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Categoría: Maduras

El mejor amigo de mi hijo

Esta historia ocurrió en diciembre del 2000, cuando empezaron las vacaciones escolares.



Yo soy una mujer divorciada, de 35 años, mido 1.75, catira, de ojos verdes, soy instructora de spinning del gimnasio donde trabajo, lo que para mi suerte me mantiene con muy buen cuerpo, soy de pechos grandes y firmes, piernas duras y bien formadas, delgada y tengo un buen trasero, firme y duro.



Vivo en un apartamento pequeño (que consta de 2 cuartos, 1 baño, sala-comedor y la cocina) con mi hijo Alejandro, un joven de 17 años que cursa el último año del colegio.



Al comenzar las vacaciones escolares de diciembre, la mamá de Alfredo un amigo del colegio de mi hijo me preguntó sí Alfre podía quedarse una semana en casa ya que ella y su esposo tenían que asistir a un viaje de negocios y no lo podían llevar ni tenían con quién dejarlo, a lo cual accedí, ya que era el mejor amigo de mi hijo, lo conocía a él y a sus padres desde que entraron al colegio en preescolar y ella y yo éramos muy buenas amigas.



Alfredo llegó a la casa un lunes por la mañana, yo estaba en el gimnasio donde trabajaba hasta el mediodía, cuando llegué, Alfre y Ale ya se habían acomodado en su cuarto que tiene una cama con gaveta y estaban jugando con el play station, les preparé el almuerzo y los llamé para comer, hablamos mientras comíamos y le dije que se sintiera como en su casa, que no tuviera pena con nada y que me pidiera cualquier cosa. A lo que respondió no te preocupes Andre (que es como me dice ya que lleva muchos años conociéndome y es como el hermano que nunca tuvo Ale).



Pasaron 2 días muy bien, los chicos se la pasaban saliendo, jugando y en las noches, a veces los tenía que regañar para que se durmieran ya que hacían mucho ruido y no me dejaban dormir para ir en la mañana al trabajo.



El miércoles, recibí la llamada del papá de Ale, mi ex esposo dándonos la mala noticia que su mamá había muerto y ya le había comprado el pasaje a Alejandro para que se fuera a Madrid para que asistiera al entierro de su abuela, el cual salía ese mismo día en la noche.



Alfredo y yo llevamos a Ale al aeropuerto y después fuimos a ver una película al cine y a comer helados. Cuando llegamos a la casa, le dije a Alfre que no tuviera pena que no estuviera Alejandro que hiciera las mismas cosas que antes.



Me fui a bañar y me puse el camisón para dormir, cuando entré a la habitación donde dormía Alfredo, lo encontré jugando play station sentado en la cama solo con unos bóxer que era la ropa que usaba para dormir me puse a recoger un poco el reguero que dejó Ale por el apuro con que hizo la maleta y a ordenar un poco el cuarto y de pronto noté que Alfredo no me quitaba la vista de encima y claro como tenía el camisón que me queda un poco holgado al agacharme se me veía todo por dentro y como no llevaba sostén me podía ver mi pecho, lo que hizo que me sonrojara y saliera rápido de ahí, con la excusa que iba a llevar la ropa al lavandero. Ya más calmada, pasé otra vez pero solo para darle las buenas noches y al verlo, sin pensarlo me puse a detallarle su cuerpo, que estaba en muy buena forma, ya que asistía con mi hijo a mi gimnasio y jugaban para el equipo del colegio de football (soccer) y natación, lo que los mantenía en buena forma, tenía una espalda ancha y bien definida, al igual que el pecho y buenos brazos, debidos a la natación y piernas muy fuertes por el football, un abdomen en donde se le marcaban sus cuadritos, mide como unos 1.82, ya que es un poquito más alto que mi hijo el cual mide 1.79, de piel bronceada por el sol que agarra en la piscina y de cabello y ojos negros.



Al acostarme no podía conciliar el sueño, ya que no quitaba de la mente la forma en que me miraba y su espectacular cuerpo. Paso más de 1 hora hasta que me dormí.



En la mañana siguiente cuando ya estaba saliendo al gimnasio, salió corriendo del cuarto y me preguntó si se podía ir conmigo ya que Ale no estaba y nos fuimos juntos, al terminar mi clase de spinning, lo encontré en las máquinas y dijo que ya estaba terminando que sólo le faltaba una y lo ayudé a terminar.



Fuimos a la casa y mientras preparaba el almuerzo, dijo que se iba a bañar y se metió al baño, saliendo sólo en toalla y me preguntó dónde había otro jabón que se había acabado, el cual me tardé en conseguir para apreciar su cuerpo con sólo la toalla que tenía atada a la cintura. Al salir del baño, le dije que me iba a bañar, mientras me quitaba la ropa, él me gritó desde la cocina que olía a quemado y abriendo un poco la puerta del cuarto le di las instrucciones, como había dejado la puerta entre abierta sin querer, pudo ver cómo me terminaba de quitar la ropa del gimnasio y yo al ver que me estaba viendo, me hice la loca y seguí en lo que estaba, después salí con la bata del baño y le dije que iba a entrar a la ducha que estuviera pendiente y me fui al baño. Cuando entré me quité la bata, noté que me estaba espiando por las ventanitas que tiene la puerta del baño y no dije nada, me metí en la ducha y bañé pensando en lo cuanto me gustaba que un joven de 17 años me espiara, me hacía sentir que mi cuerpo todavía era sexy, al finalizar, abrí la cortina de la ducha y me puse a escurrirme el agua y a peinarme para que tuviera tiempo de verme bien y me sequé muy sensualmente, me puse la bata, lo que le dio tiempo de irse a la cocina y salí a ver cómo estaba la comida, noté que tenía un bulto en su bóxer que podía disimular y disimuladamente me aflojé la bata un poco para que se me abriera al inclinarme y permitirle ver un poco más, eso me estaba calentando y me fui a vestir, me puse un short de los que uso en la casa pero busqué los que me quedaran más apretados y una camiseta sin sostén claro está para estar cómoda y darle el gusto a mí huésped. Comimos y después me ayudó a recoger la mesa y mirarme cada vez que me agachaba lo cual hacía con mucha frecuencia para que me viera Alfre. Al terminar tuve que salir un momento a hacer unas diligencias y cuando regresé, noté que había revisado el cajón de mi ropa interior, ya que lo encontré algo revuelto y eso es algo que acostumbro tener muy ordenado y vi que la tanga hilo dental que había usado para ir al gimnasio, tenía restos de semen lo que me llevó a la conclusión de que se había masturbado con ellas, lo que me calentó al máximo y me llevó a ingeniar un plan.



En la noche había alquilado una película para verla y le pregunté si la quería ver que viniera a mi cuarto donde estaba el VHS, yo me encontraba acostada de mi lado y él se sentó en el piso y yo le dije que no le diera pena y subiera a la cama y se sentó en la esquinita, después de un rato, le dije si quería ponerse más cómodo se recostara a lo que accedió. Al terminar la película hice movimientos de molestias en mi cuello y dije en voz alta ¡qué lástima que no está Ale para que me dé unos masajes!. Y le pregunté: ¿Tú sabes dar masajes en el cuello?. Me dijo no debe de ser muy difícil, pero nunca lo he hecho. Deja la pena y dame uno por favor, se situó detrás de mí y comenzó con los masajes, me bajé los tirantes del camisón un poco para que estuviera más cómodo y busqué una crema que tengo que tiene un olor muy rico y sensual, terminó el masaje, se despidió y se fue a dormir. Ahí me quedé pensando que mi plan no había dado resultado, el muchacho no era lanzado como yo creía y tenía que facilitarle las cosas un poco.



El viernes en la mañana no pasó nada interesante, fuimos al gimnasio y después de comer le dije que iba a salir y que llegaría un poco tarde ya que iba al cumpleaños de una amiga, estuve un rato en la fiesta y como a las 12 de la noche regresé a la casa. Él estaba despierto viendo una película en su cuarto y al sentirme salió a saludarme, yo había tomado un poco y estaba medio alegre (eso era parte de mi nuevo plan para tener un poco de iniciativa) pero cuando lo vi, me hice que estaba más borracha de lo que en realidad estaba y tambaleando, me senté en el sofá, él preguntó si estaba bien y le dije que sólo un poquito pasada de palos, que me disculpara y él sonrió, me hice la dormida por unos minutos, dejando un ojo medio abierto pero sin que se diera cuenta y él aprovechó para verme un poco, yo estaba con una minifalda de cuero muy corta y que me quedaba muy ajustada y una camisa que tenía un gran escote en la espalda, lo que ocasionó que no me pusiera sostén. Disimuladamente me recosté para un lado abriendo un poco mis piernas y él no me quitaba la vista de encima, ya que se me veía todo, en eso me desperté y le dije que me ayudara a ir a mi cuarto, me dejó sentada en la cama y se fue cerrando la puerta pero por supuesto no por completo, me quité la camisa y la falda y me puse la ropa de dormir más sexy que tenía, él no dejaba de verme por entre la puerta y me tiré en la cama haciéndome la dormida nuevamente, sin arroparme ni apagar la luz, a los 5 minutos, sentí que entró y me habló para ver si estaba despierta, como no le respondí, supuso lo contrario. Ahí estaba él contemplando mi cuerpo tirado en la cama con solo mis diminutas tangas blancas y mi pijama blanca sexy de encajes, que dejaba ver mi pecho a través de ella. Me moví un poco lo que ocasionó que saliera una de mis tetas de la diminuta pijama y oí un ¡oh! que salió de su boca, me movió un poco y como no desperté se atrevió a tocarme con mucho cuidado mi teta al aire, la acarició con mucho cuidado hasta poner mi pezón duro y parado, luego le dio una chupadita y no aguanté más y gemí lo que hizo que retrocediera, al darse cuenta que seguía dormida, me comenzó a tocar las piernas y como un reflejo se las abrí, ya estaba bastante mojada y cuando me tocó mi concha, no aguanté más y le dije Alfredo quiero que me cojas, dio un brinco de susto que llegó a la puerta del cuarto, le dije no tengas miedo siempre he estado despierta y quiero ésta tanto como lo quieres tú. Me dijo Andre no estabas dormida, le dije no, que también había visto cuando me veía por dentro de la camisa, por la puerta del baño y que ella se ponía la ropa más pequeña y sexy que tenía para provocarte y como que lo logré y sonreí. Me paré y me quité la pijama, quedando en mis tanguitas, lo abracé y le di un largo beso, el cual correspondió metiendo su lengua en mi boca y tocando mis nalgas.



Lo llevé a la cama y lo acosté, lo puse boca arriba con los brazos abiertos y le ordené que no me tocara o besara hasta que le dijera, él me dijo: qué me vas a hacer y le dije que le iba a ser sentir lo mejor del mundo, me dijo que tenía miedo y me confesó que era virgen, y se dejó llevar por mis órdenes. Lo comencé a besar por todo el cuerpo y le restregaba el mío por el suyo, le bajé el bóxer con los dientes y salió de un salto su enorme y grueso pene, lo agarré entre mis manos y lo comencé a masturbar lentamente, él respiraba fuertemente y se retorcía de placer, luego me lo llevé a la boca y lo comencé a lamer, primero la cabeza y bajé hasta el tronco, luego sus bolas y me inspiré en la parte esa de piel que está debajo de las bolas y antes del culo. Cuando estaba en el clímax total me metí todo su miembro y se lo chupé hasta que me descargó toda su cálida leche en mi garganta. Me acosté a su lado y le dije que era su turno.



Comenzó con un beso muy cálido y apasionado, mientras me agarraba las tetas, luego bajó a ellas y las comenzó a lamer y chupar, me las masajeaba y mordisqueaba con mucha dulzura, luego bajó besándome el vientre mientras me quitaba la tanga, dejándome completamente desnuda ante sus ojos, me abrió las piernas al máximo y comenzó a besarme mi mojada y depilada conchita, luego con sus dedos, separó un poco y me metió la lengua y empezó a jugar con mi clítoris a la vez que con un dedo me penetraba, yo ya estaba muy caliente y gemía desesperada, luego metió dos y hasta tres dedos aumentando sus movimientos y a lo que sentí su lengua otra vez dentro de mí me corrí en su boca llenándosela de mis líquidos vaginales.



Esta sensacional chupada que me había dado le provocó una nueva erección, lo que sin pensarlo le pedí que me penetrara que deseaba sentir su enorme pene dentro de mí me quedé acostada con las piernas abiertas y él se acomodó encima y apuntó su enorme y parado miembro a la entrada de mi mojada y caliente conchita y de un empujón me lo metió de una sola vez, lo que provocó un chillido de dolor en mí, ya que tenía muchos meses sin novio y no tenía relaciones hace mucho tiempo, comenzó lentamente con el mete y saca y el dolor y desapareciendo y se transformaba en gemidos de placer, fue acelerando mientras me chupaba las tetas cuando de repente soltó un grito y se corrió llenando mi concha de su tibia leche que provocó mi inmediato orgasmo, cuando sacó su ya flácida polla se la lamí hasta dejarla bien limpia, pero al ver que con mi limpieza ya se le estaba poniendo dura otra vez, me puse en cuatro patas y le pregunté que si estaba cansado, a lo que respondió empujándome todo su trozo dentro de mi dilatada concha y comenzó con el meneo otra vez, mientras lo hacía, con el dedo medio lleno de saliva, lo comenzó a meter en el hueco de mi virgen culito a lo que le dije que no, pero no me hizo caso y me dijo que quería probar cómo se sentía y yo accedí ante la misma curiosidad, luego de haberlo dilatado un poco, me empezó a meter la cabeza y yo llorando le suplicaba que no, al oír mi llanto, lo excitó más y me empujó otro poco, dejándolo para que se abriera mi estrecho culito, me sujetaba por las caderas mientras yo forcejeaba para que lo sacara y besándome el cachete me metió el resto de una sola embestida produciendo un grito de mi parte por el inmenso dolor que sentía a la vez que se me salían las lágrimas. Cuando me calmé un poco, empezó con su suave movimiento, y empecé a cambiar mis quejidos y llantos por gemidos de placer, lo que le provocó un aumento en la velocidad y mi primer orgasmo gracias a la penetración anal, él mientras agarraba mis tetas bamboleantes por el movimiento cuando noté que incremento su velocidad al máximo y entre nuestros gritos de placer se corrió dentro de mi culito provocándome otro orgasmo sensacional. Quedamos muertos de cansancio y nos quedamos dormidos abrazados.



En la mañana siguiente cuando me desperté, busqué un pote de miel que tenía en la cocina y se lo eché por todo el cuerpo mientras dormía, lo comencé a lamer lo que provocó que se despertara y me hiciera el amor otras dos veces más antes de meternos a bañar juntos para terminar haciéndolo enjabonados en la ducha. Nos desayunamos y fuimos juntos a buscar a mi hijo Alejandro que regresaba a Venezuela.



Cuando llegamos a la casa no perdíamos ninguna oportunidad para besarnos y tocarnos a escondidas de mi hijo, lo cual nos excitaba muchísimo y cuando se metía bañar hacíamos el amor en cualquier sitio del apartamento.



Alfredo sigue siendo el mejor amigo de Ale mi hijo, ahora se queda a dormir con más frecuencia que antes y cada vez que puede se va de viaje con nosotros. Ahora no sólo es el amigo de mi hijo sino que pasó a ser mi amante y compañero sexual.



Espero que les haya gustado mi relato, esto que les conté, no es mentira y es algo real y espero que continúe por mucho tiempo más.



Andrea


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 8.33
  • Votos: 6
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
invitado
invitado-invitado 03-04-2018 07:28:25

muy bueno me gusto bastante

lear
invitado-lear 30-12-2017 06:31:29

buen relato

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