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El nuevo encuentro de Emma

El nuevo encuentro de Emma

Emma se sentó en su silla soñando con que un día él besaría de nuevo sus labios. Con solo pensar en su último encuentro un temblor le recorría toda la espina dorsal. Añoraba la forma como su boca acariciaba la de ella tan suavemente. Una vez mas deseaba sentir el calor de sus manos sobre los senos que le dolían. También deseaba la forma como su duro pene se sentía cuando se lo metió dentro de ella en su vagina, dentro de tanta humedad en esa cuca que lo pedía todo. El había cumplido con esta parte que ella necesitaba, aquella que había permanecido dormida durante 27 años. También era alguien especial para ella; mucho mas que el aspecto sexual.

Nelson tenía la misma edad que Emma, pero mucha mas sabiduría para su edad. Era un experto en las artes del sexo y conocedor del orgasmo femenino. O por lo menos era lo que creía ella. Con sólo tocarla enviaba un temblor a través de cada nervio que llegaba a su cuerpo porque era un amante de verdad, aquellos que una mujer solo cree que existen en las novelas de romance y amor. De esos que te dejan sin fuerzas, sin aliento después que te hacen el amor, la mujer mas tímida se volvía una amante desesperada.

Este hombre llegaría a su casa en menos de tres horas por lo que su corazón se le aceleraba, el pulso se le alteraba con sólo pensar en él. Su forma de tocarla, sentir su lengua lamiéndole el clítoris, ya eso era suficiente para ella. En vano intentó no pensar en nada para dejar la mente en blanco, pero todo lo que intentó resultó en vano porque él había dejado una imagen plasmada en ella; había fundido con ella sus propios secretos, dejado una marca sexual. Ningún hombre la podía satisfacer en la forma como él lo hacia y no dejaría que algún otro lo intentara porque no era necesario.

Por fin tocaron a la puerta y el corazón parecía que se le salía del pecho. Apenas podía creer que fuera él. Ya terminaban para ella muchos meses sin verse y sin sentir el calor que él le proporcionaba. Hasta que finalmente pudo respirar y sentirse como si comenzaba a vivir de nuevo.

Lentamente abrió la puerta, anticipando la sonrisa en su cara sexy y pícara: y no se desengañó, porque él le tomó los lados de la cara con ambas manos tan suavemente como una persona recoge una delicada flor. Luego bajó su boca hasta la de ella. Sus labios se encontraron para proveer la fuente de vida en cada uno, que se habían extrañado por tantos meses sin verse. Luego sus lenguas se encontraron en una danza de bienvenida, dándose un mutuo deleite. Ella se fundió con su contacto y le rogó a Nelson que la tomara, le rompiera sus ropas y le hiciera lo que quisiera una vez mas.

Nelson haría de esta la noche de Emma, una que ella jamás olvidaría. Había deseado mucho estar cerca de ella todo el tiempo, por lo tanto esa noche iba a ser el momento para toda la vida. Quería asegurarse cuando Emma se acostara en la noche, que era su palpitante huevo el que alimentaba sus pensamientos sexuales cuando pensaba en ella; ese el momento de restregarle el clítoris en medio de tanto éxtasis había llegado. Sabía qué era lo que mas deseaba y algo mas hizo que el pene se le pusiera mas erecto: todo lo imaginable de ella hacían crecer aquel pene.

No estaba jugando y todo era en serio: el contacto de ella lo envenenaba igual que él a ella. Eran el uno para el otro, juntos para siempre. Nelson la tomó por la mano para conducirla escaleras arriba hasta el dormitorio en donde lentamente cerró la puerta detrás de ellos quedando encerrados fuera del resto del mundo. Nada importaba excepto que estaban juntos. Apagó todas las luces y maniobró por todo el cuarto encendiendo la cantidad adecuada de velas para este encuentro. Era solo otro deseo: hacer aquel momento el más especial de todos. Ella se quedó allí parada sin saber si sus rodillas podían seguir soportando su peso. Hasta que él llegó hasta ella para colocar el beso mas exquisito y sexy en su labios, quitándole hasta el último rastro de fuerza que le quedaba en el cuerpo para luego envolverse dentro de él.

Lentamente la acostó, semi apoyada en la cama. Luego extendió la mano hasta la cintura en los pantalones para, lentamente desabotonárselos con la boca. Luego recorrió el cuerpo con sus manos por todo el cuerpo hasta llegar al las firmes y grandes tetas. Las colocó en sus manos con tanta delicadeza y aún así se le maltrataban los pezones, porque estaban muy sensibles y les dolían puniéndose mas parados. Luego le comenzó a desabotonar la blusa; mas bien le provocaba romperle toda la ropa para tomar sus dulces pezones en su boca pero de nuevo tuvo control porque sabía en que momento iba a saborear sus jugos y oler el perfume de la mujer dueña de su alma. Emma por su parte, deslizó sus manos hasta abajo frente a él para hacer lo suyo en la cintura del hombre, y apresuradamente soltó los pantalones. Sintió cuando cayeron al suelo.

Sabía que no había regreso, que esta sería la ruina de sus días en este mundo porque sin el corazón de Nelson no podría vivir. Se acostaron de lado, uno frente al otro en la cama tamaño matrimonial, medio desnudos. Nelson de nuevo le tocó los pechos y esta vez ella no dudó porque era como si supiera lo que él estaba pensando antes que lo hiciera. Ella se dobló hacia delante para colocar los senos directamente en sus manos fuertes que los invitaban y comenzó a sentir una cosquillita en el clítoris y una calorcito cada vez mayor en medio de sus piernas.

Nelson desplazó su boca hasta arriba para reemplazar las fuertes manos que sostenían los senos, que le colgaban sobre su pecho, bebiendo todo el tiempo su olor. Luego no pudo esperar mas y la saboreó toda.

Lentamente la tomó por la cintura soltando el agarre de su brassiere tan delicado. Luego suspiró y bajó la boca hasta llegar abajo.
- Siento como si me voy a morir si no pruebo todos tus dulces caramelos, amor mío - le susurró en un tono cuando soltó un respiro. Sentía como ella temblaba. Ambos sabían lo que vendría y entonces todo iba a ser un paraíso. El llegó hasta el borde de las pantaletas con un beso suave. Era un beso que le dolía pero que se sentía sabroso. Ella por su parte abrió las piernas lentamente, sintiendo el fuego alimentado por tantos besos y contactos por sus manos.

El estaba tan complacido y seguro de lo que hacía que el resultado de tantas caricias fue demasiado difícil de contener, y en ese momento sintió un dolor en el solitario huevo dentro de los boxers. Ya rogaba introducírselo bien adentro dentro de la cuca caliente de Emma, lo necesitaba, pero tendría que esperar.

Utilizando solo su boca, Nelson se deshizo de las mojadas pantaletas y la besó toda, llevando la lengua hasta el interior de su concha entre las piernas. Necesitaba comerse ese durazno que ya estaba esperando por él. Lo necesitaba como el aire que respiraba y sus pensamientos lo consumían tanto que lo que hizo fue sumergirse dentro de sus piernas para devorarla. Luego abrió los labios de la cuca y metió la lengua bien adentro, para comenzar a lamer todos los jugos que se habían formado por la acción de su lengua.

- Dios mio, nena, sabes mejor que todo lo que te había hecho antes y necesito tenerte toda - le dijo con dificultad para poder hablar porque no estaba concentrado mas que en ellos dos.

-¡Tómame, Nelson, hazme tuya!! - dijo tratando de respirar al faltarle el aire. – Quiero sentir tu lengua dentro de mi clítoris. Quiero sentir como me metes la lengua y me haces acabar. Quiero que me lamas hasta que me saques todo y no me dejes nada.

El, muy contento, se puso a trabajar, y darle a Emma todo el placer porque con eso bastaba, lo dejaba mas satisfecho que la preocupación por tener su propio orgasmo. Era mejor tratar de que ella consiguiera el suyo, para lo cual le lamió en pequeños círculos alrededor de el clítoris, en una danza alrededor de este pero si hacer presión directa en su monte peludo. Luego, lentamente, le tomó el clítoris en la boca chupándolo suavemente. Sabía que esta era la forma de complacerla bien.

Emma se acostó sobre la cama gimiendo de placer y buscaba aire tratando de no perder el control aunque con mucha dificultad. Agarrada en las barras del copete de la cama ya hacía que le dolieran las manos, pero no le importó, porque luego echó las caderas hacia delante para que él tuviera mejor acceso a la cuca. Luego movió las caderas con fuerza hacia adelante cada vez que la lengua se le metía; ya casi iba a acabar en medio de una erupción volcánica y su respiración se hizo mas pesada y rápida. Su amante sonrió para si mismo, consciente de que estaba a punto de apagar su sed por tanto líquido que saliera de la cuca cuando ella acabara y con ese sabor tan delicioso. Ya movía la lengua mas rápido lo cual hizo que Emma llegara al borde de la locura hasta que todo el cuerpo de la mujer comenzó a sacudirse.

Sabía que en unos cuantos segundos explotaría esa dama: mas y mas rápido giraba esa lengua hasta que se introdujo el clítoris en la boca completamente.

- ¡Asi, asi me gusta!! – gritaba ella bien complacida y aliviada de tanto placer.

– Ya voy a acabar – gritó tan duro que casi hace despertar a toda la gente del pueblo, porque el cuerpo se le sacudía y retorcía debajo de la lengua del hombre por lo que parecieron horas: ya estaba aliviada… y satisfecha.

Luego subió hasta su boca para besarla en los labios; unos labios en los cuales ya había desaparecido toda humedad por tanto jadeo que le causó su amante. Se besaron en un beso interminable y fue la forma como ella le dio las gracias por complacerla de esa manera.

Luego Emma hizo acostar a Nelson completamente de espaldas: - Ahora me toca a mi - dijo ella lamiéndose los labios y él se dio cuento de lo que la chica iba a hacer. Bajó la cabeza hasta el huevo que ya le dolía y sacó la lengua para lamer la cabeza del palo que palpitaba y sonrió: Mmmmmm, que rico!!! Sabes delicioso!! - dijo ella con una sonrisa maliciosa, justo antes de metérselo dentro de la boca. Se lo metió pulgada por pulgada lentamente, y lo mas hondo que pudo llegar porque necesitaba saborearlo y lamerlo igualito que él se lo había hecho a ella.

Emma se metió el huevo dándole vueltas a la lengua sobre cada pulgada del palo, llegando hasta todas los bordes y curvas del ese pene. Luego comenzó a chuparle las bolas tomando cada una para chuparla también. Luego llevó la lengua hasta la parte de atrás de la verga dándole toquecitos a todo lo largo. Otra vez lo volvió a agarrar con la boca, pero esta vez no lo hizo con lentitud como antes, porque se lo meneaba y sacudía hacia arriba y hacia abajo con furia. Sintió cuando él desplazó la mano hasta el medio de las piernas de ella, hasta ese lugar asqueroso.

- Emma, otra vez te estás poniendo mojada, amorcito mío!! - dijo mientras metía un dedo dentro de la empapada cuca. Ella le mamaba el huevo como si fuera una persona que intenta sacar un veneno de mordida de culebra cascabel y él le metía el dedo en la cuchara. Luego Emma sintió el huevo crisparse y contraerse cuando comenzó a tener el otro orgasmo.

- Quiero sentir como te tragas todo lo mio, Emma. Agarra mi huevo y mételo dentro de la boca- le dijo Nelson. – Tengo que acabarte en la boca y mirar como te lo tragas y saboreas todo.

Ella lo obligó, porque lo deseaba tan urgentemente como él: Se lo metió todo sintiendo las sacudidas cuando el huevo comenzó a tener el orgasmo, cada vez mas fuertes hasta que no se pudo contener mas y derramó todo su caliente deseo dentro de su boca. Emma recibió hasta la última gota y hasta lamió todo el pene cuando terminó. Nelson inmediatamente la lanzó de espalda a la cama. Ella no esperaba esto. Le cubrió los senos con la boca de nuevo y le chupó los pezones como un hombre que tenía meses sin comer. Luego le abrió las piernas y al mismo tiempo metió su parte íntima dentro de ella.

- Aayyyyyy! - fue todo lo que pudo hacer, murmurando y hablando entre los dientes, justo cuando se lo colocó adentro sin moverlo. – Siento como si otra vez me vengo - dijo.

Emma levantó las caderas para invitar al huevo a meterse mas adentro porque ahora si quería que se la cogieran bien. No tuvo a capacidad para esperar mas y apretó la pelvis contra él, quien interpretó el mensaje y comenzó a darle al huevo dentro de ella, primero lentamente. Primero, todo metido y luego se lo metía y sacaba, haciéndola sentir como si fuera a morir de éxtasis.

- Nelson, no me tortures mas así, mi amor. Te he esperado meses. Llename otra vez - le rogaba.

Ella sabía que él utilizaba todo su esfuerzo y voluntad para cocérsela como nunca y siempre lo había mencionado en sus conversaciones. Se necesitaban el uno al otro.

Diciendo esto y Nelson colocó a Emma de lado, sin sacarle el huevo de la mojada cuca. Ella le pedía mas y él se lo metía bien adentro llenándola toda de una sola vez. Le comenzó a dar golpes en la cuca, mas y mas duro.

Se lo tenía bien metido y ella movía las caderas para que le entrara mas cuando le daba con tanta fuerza, porque necesitaba que la dominaran, que él fuera su dueño, ya era suya y no habría ningún regreso.

Sus cuerpos se sacudían casi como al ritmo de un coro musical, aumentando el crescendo que ya estaba a punto de llegar. Eran como dos moldes en uno, juntos. Se complementaban entre si hasta que se besaron y exploraron entre si sintiendo cada pulgada de calor entre ellos.

- Emma, tu piel es como terciopelo. Siempre deseaba tocarla cuando venía a visitarte. Ya vas a explotar,mi amor, nenita linda, porque yo también estoy a punto - le dijo con un tono de seguridad en su voz. Inmediatamente la agarró por el culo acercándola lo mas que dos personas pueden estar juntas, para llenarle la cuca con el disparo que soltó cuando llegó el orgasmo mas intenso que ella jamás hubiera experimentado, sin mencionar todos los pequeños orgasmos anteriores que tuvieron antes.

Después que todo terminó se acostaron agarrándose entre si, besándose y acariciándose. Todavía se lo tenía encajado, metido, sin querer salir de aquel sueño. Si dejaban ir el disfrute de esta experiencia en esa noche, de todos modos lo iban a tener en el futuro. Todo lo que sabían era que si lo volvían a hacer sería maravilloso y complaciente.

Traducido por Marcos Urbina
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CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS

Emma's Reunion
Submitted By Marcos Urbina

Emma sat in her chair dreaming of the day she would soon kiss his lips again. The mere thoughts of their last encounter sent quivers down her spine. She longed for the way his mouth caressed hers so gently. She wanted to once again feel the warmth of his hands on her aching breasts. She loved the way his hard cock felt sliding inside her moist and inviting pussy. He completed such an animalistic part of her, a part of her that had lain dormant for most of her 27 years. He was something special to her and it was so much more than just the sexual aspect.

Nelson was the same age as Emma, but he was much wiser than his years. He was an expert on the arts of the female orgasm. Or at least Emma believed him to be. He touched her and sent shivers through every nerve ending in her body. He was a true lover, the kind a woman would only read about in a dime store romance novel. One who would ravage you, leave you breathless and turn even the most timid woman into a wanton lover.

He was going to be at her house in less than 3 hours. Her heart began to race, her pulse was soaring with thoughts of him. His touch, the feel of his tongue licking her clit, it was all too much. She tried in vain to clear her mind. Nothing worked. He had left this image with her, branded her with his own secret, sexual mark. No man would ever satisfy her the way he could. She would never want another man to try.

Finally there was a knock at her door. Her heart skipped a beat. She could hardly believe it was really him. Months of being separated from the heat that he provided her would finally be over. She would finally be able to breathe and feel like she could live again.

She slowly opened the door, anticipating the smile on his sexy face and she was not disappointed. He grabbed the sides of her face with both hands as gently as a person would pick a delicate flower. He slowly lowered his mouth to hers. Their lips met and provided the life source each other had been missing for months. Their tongues met in a welcoming dance, delighting in each other. She melted with his touch. She longed for Nelson to ravish her, tear off all her clothes and make her his once again.

Neslon was going to make this a night Emma would never forget. He had wanted so much to be around her all the time so tonight he was going to make the time they did have last forever. He wanted to make sure when Emma lay all alone at night it was thoughts of his throbbing cock that fueled her sexual thoughts when she rubbed her clit in ecstasy. He knew he already was and something about that made his penis swell. Just thoughts of her made him swell. Who was he kidding; her touch had poisoned him as much as he did to her. They were forever connected.

Nelson took Emma by the hand and led her up the stairs to the bedroom. He slowly shut the door behind them locking out the rest of the world. Nothing mattered except they were together. He turned off all of the lights and maneuvered about the room lighting the perfect amount of candles. This was all just an attempt to make it more special.

Emma stood there not knowing if her knees could support herself much longer. Finally he came to her. He planted the most sexual kiss on her supple lips, taking in every bit of strength she had left in her body, enveloping her with him. He slowly pushed Emma on her back, half lying on the bed. He then reached for the waistline of her pants, slowly unbuttoning them with his mouth. He then slid up her body with his hands to her firm, large breasts. Cupping them ever so lightly, Nelson began to torture her nipples, making them ache and stand erect. Then he started unbuttoning her blouse. He wanted so badly to rip all of her clothes off and take her sweet nipples in his mouth but he used restraint. He knew in time he would taste their juiciness and smell the scent of the woman that owned his soul.

Emma slid her hands down the front of him. She knew he was hers. She worked her hands down to his waistline. She hurriedly unfastened his pants and felt them slide to the floor. She knew now there was no turning back. She was going to be ruined for all time. She would need his heat to make her thrive.

They lay side by side on the queen sized bed, half nude. Nelson reached for her breasts again. This time Emma didn't hesitate, it was almost like she knew what he was thinking before he even knew himself. She arched her back laying her breasts right in his inviting, strong hands. She began to feel a tingle in her clit and warmth growing between her thighs.

Nelson sliding his mouth up to replace the hold his hands had on her breasts, hovered just above her skin, drinking in the way she smelled. He couldn't wait to taste her, all of her. He slowly reached behind Emma's back unleashing the hold her flimsy sheer bra had on her large mounds. He sighed to himself, and then lowered his mouth all the way.

"I feel like I am going to die if I don't at least taste some of your candies, my love," he whispered in a breathy tone. He began his descent down her body. He felt her quiver and squirm. They both knew what was coming and it was going to be heaven.

Nelson met the rim of her panties with a soft, teasing kiss. The kind that almost tickles but feels so good. He slid her legs apart slowly, feeling the fire that just a few simple touches and kisses had fueled. He was so pleased with himself that the reaction he was getting was almost physically too hard to contain. He felt the ache of his lonely cock in his boxers. He longed to slide it deep inside Emma's hot pussy. He needed that. But it would have to wait.

Using only his mouth, Nelson rid Emma of her wet panties. He kissed all of her, trailing his tongue down the insides of her thighs. He needed to eat that peach that was waiting for him. He needed it like one needs air. His thoughts consumed him so much he just dove right in and devoured her. He spread the lips of her pussy apart and slid his tongue deep inside. He began licking all of the juices his kisses had created.

"My god, baby you taste so much better than I ever remember, I need to have all of you," he told her as he began to lose the ability to speak or even concentrate on anything other than the two of them.

"Take me, Nelson," she said gasping for air." I want to feel your tongue sliding around on my clit. I want to feel you thrust your tongue inside me as you make me cum. I want you to lick me so long and suck me dry."

He gladly went back to work. For him giving Emma pleasure was enough, almost more satisfying than his own volcanic orgasms she aided him with. He licked in small circles around her clit, dancing around it but never placing direct pressure on her growing mound. Then he slowly took it in his mouth, gently sucking on it. He knew he could only make her feel this way.

Emma lay on the bed moaning with pleasure. She gasped for air and tried hard not to lose control. The hold she had on the headboard of the bed was about to make her hands ache, but she didn't care. She arched her pussy into him. She thrusted her hips with every flick of his hot tongue on her pussy. She was on the brink of erupting. Emma's breaths became very heavy and quick. He smiled inside knowing she was about to quench his thirst for the taste of her cum.

Moving his tongue faster Nelson brought Emma over the edge of sanity and made her whole body shake. He knew in a few seconds she would break. Faster and faster his tongue swirled. He then swallowed her clit in his mouth. That was all it took.

"Yes," she screamed out in relief. "I am going to cum," she belted out loud enough to wake the whole town up. Her body shook and writhed beneath his mouth for what seemed like hours. She felt so complete.

He went up to her mouth and placed a kiss on her dry lips. She had lost all moisture with the heavy panting he had caused. They kissed forever, her way of thanking him for her relief.

Emma then pushed Nelson flat on his back." My turn," she said as she licked her lips, letting him know of her plans. She lowered her head down to his aching cock. She took her tongue and licked the head of his throbbing shaft and smiled. "MMMM, you taste like heaven yourself," she said with a devilish grin, right before she took him inside her mouth. She slowly slid inch by inch of his hard cock inside her mouth, taking him as deep as he would go. She needed to taste him and lick him just as badly as he did her.

Emma slid his cock in and out twirling her tongue around every inch, taking in every curve and ridge. She moved her mouth to suck on his balls. Taking each one too them inside and sucking them. Then she worked her tongue back up to the shaft, flicking her tongue along the way. She took him in again, but not slowly this time. She bobbed up and down on him with fury. She felt him slide his hand back down between her thighs to that naughty place.

"Emma you are getting all wet again, my love," he said as he slid a finger inside her drenched pussy. She loved the way he touched her. She sucked his cock like a person trying to drain the venom from a rattlesnake bite and he fingered her pussy. She began to feel his cock twitching as she felt another orgasm building for herself.

"I want to feel you swallow all of me Emma; take my cock deep inside your mouth," Nelson said." I need to cum in your mouth and watch you taste me."

She obliged him. She wanted it as badly as he did. She took him deep inside her feeling the shakes growing stronger until he couldn't hold back anymore, spilling all of his hot desire in her mouth. She took in every last drop. She even licked him clean when it was all over.

Nelson immediately flipped her on her back on the bed. She didn't expect what was happening. He covered her breasts with his mouth again. Sucking her nipples like a man that hadn't eaten in months. He spread apart her legs and in the same motion slide his throbbing manhood inside her.

"Ohhhhhh." was all he could manage to mutter out as he just lay inside her for a moment not moving at all. "I feel like I am finally home again," he followed.

Emma lifted her hips to invite his cock deeper inside her. She needed him to fuck her now. She didn't have the ability to wait anymore as she grinded her pelvis against him. He knew that signal. He began thrusting his cock in her, slowly at first. Sliding in all the way in and then out again. He was making her feel like she was going to die from sheer ecstasy.

"Nelson don't torture me like this baby. I have waited for months for you. Make me feel whole again." she begged of him. She knew it was taking all his will to not fuck her like there was no tomorrow. He had even said that in their conversations. He needed her just like she needed him.

With that being said Nelson rolled Emma on her side, never losing the connection between his cock and her wet pussy. She moaned for him. He slid deep inside her filling all of her with just one thrust. He started pounding her pussy harder and harder. He was so deep inside her. She rocked her hips to meet every thrust with such force. She needed to be dominated by him, ruled by him. She was his forever and there was no turning back.

Their bodies rocked together almost like the chorus of a song, building to the great crescendo that was about to happen. They were like 2 molded into the one they were together. They did complete each other. Emma and Nelson kissed and explored all of each other feeling every inch of the heat between them.

"Emma your skin is like velvet. I long to touch it when I am not around. You are an amazing woman, baby. Are you ready to explode my love, because I am," he said with an assured tone. With that he grabbed tightly onto her ass, pulling her as close as two people can be. He filled her pussy with his release triggering what was the most intense orgasm she had ever experienced, not mentioning all of the little ones during moments earlier that he had triggered along the way.

After it was all over they just laid there just holding each other, kissing, caressing, he still wedged deep inside her, not wanting to leave. Emma and Nelson drifted off to sleep like that. Not wanting to let go to the feeling they had experienced that night, or what was to come in the future. All they knew was it was going to be wonderful and fulfilling.

FIN
Datos del Relato
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