El Mandingo me castigo II.
Aquel viernes en la noche, ese negro de pinga enorme (a quien he llamado el Mandingo) primero me hizo gozar al máximo, me dejó agotado y luego me castigo penetrándome salvajemente, con la excusa de que yo había llegado tarde a la cita.
Luego de tomar un baño y comer. Estuvimos mirando TV como si nada. Pasado un buen rato, el negro tenía ganas de volver a cogerme.
Me puso a mamarle el palo como las otras veces, al ratito, cuando la tenía bien parada. Me pidió que lo montara, es decir el acostado con su pinga bien parada y yo sentado arriba, era mi posición favorita con él.
No sé exactamente por cual razón, pero pasado un rato, después de una buena cogida, cuando me vuelven a clavar, acabo (analmente) muy rápido y muy intenso, al contrario del primer polvo donde a veces me cuesta venirme, en el segundo acabo de lo mejor y varias veces.
Entonces me clavé yo mismo aquella verga, apenas entró la cabezota, me hizo suspirar de gusto, sentí un escalofrío por la espalda y apenas meneándome un poco (eso sí, bien empalado) tuve un orgasmo muy intenso.
Luego, me hizo levantar y me lo saco, me preguntó ¿Quieres más? Respondí que si, entonces repetimos esa penetración suave, no me vine esta vez tan rápido, pero estaba en camino a hacerlo. El me dijo, quiero que te quedes conmigo toda la noche, cogerte hasta que amanezca. Me quede callado gozando aquel pipe.
El siguió, entonces, te quieres quedar? Yo respondí, pero es que en casa me esperan. El dijo, bueno llamas y dices que estás en una fiesta hasta mañana. Siguió, qué hablamos hace rato? Respondí con voz temblorosa, pues ya estaba acabando, no se… humm… él siguió, que aquí mando yo, mando yo sí o no? De inmediato dije, claro que sí. Entonces acabé muy rico, mi culo se contrajo aprisionando aquella verga gruesa y dura. Desde luego no pude responder.
Luego, cuando me recupere, pero aún estaba gozando mucho, dije, yo hago lo que tu digas, si me tengo que quedar me quedo, si quieres que me vaya me voy. Con cara de satisfacción me dijo, pero quieres irte o quedarte? Yo dije, lo que importa es lo quieres tu, porque tú eres quien manda.
Entonces tomó el teléfono y marcó mi casa, yo no sabía qué hacer, me lo pasó y dijo habla, di que no vas esta noche. A todas estas me tenía sobre él empalado completamente. Así tuve que hablar y decir que me quedaría en una fiesta. El arqueo su espalda para tratar de meterlo más profundo. Me lastimo un poco, pero como yo estaba arriba pude subir algo mi cuerpo y evitar su maldad. Tuve que hacer u esfuerzo enorme para no gemir y que no se escuchara del otro lado de la línea. Terminé la conversación tan rápido como pude.
Entonces el me dijo, menéate en círculos, mientras lo hacía, pensaba qué me deparará esta noche, será que me va a lastimar nuevamente. Luego, me acostó boca arriba con las patas a sus hombros y metió esa verga hasta el tope, yo estaba bastante excitado y dilatado, por lo que aquella pinga entró completita y no me dolía como minutos antes. Estuvimos así un rato, creo me vine 2 ó 3 veces más.
Luego el aceleró el ritmo, eyaculó dentro de mí dejándome lleno de su leche. Igual que había hecho anteriormente, tomo mi pene y me masturbó así empalado, sentí esa polla gigante en mi recto con la contracción que se produce al eyacular, y mi semen cayó sobre mi propio pecho y hasta la cara.
Tanto sufrimiento, esfuerzo y placer me dejaron exhausto. Me dispuse a descansar, pues sabía que aún faltaba mucho para que terminara la noche y sabía que el Mandingo, le daría rienda suelta a sus deseos sin ninguna consideración conmigo. Finalmente, caí profundamente dormido.
Luego, contaré lo que sucedió más tarde, toda una sorpresa para mí.
esta rico me duele todavia