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El Mandingo me gozó y me hizo gozar

El Mandingo me gozó y me hizo gozar

Aquella tarde después de aquel primer polvo, donde este hombre me había hecho sufrir, fui al baño y luego de asearme tome mi ropa para vestirme, pensé ya había satisfecho a este tipo y podría irme. Me preguntó a dónde iba y seguido me dijo te tienes que quedar un rato más, no hemos terminado. Me ordenó acostarme a su lado.

Encendió la TV, luego de un rato, me dijo, ponte a mamar, el acostado yo introduje su verga en mi boca, aún estaba flácida, comenzó a crecer dentro de mi boca, en segundos la sentí hasta la garganta, hincada y gruesa, fue la primera vez que hice que una pinga se parara desde cero mamándola.

A pesar de lo rudo que había sido conmigo, me dispuse a darle una buena mamada, lamia de arriba abajo su pinga, chupaba su cabeza, le besaba las bolas. Entretanto el acariciaba mis nalgas.

Me preguntó, ¿quieres que te lo meta? Yo dije que sí, pero le pedí entre una lamida y otra, que por favor, no me lastimara. El dijo que me había lastimado antes para que yo supiera quién mandaba, pero que ahora me haría gozar.

Entonces me pidió que me montara sobre él digamos a cabalgarlo, aquella posición me había dado muy buenos resultados con su sobrino, pues yo tenía el control de la profundidad y velocidad de la penetración. Le pedí que untara un poco de vaselina, el dijo que no hacía falta, que con la cogida que me había dado antes yo estaba listo. Sentado sobre él, con la cabeza de su pipe justo en mi ano, me dijo puja un poco, para que lo llenes de baba y lo lubriques. Así lo hice, bote bastante baba de mi recto (pues antes me habían dado una buena cogida) esa baba lubricó su verga y entro lentamente, casi sin dolor, me ardía un poco, pero nada grave.

La verdad, a pesar de las circunstancias que me habían llevado hasta allí, yo estaba disfrutando aquel pipe como él le decía. Era delicioso sentir aquella pinga abriéndose camino en mi culo. Lo metí casi completamente, hasta que sentí algo de dolor en lo profundo. Luego comencé a moverme muy lento, era un placer inmenso, pareciera que hacía rato me estaban cogiendo, pienso, que apenas habría hecho unas 3 ó 4 veces de mete y saca, cuando sentí venirme (por el culo).gemí muy fuerte, a la vez que dejaba aquella verga clavada en mi y el recto se contraía. Con mis manos apoyadas en su pecho, un escalofrío me recorrió el cuerpo. En un santiamén volví a venirme, bastaba otra serie de 4 ó 5 clavadas y volvía a acabar, aquello sucedió como unas 8 veces. Gemía y sollozaba como una puta. Fue algo realmente delicioso, si bien antes había gozado con un hombre, nunca de esa forma. El dijo, como te gusta el pipe no joda.

Luego, mi culo se relajo un poco, seguí experimentando placer pero no acabé nuevamente. Sin darme cuenta, mi recto estaba tan dilatado y dispuesto, que aquella verga había entrado casi completamente y la toleraba, la misma que minutos antes había sido un suplicio. Luego, me ordenó ponerme en 4, cuando me empaló nuevamente, al parecer mi recto se había cerrado un poco y al tratar de clavarme a fondo, sentí dolor, le dije por favor no. El me dijo, hace rato te enseñe, es que no sabes cómo tienes que hablarme. Le dije, papi, negro, por favor, no profundo, te lo suplico, me duele. El dijo, dime hasta donde aguantas y fue metiéndolo lentamente, cuando sentí una punzada le dije hasta allí. Luego, el comenzó un delicioso mete y saca llegando hasta ese límite.

Comencé a gemir nuevamente porque me hacía acabar, sentí tanto placer que estaba desesperado, gruñía de gusto. De cuando en cuanto el se clavaba con todo, me hacía daño, yo daba un saltito hacía adelante y me quejaba por el dolor, pero de inmediato continuaba con el culo parado para que me siguieran dando. Me decía te duele carajo? Yo decía ajá. A la siguiente clavada profunda decía quien manda aquí? Yo decía tu papito. Cosas así, me hacía gozar y sufrir un poco de cuando en cuando.

Luego de un rato, me dijo, vas a tragar leche, cuando esté a punto de acabar te volteas para que tragues. Un minuto después me dijo, ven, me di vuelta rápidamente y descargo su semen en mi boca, limpié su pinga, chupe y tragué hasta la última gota.

Después me dio vuelta dejándome nuevamente en 4, clavó su pipe en mi culo, todavía estaba parado. Así, teniéndome clavado, tomó mi pene y comenzó a pajearme, yo lo tenía totalmente caído, estaba gozando tanto mi papel de puta que lo tenía flácido, pero apenas el comenzó a pajearme se me paró, tenía mucha tensión sexual, pues él me estaba echando el segundo polvo y yo no había descargado. Finalmente acabe con su verga en mi culo.

Sentí vergüenza y culpa en ese momento, ya muy tarde, pues mi entrega había sido total.

Me lo sacó y propinó una fuerte nalgada, dijo rico carajo, ahora más tarde te zarandeo de nuevo y te llevo bien cogido para tu casa.

JP
Datos del Relato
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