El Negro que se aprovechó de mi V
Entonces aquel martes en la tarde, el negro me había dado una cogida muy rica, si bien me hizo sufrir un poco al comienzo, luego disfrute mucho teniendo mí orgasmo anal (o de próstata) por primera vez con un hombre. Ese martes, el negro aseguró mi compromiso para que fuera a su casa nuevamente el jueves.
Ese jueves al salir de clases fuimos directo a la casa del negro, una vez allí pasamos al estudio, ambos nos quitamos la ropa y quedamos totalmente desnudos para mayor comodidad.
Estando el de pie, me incline de inmediato a mamar su verga o pipe como él decía. Empujó mi cabeza con su mano, por lo que aquella verga se hundió hasta mi garganta, me dijo trágatela completa no joda, me dieron arcadas pero me deje hacer. Yo estaba de pie inclinado, con las nalgas paradas, entonces el acariciaba mis nalgas y mi ano con saliva, mientras yo chupaba aquella tranca.
Tomó un tubito de metal del escritorio, mientras yo mamaba, me mostró aquel tubo y dijo te voy a meter esta vaina por el culo. El tubito tendría poco más de dos centímetros de diámetro y poco menos de 15 de largo, la punta era redondeada y el otro extremo chato. Creo era un estuche de tabaco o algo así.
Estando de pie mientras se lo seguía mamando, untó el tubo de vaselina y también mi ano. Entonces lo empujó lentamente dentro de mí, lo sentí muy rico aunque algo frio. Luego, comenzó un mete y saca en mi culo, que cada vez me hacía gozar más. En ocasiones lo sacaba completamente y luego volvía al ataque. De pronto lo hundió totalmente dentro de mí, hasta que mi esfínter se cerró tras la base. Quedando aquello metido por completo en mí recto. Me preocupó un poco pero estaba dedicado a lamer y chupar esa verga.
Luego, puje un poco para sacar aquello de mi culo pero no salía. El me abrió bien las nalgas y entonces si salió. Le dije, por favor, no lo hundas así completo. Entonces él estuvo follándome con aquello con más velocidad, sentí que se acercaba mi orgasmo. Gemía un poco, pero ahogado con la tranca en la boca.
Entonces me colocó de pie, con las manos en el escritorio, un poco inclinado, piernas abiertas y culo en pompa, listo para clavarme desde atrás. Tenía ese culo más que listo para aquello. Pero siendo que él era mucho más alto que yo, tendría un apoyó extraordinario para cogerme muy fuerte. Pensé me haría daño. Le dije, mejor acuéstate y yo me monto encima, el dijo, no, déjate hacer así, le respondí, está bien, pero no me hagas daño. Para halagarlo y que fuera digamos condescendiente conmigo, le dije, es que tienes ese pipe muy grande, no estoy acostumbrado y me lastimas, me dejo hacer pero no me lo metas completo. Entonces el dijo está bien. Como buen sumiso obedecí las órdenes de aquel macho. Apuntó su verga en mi culo y zas, me ensartó en un solo movimiento.
Luego, comenzó un mete y saca intenso, la mayor parte del tiempo el no penetraba a fondo, pero de cuando en vez se clavaba hasta las bolas, haciéndome saltar y gemir de dolor. Pero yo estaba tan caliente que sentía que ya me venía (por el culo), comencé a gemir muy fuerte, el me decía, te gusta? Yo respondí, si, me encanta que me des pipe por el culo, el dijo dilo más fuerte, yo repetí, así como 3 veces hasta decirlo muy fuerte y terminar con un argg de mi avacada. Unas cuantas arremetidas más y él se clavó a fondo para llenar mi culo de semen. Dijo igual que la otra vez, rico carajo.
Ni siquiera me lo había sacado del culo, cuando intempestivamente se abrió la puerta del estudio. Era el tío del negro. El tenía una habitación en azotea de la casa, un cuarto extra que habían construido allí. Estaba allí esa tarde, pero por nuestra prisa el negro no había revisado bien la casa. Con el ruido que habíamos hecho seguramente supo lo que hacíamos.
No tuvimos la menor oportunidad de disimular, el tío dijo que vaina es esta; el negro se apresuro a sacar su pinga de mi culo que quedo goteando semen. Yo buscaba mi ropa, al igual que el negro.
Entonces el tío dijo, ahora si es verdad, un marico en la familia, están metidos en tremendo problema, esta vaina la va a saber todo el mundo. El negro dijo, tío no es lo que tú piensas, no te vayas de mala gente, yo sólo hice lo que tú me dijiste; el tío dijo, como que lo que yo te dije; el negro respondió, me dijiste que si alguien se resbalaba que lo aprovechara. El tío siguió, bueno pero no te dije que te metieras a marico; el negro siguió, pero tío no vayas a contar nada, tú mismo dijiste que el marico era quien se dejaba puyar, no el que puyaba. El negro siguió, entonces bueno, yo aproveche la oportunidad, pero no me he dejado tocar el culo ni nada.
Mientras yo me apresuraba a ponerme el pantalón. El tío preguntó, eso es verdad, yo no dije nada; entonces él siguió, porque así no es tan grave la vaina. Entonces el negro buscó apoyo en mí, dijo, verdad que es así; siguió, tío no cuentes nada, no digas nada. El tío me preguntó directamente, es así o no; yo respondí, si, es como él dice.
Luego, el tío le dijo al negro, bueno, vete para afuera, después hablamos los dos, déjame con este. El negro dijo, tío, no le vayas a pegar ni nada… El tío siguió, anda vete para el carajo que yo tengo que hablar con éste.
El negro salió del estudio y el tío cerró la puerta. Mientras terminaba de vestirme. El dijo siéntate, quiero saber que tan grave es esto; me advirtió, si me mientes te vas a joder, dime la verdad, porque si después le pregunto al negro y veo que me mentiste voy a contar todo esto en tu casa.
Bueno, la verdad el cuento es un poco largo, así que díganme si les interesa saber lo que paso luego y seguir contando. Gracias por leer mi relato y espero que te haya gustado.
Vamos Jose no te amedrentes que estamos esperando muy ansiosos la parte VI de tus relatos a ver como el negro mayor te trato. Saludos, Roldan