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El regalo de navidad de la abuela

El regalo de navidad de la abuela



A la edad de 76 años pensaba que mis días de tener relaciones sexuales habían quedado ya muy atrás, hasta que me aloje con mi hija y su familia la navidad pasada.



Mi nombre es Ruth y para serles muy honesta, me veo exactamente como la típica abuelita de los libros de cuentos, con mi cabello blanco cuidadosamente arreglado con permanente, con los ojos tras unas gafas de montura metálica, cara redondeada con mejillas rosadas y una cálida sonrisa con dientes blancos.  Mido 5.3 pies de altura, no soy gruesa sin embargo tengo grandes y maduros senos.



Vivo sola en una casa en el campo, en un pequeño pueblo distante de donde vive mi hija y su familia. He estado sola desde que mi marido murió cuando yo tenía 64 años, y desde entonces nunca he ni siquiera besado a otro hombre. El interés por el sexo nunca se pierde, o al menos yo no lo perdí, pero a esa edad se tiende a sacarlo de la mente, asumiendo simplemente que nadie va a estar interesado en tener sexo con una vieja como usted.



De todos modos, como lo dije antes, la Navidad pasada mi hija Susan me invitó a pasar esa época con su familia. Viven más de 100 kilómetros de mí, por lo que no los veo a menudo. Aparte mi hija iban a estar  su esposo Daniel además de su hijo Lucas y su hija Christina. Ninguno de mis nietos vive cerca de ellos tampoco, por lo que estaban de visita también, hay que agregar a la familia a Pedro el esposo de mi nieta y sus dos pequeños hijos, por lo que la casa de 4 dormitorios se hizo realmente pequeña para tanta gente, de hecho mi nieto Lucas termino durmiendo en el sofá de la sala. Siempre he tenido una bonita relación con mi nieto, sin embargo con mi nieta Tina nunca he sido muy cercana, desde niña fue un poco distante conmigo, parte de su forma de ser. Quizás por eso es que nunca en realidad había conocido bien a Pedro su marido, a lo mucho un breve apretón de manos el día de su boda.



Trabajaba como mecánico de automóviles, me parecía un hombre bastante agradable, 30 años, poco menos de 6 pies de alto y un cuerpo fornido, con cabello corto, blanco con pómulos hundidos y un discreto bigote que enmarcaba una agradable sonrisa.  Realmente no lo determine mucho los primeros días que estuve allí, pero poco a poco me fui dando cuenta de que El si estaba pendiente de mi. Al principio pensé que debía estar imaginándolo, pero empecé a notar que siempre parecía buscar la manera de estar cerca de mí, que me miraba fijamente cuando pensaba que yo no me daba cuenta. No era solo el hecho de que mirara, era la forma en que lo hacía. No había sido mirada así en décadas y aunque parecía ridículo era casi como que me imaginaba.



Por supuesto me reí, me dije a mi misma que dejara de ser una vieja tonta, imaginando esas cosas del esposo de mi nieta. Sin embargo por mucho que me dije que no, no podía evitar tener esa sensación. Una noche decidí ponerlo a prueba.  Estamos sentados toda la familia charlando y viendo la televisión en la sala, de casualidad habíamos quedado uno delante del otro, yo estaba usando una falda que terminaba justo arriba de las rodillas, muy discretamente me acomode en la silla, haciendo que mi falda subiese un poco hacia mis muslos, (aun a mi edad siempre he tenido unas piernas bien formadas). Efectivamente a los pocos segundos Pedro se dio cuenta y miro muy discreta pero interesadamente fijo a mis piernas. En los siguientes minutos se hundió poco a poco en su silla, hasta que tuvo una visión más exacta de mis muslos desnudos. Aun sin poder creer lo que estaba viendo, separe un poco más mis rodillas. Pedro me miro a ver si me había dado cuenta de su voyerismo – naturalmente yo hice que me hice la distraída mirando para otro lado,  y entonces fijo su mirada entre mis muslos, tratando de ver un poco más, incluso discretamente vi pasar la palma de la mano sobre el bulto en sus pantalones, según lo que vi parecía estar excitándose!. Estaba tan concentrado mirando mis piernas que me sorprendió que nadie más parecía haberse dado cuenta de lo que sucedía. Las miradas terminaron cuando Tina mi nieta aburrida en casa, le dijo a su esposo que salieran a caminar un rato. Pedro dio un sobresalto como cuando un niño es atrapado con las manos en la caja de galletas, le levanto y salió con ella.



Al día siguiente, Pedro parecía aun más interesado en mi, en el desayuno y almuerzo procuro estar sentado a mi lado, puso su mano sobre la mía un par de veces mientras se reía de los chistes que hizo mi hija, rara vez pareció apartar sus ojos de mi, si hubiese tenido cincuenta años menos, estoy segura de que mi nieta Tina se habría dado cuenta, pero como yo era solo la dulce anciana que es su abuelita, ella debió pensar ante las atenciones de su marido, que solo estaba siendo amable para ganarse a su familia. Un poco después mientras me encontraba hablado por teléfono en el pasillo con mi otra hija que vive en Canadá, Pedro paso muy cerca junto a mi “accidentalmente” frotando su entrepierna en mi trasero.Decidí que quería llegar al fondo de lo que estaba pasando, así que en la tarde mientras estábamos todos viendo la televisión, les dijo que iba a salir al jardín de atrás para respirar un poco de aire fresco, solo por un segundo mire directamente al esposo de mi nieta. Mi hija me ayudo con el abrigo, para que no cogiera una pulmonía o algo parecido y entonces Salí. Por un momento pensé que nada pasaría si Pedro me seguía, solamente confirmaría mi creciente curiosidad de porque un hombre joven casado con una joven y atractiva mujer como era mi nieta tenia tanto interés en la abuela de esta. Al principio pensé que Pedro no me seguiría, pero después de un par de minutos lo sentí seguirme, fingí tener un gran interés en un manzano estéril. Eche un vistazo en su dirección y luego entre en la casetilla de madera de las herramientas al fondo del jardín. Pasaron tres minutos y entonces Pedro entro y dijo “Oh, Hola”, haciéndose el sorprendido como si no supiera yo estaba ahí.



Decidí tomar al toro por los cuernos y en el momento en que cerró la puerta detrás de nosotros le pregunte “Pues bien, que es lo que está pasando aquí?, porque me ha seguido hasta aquí, que es lo que quiere usted de mi, acaso le gusto?”Fui directa, mis palabras parecía que lo sorprendieron. Me miro nervioso por un momento, pensé que no sabría que responder, pensé que iba a negarlo, y entonces su expresión cambio en una mezcla de vergüenza y confusión, y apenas murmuro “No lo sé”. Se acerco un poco más, mientras continuaba hablándome” lo siento señora, no puedo explicarlo, es decir siempre me he sentido un poco atraído hacia las mujeres mayores, y desde que la vi, pensé que usted era una mujer muy linda, y desde entonces ese sentimiento solo ha aumentado, anoche en la sala, cuando vi sus muslos, honestamente creo que usted es magnífica y hermosa”Yo lo miraba completamente asombrada, incapaz de responder a lo que escuchaba, me eche a reír, “No sea ridículo, soy una vieja mayor y arrugada, mi nieta es una chica hermosa, como teniendo una mujer tan joven y linda iba a sentirse atraído por mi?”



Mientras hablaba Pedro se había acercado aun mas a mí, y sin darme cuenta de que ahora estaba de pie con la espalda contra la pared frente a Él, nuestros cuerpos estaban a escasos centímetros de distancia. Su voz ahora era mucho más suave, y dijo “La verdad no lo sé, solo quiero decirle señora que de verdad creo que es realmente hermosa, y que me encantaría tener sexo con usted” Mientras decía esto sus manos se acercaron despacio, desabrocho mi abrigo y luego poso sus manos suavemente sobre mis senos. Ningún hombre me había tocado desde que mi esposo falleció, froto sus manos en círculos suavemente, provocando una corriente de calor por todo mi cuerpo, que no había sentido en años.De repente me sentí muy nerviosa, tenia problema para hablar, murmuré “Mire Pedro, no sea tonto, no nos es posible hacerlo, quiero decir…”. Suavemente continuaba masajeando mis senos con una mano y con la otra me tomo de la muñeca y coloco mi mano sobre la parte delantera de sus pantalones, como si quisiera demostrar que hablaba en serio. Su miembro duro como una roca se sentía enorme. Tragando y tratando de salir de la esquina donde El me había arrinconado, hable “Quiero decir, Tina es mi nieta, así que no podemos estar haciendo esto, usted es su marido”. Su cara estaba a centímetros de la mía, mi respiración era profunda, el corazón me retumbaba en los oídos. No me había dado cuenta hasta ese momento lo hermosos que eran sus ojos, grandes y marrones, con largas pestañas. Tenía de nuevo ambas manos en mis senos, se sentía maravilloso. Desesperada en un último intento por detenerlo le murmure “Los otros  deben preguntarse dónde está usted”



Lo negó con la cabeza y susurro “Todos estaban muy entretenidos viendo una película en la televisión, ni siquiera se dieron cuenta cuando Salí”. Se inclino y comenzó a besarme el cuello, su bigote me hizo cosquillas, sus dedos empezaron a deshacer el primer botón de mi vestido.Me di cuenta de que mi mano estaba todavía en su ingle, mis dedos en realizan amasaban trazando el contorno de su erección. Sentía como si alguien hubiese encendido una hoguera en mi vientre. Respirando profundamente me queje “Mire, yo no voy a tener sexo con usted Pedro, soy la abuela de su esposa, no lo puedo hacer, pero solo por esta vez….” Deslice mis dedos a la parte superior del cierre de su pantalón y comencé a bajarlo. Pude ver como su rostro adquiría una expresión de alegría y asombro, El se desabrocho el cinturón, de prisa se bajo el pantalón y su ropa interior hasta los tobillos. Una enorme erección de por lo menos ocho pulgadas se alzo ante mí, una gota de liquido pre seminal brillando en su cabeza purpura. Luchaba por convencerme a mi misma de que esto no era solo un sueño del que me despertaría en cualquier momento, me arrodille y envolví mi mano sobre su duro y caliente miembro, incline mi cabeza y cerrando los ojos abrí mi boca deslizando mis labios sobre su pene. Pedro dejo escapar un gruñido” Ohhh mierda, no puedo creerlo”  Coloque una mano acariciando sus bolas y bombee su pene con la otra, mientras mi boca era penetrada por su cabeza hinchada, mi lengua se deslizaba a lo largo y ancho de su pene.



Habían pasado más de 10 años desde que había tenido un pene en mi boca, puso una mano sobre mi hombro y empezó a masajearlo suavemente, mientras yo lo mamaba. Después de un par de minutos su pene se puso aun más duro dentro de mi boca, y casi sin aliento exclamo “Estoy a punto de terminar”, le respondí deslizando mis labios aun más abajo sobre su pene, tanto como pude y chupándolo con mayor fuerza, mientras hacía girar mi lengua en círculos sobre su hinchada cabeza. Sentí entonces como empezó a eyacular profundo dentro de mi garganta, sentía como si fuese yo la que estuviera terminando, con una corriente eléctrica estallando en mi cabeza, lo chupe hasta secarlo, después trague saboreando con gusto el olvidado sabor del esperma masculino.No dijimos una palabra, el placer de su cara lo decía todo, rápidamente me incorpore mientras El subía su pantalón y su ropa interior vistiéndose de nuevo, entonces le dije que saliera primero. Cuando se volvió para irse lo detuve y le dije” Pedro, nada de esto puede volver a suceder NUNCA NUNCA, por favor prométamelo”. Después de un momento asintió con la cabeza acariciando con su mano uno de mis senos, luego se retiro. Unos minutos más tarde, mi hija salió a ver si estaba bien y le dije que estaba un poco cansada y que iba a mi habitación para acostarme. Allí me quite el vestido me recosté sobre la cama y con mis piernas bien separadas me acaricie a mí misma, cerrando los ojos fuertemente trate de imaginar a mi difunto marido ahí conmigo, pero la imagen del esposo de mi nieta apareció, era como si yo pudiera sentir su bigote haciéndome cosquillas en los labios de mi vagina mientras me lamia.



Durante el resto de aquel día y todo el siguiente Pedro estuvo echándome miradas significativas, me asegure de nunca quedar a solas con El. No podía creer que realmente había mamado al esposo de mi nieta, y no había manera de dejar que eso pasase de nuevo, no debía y no podía volver a pasar. Esa siguiente noche toda la familia estaba viendo la televisión, mientras yo estaba lavando los platos después de la cena en la cocina, después de unos minutos me di cuenta de que había cometido un error, mientras estaba en el fregadero de la cocina hasta los codos en el agua jabonosa, se abrió la puerta detrás de mí y mi corazón se sobresalto cuando vi a Pedro reflejado en la ventana. Al cerrarse la puerta dejándonos a solas, dijo cortésmente “Pensé en venir y ayudarla a secar los platos señora”.Se detuvo muy cerca de mí, sin hablar, no me toco, pero podía sentir el calor de su cuerpo, en respuesta a sus palabras respondí “Mire Pedro, usted me prometió que lo sucedido sería un hecho aislado, lo que paso fue un error, se acabo, así es que por favor retírese”. Había querido sonar firme, pero podía oír el temblor nervioso en mi voz.



Di un pequeño grito mientras se acerco a mí, sus brazos se deslizaron rodeando, sus manos apretaron mis pechos, y empezó a frotar el bulto en su entrepierna contra mí, sus labios acariciando la parte trasera de mi cuello. Murmuro “ Mmmmm lo siento pero no puedo reprimir lo que siento, en verdad deseo mucho su maduro cuerpo”Mi intento de resistencia estaba empezando a desmoronarse, mi cabeza rodo hacia El, y mi trasero en contra de mi voluntad comenzó a frotarse contra El, estaba aterrorizada de lo que pudiese intentar hacerme allí, en la cocina donde cualquiera pudiera entrar y vernos. En mi desesperación hable “Pedro es imposible por favor, mire llámeme después de la navidad y hablaremos sobre esto”. Mi idea era que después de la navidad y por la distancia física entre nosotros esperaba que las cosas se acabaran. Estaba a punto de responderme cuando escuchamos a alguien acercarse a la cocina. Pedro me soltó separándose bastante, tomo un trapo de cocina hizo como que secaba unos platos, mi nieto Lucas entro, cogió una cerveza de la nevera.  Pedro se fue con El, de nuevo a la sala, casi me desmaye con la emoción y temor de lo que cerca que había estado de ser sorprendida con el esposo de mi nieta.



El día siguiente era el último antes de regresar a mi casa, me sentía bastante aliviada, sabía que pronto estaría lejos de esta situación que me tenía tan inquieta, toda la familia, excepto yo estaba planeando ir al teatro a ver una obra, iba a tener una tarde muy tranquila en la casa.  Sin embargo a medida que se preparaban Tina empezó a discutir con Pedro, quien también parecía molesto con ella, después de unos minutos paso cerca de donde esta con mis bisnietos sus hijos y dijo “Papá no va a ir con ustedes, tengo un  poco de dolor de cabeza por lo que voy a pasar la tarde en la cama, viendo el futbol en la televisión” Era evidente lo que eso significaría, que Pedro y yo estaríamos solos en la casa durante varias horas. Estaba tan nerviosa por las consecuencias de esa situación que casi me arreglo para asistir al espectáculo, sin embargo algo no sabía que, me detuvo. Cuando vi partir el coche de la familia, me dije a mi misma que era una mujer madura Pedro no se atrevería a forzarme a hacer nada, y yo tenía la fuerza de voluntad para poder resistirme a Él.  Trataba de convencerme a mi misma de eso.Me senté en la sala tratando de mirar la televisión, pero en menos de cinco minutos escuche a Pedro caminando hacia la habitación, mi boca estaba seca, no podía ni siquiera mover la lengua para decir una palabra. En silencio sin siquiera mirarme, se acerco a la ventana, corrió las cortinas luego con calma apago el televisor. Entonces con los ojos fijos en mi cara, sonriendo se paro frente a mí y se quito la ropa. Tenía buen cuerpo, pectorales musculosos bien desarrollados y los bíceps, un pecho sin pelo, pero con un sólido crecimiento de estos de su ombligo hasta los tobillos. Su pene estaba semi erecto, se veía hermoso.



Sentí que me faltaba la respiración mientras se sentó a mi lado en el sofá y empezó a desabrocharme la blusa. Débilmente haciendo un último intento de persuadirlo le hable “Pedro por favor, no podemos hacer esto, soy una anciana, y tu estas casado con mi nieta, es simplemente incorrecto”.Puso un dedo sobre mis labios para silenciarme y aun sin hablar termino de desabrocharme la blusa, abriéndola de inmediato, llevaba un sujetador que se prensa por la parte delantera, lo desengancho, mis senos grandes y jugosos cayeron en sus manos, cuando sus labios se posaron sobre uno de mis pechos, su lengua rodeo mi pezón marrón, los últimos pedazos de mi conciencia se desvanecieron y los dedos de mi mano sujetaron su imponente miembro. Pedro siguió lamiendo y mordisqueando suavemente uno de mis pezones, con su mano libre comenzó a hurgar en mi ropa interior bajo la falda, levante el trasero para ayudarlo a quitarlos, bajándolos hasta mis tobillos. Cuando levanto su cara para besarme, yo termine de quitármelos, su lengua presiono mi boca, y me beso, abrí mis labios respondiendo con mi lengua en su boca. Sentí una maravillosa corriente de fuego a través de mis entrañas cuando Pedro metió uno de sus dedos en mi vagina, su mano acariciando el pelo gris blanco de mi vagina. Yacía casi sobre mí, yo pensaba que se iba a montar sobre mí, pero Pedro tenía otras ideas, para mi sorpresa, se levanto y me acomodo sobre la alfombra, de rodillas frente al sofá, mis antebrazos y senos reposando sobre el sillón, entonces se arrodillo detrás de mí, su duro miembro restregándose contra mis nalgas mientras besaba y lamia mis orejas, cuello y garganta, separando una vez más mis piernas con sus rodillas metió de nuevo un dedo, haciéndome gemir de placer, pensé que nunca volvería a sentir ese placer de nuevo. Fue entonces que sentí su joven y potente pene presionando contra mis labios, con un suspiro de satisfacción y placer suavemente me penetro.



Era maravilloso lo que sentía, un miembro grande y potente dentro de mí por primera vez en más de 10 años, me empuje hacia él, con lagrimas de éxtasis y placer corriendo por mis mejillas, mientras jadeaba cada vez que sentía sus empujes largos y fuertes en mi, sus bolas golpeando contra mí, me abrazo con una mano agarrando uno de mis senos, los dedos de la otra los llevo a mi vagina hasta encontrar mi clítoris.  Gemía y lloraba de alegría, placer y deseo mientras el joven esposo de mi nieta me cogía, disfrutando por completo de su poderoso y viril pene.En ese momento toda la familia podría haber entrado a la casa, que no me abría importado, todo mi placer y razón se concentraba en torno al delicioso pene que estaba siendo empujado dentro de mí, y en las manos y boca que me estaban haciendo enloquecer de placer. Después de lo que me pareció una eternidad de placer, Pedro me dio un par de embestidas muy fuertes y tras un gran gemido sentí como terminaba dentro de mi, llenándome por completo.  Me sentía más satisfecha de lo que pudiera nunca recordar, me deje caer hacia adelante en el sofá, con la cabeza de Pedro descansado sobre mi cuello, sus dedos jugando con mi vagina y mis senos.



Ya estoy de regreso en mi casa, pensé que tal vez Pedro solo me había utilizado como un fetiche o la vagina de reemplazo disponible esa navidad, sin embargo en menos de una semana después de mi regreso, Pedro me llamo por teléfono, El y mi nieta Tina viven a unos 40 kilómetros de distancia. Me dijo que vendría a visitarme en un par de semanas, tratando de sentirme menos culpable me dijo que es mejor que mantenga al esposo de mi nieta cogiendo conmigo a que salga a buscar otras mujeres de las que mi nieta se pueda enterar. Ahora espero con ansias su visita.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 8.75
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2 comentarios. Página 1 de 1
invitado
invitado-invitado 14-07-2016 21:56:54

muy bueno me agtado no rayo jamas en la vulgaridad ni la indecencia ademas estos casos ocurren aunque crean que es solo producto de la fantasia es realidad los he visto a montones!!!!

invitado
invitado-invitado 14-07-2016 21:56:50

muy bueno me agtado no rayo jamas en la vulgaridad ni la indecencia ademas estos casos ocurren aunque crean que es solo producto de la fantasia es realidad los he visto a montones!!!!

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