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Pese a que soy felizmente casada, no puedo dejar de ser caliente y de vez en cuando tengo mis quereres con alguno y también alguna que me guste, así soy y que.
Alan es amigo de mi marido, el es un chico que mide 1.50 cm, de hecho, todos le dicen “mascarita” por su tamaño, pero tiene un carisma enorme y presencia pese a su estatura.
Algo que le reconozco es que no tiene ningún complejo, lo he visto salir con mujeres mas altas que el y el siempre mantiene su chispa, además de que bailaba muy bien.
Alan era un mujeriego, por eso siempre que me hacia la platica mi marido llegaba inmediatamente, jajá, creo que temía a que yo cayera con el, pero en ese momento ni por mi cabeza pasaba, pero como dice le dicho jamás hay que decir de esa agua no he de beber porque después nos ahogamos y eso me paso con el.
La pandemia llego a México y nos tuvimos que quedar en casa casi un mes, mi marido y yo estábamos en nuestra casa de Sinaloa ya que no pudimos regresar a la capital por el cierre de casetas, todo iba de lo más normal hasta que mi marido recibió la llamada de Alan.
C: ¿Que paso? ¿Todo bien?
M: ¡¡No!! la familia de Alan se contagio, el es el único que esta sano.
C: ¡¡Dios!! ¡Y luego!
M: Me pidió ayuda, que le prestara una casa para que se resguarde, pero todas ya están ocupadas.
C: Y que va a pasar’
M: ¡Le dije que se venga con nosotros!
No dije nada mas, solo me concentré en el terrible problema por el que pasaba Alan, al fin y al cabo, todos somos humanos y a nadie se le desea lo peor.
Alan llego al día siguiente por la mañana, pese a su gran chispa se notaba cabizbajo y no era para menos, alejarse de su familia y más cuando ellos estaban en problemas de salud, pero fue decisión de todos así que el tenia que cuidarse también.
Los primeros días fueron pesados, yo quería sexo con mi marido, pero el saber que en el cuarto de a lado estaba Alan me cohibía y eso nos ponía de mañas a los dos que incluso discutimos por indiferencias.
Luego decidimos abstenernos y relajarnos total estaríamos encerrados algo de tiempo, solo mi marido salía por comida y en ese tiempo Alan y yo nos dedicábamos a platicar, jugar juegos de mesa o ver películas.
Conforme pasaron los días yo comencé a sentirme incomoda con su presencia, ya que cuando salía de bañarme el siempre me topaba y con su fantástica sonrisa me miraba de arriba abajo ya que acostumbro a solo ponerme una toalla.
Cuando estaba aseando la casa, acostumbro usar un short y una blusa muy delgada que transparentaba todo, eso no era problema hasta que Alan decidió ayudarme, según el, pero sus miradas morbosas me incomodaban mucho.
C: ¿Oye, para cuando se va Alan? ya paso un mes y se supone que regresaría a la ciudad!
M: Sabes, su madre recayó y estará 15 días mas con nosotros, ¿porque te molesta?
C: ¡¡Pues ya me urge mi privacidad!!
M: ¡No seas así, además mañana tengo que ir a Veracruz y el te puede hacer compañía ya que no te puedo llevar!
Sus palabras me dejaron helada, quería asesinarlo, pero no dije nada y me resigné, sin sexo y quedarme con el intruso, ya que, ay que apoyar al marido.
El salió al día siguiente muy temprano, a las 5 am, yo salí a despedirlo y después regresé a mi cuarto a encerrarme y seguir durmiendo hasta las 10 am que me desperté al oír música de los 80 y decidí ver que pasaba.
C: ¿¿¿Que haces???
A: ¡Querida Cindy ya despertaste, solo preparo el desayuno!
C: ¡Ok, pero no era necesario!
A: ¡Descuida para mi será un gusto, les debo mucho a ustedes!
Alan había preparado un almuerzo que se notaba delicioso, el muy amable me invito a sentarme a almorzar, pero yo aun andaba en pijama que no era mas que una blusa morada y short de licra morado.
C: Se ve rico todo, pero tengo que ir a cambiarme
A: Por favor Cindy, te ves bien, siéntate o se va a enfriar!
A pesar de que su presencia me incomodaba decidí quedarme y desayunar ese almuerzo que había preparado, la verdad estuvo muy deliciosa tanto que me quedé platicando con el después de terminar.
C: ¡Vaya que cocinas bien!
A: Si, aprendí desde pequeño
C: ¡Bueno tengo cosas que hacer, te dejo!
A: ¡Oye me gustaría prepararte la comida!
C: Gracias, no es necesario, ¡trabajare casi todo el día igual solo cenare!
A: Esta bien, pero espero que no me rechaces la cena.
Solo sonreí y regrese a mi habitación donde me puse a acomodar los pendientes de mi empresa, por un tiempo no escuche nada, Alan talvez veía película o estaba en su habitación, pero de repente sentí curiosidad por saber que hacia, así que sin hacer ruido salí a buscarlo.
Baje ala sala y al comedor, pero no estaba ahí, subí nuevamente y me dirigí a mi habitación cuando oí unos quejidos en el baño, me asome y vaya sorpresa ¡Alan estaba desnudo masturbándose y diciendo mi nombre! Eso no fue todo ya que al mirar bien el ¡tenía en su celular una foto mía donde traía un vestido rojo y el mirándola y diciendo mi nombre se la jalaba con fuerza!
No supe que hacer, salí prácticamente corriendo a mi cuarto donde le puse el cerrojo y comencé a caminar nerviosa, abrí mi ventana y fumaba un cigarro, no podía dejar de pensar en esa escena morbosa, el mejor amigo de mi marido desnudo, masturbándose en mi balo y diciendo mi nombre, no sabia si correrlo o excitarme.
Me metí a bañar y bebiendo un poco de ron estaba relajándome cuando tocaron mi puerta toc toc…
C: ¿¡¡Dígame!!?
A: Cindy, oye cielo sabes prepare una cena, te gustaría bajar
C: este…. todavía no termino!
A: Por favor linda, ya es tarde, ¡necesitas comer!
C: ¡Esta bien, deja me cambio!
A: ¡¡¡¡Te espero…!!!!
No quería bajar, la escena regresaba a mi cabeza, pero pensándolo bien no tenía que pasar nada, no seria el primer estúpido que hiciera eso, así que decidí salir, de hecho, me puse el mismo vestido rojo que tenía en esa foto, me deje el cabello suelto, mis tacones negros y baje.
A: ¡¡Por dios!! ¡Te ves bien!
C: ¡Si, adoro este vestido rojo jajá!
A: ¡Si resalta tus ojos y tu piel, bueno siéntate y cenemos!
Sonreí sarcásticamente, saco una botella de vino chileno y nos pusimos a comer, era una carne muy suave y la ensalada tenía un gran sabor, platicábamos muy ameno, pero podía ver como me miraba el escote, así que atrevida me agachaba un poco para mostrarle mas.
Entre charla y copa la platica y la noche fue subiendo de tono, el me contaba sus experiencias amorosas y sexuales sin que yo se lo pidiera, pero me gustaba oírlas, el trataba de sacarme, pero yo no le decía nada, ¡aunque moría por confesarle que lo vi masturbándose en mi baño!
A: ¿Te gustaría bailar?
C: ¿Aquí? ¡Jajá, no tenemos mucho espacio!
A: ¡Un buen bailador no lo necesita!
Me tomo la mano y puso un danzón, la verdad fue muy bueno bailando y era gracioso ya que como traía mis tacones el me llegaba ala altura de mis pechos, parecía un niño.
Después puso un tango, jamás había bailado tango, pero el supo moverme, eso me prendió un poco, no se si era el alcohol o que pasaba, pero comencé a verlo de diferente manera.
C: ¡¡Que bien bailas!!
A: ¡Gracias, es que con una mujer como tu hay que sacar lo mejor de si mismo!
C: ¡Vaya que macho eres!
A: ¡¡No tienes idea!!
Terminando de bailar saco otra botella y me sirvió vino, brindamos por mi, por el y por mi marido que estaba en Veracruz, le sonreía coqueta, el no dejaba de mirarme las piernas, ¡fue entonces que comenzó la platica caliente!
A: ¡Y dime nena, cuantas veces has sido infiel!
C: jajá, jamás te diría eso, corro peligro, ¡eres su amigo!
A: jajá, no te preocupes, ¡yo se como esta la onda y una diosa como tu no es para un solo hombre!
C: ¿Eso es una indirecta?
A: Pues, no se, ¡me gustaría probarte!
Alan se acerco sonriendo y me comenzó a besar, la verdad besaba muy rico al mismo tiempo su manso recorría mis muslos hasta mis rodillas, su lengua entraba a mi boca y gusto cuando sentí su mano entrar en mi vestido lo avente!
C: ¡¡Espera!! ¿Que estamos haciendo?
A: Cindy, vamos, ¡se que lo deseas!
C: ¡Es que tu eres su amigo de el y además estamos en nuestra casa, su casa!
A: Mas excitantes, mas caliente, algo a tu estilo, ¡sabes hace rato me masturbe en el baño mientras miraba una foto tuya!
C: ¡¡Si, te vi!!
A: ¡Claro, yo te vi y decidí jalármela más rico para que veas lo que provocas en mi!
Una vez que termino de decir eso se agacho y comenzó a besarme las piernas, su boca iba de mis pantorrillas a mis muslos, yo estaba atónita, quería empujarlo, pero la excitación me dejaba inmóvil.
¡Me miro fijamente mientras sus manos entraban debajo de mi vestido, con fuerza apretó mis entrepiernas y luego las yemas de sus dedos rosaban mi vagina por encima de mi tanga!
A: ¡Esta buenísima Cindy!
C: ¿¡Por dios que haces!?
Alan subió mi vestido casi a mi cadera, abrió mis piernas y comenzó a olerme mi vagina, hizo a un lado mi tanga y comenzó a chuparme mis labios vaginales yo no daba crédito a lo que sucedió, la verdad no sabia que hacer, así que cerré mis ojos y me dejé llevar.
A: ¡¡Que rico sabes amor, uhm!
Alan era un experto chupando, su lengua se movía dentro de mi vagina como un gusano, sus dedos acariciaban mi clítoris el cual era succionado por su boca, yo me retorcía, le apretaba la cabeza, la verdad me estaba gustando lo que hacia con mi vagina!
C: ¡¡¡Ah!!! Uhm, dios, ah, ¡¡que rico!!
A: ¿Te gusta mamacita?
C: Por dios, eres muy bueno, ¡¡ah!!
A: ¡¡¡Y eso no es nada!!!
Utilizaba sus dedos y su lengua en una mezcla de placer puro, sabia como chupar y donde lamer perfecto, yo gemía, del placer, no tolere mas y me corrí llenándole la cara de mis fluidos los cuales el satisfactoriamente saboreo.
A: ¡¡Sabes a gloria!!
C: ¡¡¿Que fue eso?!!
¡Sonriendo me tomo de la mano y abrazándome por atrás subimos a su habitación!
C: ¿Aquí?
A: ¡¡Soy patán, pero no tanto!!
Alan me tumbo en la cama y se desnudo totalmente yo me quite el vestido y el me pidió poder quitarme mi ropa interior, lo cual hizo muy sensual lamiendo todo mi cuerpo, me pidió no e quitara los tacones ya que eso le excitaba más.
Alan tenía una verga de tamaño normal, unos 15 cm, yo se la acaricié con las manos y le di un par de chupadas, pero el me detuvo ya que quería metérmela de inmediato.
Me acosté y abrí mis piernas, el sin condón, la introdujo lentamente, sentí riquísimo, luego empezó con el mete y saca, lo hacia rápido y después fuerte, ¡mientras mordía mis tetas y mi boca!
Que rico me la metía, levanto mis piernas y se las puso en los hombros, esa pose me mojo muchísimo, el besaba mis pies, pantorrillas y tetas, ¡mientras yo le apretaba las nalgas para sentirlo mejor!
C: Ah, uhm, ¡¡que rico coges!!
A: Tu me inspiras, uhm, ¡¡no sabes como soñaba con metértela!!
C: Ah, pues métemela, uhm, ¡¡ah!!
A: Ahí te va nena, uhm, tómala, ¡¡uhm!!
Se acostó y yo subí a cabalgarlo, me movía en círculos y me daba de sentones, el me acariciaba los muslos y saboreaba mis pezones nos besábamos en ciertos instantes y después ambos nos movíamos haciendo rechinar la cama con violencia.
A: ¡¡Esta buenísima cabrona!!
C: Si, uhm, ¡¡insúltame uhm!!
A: ¡Que rica puta eres, uhm, muévete rico perrita!
C: ¡¡Si uhm, devora a esta perra sedienta de sexo!!
No se si era el alcohol o la falta de sexo o lo bueno que era Alan cogiendo, pero me deje llevar por mis impulsos y solo disfrutaba del momento.
Me puso en cuatro, me empiné lo que pude para quedar a su altura y sentir como poco a poco me entraba, Alan se movía fantástico, jamás había sentido tan rico estar en esa pose.
A: Que rico, uhm, toma, uhm, ah, ¡¡ah!!
C: Así, mas, hasta el fondo, uhm, si, mm, ¡¡rico!!
Me movía en círculos el gozaba mis movimientos, me olvide por completo de que era casada y el su amigo.
A: ¡¡Nena, me vengo!!
C: Dios, yo también, ¡¡¡ah!!!
El se vino dentro y yo al mismo tiempo generando un fantástico orgasmo, yo quede boca abajo en la cama y el de rodillas aventándome sus ultimas gotas en mi espalda.
Que rico sexo, pero esa noche no terminaría ahí, pasando unos minutos me pidió se la chupara y yo accedí a hacerle un rico sexo oral el cual lo tenia retorciéndose como loco, esta de más decir que cogimos toda la noche y todos los días hasta que regreso mi marido.
M: ¡¡¡Hola hola!!! ¡Me extrañaron!
A: ¡No tienes idea amigo!
M: ¡Lo siento mi amor, te prometo que te compensare!
C: No te preocupes cariño, no hace falta, ¡¡no hace falta!!
¡Con cariño Cindy!
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