Me llamo Juan tengo 22 años, soy flaco y lampiño. Tengo una novia desde los 15 años y soy bastante tímido. Mi jefa me llamo a su oficina y después de hablar de trabajo un rato se acercó a mi y me hizo masajes en los hombros, bajo sus manos acariciandome el pecho hasta llegar a mi bulto, y lo manoseo por encima del pantalón mientras me decía al oído que esa misma noche estaba invitado a su casa. La pija se me puso dura de inmediato, me soltó y me pidió que le mostrara el culo me dijo que me fuera. Al salir de la oficina me llegó un mensaje de su celular personal dandome la ubicación de su casa y diciendo que me esperaba a las 22hs. En ese momento tuve que ir al baño y hacerme una paja porque me había puesto muy caliente toda la situación. A las 21hs me bañe, me vestí con la mejor ropa que tenía y me perfume mucho, a las 21:30hs salí para su casa, llegue en 15min, estaba bastante ansioso. Me abrió ella con una bata roja y unos tacos altos de color negro, tenía unas piernas divinas, me había contado que corría todos los días, estaba realmente muy bien a sus 40 años, aparentaba 10 años menos. Tomamos unos tragos y me llevo a su cuarto, me preguntó si estaba dispuesto a jugar y le dije que si, me dijo que ella sería mi ama, me desnudó mientras me besaba, me empujo a la cama y me ató las manos y los pies, una en cada punta. Tenía la pija bien parada, se quitó la bata, estaba desnuda, se subió encima, se sentó en mi cara, y me ordenó que se la chupe. Tenía una concha deliciosa, la chupe desesperadamente, llevaba mucho tiempo haciéndolo ya se me acalambraba la lengua y ella no acababa. Me pedía que le lama y meta más mi lengua dentro, luego de un rato se levantó y me hizo ponerme una tanga, un corpiño, y unas botas de tacon altos, me puso en 4 y me puso una especie de esposas en los pies que estaban unidas por una tabla que no dejaba que junte las piernas,  me dio un par de latigazos en las nalgas que me dejaron el culo rojo y ardiendo. Corrio la tanga a un costado y me echó un gel en el ano y me metió un dedo, solté un gran gemido, nunca me lo habían hecho y se sentía delicioso, estuvo jugando con sus dedos en mi culo por un largo rato, luego me echó más gel y me metió un juguete anal, primero eran unas bolitas chiquitas y después iban aumentando el tamaño, me dolía cada vez más, hasta que empezaron a vibrar dentro y se fue todo el dolor, me vendo los ojos y aumento la intensidad de la vibración, me pidió que gima y empecé a gemir como una puta. En ese momento escuché que entró alguien en la habitación, también se escuchaban ruidos de besos, quería callarme para escuchar mejor pero mi respiración estaba muy agitada y no podía parar de gemir, el placer que sentía en el culo era muy grande. De repente me dieron una nalgadas muy fuerte, después otra en la otra nalga y luego otra y otra y otra más. Dos manos grandes se posaron en ellas. Las bolitas dejaron de vibrar y me las sacaron del culo. Un hombre habló, dijo "muy bien mi putita, que rica colita me trajiste, así vale la pena regresar a casa, ahora podes ir tranquila a hacer tus cositas con el chofer" (ese hombre era su marido, un militar de 65 años, comandante del Ejército). Escuché la puerta abrirse y cerrarse, mi jefa se había ido. Su marido me nalgueo un par de veces más y me violó, me enterró toda su verga que no era muy larga pero si gruesa, por suerte para mi tenía el año bastante dilatado y no me dolió demasiado, me la sacó y me bajo la tanga hasta mis rodillas, y me la volvió a meter con fuerza, gemi, me gustó la sensación de su verga rompiemdome el culo. Se movía con ritmo dandome duro, yo gemia más y más era la puta de turno de ese macho, la sacaba por completo y la metía más fuerte, me cruzo su brazo por el cuello y me empujo hacía adelante mi cara quedó sobre la almohada y mi culo parado, me enterró más y mas la verga, casi no podía respirar, su brazo me apretaba el cuello con fuerza, aumento más y más su ritmo hasta que me llenó el culo con su leche y ahí me soltó, de a poco fui recuperando el aire, sacó su verga de mi culo, me destapó los ojos y me soltó las manos y los pies, se acostó y me ordenó que le chupe la verga mirándolo a los ojos, tenía ojos verdes y una mirada que daba miedo, estaba desnudo, era muy peludo. Le chupe la verga por largo tiempo, se le puso un poco dura pero no estaba firme del todo, levantó sus piernas y me ordenó que le chupe el culo, lo tenía muy peludo y transpirado, me dio mucho morbo, mientras se lo chupaba me empecé a masturbar pero me lo prohibió, no me daba más la pija estaba por explotar. Seguí chupandoselo hasta que su verga se le puso bien dura, hizo que le coma bien los huevos y me sentó sobre su verga, lo cabalgue unos minutos muy cortos y se levantó, me dijo que Gladis me  ayudaría con lo mío, que no me toque y salió de la habitación, al rato volvió con Gladis, era una de las empleadas de la casa, una señora de 60 años, la obligó a desnudarse  y le pregunto hace cuánto que no le echaban un polvo y Gladis respondió que desde que se murió su marido hace 10 años. Me hizo chuparle la concha hasta que Gladis tuvo un orgasmo, luego la levanto y apoyó sobre una mesa, me ordenó que se la meta por la concha desde atrás, y el me la metió a mi yo no aguante casi nada y le solté todo mi semen dentro a Gladis mientras él me seguía reventando el culo y haciendo que yo la penetrara fuerte, la agarré de las tetas y las apreté con fuerza. Luego de un rato la sacó y yo se la saqué a Gladis. Nos hizo ponernos de rodillas y nos dio su semen a ambos en la boca y cara. Y nos ordenó a basarnos entre nosotros, bese a Gladis mezclando con nuestra saliva el semen que acabamos de recibir. Ella con las piernas temblando se vistió y regreso a sus labores, yo también me vestí y antes de irme él, mi macho, me besó, su bigote era bastante suave, su lengua recorrió mi boca y me susurró al oído que mañana teníamos otra cita, me mostró en el closet un conjunto de lencería muy sexy y una peluca rubia, también me dijo que mi jefecita me iba a maquillar para que este bien linda y puta como le gustan a él.