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El Masajista

Bueno a una sesión de masaje; acude la secretaría de derecho, ya que padece unos fuertes e interminables dolores en su nuca. En eso, el masajista le pregunta cuales son las causas frecuentes que le dan esos fuertes e interminables dolores en su nuca, después de escuchar todas las respuestas verbales, por parte de la secretaria de derecho; como siempre luce y viste, su acostumbrado uniforme azul oscuro como el juego combinado de las medias café brazil, le pide, que se quite el saco y los zapatos para que se acueste en el masajeador; comienza a tantearle con el tacto sus piernas desde la pantorrilla, le recorre hasta alcanzar por debajo de las faldas entalladas: le siente mucho estres anudado desde un principio, el masajeador le contesta efectivamente tiene mucha presión como estres por las ultimas tres semanas; me imagino que es por su rama de trabajo, le dice con franqueza la secretaria de derecho como lo acabo de intuir como de decirmelo usted.

Continua, con la revisión de tantear con el propio tacto de sus suaves como cariñosas y seguras manos, recorre el vientre todos los lados de su anatomía femenina llegando hasta la nuca de la misma secretaría de derecho; procede a aplicarle unos masajes aliviadores y relajadores que la calman, haciendo que descanse al mismo tiempo como finalidad, destresandola todos sus músculos físicos tanto desde sus pantorillas finalizando, a la altura aproximada de su nuca.

Entonces, la secretaría de derecho le pregunta si quiere me quito mi falda entallada y mi blusa para estar más acomoda, igualmente accesible para sus formidables como majestuosos masajes aliviadores de tanto dolores estresante que me agobian. Cumple fielmente con lo que le pregunto al mismo masajista, quedando desnuda solamente con su ropa interior femenina con las medias café brazil puestas; le da sucesivamente una serie programadas de masajes por todos sus contornos anátomicos a la secretaría de derecho por varias horas presenciales. Sin que se percatar ni siquiera, se diere cuenta el masajista le empieza a desabrocharle su sostén al quitarselo, le acaricia como le masaje todo los relieves superficiales de sus voluminosos como espectaculares senos, la secretaría de derecho le encanta el atrevimiento como la sinverguenzura del propio masajista, no le da importancia y lo deja que siga aplicandole el masaje terapeutico.

Aquí no termina la cuestión, con sus dos manos le sujeta las medias junto a su panti se lo quita, mueve sus manos para masajearle como tocarle su vientre le desliza sus manos por su clitoris hasta sus ingles al recorrer hasta las mismas pantorrillas, con el pretexto de darle sus masajes terapeuticos que la traen emocionada, excitada, caliente extremadamente, como apasionada; también, le acaricia sus múslos le dobla las piernas terminando especificamente en sus glúteos acogedores. No espera ninguna reacción inmediata del masajista, lo mira con unos ojos cariñosos como fijos, la secretaria de derecho le habla por que, no me regocijas y me coges sexualmente que estoy cachona por tus deliciosos manos masajeadoras terapeuticas; sin chistear, ni dudarlo para nada, ni mantener el respeto por el pudor como la honra de la secretaría de derecho; el masajista se monta en la cama masajeadora, la masturba con mucha rápidez y mucha eficiencia, haciendo que se cautive como se vuelva más apasionada de lo que se encontraba, al inicio al aplicarle la terapia de los masajes.

Le agarra por los cabellos del mismo masajista le empuja su cabeza hacia sus senos voluminosos, para que sabore para deleíte de sus fabulosas mamadas, que la traían, transpiradora caudalosamente de mucha felicidad conmemorativa y escenificadora por la altiva sección, a que estaba sometiendose por sus dolores interminables por su nuca. La secretaría de derecho accede a que la voltea el masajista, le mete su lengua humeda por su ano que estaba vavosa entre sus glúteos enteramente hasta la parte de atras de las mismas entrepiernas, se aprovecha el liso como sinverguenza del masajista para penetrarla con su pene erecto como caliente, al cabalgarla sin parar hasta que le diera la plena gana de detenerse con la misma secretaría de derecho.

Bueno le dice como se siente por esta maratonica sección de masajes terapeuticos que acabado de presenciar y aplicarle a usted bellisima de corazón y en general; la secretaría de derecho complacida como sonriente, le contesta, muy curada como aliviada y por supuesto, bendecida por usted mi querido como levanton masajista terapeutico; le entrega una tarjeta con su celular para cualquier momento como hora me llama si se siente adolorida y para lo que se le ofrezca propiamente de mi persona.
Datos del Relato
  • Categoría: Intercambios
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