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El miembro de mis sueños

Me considero una persona bastante tímida sobre todo para relacionarme es cuestiones sexuales, con la persona de esta historia llevaba alrededor de 1 año chateando por Skype, lo había conocido en un chat y durante este tiempo teníamos fantasías y esporádicamente teníamos charlas eróticas por video en medio la oscuridad de mi cuarto y la compañía de mis hermanos quienes siempre estaban dormidos, en ellas imaginábamos como se daría nuestro primer encuentro.

Él es un costeño de Sincelejo, maduro, alrededor de 48 años, acuerpado y con una personalidad bastante amigable, de las veces que lo vi por cámara lo que más me impactaba era su verga, veía su miembro perfecto, aproximadamente de unos 21 cm., algo grueso y cabezón, no tenía una sola curva, era bastante recto. Se veía tan provocativo que cada vez que lo veía me hacía palpitar de excitación mi culito rico y por cierto poco usado.

Esto paso exactamente el sábado 29 de enero de 2012, esa mañana en medio de una clase de sistemas en la universidad donde estudiaba en Bogotá por la 45 con cr 11, decidí ingresar al chat y buscarlo para decirle que al fin había decidido entregarme a sus pretensiones, por miedo había aplazado muchas veces el encuentro, pero ese día, justo ese día y después de tanta insistencia suya había pasado toda la noche sintiendo en mi culito la necesidad de tenerlo.

Con la suerte de quien anhela tanto, estábamos conectados al mismo tiempo, le conté de las ganas que tenía que me hiciera suyo, que cuadramos al instante para vernos una hora después en un sitio por Paloquemao en la entrada principal de un centro comercial. Apresuradamente le pedí a una compañera de clase quien vivía cerca que me dejara bañar puesto que tenía una cita con el destino, ese día llegue a su casa, me arregle la zona, me depile, tome todas las cremas de mi amiga y las aplique en cada rincón de mi cuerpo, esperando que el sintiera mi interés por estar presentable para él.

Cuando llegue al sitio, lo reconocí, me presente nerviosamente y decidimos caminar un rato por el centro comercial con el fin de distensionar el momento, como les dije al inicio soy bastante tímido y caminando y hablando de cada uno un poco fuimos entrando en calor, entramos a una farmacia el compro preservativos y un par de guantes de látex y con tal grado de excitación nos apresuramos a su apto.

Cuando llegamos el apartamento estaba solo, me dio un recorrido y me dijo que debía ser rápido porque alguien podría venir, por lo que de forma inmediata me dirigió a su habitación, estaba tan nervioso de lo que pasaría que él me consentía y tranquilizaba mientras me llevaba, era realmente comprensivo, me pidió que me desvistiera mientras me veía con suma atención y me decía lo lindo que yo estaba además de cuanto le gustaba mi cuerpo, el con la prisa del momento al mismo tiempo se desvestía, cuando bajo su bóxer y pude ver su miembro, me di cuenta que era más grande de lo que lo imaginaba era totalmente recto y parecía izando bandera, me cogió de la mano y me acerco a él, queriendo ponerlo de inmediato en mi boca, destape un preservativo y se lo puse con mis labios como si yo fuera un experto y con algo de maestría fui engulléndolo centímetro a centímetro, debía insistir y empujar hacia el mi cabeza para tratar de tragar su verga, siempre había tenido la fantasía de hacer garganta profunda y no podía, su gigantesca verga me ahogaba y me cortaba la respiración, sentía ganas de vomitar pero aun así yo era quien insistía en que su cabezona verga rozara mi faringe.

Él no era brusco, me dejaba llevar las riendas a mí y como puta en celo y con la necesidad de descrestarlo, intentaba con ansiedad, como su grado de excitación y con la arrechera que le deba culiarme por la boca, decidió dilatar mi culo, saco el pote de lubricante y empezó a embadurnarme la entrada de mi ojito, se puso un guante de látex y como todo un experto con sus dedos fue abriendo las paredes de mi esfínter, al principio introdujo solo uno, daba círculos entrando y saliendo, me decía muchas cosas tiernas lo que hacía que me relajara, luego introdujo otro dedo y con mucha paciencia me dilataba, pero sentir dos dedos dentro mío me puso a mil, yo estaba acostado con la espalda en la cama con mis piernas pegadas a mi pecho mientras el, a un costado tenía su verga en mi boca, sus dos sus dedos en mi culo jugaban y me generaban un poco de todo el placer que me daría el ese día, al mismo tiempo y sin darme cuenta como paso, todos sus 20 cms de carne entraban y salían por mi boca, la cabeza de su verga atravesaba mi garganta y rosaba mi faringe, quería sentirlo, lo había soñado, por lo que puse mi mano alrededor de mi cuello para sentir como su carne me inflaba la faringe con cada envestida y como al instante mi cuello se desinflaba cada vez que él tomaba impulso para volver a empujarla su miembro hasta el fondo por mi garganta.

Estaba cumpliendo mi fantasía estaba concentrado en disfrutar y degustar el sabor de su verga, fue en ese momento que me interrumpió y me saco de mi idilio, me pregunto si podía sentir cuantos dedos suyos tenía el en mi culo, yo sin decir palabra porque tenía la boca taponada con su verga moví la cabeza dando una respuesta negativa, él me dijo pues tienes 5 dedos dentro de ti, di un suspiro al entender lo que pasaba y me sentí el más puto del mundo, estaba gozando más de lo que habíamos fantaseado durante un año, saco su verga de mi boca y me dijo que ya estaba listo para recibirlo dentro de mí, giro mi cuerpo para que mi culito rico apuntara hacia su verga, aun acostado con mi espalda en su cama, el levanto mis piernas y las puso sobre sus hombros se inclinó hacia mi hasta quedar cara a cara, con una mano tomo su verga y la direcciono hasta el punto de rozar mi ojito del culo lo cual me hizo dar un gran suspiro, me llene de nervios porque jamás había recibido una verga de su tamaño y si a mi boca le había costado ajustarse a su tamaño y grosor pues sabía que a mi culo le costaría mucho más.

Él no quería ser brusco y me dijo que lo haría suavemente, tenía claro que su verga podía lastimar y conmigo él no quería hacerlo, al sentir su verga en la entrada de mi culo sabía que había llegado el momento y me tensione y al abrir con su miembro mis paredes anales, sentía como el grosor de su cabeza me abría y rompía en dos, era un monstruo en mí, le suplique que parara para tomar un respiro y volver a intentar, después de 30 segundos le pedí que intentara otra vez consiente que tenía que cumplirle, nuevamente y con toda la paciencia del mundo me volvió a poner la cabeza de su verga en la entrada de mi culo, era un dolor indescriptible (o quizás para mí, porque todos los pasivos debemos pasar por la misma situación las primeras veces) sin embargo sabia porque estaba allí, en su cama, ese momento que había deseado durante mucho tiempo, así que decidí que debía aguantar, con cada empujón en se quedaba quieto unos 20 segundos y volvía a empujar, imagino pasarían 3 minutos cuando fui consiente que sus 20 cms estaban totalmente en mí, el dolor que me producía ahora su verga abriéndose paso por mis intestinos y dando punzadas a mi estampo me hacían perder la noción de la realidad, solo deseaba no moverme, su verga era tan grande que podía sentir como si una varilla estuviera tratando de buscar una salida por mi garganta.

Pero si has leído muchas historias, sabes que aun cuando se tenga el dolor más inmenso, este se convierte rápidamente en placer, mi verga estaba nuevamente rígida y yo me daba pajazos con cada embestida que me daba, sentía como forzadamente entraba y salía de mí, como mi estómago se veía inflado y desinflado con cada vergazo que me daba, el me consentía y me daba besos en el cuello y en la oreja, mientras yo gemía en su oído sin parar con la respiración agitada y con un placer único, ahora yo le pedía que me diera más duro, le pedía más verga, ahora le suplicaba que no parara, era un sueño hecho realidad, un costeño y vergón me llenaba con toda su hombría, no quería que esas sensaciones se fueran a acabar, pero me producía tanto placer que no me pude contener, explote a chorros mientras su verga taladraba, mi estómago estaba untado completamente con mi leche, mis piernas no paraban de temblar, mis ojos se había puesto blancos y mis gemidos decían lo mucho que disfrutaba de esa hermosa verga, fue especial, el sintió cada segundo de mi orgasmo, esto le produjo tanta emoción que entender que su verga podía dar tanto placer lo llevo al éxtasis, su verga se puso tan dura que logro tocar el cielo, disparando chorros de leche en mi interior y llenando como si fuera un tetero su condón, su orgasmo extendió el mío, después de eso yo no podía moverme no tenía fuerzas para hacer nada, había quedado exhausto. El dejo su verga dentro de mí y se dejó caer en mí por un rato, por supuesto no podía aguantar mucho, él es grande pesaba 80 kg tal vez y yo pesaba 56 kg así que se movió después.

Con el culo adolorido pero satisfecho y con el afán que llegara alguien a su casa me pidió vestirme rápido, me acompaño al mismo sitio que nos encontramos y con una sonrisa en nuestras caras nos despedimos. Este día tuve la mejor hora de sexo, fue sin duda alguna la mejor culeada que me han dado y la verga más increíble que he probado, se lo dije durante mucho tiempo y le gusta que se lo repita.

Hace rato no nos vemos, ahora estamos lejos, pero espero que el sincelejano pueda hacerme lo mismo otra vez. Lo extraño.

Y esta historia es en su honor.

Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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