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El sueño de Andrea

Estaba sola, la tarde se había puesto un tanto desapacible, y cuando empezó a llover, decidió que el mejor lugar para estar era recostada sobre su cama y escuchando música, se sentía extraña y sólo la música pensó podía calmar el nerviosismo interno que le producía la lluvia.
Andrea fue hasta el equipo y eligió un compacto que había grabado eligiendo solo los temas que le gustaban, aquellos que le incentivaban la imaginación, o simplemente la hacían volar, eran temas de melodías suaves.
Estaba con los ojos cerrados y tan absorta en la música que recibir un beso fue una extraña sensación, se sobresaltó, pero enseguida reconoció esa forma de ser besada, con tanta ternura y tanto deleite que podía llevarla en un segundo al mejor de los mundos.
Solo él la besaba así, con suavidad, produciéndole con su roce miles de sensaciones diferentes paz , seguridad, juego, pasión, ternura, alegría de tenerlo otra vez ,sabiendo que las horas siguientes solo ellos dos, podrán encontrar el verdadero camino hacia el amor.
Estaba saboreando su beso, cuando sus manos rozaron su blusa, abrió los ojos y su sonrisa franca y feliz la hizo sentir como la poseedora del tesoro de las mil y una noches. Con un beso suavecito dado sobre cada uno de sus párpados le dijo: quiero tus ojos cerrados, por favor no los abras, regálame, eso, tus ojos cerrados. Solo se dejó llevar por el camino de las sensaciones que le regalaba. Tibias caricias comenzaron a brotar de sus manos y cada movimiento que el hacía producía turgencia y endurecimiento en sus pezones, reconocía esos pequeños escalofríos y ese relajarse luego como el primer escalón del placer supremo; estaba dispuesta a que el la recorriera completamente para lograr descubrir por completo todo, el placer y el deseo al fin reunidos en un hombre.
Con cada beso, sentía excitación y tibieza, él con su boca recorría la cara y su cuello brindándole el calor de su aliento y permitiéndole grabar el aroma de su perfume que tanto le gustaba. Comenzó a desvestirla, allí fue cuando comenzó a darse cuenta que sus manos devolvían calor a su cuerpo y su corazón latía mucho más rápido ahora que él recorría con su lengua todo su pecho. Sentir el roce de la lengua rodeando sus pezones, darse cuenta de cómo una bocanada de su aliento podía hacer que se endurecieran y que ella deseara sentir nuevamente sus manos acariciando despacio sus senos; el roce de sus dientes, sus dedos rozándolos lentamente, pellizcándolos, su voz diciéndole me gusta sentir cono se endurecen y se hinchan, le auguran mucho mas placer, ahora se daba cuenta que la excitaba. Otra vez sentía esa tibieza y toda su ternura brindándole placer, ardía y deseaba seguir sintiendo sus manos y su boca en sus pechos. Estaba entregada a sus caricias, moría de deseos de abrir los ojos y por otro lado era un pacto que se había sellado con besos, no debía abrirlos hasta que él se lo dijera.
Se dio cuenta que su gozo iba en aumento a medida que esas manos recorrían su cuerpo y acariciaban su sexo, deseaba gritar, gemir y solo podía permanecer allí con los ojos cerrados y una plácida sonrisa en su cara, mientras comenzaba a estremecerse y conocía ya su próximo escalón hacia el placer total, sentía la lengua recorriendo su sexo separando lentamente sus labios, recorriendo el camino desde el clítoris a su vagina, y ella se empezaba a consumir en un fuego interno imposible de dominar, que la excitaba y sacudía en forma muy sincronizada, respondiendo a cada una de sus caricias. Caricias que sabiamente el brindaba y quitaba sólo para escucharla pedir más y sí a cada pedido había un más, su lengua penetrándola, sus dedos de a uno verificando que estaba ya a punto de su primer orgasmo.
Conocía al detalle sus gustos y sabía muy bien lo excitada que estaba y que solo iba a lograr calmarla en algo si la penetraba. Andrea se preparó para el goce máximo, ya su cuerpo solo pedía mas de él, lo deseaba sin control, era lo único por lo cual vivía en ese momento y al sentirlo dentro suyo comprendió que sus ansias de él no tenían fin y sus movimientos primero lentos solo la elevaban a pedir más, más de él, más con el, mas por el, cada movimiento era una súplica de más, hasta la completa unión en ese orgasmo conjunto y exacto, que la llevo desesperada a buscar su boca y decirle: te quiero y te deseo cada vez más. Lo besó y su cuerpo temblaba aún deseando volver a comenzar, seguía abrazada a él había logrado traspasar el deseo, y desesperada busco su boca, necesitaba su aliento para poder seguir viviendo.
Un click la despertó, estaba llorando y no se animaba a abrir los ojos, pensó por un momento que era la única forma que tenía de mantener vivo su mas bello sueño, sólo ella sabe el nombre que pronunció....
Datos del Relato
  • Autor: Andrea
  • Código: 2354
  • Fecha: 04-05-2003
  • Categoría: Fantasías
  • Media: 5.4
  • Votos: 60
  • Envios: 8
  • Lecturas: 2561
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
ANFETO
invitado-ANFETO 03-10-2003 00:00:00

¡Oh, imaginación procaz! ¡Cuanta delicia depara! Pero la realidad pugnaz, solo tristeza acapara. ("El sueño de Andrea", de Andrea)

EAC
invitado-EAC 10-05-2003 00:00:00

Cuanto daríamos para convertir nuestros sueñor en realidad??? pues yo se que por uno de estos se daría bastante bastante, y tu?

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