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El Mandingo me castigo.

El Mandingo me castigo.

Aquel jueves en la noche me masturbe una y otra vez, tanto que ya no botaba semen, era tal el deseo que tenía, además sólo había mamado en la tarde, no me habían cogido y creo eso me tenía más ansioso de lo que pasaría el viernes.

El Mandingo había quedado conmigo en encontrarnos en cierto lugar para ir al apartamento donde me había cogido por primera vez el viernes pasado. Su plan era que nos encontraríamos a las 6:00 de la tarde y tendríamos relaciones hasta entrada la noche, pues al día siguiente yo no tenía clases.

Ya estaba listo para salir, cuando tuve que devolverme por un imprevisto. Luego, el transporte tuvo algo de retraso, por lo que llegué al sitio de encuentro casi a las 7:00. El estaba un poco molesto por mi retraso pero no dijo mucho.

Fuimos al apartamento y cuál fue mi sorpresa al abrir, había alguien en el recibidor, era el amigo del Mandingo. Después de saludar, el Mandingo me presentó. Con una mirada cómplice, su amigo, dijo que ya se iba, que disfrutáramos el lugar. El Mandingo le preguntó a qué hora regresaba, este hombre le dijo que se quedará tranquilo, que él tenía una cita y no volvería hasta el día siguiente.

La verdad sentí mucha vergüenza, aquel hombre supo a que íbamos, conociendo al Mandingo era obvio que él sabía cuál era mi papel allí, el de sumiso. Me sentí muy avergonzado.

De inmediato pasamos al cuarto, el me desvistió lentamente, luego me ordenó que mamara su pinga de rodillas, así lo hice, chupando y lamiendo aquella verga enorme.

Luego, el sacó un tubito con un ungüento, pensé era vaselina, pero luego untó la cabeza de su enorme miembro, con aquella crema, me dijo chúpame las bolas, pero no te metas el pipe a la boca.

Sin querer, toqué con la boca algo de crema, era bastante amarga y me durmió un poco el labio. Pregunté qué es? Respondió, es silocaina por eso no te lo metas a la boca. Siguió, uso esto para dormir un poco el pipe y aguantar más. Después de un rato me dijo, ya hizo efecto, vamos, ponte en 4 patas.

Me puse en 4, el untó mi ano con muy poca vaselina (como a él le gustaba) y metió un dedo, me preguntó si me había puesto el lavado temprano, pues la cosa iba ser larga, yo asentí, le dije si, hice lo que me pediste.

Entonces mientras apuntaba la verga en mi culo me dijo, bueno putica, estás lista? Penetró lentamente pero sin detenerse. Sentí como mi esfínter se rendía ante aquel pipe grueso y duro. Sentí un poco de dolor, pero lo tolere sin decir ni hacer nada. Me lo empujó hasta cierto punto y lo dejo allí un ratito. Luego fue más a fondo, la puyada me hizo sentir dolor, el dijo, ya sé que no te cabe todo y comenzó un mete y saca delicioso. En minutos me tenía sollozando y temblando de gusto. Me dijo prepárate porque con la silocaina vamos a estar mucho rato, te voy a poner a sudar, te voy a sacar la chicha, no vas a aguantar tanta verga.

No voy a relatar en detalle la variedad de posiciones y sensaciones que tuve, pues tal vez resultaría aburrido, pero fue una cogida larga, tuve varios orgasmos, también sufrí en ciertos momentos. Tuve momentos de desesperación de tanto placer, otras de dolor. El me llevaba de una sensación a otra a su antojo. Estuve en 4 patas, acostado boca abajo, de lado, de pie, sobre el cabalgando, sobre el sentado.

Después de un rato ya no logré alcanzar nuevamente el orgasmo (anal) sentía placer, pero me dolía el culo de tanto pipe, estaba agotado, sentía que no daba más, quería que el acabara.

Luego me hizo mamarle la pinga otra vez, me dijo que ya le dolían las bolas así que quería acabar. Me puso en cuatro patas en el piso, con el culo parado pero el pecho al colchón. Me penetro a fondo. Cuando yo estaba muy excitado y bien dilatado, en ocasiones podía tolerarlo completamente dentro de mí, pero la mayor parte de las veces, tenerlo dentro por completo me costaba mucho.

Entonces comenzó una cogida con lo peor, penetración profunda y rápida, no sólo me lastimaba por el tamaño, si no que cada embestida, era un leñazo en mis entrañas. Comencé a quejarme, ayy, ayy, arrgg ante cada arremetida, cada vez más me hacía más daño, me dolía más, no porque él le diera más duro, si no porque el maltrato que yo acumulaba hacía cada embate peor que el anterior.

Yo no paraba de quejarme, de intentar relajarme, o escapar un poco y llevar mejor aquello. En varias oportunidades le dije “para por favor, para, ya no más” y cosas así. Ponía mi mano hacía atrás tratando de aminorar su embestida. El sólo contestaba a mis suplicas con, rico carajo, aguanta, aguanta; quitaba mi mano con violencia.

En verdad me dolía, sentí deseo de llorar, pero aún en esas circunstancias sentí mi orgullo de hombre y no quería rebajarme tanto, rebajarme a llorar mientras me cogían. El se dio cuenta de mi situación. Entonces preguntó, tienes ganas de llorar? Yo no respondí. El siguió si quieres llorar, llora, desahógate. Me reprimí, no quería darle ese gusto.

Entonces él siguió embistiéndome con todo, yo ayy, arrg, noo, por fa y cosas así. Dijo llora, si lloras te dejo escapar. Casi como un acto reflejo, sin proponérmelo se me salieron las lágrimas. El dijo, ssh, eso es lo que me gusta una puta llorona. Ya no me contuve más y seguí llorando libremente, desahogándome, lloraba mientras él me cogía fuerte. Finalmente se hundió a fondo y descargó su esperma en mis profundidades.

Aunque ya no me lastimaba yo aún lloraba, pues me había maltratado bastante. El me dejo clavado y se movía suavemente, aún conservaba la pinga parada. Dijo, tranquilo, ya paso, eso es para que no se te olvide quien manda aquí. Preguntó, estás molesto? En verdad era así, pero yo sabía que si protestaba me iría peor. Entonces dije, yo sé que tú mandas, pero no sé porque me hieres así. El respondió te castigo para que aprendas a respetarme, no es posible que hayas llegado tan tarde. Preguntó te dolió mucho? Yo respondí, claro. El siguió, bueno, entonces no me des motivos para castigarte. Ojala que con esto escarmientes y hagas caso, porque no te voy a aceptar ninguna falla por más pendeja que sea.

Así fue el primer polvo, aunque gran parte de mi relato se refiere al castigo que recibí, goce mucho, sólo que me enfoque más en el castigo en este relato, pues marcó un paso más en su dominación. Fue un hombre que me hizo tener muchas de mis primeras experiencias en numerosos aspectos.

Espero que te haya gustado y me regales tus comentarios.

JP
Datos del Relato
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1 comentarios. Página 1 de 1
Rafael García
invitado-Rafael García 23-10-2020 06:51:51

Oye me encantan tus relatos, recuerdo los leía cuando era un adolescente siempre me prendían mucho, quisiera leer todos otra vez, sabes donde puedo encontrar los que no salen por acá, recuerdo que la historia seguía

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