El mesonero
Por Marcos Urbina

Janine y yo nos dimos cuenta de que nos excitábamos mucho estábamos cuando nos veíamos cada uno teniendo sexo con otra persona. Cada vez que esto sucedía nos dábamos cuenta que crecía cada vez mas la atracción entre nosotros, estábamos mas enamorados que nunca porque nos gustaban las orgías. También nos dimos cuenta de que no deseábamos comenzar ninguna relación, de ningún tipo, ni siquiera amistosa, con ninguno de nuestros compañeros con los que tirábamos, por lo que nuestro lema era: "Encuéntralos, tira con ellos, y olvídalos". No era necesario involucrarse con ellos; eran simplemente gente desconocida.

Debido a que Janine era bi-sexual (lesbiana) muchas veces no me quedaba mas remedio que meter el huevo dentro de las cucas que ella misma se acababa de mamar y yo les acababa de último adentro de aquellas cucas babosas por culpa de Janine. Yo también tuve que cogerme muchas veces su cuca que quedaba bien lubricadas y mojada después que otro tipo había estado con ella y le había vaciado todo el semen de sus bolas dentro de la cajita amorosa, la cuca caliente de Janine: No me daba asco ni me parecía algo repugnante.

Nunca teníamos sexo con otras parejas si no estábamos los dos presentes. No se por qué me excito tanto cuando me la tiro después que la veo haciendo el amor con otro hombre que le llena su apretada cuca de leche caliente: eso realmente me emociona. Ella aparentemente siente lo mismo que yo y le gusta mamarme el huevo después que le he acabado a otra cuca o a otra chica en la boca. Tampoco le da asco.

Desde la primera vez que nos fuimos a un centro comercial a tirar -hacer el amor- hicimos un trato: de ahora en adelante tendríamos sexo solamente en lugares públicos como en parques, en el monte, al lado de autopistas, etc., pero que siempre corriéramos el riesgo de que alguien nos descubriera o nos vieran.
Janine se dio cuenta de que le gustaba usar ropa mostrando sus tetas y cuca y luego por lo excitados debido a su forma de vestir, espontáneamente hacer el amor.

Una o dos veces por semana íbamos a almorzar a un restaurante familiar que quedaba cerca de donde vivíamos y uno de los mesoneros o mesero era un tipo joven como de 18 años de edad quien no se cansaba de observar las tetas y largas, bonitas piernas de janine.

Cierta noche estábamos en la última mesa de este negocio y yo sentado en el rincón, recostado contra la pared, Janine frente a mi. La única forma de que alguien viera las tetas de Janine y su cuca era que se pararan en el lugar en donde el joven mesonero se detenía para hacer el pedido. Ella me sonrió y abrió un poco mas los botones de la blusa y se subió mas el borde de su corta minifalda. Cuando Cristóbal, el mesonero, llegó, se le dio una buena vista del valle entre las tetas de janine hasta un poco de su afeitada cuca. Por un momento se quedó como si se hubiera quedado sin habla y sordo (ni habló ni dijo nada). Cuando le hicimos el pedido solo miraba al expuesto cuerpo de Janine, sin prestar atención a lo que le pedíamos. Por fin se recuperó hasta poder entendernos y se fue para hacer el pedido de nuestro plato favorito. Janine me sonrió y dijo:

-Deberíamos ayudarlo.

Yo también sonreí y moví la cabeza en señal de que estaba de acuerdo. Cuando comenzamos a comer el mesonero fue demasiado atento con nosotros y siempre estaba pendiente de lo que necesitáramos y cuando pedimos el postre, Janine le preguntó a que hora terminaba su turno. Cuando dijo que solo le quedaban quince minutos mas de trabajo ella le dijo que cuando terminara fuera al estacionamiento y nos buscara. Pagamos la cuenta y salimos.

Janine se sentó de lado a lado en la parte de adelante del carro, una enorme Suburban, y dejó la puerta abierta. Sus piernas y rodillas separadas, abiertas con la minifalda bien subida, lo suficiente para tener acceso a su caliente cuca. Su blusa estaba completamente abierta mostrando las grandes tetas.

Ambos nos reímos cuando vimos al señor Cristóbal buscándonos desesperadamente, mirando para todos lados. Cuando se acercó yo me coloqué a un lado de Janine. Se quedó con la boca abierta cuando vio lo que probablemente habría hecho que se hiciera la paja muchas veces, porque sin decir nada, Janine presiono la palma de su mano contra el bulto en los pantalones del mesonero y le restregó el parado huevo. Lentamente le bajó el cierre o cremallera y le sacó el tembloroso palo. Ella avanzó hacia él y le agarró la cabeza del huevo que goteaba para acercársela a la cuca. Cuando se introdujo la cabeza dentro de la cuca con una mano, ella lo atrajo mas para metérselo bien adentro. Luego se inclinó contra el centro de la consola y comenzó a doblarse dándole a las caderas para que el joven huevo se le metiera. Ella le agarró las manos y las colocó sobre sus tetas y dejó que todo siguiera de manera natural. El mesonero se las apretaba y jalaba, le comprimía sus grandes, duros pezones mientras su huevo le llenaba la cuca. Todavía nadie había dicho ni una palabra. Janine estaba en la gloria, un desconocido cogiéndola en un estacionamiento con las luces interiores o de la cabina de la camioneta prendidas, de manera que pudiera vernos alguien.

Vi por encima del hombro de mi mujer su reacción cuando ella sintió que otro huevo, uno huevo, se le estaba metiendo dentro de la cuca abierta y ella sentía como se hinchaba y crecía mi huevo adentro de ella. Abrí mi mariposita y lentamente, le di empujes mientras mi muchacha linda se cogía al joven mesonero. Cristóbal comenzó a darle mas rápido y mas duro cuando Janine le gritó que le acabara adentro y le echara su cremosa leche. Las caderas del muchacho se sacudieron contra ella en el momento en que le vació sus jóvenes bolas dentro de su cuca que hervía de placer. Gritando, como si gruñera, con cada disparo de semen, el joven obedeció la orden y le lleno la cuca con el jugo, el líquido, néctar del amor.

Cuando se metió el huevo ya blando y aguado, colgando, dentro de sus pantalones blue jeans ella le dijo que se colocara a mi lado que observara. Yo incliné el asiento hacia atrás y abrí la puerta de mi lado para que pudiera tener una buena vista de todo lo que yo le iba a hacer a mi mujer. Janine se inclinó sobre el tablero y extendió su larga lengua para lamerme el parado huevo. Ella se puso a hacer su trabajito por un lado de manera que Cristóbal pudiera ver mi huevo como se metía y salía por su boca caliente y ardiente. Me lo mamó y lamió como una mujer salvaje, como irracional, hasta que estuve listo para acabar. Luego se detuvo un momento para decir que quería que Cristóbal viera como la leche salía disparada dentro de su boca, le hizo la paja a la base de mi huevo mientras su lengua se desplazaba alrededor de la cabeza ya roja. Mis caderas se sacudieron cuando le vacié una carga grande de leche dentro de su lengua y labios. No quería desperdiciar ni un poquito, así que rápidamente se chupó mis jugos y mi huevo se lo metió dentro de su caliente boca y se tragó todo. Cuando mi verga comenzó a ablandarse ella dejó que se saliera de la boca y le sonrió a Cristóbal:

-Con esto que has visto y tienes suficiente para hacerte la paja cien veces esta noche!! -le dijo.

Dicho esto, dejamos al joven mesonero parado en el estacionamiento, para luego dirigirse a su hogar. Mientras conducía rumbo a casa, noté que Janine se estaba metiendo el dedo dentro de la cuca: - ¿Tienes que acabar ya, no? –le pregunté.

Su respuesta fue extender la mano para agarrar su cartera grande y sacar el vibrador personal. Con la cuca llena de semen ella no necesitaba mas lubricación, así que jaló la palanca e inclinó el mueble hacia atrás, abrió sus piernas y se metió el huevo de plástico dentro de la cuca caliente y fogosa. Lo encendió y comenzó a darle dentro de esta, lo sacaba y lo metía. La otra mano la tenía levantada y se jalaba los pezones.

Esto fue lo que vio un camionero cuando me detuve al lado de su gandola, en un semáforo. Este señor podía ver bien a Janine metiéndose ese consolador por la cuca, cogiéndose ella misma con el vibrador y jalándose sus grandes tetas desnudas. Se restregaba la cabeza del huevo de plástico contra su sensible punto "G" y pronto comenzó a gritar hasta que su cuerpo se endureció, rígido, y se sacudió con un tremendo orgasmo. Vi que la luz del semáforo había cambiado a verde pero el camión a nuestro lado ni siquiera se movía, por lo que me quedé allí parado para que el chofer o conductor del remolque pudiera ver el final del espectáculo. Cuando ella se calmó y estuvo en reposo, Janine se saco el vibro y se lo introdujo dentro de la boca, pero en ese momento abrió los ojos y vio al conductor del remolque mirándola. Le sonrió y le hizo señas a este señor mientras nos alejábamos cuando apreté el acelerador.

Janine se soltó la falda para que le cubriera la cuca cuando nos estacionamos frente a nuestro apartamento pero se dejó la blusa abierta cuando nos dirigíamos a la entrada. Miré como se le mecían las tetas y le rebotaban entre si mientras subíamos por los cortos escalones hacia la puerta. Cuando coloqué la llave en la cerradura ella se recostó contra mi, presionando, y me susurró en el oído que todavía estaba caliente y cachonda.

Para el momento en que había cerrado la puerta y puesto seguro, ella estaba completamente desnuda y caminado escaleras arriba hacia el dormitorio. Cuando subí yo, la encontré en el centro de una cama grande con las piernas abiertas y sus manos haciéndome gestos para que me apresurara.

Rápidamente me deshice de mi ropa y me coloqué entre aquellas largas piernas. Mi huevo estaba listo y no perdía tiempo para iniciar el juego. Cuando la cabeza del machete encontró su cuca se lo metí bien duro. Le levanté sus piernas sobre mis hombros y me la cogí bien duro y rápido. Yo sabía que por lo caliente que ella estaba no se tomaría demasiado tiempo en acabar. Cuando se lo zampé, moví mis caderas en círculos para hacer que la cabeza del huevo le restregara y rozara dentro de todo el interior de la vagina. Al poco tiempo sentí que su cuerpo cuando comenzó a temblar y luego ella gritó y sacudió tanto el culo, que se bajó de la cama cuando se cayó por el fuerte orgasmo. En momentos como ese todo lo que podía hacer era sostenerla y mantener el huevo enterrado dentro de la panocha.

Cuando mi chica iba por el sexto orgasmo yo continué cogiéndola, y tuvo dos buenas acabadas mas antes de decir que ahora me tocaba a mi acabarle a ella. Me concentré en obtener mi propio placer y pronto sentí cuando mi huevo tuvo un espasmo al dispararle otra carga de semen dentro de la cuca.

Cuando se lo saqué, ella se montó sobre mi para hacer el 69 y suavemente me mamó el huevo. Con la cuca sobre mi cara es obvio que yo le comenzara a lamer todos los jugos que le goteaban y chorreaban de la hedionda cuchara.
Me tomó dos minutos darme cuenta de que yo no solo estaba chupándole mi semen sino también el que había dejado el joven mesonero cuando se la cogió. Para entonces era demasiado tarde para detenerme así que me la lamí lo mas hondo posible, metiéndole bien la lengua, y le produje otro orgasmo.

Yo sabía que había terminado por esta noche y nos abrazamos dándonos besos antes de caer profundamente dormidos ya satisfechos sexualmente. Janine me susurró que como ella sabía que me había tragado el semen del otro hombre, esto la había había excitado y también a mi, algo que nos gustaba. Lo pensé durante unos segundos y supe que ella tenía la razón porque algo nuevo se había agregado al historial de nuestras aventuras sexuales.

La vida es para gozarla.

FIN

Traducido por Marcos Urbina
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CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS:

The Waiter
by Marcos Urbina

Janine and I discovered that we were really turned on by watching each other have sex with other people. Each time we did it we found that our desire for each other was stronger than ever. We also found that we didn't want to start a long relationship with our other partners. Find them, fuck them, and forget them had become our motto. Since Janine is bi-sexual, I got to fuck a lot of just licked pussy while she ate lots of just fucked pussy and got my cum secondhand. I also got lots of well-lubed pussy after a strange man had emptied his balls deep into Janine's hot box. We never had sex with others unless we both were there. There is something about fucking her after watching another man fill her tight pussy with hot cum that really turns me on. She apparently feels the same about sucking my dick after I cum in another pussy or mouth. Having sex in public when there was a chance of being caught had become our treat since our first fucking trip to the mall.

Janine found that she liked wearing clothes that showed her tits and pussy and the spontaneous sex that often occurred. Once or twice each week we would eat at a local family restaurant. One of the waiters was a young man of eighteen years who could not get enough of staring at Janine's tits and long legs. One night we were in the last booth of his station with me sitting against the back wall and Janine facing me. The only way that someone could see Janine's tits and pussy was to be standing where the young waiter was. Janine smiled at me and opened a few more buttons of her blouse and adjusted the hem of her short skirt. When Chris, the waiter, arrived, he was treated to a good view of the valley between Janine's big tits and a bit of her shaved pussy. For a bit he seemed to have lost both his hearing and his voice. We gave him our orders and he just stared down at Janine's exposed body. Finally he recovered enough to understand us and left to place the order.

Janine grinned and said, "I should do something for him." I grinned back and nodded approval.
We had a very attentive waiter as we ate. As we started dessert, Janine asked Chris what time he got off. When he said that he only had fifteen more minutes to work she told him to come to the parking lot and find us when he was finished. We paid the check and walked out.

Janine sat sideways in the front passenger seat of the big SUV with the door open. Her knees were open with her short skirt high enough to give easy access to her hot pussy and her blouse was completely unbuttoned to show her big tits. We chuckled as we saw Chris looking desperately around for us. When he did locate us he almost ran to the car. When he was close I motioned him around to Janine's side.

His mouth fell open when he saw what he had probably jacked off to many times. Without a word Janine pressed her palm against his bulging pants and rubbed his hard cock. She slowly slid his zipper down and pulled out his throbbing dick. She scooted toward him and pulled the already dripping head to her pussy. As she slid the head into her cunt with one hand, she pulled him closer and he pressed deep into her. She leaned back against the center console and began to hump against him as his hips pumped his young cock into her. She took his hands and placed them on her tits and let nature take it's course. He squeezed and pulled at them and pinched her large, hard nipples as his cock filled her pussy.

Still not a word had been said. Janine was in her glory; getting fucked by a relative stranger in the parking lot with the interior lights on. I watched over her shoulder as this new cock drove into her bare cunt and felt my own cock grow hard. I opened my fly and slowly stroked it as my girl fucked the young waiter.

Chris began to stroke faster and harder as Janine growled for him to cum in her hot pussy, to fill her with his creamy cum. His hips jerked hard against her as he emptied his young balls into her steaming pussy. Grunting with each shot of cum, he did her bidding and filled her pussy with his love juice.

As she tucked his softening cock into his jeans she told Chris to come around to my side and watch. I leaned the seat back and opened my door to give him a good view. Janine bent over the console and extended her long tongue to lap at my hard cock. She worked from the side so that Chris could see my dick sliding in and out of her hot mouth. She sucked and licked at me like a wild woman until I was ready to cum. She stopped long enough to say that she wanted Chris to see the cum shoot into her mouth and then jacked the base of my dick as her tongue slide around the purple head. My hips jerked as I unloaded a large shot of hot cum onto her tongue and lips. Never one to waste cum, She quickly sucked my juices and my dick into her hot mouth and swallowed. As my dick began to soften she let it slip out and smiled at Chris. "That should give you something to jack off to tonight." She said.

With that we left the young waiter standing in the parking lot and headed for home. As I drove I noticed that Janine was fingering her pussy.

"You need to cum don't you?" I asked.

Her answer was to reach into her large purse and pull out her vibrator. With her pussy full of cum she didn't need more lubrication. She laid the seat back, opened her legs and shoved the plastic dick into her hot pussy. She turned it on and began to stroke it in and out. Her other hand was lifting and pulling at her tits. This was the sight that greeted the driver of a large truck when I stopped next to him as a light. He had a great view of Janine fucking herself with the vibrator and pulling at her large, bare tits.

She worked the head of the plastic dick against her very sensitive g-spot and soon screamed as her body stiffened and jerked with a huge orgasm. I saw that the light had turned green but the truck next to us didn't move so I stayed there to let the driver see the finish of the show. When she calmed down, Janine pulled the vibe out and sucked it into her mouth. As she did this she opened her eyes and saw the driver of the truck looking down at her. She smiled and waved at him as I pulled away.

Janine let her skirt drop to cover her pussy when we parked in front of our apartment but left her blouse open as we walked to the front door. I watched her tits bounce and sway as we went up the short stair. As I put the key in the lock she pressed against me and whispered that she was still horny. By the time I had the door closed and locked she was completely nude and on the stairs to the bedroom. I found her in the middle of our large bed with her legs open and her hands beckoning for me to hurry.

Quickly I shed my clothes and moved between those long legs. My dick was ready and I didn't waste time with foreplay. As the head found her cunt I drove hard into her. I lifted her legs over my shoulders and fucked her hard and fast. I knew that as horny as she was it would not take long for her to cum. As I stroked into her I moved my hips in a circle to make the head of my dick wipe around inside her pussy. It didn't take long and I felt her body start to shudder and then she screamed and jerked her ass off the bed as she came hard. At times like that all I can do is hold on and keep my dick buried in her hot pussy. When she came down from the sex high I continued to fuck her and she had two more good cums before declaring that it was my turn to cum. I concentrated on my own pleasure then and soon felt my dick spasm as I shot another load of cum into her pussy.

When I pulled my dick from her pussy she moved over me in a 69 position and gently sucked at my cock. With her pussy over my face I naturally began to lick at the juices dripping from it. It took a couple minutes for me to realize that I was sucking up not only my cum but that of the young waiter also. By then it was to late to stop so I licked as deep as I could and brought her to one more orgasm.

I knew that I was done for the night and we cuddled close and kissed. before we fell into the sleep of the sexually satisfied. Janine whispered that knowing that I had just eaten another man's cum was a big turn on. I thought about that for a few seconds and knew that she was right and that something new had been added to our sexual adventures.

Life is good.