Soy tv y soy más mujer que cualquier mujer, me llamo Mía. Uno de mis picadores es El Negro, así le digo porque está bien sabroso, es la verga más grande que he tenido dentro de mí, ni siquiera me cabe toda en la boca. Vivo sola, me visita de vez en cuando. Cierto día dijo que me tenía una sorpresa, y vaya que lo fue.

Lo esperaba vestida con vestido corto, zapatillas, medias, liguero y tanga. Cuando llegó me llevó a la cama, me puso en 4, bajó mi tanga y empezó a besar mi colita y a meterme la lengua.

• Qué rica sorpresa papi.
• No, no es esto, es otra.
• Ok papito.

Así siguió un delicioso rato.

• Ya, ya métemela papacito.
• Voy.

Se incorporó, yo seguía en 4, realmente ansiosa por sentirlo dentro de mí. Me volteó y puso mis piernas en sus hombros.

• Así no papi, no la aguanto, la tienes muy grande.
• Esta era la sorpresa, quiero metértela toda estando encima de ti.
• Pero ya sabes que no me entra papi, me duele.

Como si no le estuviera hablando, empezó a restregarme la cabeza de su pene en mi entrada, la centró y metió la puntita.

• Ay!
• Aguanta.
• Así me duele mucho.

Se lo decía jadeando, era muy intenso lo que me estaba pasando. Siguió metiéndola, poco a poco. Sentía que me quemaba, me había cogido como 5 veces antes, siempre en cucharas o encima de mí, yo boca abajo, sólo así lo aguantaba.

• Hay te va, toma aire.

Me calentó todavía más que me pidiera que tomara aire, estaba sumamente caliente, como nunca; él también. Tomé aire.

• Despacio papi.
• Va.

Empezó a meterla más.

• Ay, no puedo, me duele!
• No te muevas.

La seguía metiendo poco a poco.

• Ya entró toda?
• No, va a la mitad.

Apenas??? No la voy a aguantar!!! Lo detenía del pecho, pero de nada me servía.

• Avísame cuando esté toda adentro.
• Ya la quieres?
• Sí, despacito.

Siguió metiéndola, de pronto me dice:

• Ya, ya está toda.
• Ay, papacito, qué rico!

Así se quedó un rato, sin moverse, todo adentro de mí. Yo me mordía los labios de tanto placer.

• Te gusta preciosa?
• Sí, siento muy rico negro.
• Quieres que te la saque?
• No, no la vayas a sacar amor.

Solo le digo amor cuando hasta que la tengo toda adentro. Entonces empezó a moverse, me dolía mucho, pero era mucho más el gusto. Me abrazó y lo abracé, soltó mis piernas y lo rodeé con ellas subiendo más las nalgas para que no se saliera su riquísima verga de mi culito. Lo sentía hasta el fondo de mis entrañas, a la vez que me sentía muy mujer, pensaba que muchas mujeres no han tenido un hombre como este negrazo, bien potente y bien cogedor. Siguió dándome hasta que pasó lo impensable:

• Papi, siento muy rico.
• Tómala, la querías así?
• No lo pensé, pero es delicioso.
• Quieres que siga cogiéndote?
• Si mi negro. Papi, me voy a venir!!!
• Vente cosita.
• Ay papi, me voy a venir, me estoy viniendooooo!!!

Y así pasó, sin que yo me tocara, empecé a soltar chorros de leche que caían en mi abdomen, el me estaba bombeando suavemente pero hasta el fondo, con los ojos cerrados mientras me venía.

• Ay papacito, ven, dame, dame, dame.

Y siguió dándome, yo sentía que aun me venía. Cuando terminé empezó a dolerme diferente, ya no la aguantaba.

• Ya papi, no puedo, salte, me duele mucho.
• Aguanta, ya te los voy a echar.

Aunque sentía muy raro, no podía desperdiciar su descarga, tenía que aguantar.

• Ya no puedo papi, vente.
• Ya, hay te van.
• Siiiii.
• Toma, toma, toma!!!
• Ahhh, qué rico, mi hombre!!!

Lo apretaba con fuerza con las piernas y lo tenía agarrado de las nalgas cuando sentí sus chorros de leche caliente, me los echó hasta el fondo, me los comí con mi colita, con toda mi feminidad. Sé que tener su semen dentro de mí me hará más mujer cada día.

• Papi, qué rico, qué riquísismo!!!

No podía dejar de sentirlo, subí más mis piernas y abrí más mi colita para seguir con todo eso dentro de mí. Se salió, nos dormimos un rato, desperté porque me la estaba restregando en la cara, así, sin haberse lavado. Me puso boca arriba, se montó en mí y me la metió a la boca, la tenía medio flácida pero se le puso dura con mis mamadas, se la tengo que agarrar porque no me entra toda, me ahoga. Así siguió hasta que volvió a darme su leche, mientras se viene le juego abajo del glande con mi lengua, le encanta!!! Le volvió a salir mucha, me los tragué mientras acariciaba sus huevos, me los tragué todos, siempre lo hago.

Se acostó a mi lado, pusimos una película, me vestí de nuevo y con coquetería, caminé como nena hacia la cocina para servirle botana y su cerveza a mi negro, bien lo merece por las ricas cogidas que me da.