quedaba levantar el vestido o bajarlo.



-me vas a tener que ver la bombacha, no te rías



-jajaja, no Abu no pasa nada, para un tatuador es algo normal ver la ropa interior de alguien.



-me había olvidado que eres un profesional, jajaja



En eso queda en tanga, acostada sobre la cama, una tanga semitransparente, le podía ver su raya, algo que me excitaba, ya la tenía erecta.



Comienzo a pasar la crema por su cintura. Froto y froto y masajeo. Su piel blanca se pone más blanca.



-¿Abu te puedes bajar un poco la bombacha?, la voy a manchar



-si como no, perdona no me di cuenta.



En eso, así acostada como estaba, toma de sus costados y la baja del todo, tal vez sin querer, pero me muestra ese espectacular culo, que yo conocía en detalle y ella no lo sabía.



-uy perdón (dice mi abuela)



-está bien Abu es una cola hermosa y ya la conozco.



-jaja si me acuerdo cuando les mostré el tatuaje y tu hermana….



-si me acuerdo, pero lo conozco de otro lado.



-¿Cómo de otro lado?



-“El Juego de O”



En eso se levanta de golpe y me mira sorprendida.



-¿pero cómo lo sabias? ¿Desde cuándo?



-está bien Abu, no hay problema y soy grande



-qué vergüenza,….



-¿Por qué vergüenza?



-es que era joven, era un trabajo para mí y tu abuelo



-que tiene, eres una profesional también.



- sí, si lo ves de esa forma tienes razón, nos ayudó y tu abuelo gracias a eso pudo hacer sus documentales y vivir de eso hasta su muerte.



-¿Cómo aguantabas, te dolía?



-¿Qué cosa?



-el doble fisting anal.



-ha eso, era normal para mí, me fui acostumbrando, con la práctica todo sede, se dilata y no duele. Es entrenamiento



-puedo ver como tienes el ano.



-pero ¿para qué?



-Me gusta como lo tienes



-paso mucho tiempo, ya no es lo que era.



-pero todavía lo puedes hacer



-jajaja, como eres, desde que murió tu abuelo no lo hago



-dale, dale, Abu, se buena, es lo único que te pido.



-Bueno, pero me tienes que prometer que no le cuentas nada a tu madre, que sea un secreto entre nosotros, no quiero que se enoje conmigo, somos familia y ella lo vería muy mal, ella es muy vergonzosa con el sexo.



-Lo prometo.



-bueno, mira.



En eso se vuelve a dar vuelta pero esta vez en vez de acostarse me muestra el ano, yo quedo sorprendido, era hermoso, una O perfecta, hasta casi con una habilidad mágica lo movía a voluntad, lo cerraba y abría para mi espectáculo.



-te lo puedo chupar y meter la mano.



-no, pero como eres, no se puede así nomás.



-pero dale, Abu que hace falta.



-no se puede, primero me tengo que limpiar bien, y después lo tengo que dilatar un rato, sino se puede desgarrar, es un trabajo.



-pero si no lo haces no te vengo a ayudar más.



-jajajaja, me estás extorsionando, bueno si es así vamos, pero no le tienes que contar a tu mamá



-prometido.



Ella se levantó de la cama y me contó que iba al baño para hacerse un enema, que después vendría para dilatarlo. Pasaron como quince minutos y regresó con un juego de varios consoladores de distinto tamaño y un lubricante, se notaba que era una profesional y bien puta.



Sin decir nada quedó toda desnuda sobre la cama, se dio vuelta y comenzó con el consolador más chico, entraba y salía con una facilidad increíble. Lo metía todo, no dejaba nada afuera, eso era lo más sorprendente, siguió con los otros dos, entraban igual de fácil. El agujero adoptaba cada vez un diámetro mayor. Estaba brillosa y transpirada. Cuando termino me dijo.



-ya estoy preparada, ve a lavarte las manos y ven



Voy presuroso al baño, me lavo bien las manos y regreso, la encuentro sentada sobre la cama.



Sin decir nada me toma de las manos y las mira, mira mi pantalón y ve el bulto que hace mi pija.



-deja que te ayude.



Me baja el pantalón y salta mi erecto pene cerca de su cara.



-me haces acordar a tu abuelo.



Se lo mete en la boca y me doy cuenta que era una profesional en serio, era increíble como la chupaba, la succionaba con una fuerza que parecía querer arrancarla, acabe en su garganta abundante leche, que ella tragó con gusto.



-bueno estoy lista.



Toma mis manos y las llena de lubricante. Me enseña en qué posición poner los dedos y me da permiso para penetrarla. Mi mano brillosa apunta el agujero, comienzo con la presión y sin mucho esfuerzo entra mi puño, empujo hasta tener dentro medio antebrazo, luego me enteré que esto se lo suele llamar braquioprosis, nombre extraño si los hay. Comienzo a meterlo y sacarlo, cuando salía sonaba como el destape de una botella, ella pedía que lo haga rápido. El ano aunque dilatado, mantenía una presión en mi brazo que me cortaba la circulación, supongo que la práctica había entrenado esos músculo.



-¿quieres el otro puño?



-siiii, es lo que más quiero



Yo sin dudarlo comienzo a sumar la otra mano, parecía que no entraba, pero fue cediendo de a poco, cuando tengo los dos puños adentro ella gemía de forma escandalosa, fue algo hermoso, tenía a mi abuela contorsionándose para mí, tenía a una estrella porno en mis manos, por fin habíamos jugado, por fin había vivido “El juego de O”.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 10
  • Votos: 2
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