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Categoría: No Consentido

El Lobo y Caperucita Roja: versión R.D

En mi país pocos creen en cosas como las que les voy a contar.

 

Ella tenia 11 años de edad y apenas se notaban sus pequeños senos, pero ya tocaba a la puerta de su corazon su primera ilusión de amor. Era una india de pelo risado hasta la cintura, delgada, hermosa.

El era 4 años mayor que ella, un jovencito alto, de pelo negro y lacio, de ojos tan negros como la noche y una boca perfectamente delineada, pero este personaje atrapaba un misterio que era lo que presisamente a ella le atraia del.

 

Una noche la nena tomo el valor de escapar de su casa para ir a visitarlo, pero se llevo una sorpresa inesperada, su amado no se encontraba y quien la recivio fue el hermano de este: un joven moreno de 19 años de edad llamado Claudio, era de la misma estatura que su hermano ; pero mas corpulento, y de labios un poco mas carnosos.

El la recivio diciendole:

-pasa que yo no muerdo.

-no, yo ya me voy.

-insisto, ven subamos a escuchar un poco de musica.

-esta bien pero solo un ratito porque debo irme pronto.

-de acuerdo.

La niña lo sigio, y tras una platica mas o menos corta y un poco de musica el la invito a salir con el a un lugar mas calmado, alegando que el ruido de los parientes en la casa le eran molestos. Ella acepto sin saber lo que la esperaba.

Momentos despues llegaron a la entrada de una vieja cancha deportiva, ella se asusto; pero el la persuadio hasta que esta entro siguiendo sus pasos muy de cerca.

Al entrar el se fue acercando a ella rapidamente hasta tenerla acorralada en una pared, tratando de acercar su boca a la de ella. 

-¿Qué haces?

-solo cierra los ojos y dejate llevar.

-no, ¿para que?

-¿nunca te han besado antes?

-nooo.

-yo te voy a besar por primera vez.

En un segundo Claudio estaba metiendo su labio inferior en la boca de la niña, y ella no lo rechaso, mas bien le parecio algo maravilloso ser besada por primera vez.

Todo era nuevo, y emocionante; pero minutos mas tarde el comenzo a sobrepasar los limites, llevandola por lugares de su anatomia que para ella eran desconocidos. El tocaba morbosamente sus senitos, mientras ella se defendia de aquel hombre que seguramente estaba drogado, pero sus fuerzas eran inutiles, el la estaba ultrajando y no estaba en sus planes detenerse.

Las lagrimas rodaban por sus mejillas y entre forcejeos y besos apasionados se escucho el sonido de la bragueta del hombre, ella llevava minifaldas por lo cual todo era mas facil. Entre tanto luchar por defenderse de una violación que era inebitable ella no se habia dado cuenta que estaba levitando pegada a esa pared fria, ni el, ni nada, ni nadie la estaban sosteniendo alli, entonces ella se sobresalto de tal modo que sintio que todo era una ilusion, un sueño que no era real.

Pero esa no era la realidad, ella lo miro fijamente a los ojos y este le dio una sonrrisa que ademas de ser blanca radiante y maliciosa, era casi aberrante, pues sus diente y colmillos eran largos, realmente largos. Ella penso que talvez estaba en manos de un vampiro, incluso cuando el besaba y chupaba su delicado cuello ella sentia que todo su sistema nervioso dependia de ese hombre.

Tras unos besos mas para lograr calmar el temor de la pequeña que pronto seria mujercita, el saco de su pantalon su duro y grueso miembro, movio las pantaletas de ella a un lado y coloco la punta de su arma en la entrada de la virginal vagina.

Se escucho un leve estallido, se sintio un ardor doloroso, y se vio en la cara del hombre la satisfaccion de haber sembrado su pene en la vagina que ahora sangraba una cantidad insignificante, se escucho tambien un grito ahogado por una mano que cubria su boquita, y las lagrimas rodaban mojando todo a su paso.

El lobo logro su cometido, desvirgo a una inocente; aun asi, no se detubo hay.

El continuo forzando la vagina para que aceptara su pene por completo, la niña se retorcia de dolor, y el la sembraba cada vez mas profundo en su gran verga, sacando y entrando mas y mas, mas rapido y mas duro, sintiendo como los jugos salian por aquel agujero, el eyaculo dentro de esa conchita que hacia unos minutos apenas era virgen.

Desde ese día en el barrio a el le llamaron el Lobo, y a la niña Caperucita Roja.

Pero esto no es un cuento, es una historia real; lo se, estoy segura.

-¿Saben porque? Porque me paso a mi.

,

 

 

 

 

Datos del Relato
  • Categoría: No Consentido
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