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Categoría: Sadomaso

El Mas Animal Dia de Campo

Aquel sería mi primer dia como guía en el “pic-nic” que se organiza año con año en el Colegio San Fernando, una escuela para familias conservadoras de clase alta.
Después de prestar mi servicios durante 5 años como asistente de guía, por fin depositaban en mi plena confianza.
Salimos en 3 grupos de 40 estudiantes compuestos por niñas cuyas edades oscilaban entre los 12 y 17 años. Algunas de ellas pertenecían a las mas importantes familias de la ciudad. Así que a cada instrucción que daba le acompañaba un toque de solemnidad. No paso mucho tiempo para que el bus a mi cargo se convirtiera en un verdadero zafarrancho de gritos, bromas y demás sin que yo pudiese hacer algo al respecto.
Alejandra y Valeria, dos jovencitas de ultimo año se mantenían al margen de la fiesta y me observaban con descaro, como evaluando mi capacidad de mando o... ¿algo mas?
Cuando por fin llegamos al club Campestre estaba claro que yo era un novato y no podría meter en cintura a tantas colegialas en plena adolescencia.
Ale y Val, se ofrecieron a ayudarme para armar el pequeño campamento y organizar unos juegos, para así mantener ocupadas a las inquietas chiquillas y gracias a ellas el dia transcurrió en paz.
Ya alrededor de la media noche cuando hacia mi ronda de vigilancia por los dormitorios llamo mi atención un extraño ruido detrás de los vestidores. Al investigar descubrí que se trataba de Alejandra y Valeria que llevaban acabo un extraño ritual que no lograba entender. Permanecí en silencio y oculto tras los arbustos.
Comenzaron a desnudar sus cuerpos, eran magníficos! Aquellas dos pebetas poseían de muslos torneados y un aunque sus pechos eran todavía pequeños permanecían erguidos. Cuando llego el momento de retirarse los pantaloncillos dejaron ver sus nalgas esféricas y perfectas. Sus líneas dibujaban las formas suculentas de dos mujeres jóvenes y hermosas.
Una vez desnudas permanecieron inmóviles como temiendo que alguien las espiara. Una vez seguras de que estaban a salvo de cualquier intruso Vale comenzó acariciar los suaves pechos de su mejor amiga logrando que dejara escapar un primer gemido suave por lo que fue reprendida con un mordisco en el pezón por su ahora victimaria.
Recostaron sus cuerpos desnudos a ras del pasto y sus cuerpos uno encima del otro uniendo y restregando así sus tetas con tetas; sus bellos pubicos con los otros; y anudándose en sus delgadas y firmes piernas. Aquel espectáculo me resultaba impresionante y sensual, el atestiguar como se besaban entrelazando sus mojadas lenguas como dos gusanos trenzándose entre si, despertaba el hambre por sexo al grado de sofocarme.
De pronto Valeria arremetió con una fuertísima bofetada en el rostro de su amante llamándola con una “Eres una pinche zorra, la más sucia de todas las putas arrabaleras”.
Mientras esto decía con furia y apretando los dientes, jaloneaba el cabello de Alejandra sin piedad y repetía una y otra vez la dosis de la golpiza salvaje. Vale, se detuvo un instante como admirando su obra, su victima lucia con los labios sangrados y los ojos hinchados por las lagrimas. Estuve a punto de intervenir, pero en ese momento la dominante joven pareció arrepentirse de lo hecho, y comenzó a lamer el rostro amoretonado de su indefensa.
Lamió de su nariz la sangre y mocos que se mezclaron alrededor de su rostro. Sin importarle la golpiza recibida pidió perdón y contesto las caricias separando las piernas dejando que su coño tocara la piel firme de su amante. Coño con coño! Podía escuchar el ruido de choque de dos suaves y rojos cueros mojados, revolviendo sus viscosos lubricantes.
Fue Alejandra quien sin voltear a verme, me llamo por mi nombre invitándome a participar, yo como hipnotizado no lo pensé dos veces. Pero no sabía que hacer nunca antes había estado en tal situación. Valeria me hablo con voz suave y dulce, tan diferente al demonio que en realidad era. “Deja que te mame, acércate y veras” Dijo Alejandra. Así lo hice y en verdad que sabia succionar mi verga. En un momento dado comenzó a morderme y causarme dolor, cosa que me gusto y enfureció al mismo tiempo, así que comencé por darle pequeñas bofetadas en la cara a lo que ella respondía con mamarme mas fuerte y mordisquearme la punta del pito con mas hambre. Su compañera gemía solo de vernos y dio paso a masturbarse ayudándose de sus diestras y casi infantiles manos . Eramos tres bestias sudando nuestros propios calores gimoteando de placer. Alejandra nos pidió mas y su amiga quien más la conocía, tomo mi mano preparo mis dedos con destreza y se los introdujo en su raja, la más suave panocha que he penetrado. Despues me jalo la mano de tal forma para sacar mis dedos completamente bañados en su liquido y los condujo al el trasero de nuestra victima Ale. Utilizando mi mano como una herramienta le atravesó el ano sin piedad... Debo admitir que solo de sentir su ano tibio rodeado por unas suaves nalgas y al escuchar un largo y mediano alarido tuve una eyaculación sobre el pasto. Como unos animales hambrientos las dos viciosas lamieron del piso y de mi verga aquel caliente liquido seminal.
Aquel momento no terminaría aun, pues de mi mano escurría la sangre de un culo dilatado que había sido castigado sin piedad al momento de mi orgasmo. Cojéme ...Lastímame! gemía una languidecida nena en adolecencia. Asi que poseedor de una erección prolongada le ensarte poco a poco mi verga a través del agujerito.... através de su ano... su rico ano... mientras la arremetía la criatura pegaba tremendos espasmos. Valeria se sentó sobre su cara le dio su chocha a lamer, chupar y morder. A cada mordida que recibía Vale, Ale recibía su castigo, yo observaba incrédulo aquel cuadro sin parar de coger cuando. En ese momento mi verga se hincho al máximo, mis testículos se apretaron y sintiendo el orgasmo desde mi vientre un chorro derrame en el interior, otro mas sobre su bello pubico y un ultimo sobre los pechos. Con mis propias manos le embarraba a lo largo y ancho, ellas dos llegaron al orgasmo al momento de las ultimas contracciones de mi verga... jadearon, gimieron y se estremecieron. Fue en ese momento que Valeria chapándose los dedos orino la cara de su mejor amiga quien lo recibió como niño que recibe un caramelo.
Ya con mi cabeza lucida no podía creer lo sucedido, no sentí mas que nauseas y salí corriendo desnudo con el estomago revuelto vomitando sobre los matorrales.
Asustado en mi tienda incrédulamente escuchaba aun sus gemidos a lo lejos.
Datos del Relato
  • Autor: El Regio
  • Código: 2673
  • Fecha: 23-05-2003
  • Categoría: Sadomaso
  • Media: 6.21
  • Votos: 53
  • Envios: 3
  • Lecturas: 5470
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