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El Negro que se aprovechó de mi II

El Negro que se aprovechó de mi II

Como relaté antes entonces había pajeado a mi amigo el negro mientras veíamos una película porno, eso fue un jueves. Ese fin de semana me masturbé varias veces fantaseando con aquella verga negra, larga y cabezona, me imaginaba mamándola o con ella dentro de mí.

El lunes nos vimos en clase como si nada hubiera pasado, pero el martes, me invito a su casa, que estaría sola nuevamente, para terminar de ver la película. Me dijo, pero no le digas a más nadie iremos solos tu y yo.

Ambos ansiábamos el encuentro, tanto que salimos muy temprano y cuando llegamos a su casa aún estaba su madre, quien nos saludo antes de irse. Apenas ella salió el me hizo pasar al estudio. Colocó la porno. Estando sentado, se bajo un poco los pantalones y sacó su verga que ya estaba parada y la película ni había comenzado. Me propuso repetir lo de la vez anterior, pajearnos el uno al otro.

Yo enseguida accedí. Escupí mi mano y comencé a acariciarle el pene. Ni siquiera saqué el mío para que el hiciera lo mismo. El se recostó hacía atrás para disfrutar la paja suave que yo le propinaba. Me pidió que pusiera más saliva y así lo hice.

Yo no disimulaba como la vez anterior mirando la película, de forma descarada veía su verga mientras la masturbaba. Le pedí que se bajara más los pantalones para que estuviera más cómodo. El los bajó hasta los tobillos, lo que le permitió abrir las piernas y a mi apreciar sus testículos.

Estando así sentados, la saliva se había secado un poco, el lujurioso pidió más, pero esta vez escupí directo a la cabeza del pene, no en mi mano. Tendría mi boca a unos escasos 15 centímetros de su verga. Sentí su olor, lo que me hizo salivar como una perra. La saliva escurrió lubricando la verga y permitiendo que lo masturbara mejor. Me aventuré entonces a masajear sus bolas con la otra mano, le sopese ambos testículos, digamos eran normales, pero en comparación con el largo palo lucían pequeños.

El resopló de gusto, poco a poco mi actitud iba dejando ver que estaba dispuesto a mucho más. Entonces me incliné nuevamente para escupir y poner más saliva. Esta vez acerque más mi boca a su verga. El se acomodó mejor en el asiento y en ese movimiento el glande casi roza mis labios. Entonces no aguante más la tentación, un poco asustado porque no sabía como el reaccionaría, introduje esa verga hinchada y bañada de saliva en mi boca. Le di una primera chupada succionando suave. El agradeció con un sonoro ah…. Que me dejó saber cuándo le gustaba aquello.

Empecé a mamar con gusto, lamia ese palo de arriba abajo como si fuera un caramelo enorme. Metí cuanto pude en mi boca hasta sentirlo a fondo en la garganta. Alternaba lamiendo, chupando y llevando el palo a fondo. El hervía de gusto.

En ese momento escuchamos el picaporte de la puerta, el negro había cerrado con seguro y alguien quería entrar, luego, tocaron fuerte la puerta. De un salto saque la deliciosa verga de mi boca, él se subía los pantalones mientras preguntaba, quien es.

Era su tío, que a veces se quedaba en las tardes, el negro abrió y le comentó a su tío que la puerta se había cerrado sin darnos cuenta. Me presentó y yo salude desde lejos, pues mi mano estaba húmeda de saliva y mi boca olía a verga. Su tío nos dio una mirada extraña. Yo no tuve seguridad si sospechaba algo o no, lo cierto es que preferí irme en ese momento. Pensé habíamos corrido un gran riesgo.

El miércoles no fui a clases, no había dormido nada bien el martes, pensando en cuanto había hecho durante el día. Entonces en la mañana del miércoles preferí no ir a clases, pues me encontraba muy cansado y con sueño.

El jueves, fui a clases, a penas entré al salón, el negro me miró desde el fondo, se acercó saludando como si nada. Ya era hora de entrar a la clase, el me detuvo por un brazo esperando que el resto se fuera, me dijo esta tarde vamos para la casa a terminar de ver la película. Yo no respondí nada. Luego en varias oportunidades me recordó, que iríamos a su casa.

A la hora de salida, le dije que si iría a su casa, pero más tarde, pues antes debía llevar un encargo a mi casa. Entonces quedamos en vernos entre la 1:30 a 2:00 en su casa.

Después en casa me masturbé pensando en la verga del negro, después que acabe, pensé que no era buena idea ir a allá, pensé mejor me quedo en casa. Justo a la 1:30 timbró el teléfono, era el negro, me recordó que me estaba esperando. Luego, nuevamente llamó a las 2:00, mi madre tomo el mensaje, el dijo que me esperaba para estudiar. Era claro que él quería que mamara su miembro nuevamente e insistía en el tema. Nuevamente me llamó a las 2:30, le dije que me esperará, que me había retrasado. En verdad, pensaba dejarlo plantado, no pensaba ir a su encuentro.

Estaba mirando TV para distraerme, pero sólo conseguía pensar en aquel encuentro.
A medida que pasaba el tiempo mi deseo aumentaba, se iba quedando atrás mi remordimiento. A las 3:00 de la tarde decidí ir a su casa. Llegaría allá a eso de las 3:30. Me atendió su tío, me dijo que el negro no estaba, que se había ido a jugar baloncesto hacía como media hora. Claramente se había cansado de esperarme.

Dije entonces que me iría, pero su tío me indico que iba de salida, que si quería me llevaba hasta la cancha un par de cuadras más arriba de la casa. Entonces fui con su tío, quien me dejó en la cancha y siguió su camino.

Cuando el negro me miró, se ilumino su rostro. Se acercó y preguntó porque había tardado tanto, le di una excusa, de inmediato se despidió de sus amigos y bajamos a la casa.

Una vez dentro me llevo al estudio, allí en la puerta me dijo que si quería comenzara a mirar la película, que él iba a darse una ducha, pues estaba bañado en sudor por el juego. Sin más preámbulos me arrodillé ante él, bajé su short y saqué su verga. El estaba gratamente sorprendido. Su pene terminó de hincarse y pararse en mi mano.

Introduje la verga a mi boca, comencé a chupar y lamer como una puta. Le dije desde allí, lamiendo su pollón, discúlpame por llegar tarde, espero que esto compense la espera. Bajé a lamer la bolas, el me restregó sus bolas, bañadas e sudor por toda la cara, sentí el sabor salado de su sudor. Tenía una sensación en el culo de deseo. Esa verga estaba deliciosa.

Luego, el sostuvo mi cabeza mientras me follaba a buen ritmo por la boca, de cuando en cuando me hacía atragantar un poco.

El ritmo fue en aumento, entonces él me advirtió que iba a acabar, lógicamente él pensaba que yo rechazaría que se viniera en mi boca. Le dije, no importa, si quieres puedes acabar en mi boca. Un segundo después sentí un chorro abundante de semen en mi lengua. Acabo muy abundante. Saboreé y tragué toda su espesa leche.

Luego fui al baño a lavarme y me hice la paja hasta acabar. Antes de irme, el me invito a una fiesta que se daría el viernes en la noche en su casa. Al despedirse me dijo, muchas gracias, lo hiciste muy rico, espero que se repita muy pronto.

Después de la última vez con mi primo me había prometido a mi mismo no volver a comportarme así, mas el deseo me hizo terminar aquella tarde con la boca llena de semen.

Déjame saber si te gusto mi relato y si quieres que siga contando lo que paso después.
Datos del Relato
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
peter
invitado-peter 03-05-2023 20:22:50

me encanto tu relato

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