El me desvirgó y me dio placer.
Aquellos encuentros con Mauricio siguieron sucediéndose, pero no eran de mi plena satisfacción.
Yo me ponía muy cachonda viendo como el se dedicaba a hacer servir a las yeguas con el pastor, que se las ensartaba a todas.
Pero a mi solo me besaba, hacia sexo oral y de vez en cuando me penetraba analmente…. Y yo pretendía que me desvirgara totalmente.
Supe de su propia boca, que fue mama, al que el confeso lo que hacia conmigo que le prohibió bajo pena, que hiciera otra cosa conmigo, y también supe que la relación que tenia con mamá era de larga data, y que habían hecho tríos con mi viejo.
Ese mi papá que anuncio, que vendría a la estancia, con su nueva novia, lo que hizo que mi madre se fuera ese mismo día.
Yo no quise ir con ella porque tenía la esperanza de que Mauricio no cumpliera con la palabra empeñada y me rompiera el virgo de una vez por todas.
Cuando Silvia, mi mama se fue, llegaron Leonardo, mi papa, Maria José, su novia, y Vicktor, el hijo de esta.
Pronto comprendí que mi papa, mucho mas mayor que la linda Maria José, hacia una pareja de tortolitos bien despareja, pero yo nada tenia que opinar.
De lo que si tendría que opinar es del chico de la señora, Vicktor, que resulto ser un muchacho esplendido, que me cautivo tan solo con mirarme y sonreír.
Fue de pronto el amigo ideal para estar en esa casa tan grande. La recorrimos, le mostré todo los galpones, caballerizas, criaderos, depósitos de la finca. Además hablábamos de música y otras cosas mundanas.
Le enseñe a montar, y fue explicándole como se ensilla un caballo que tuvimos nuestros primero roces algo interesantes, ya que al poner un brazo sobre su cabeza, el se acerco me tomo de la cintura y me beso. Yo me deje llevar y nuestras lenguas se entendieron por primera vez.
Esa tarde salimos a cabalgar, y yo pensaba llevarlo al arroyo con fines insospechados, pero debimos regresar ya que el comenzó a sentir un fuerte ardor en la entrepierna.
Fruto de los pelitos de las piernas, el roce con la montura para quienes no están acostumbrados, es fatal…. Le irrita la piel de una manera tremenda.
Cuando se apeó, caminaba como montado a un barril, con las piernas abiertas…. Muy cómico quedaba así, Vicktor.
Ya en su dormitorio, le lleve una crema para aliviar su quemazón, y como el lo permitió, yo extendí la cremita primero en sus pantorrillas y luego pase a la intimidad de su entrepierna.
Curiosa yo, me hice la descuidada y le roce varias veces el bulto, bulto que comenzó a ponerse interesante.
Cuando el acaricio mi cabeza, yo busque la cabeza de aquel bulto, y le saque la pija fuera del calzoncillo, para allí mismo chapársela muy suavemente al comienzo, pero luego le di tantas chupeteadas juntas que lo hice acabar en un mar de lechita. El me manoseo toda, me dijo cosas muy chanchitas, desde putita a que me iba a partir al medio.
Fue en aquel cuartito, al otro dia a la hora de la siesta, que desnudos los dos, nos besamos todo, todo…. Y me extendí en la cama abriendo mis piernas hacia arriba para que el me metiera su duro y largo miembro…..
No me dolió, quizás eran mis enormes ganas de tener un falo dentro, si, sentí desgarrar mis entrañas, allí en mi cuevita, pero fue un solo instante de rotura y pronto sentí aquello caliente que me hacia rosquillitas por todo mi cuerpo.
Cuando el se percato de la sangre de mi desvirgue, yo ya había tenido mi primer orgasmo con una polla dentro….y estaba para mas si el no hubiera parado aquel rico mete y saca, medio asustado.
Yo le pedí que siguiera, y el me puso de rodillas en cuatro patas, lo que me hizo pensar que me haría el hoyito….. Pero no, me la metió desde atrás en mi rajita, lo que fue mi primer polvo a lo perrita. Una deliciosa experiencia.
Teresa, la mucama de la casa, se entero por las sabanas, y fue con esa joven señora que aprendí sobre lo que debería haberme enseñado mi mama sobre el sexo con hombres. Nos hicimos muy amigas y de ella supe muchas cosas que mas adelante he de confesar.
Con Vicktor teníamos sexo a la mañana en el campo o el arroyo, a la siesta en su cuarto y por las noches en el mío.
Me sentía plena y el siempre inventaba alguna variante para metérmela cada vez mas adentro y provocar mis placeres. El que en pocos meses mas pasaría a ser mi hermanastro, fue el que se quedo con mi virginidad tal como yo lo necesitaba.