El Negro que se aprovechó de mi IV

Después de aquella cogida el sábado en la madrugada, pasé casi todo el día acostado, por un lado por haber trasnochado, por otro no me sentía con ánimo de hacer algo, recuerdo haberme pajeado como 4 veces durante el día recordando la noche anterior.

Aquel día, cuando fui al baño, boté una mezcla de los jugos de mi recto, con vaselina y semen. También algo de sangre. Fui al baño unas 4 veces, sentía liquido en mi recto, cuando me sentaba botaba algo de sangre y nada más. El negro me había reventado el culo.

El lunes, cuando fui a clases me sentía nervioso, el me trató como si nada hubiera ocurrido, pasaba igual que antes con mi primo, en público un trato normal, a solas, me hacía su puta.

Esa noche me pajee como tres veces, pensando en cuanto sucedería el martes. Como conté antes, los martes y los jueves por la tarde su casa se quedaba a solas.

No hablamos mucho aquel día, pero al salir de la última clase, me dijo, vamos a la casa a terminar de ver la película. Se refería a aquella película porno que nunca había terminado de ver, claro, era una excusa para follarme nuevamente.

Finalmente llegamos a su casa, enseguida el me hizo pasar al estudio y siguió al baño, regreso con la vaselina.

Yo no había hablado nada en todo el camino, estaba un poco nervioso. Me pregunto porque estaba tan callado, le dije que me preocupaba que alguien nos descubriera, el me aseguró que la casa estaba sola.

Entonces, se quitó los pantalones y se sentó en el sofá, con esa verga parada y dura. Me dijo ven a mamar. Me coloqué de rodillas es introduje su verga en mi boca, comencé a lamer y chupar. Me ordenó que le diera un beso en la punta, no mamar, si no un beso. Así lo hice, varias veces.

El me pidió que me quitara los pantalones, quedé desnudo de la cintura para abajo. Me hizo colocar de pie de espaldas a él, quien permanecía sentado. Así me dijo que me inclinara, apoye mis manos en mis rodillas quedando mi culo en pompa. El abrió mis nalgas, me inspeccionaba, toqueteaba mi ano con un dedo. Yo hervía de gusto. Luego, me lamió el culo. Luego, unto vaselina e introdujo uno de sus dedos en mi culo. Lo sentí muy rico.

Después, me puse a mamar otra vez, acostado sobre el sofá, el alcanzaba sin problemas mi culo, así que me cogía con su dedo, entrando y saliendo, moviéndolo en círculos, abriéndome, preparándome para cogerme. Con la otra mano, en ocasiones empujaba mi cabeza para hacer que su polla llegara hasta mi garganta.

Luego se sacó la camisa y me ordenó ponerme en 4 patas en el piso, así lo hice, entonces me penetró lentamente, nuevamente, la cabezota me produjo dolor, pero lo aguanté sin protestar. Iba abriéndome poco a poco, metía un par de centímetros y paraba para que mi culo se dilatara. Luego, comenzó el vaivén, pero sin entrar a fondo. Comencé a gozar de lo lindo, mi recto se relajaba y ponía jugoso, lo que permitió aumentar el ritmo.

Sin aviso, en una de esas, me clavó a fondo, con todo hasta adentro, sentí como su cabeza se clavaba en mis entrañas a la vez que sus bolas golpeaban mis nalgas. Arrgg, sí que me dolió, instintivamente me hice hacia adelante. Voltee a mirarlo en una forma de reclamo. Luego me penetro unas 2 ó 3 veces más normal (no ha fondo), para volver a clavarme sin piedad. Me hizo gritar y de inmediato arremetió con todo un par de veces más a fondo sosteniéndome por la cintura. No aguante, me hice hacia adelante y saque la verga, me senté en el piso. Le dije así no, me estás lastimando. El dijo perdón, es que tienes el culo muy rico, no sabía que te doliera. Claro que él sabía que me estaba haciendo daño, es más, estoy seguro que disfrutaba verme brincar con su embestida. Me dijo ponte de nuevo. Entonces le dije, que en esa posición no, que se acostará boca arriba, yo me sentaría encima, recordé que habiendo estado con mi primo, en esa posición yo tenía el control.

El se acostó y yo lo monte, quedando de frente a él, comencé un delicioso vaivén con su verga dentro de mí, aún cuando todavía sentía algo de dolor por las punzadas salvajes de antes, comencé a disfrutar mucho. También, la breve interrupción lo había relajado a él, lo que prolongo la sesión.

Tenía que apoyar mis manos en su pecho, no podía mirarlo a los ojos (me daba vergüenza), aunque el si me veía, suspirando por aquella rica tranca.

Preguntó, Te gusta que te den pipe por ese culo? (en la región de la que era él y su familia, al pene le llaman pipe) yo asentí, luego paré de moverme para acariciar sus bolas. Cuando retorne a moverme, preguntó, a cuántos tipos le has dado el culo? Respondí, sólo a uno, el siguió dijo, mentira, se ve que te encanta, yo respondí, si me gusta, pero fue sólo uno, un primo mío. El siguió su interrogatorio, y se daban la vuelta? Yo dije, no, el me cogió varias veces a mí, pero yo nunca a él. Siguió y le mamabas? Yo dije si, también se lo mamaba. Pregunté y tu, le has dado el culo a alguien? El dijo, no, ni loco, esa vaina debe doler mucho.

Entonces el dijo, tenía razón mi tío, a más de uno le gusta que lo zaranden. Entonces me asaltó una duda, pregunté, pero tú le has contado esto a tu tío? El dijo que no. Yo seguí, ni se te ocurra contar por favor. El dijo, tranquilo, sigue meneándote y no te preocupes por eso.

Yo suspiraba, estábamos bañados en sudor pues hacia algo de calor, sentía cada vez más placer, mi recto, comenzó a contraerse, durante la masturbación anal, muchas veces había tenido esa sensación, el estimulo hacía que mi recto quisiera expulsar aquel invasor, pero eso, hace que todo se sienta más apretado, intenso, mi nivel de placer sube y sube hasta que de pronto tengo una especie de orgasmo, que me hace tensarme todo, para luego quedar relajado y sigo sintiendo placer pero no tan intenso. Eso no me había pasado antes con un hombre, sólo masturbándome, pero como aquella sesión había tomado algo de tiempo, estaba alcanzando el orgasmo. Bien relajado y entregado, me aventuraba a llevar la verga más adentro de mi, así bien excitado, no se mucho de anatomía, pero el recto permite que entren unos centímetros más.

Yo estaba ya gimiendo un poco, ahh, ahh, en cada movimiento. El dijo, entonces te gusta que te den pipe? Yo asentí, siguió, pues te voy a dar tanto pipe, que te voy a dejar ese culo como una boca de payaso, me dio algo de vergüenza aquella expresión, pregunte y cómo es eso; él respondió, abierto y rojo, que te parece? sólo atine a decir ajá, está bien. El dijo está bien qué? Yo estaba en pleno orgasmo, no pude responder, un argg, argg, ah, es lo que salía de mis labios temblorosos. Acabe muy rico en aquella verga, la bañe totalmente de mis jugos. Luego, me quede clavado a fondo sin moverme. Fue mi primer orgasmo anal con un macho.

Cuando recuperé fuerzas, volví a moverme lentamente, quería entonces que el acabara. Entonces el volvió con sus preguntas, qué te parece mi idea? dejarte ese culo abierto, te quiero dar pipe el jueves otra vez. Yo respondí, si, está bien, quiero pipe y más pipe por ese culo, por la boca, por donde quieras. El me tomó fuerte de la cintura y se clavó a fondo mientras decía casi gruñendo, rico carajo. Inundó mis entrañas de semen. Me dejó así clavado. Una vez la verga o el pipe (como decía él) del negro se relajo un poco, me pidió que me levantará.

Mi pene estaba flácido, había gozado tanto por el culo, mi entrega había sido tal, que parecía que mi cuerpo había olvidado que tenía un pene, eso me había pasado algunas veces masturbándome analmente, pero nunca antes con un hombre, siempre me mantenía excitado con el pene erecto, pero esta vez no. Entonces no me masturbé, me quede así hasta llegar a casa.

Nos despedimos normal, pero justo antes de salir, me tomó fuerte por un brazo y me dijo al oído, bueno ya sabes, prepara ese culo el jueves, porque te voy a dar pinga de lo lindo. Yo sólo sonreí. El repitió, ya sabes, no es juego.

Déjame saber si te gusto mi relato y si quieres que siga contando lo que paso después.

JP