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Categoría: Confesiones

El pequeño harem parte final

Aura era la menor de las promotoras, recién había cumplido los 19 años, Tenía novio, y este la iba a dejar y a traer al trabajo, y era super celoso, casi enfermo. Auri era de tez blanca, alta cabello castaño, ojos café claro, de bonitos pechos, y piernas largas y bonitas. Un día llegó y les comentó a las compañeras que había terminado con el novio, porque ya la tenía harta de los celos. Llegaba el joven a traerla, pero ella se escondía o bién le mandaba a decir que se fuera que no quería nada con él. Yo empezé a enamorarla, y un día nos besamos, y empezamos a salir juntos. Yo cumplía ese día 16 años, me compraron un pastel y estuvimos alegres, la condición que me impuso Aura, para salir conmigo era de que no se enteraran las promotoras, al final de la tarde, me preguntó Aura que quería de regalo de cumpleaños, sin pensarlo dos veces le pedí su virginidad, ella se sonrió y me dijo que no era virgen, pero que si se iba a acostar conmigo, pero en su casa. Yo ya había llegado otras veces, por lo que su mamá ya me conocía, y sabía de la relación, aunque no muy convencisa por ser yo el hijo de la dueña de donde trabajaba su hija. Suempre al llegar nos´íbamos a la habitación de Aura y nos poníamos a ver televisión, acostados en su cama, la madre no nos molestaba para nada. ese día Aurita puso el cerrojo en la puerta de su habitación, y empezó a desnudarse, su cuerpo era precioso, su piel liza y suave, su vagina era deliciosa, me quité la ropa, se me quedó viendo al pene, y sonriendo me dijo, que haber si le cabía todo eso, empezamos a besarnos, le metí la pija en la boc y torpemente me empezó a chuparmelo, no lo había hecho antes, me dijo que quería probar mi leche, le acabé en la boca, y le corría el semen por el mentón, luego empezé a chuparle su delicioso culo, y la vagina, hasta hacerla veirse, luego cuando iba a penetrarla, me dijo que iba a usar aceite de bebé, porque sólo había hecho dos veces el amor, despacito fuí entrando, ella se quejaba de dolor, pero poco a poco, sus paredes se ancharon, y ya salía con más facilidad, no se la metí toda, sólo la mitad, empezó a gozar, y a mover sus caderas, llegó el momento que ya la tenía toda metida, era delicioso sentir el calorcito de su interior, sus paredes apretaditas, estrechitas.soltó un gemido, luego otro, y se vino al tiempo que la estaba llenando de leche, sauqé mi pija, y tenía manchitas de sangre, me dijo que lo había disfrutado mucho. Seguí llegando por mucho tiempo a su casa, nos encerrabamos en su cuarto y cogíamos como locos, la mamá ya lo sabía pero no se metía en nada. Una noche empezó a llover fuerte el agua no se quitaba y ya eran casi las once de la noche, coneguir un taxi iba a ser imposible, la señora me dijo que mejor llamara a casa y avisarle a mi madre que no llegaría a dormir. La señor que me dijo que me quedara a dormir con Aura, esa noche cogimos hasta el cansancio, fué tanto el desgaste que cuando desperté eran como las ocho y media de la mañana, Aurita se había ido a trabajar,saliendo de la ducha estaba, cuando entró la madre de Aura, yo tenía una toalla cubriendo de cintura hacia abajo, ella se sentó en la cama, y me preguntó si había dormido bién, que Aurita se había marchado y que se le marcaban ojeras, por lo que suponía que había sido una noche ardiente. me dijo que iba a preparar un poco de café mientras me vestía, pero volvió a regresar y se sentó nuevamente en la cama, y me dijo que ella tenía dos hijas, la mayor casada con dos hijos, y Aurita de 19 años, su esposo había fallecido hacía 10 años, y que ella era jubilada por el gobierno. Me comentó que hacía unos días había llegado el ex-novio de Aura, y que le había dicho que quería casarse con ella, y reparar el daño hecho ya que habían tenido sexo en dos oportunidades. Luego me dijo que ella y sus hijas no tienen secretos y que se cuentan todo, y ella ya sabía que yo tenía un pene grande, que después de tantos años sin marido, había sentido la curiosidad de tener sexo y que quería experimentar con un pene como el mío, que iba a quedar entre nosotros y no le fuera a decir que no. Ella tenía 53 años de edad, delgada, de pechos medianos y bonitas piernas, la tomé de la mano, la jalé hacia mi y empezé a desabotonar su blusa, le sauqé la tetas, qu eran bonitas y a pesae de su edad eran firmes, empezé a chuparselas, ella sólo cerraba los ojos, sus pezones se pusieron duros, quité asu falda, quedando em ropa interior, no tenía panza, sus nalgas eran redondas, le quité toda la ropa y se acostó en la cama, empezé a tocarle su vagina, la tenía super húmeda. quité la toalla de mi cintura, y agarró mi verga, y e decía quee era bién larga y gruesa, la empezó a chupar y sentía que en cada chupada crecía más, me pidió que se la metiera, abrí sus piernas y empezé a chuparle su vagina, coloqué la pija en su entrada, y me fuí al fondo, ella suspiraba y gemía de placer, se vino en un orgasmo tremendo, y me pidió leche, la llené a pesar de la ordeñada que me había pegado Aurita durante la noche y madrugada, se quedó extasiada, sus iernas abiertas, su hoyo abierto y la leche que empezó a salirle de su cuca, se metió l pija a la boca y me la limpio chupandola. Tres horas después me marche no sin antes darle una buena cogida.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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