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Categoría: Confesiones

EL JEFE DEL ACUEDUCTO

Marcos miró alrededor para asegurarse de que nadie lo estaba espiando y dijo en voz alta hablando consigo mismo:

“No hay moros en la costa”

Sacó de debajo de su saco una botella contentiva de medio litro de agua con un líquido incoloro que parecía ser agua, pero en realidad se trataba de ¡un estimulante sexual muy poderoso! Seguidamente levantó la tapa de entrada en donde se encuentra el inyector de agua de la planta de tratamiento y vació todo el contenido de la botella; miró durante algunos segundos, volvió a colocar la tapa y luego regresó muy tranquilamente a su trabajo habitual como capataz jefe de control de calidad del acueducto de La Mariposa.

Suponía que tomaría alrededor de 24 horas para que todo el acueducto se saturara con el afrodisíaco. Esperó con mucha ansiedad el resultado.

Al día siguiente Marcos tomó asiento en una mesa de la cafetería para tomar un café y se puso a mirar detenidamente cómo sus compañeros se desayunaban. Notó que por lo menos dos o tres mujeres habían tomado agua del filtro y murmuró para sus adentros:

“Dios mió. Marylin acaba de tomar agua”. Tenía muchas razones para estar contento: Marylin era una zorra bien sabrosa con enormes tetas, de cabello rubio; dientes perfectos, piernas perfectas; bueno, imagínense lo buena que estaba. Si esta teoría funcionaba, estaba seguro de que Marylín iba a tirar con a todo el mundo, por el estímulo producido por la sustancia en el agua. La iba a poner bien cachonda. Así que cuando todo el mundo regresó a su trabajo, Marcos se dirigió a un teléfono público y discó el número de Marylin.

“¿Planta de tratamiento de La Mariposa?” - contestó. “¿Le puedo ayudar?.

Marcos fingió, o cambio la voz por si acaso su truco no funcionaba y le susurró en la bocina del teléfono:

- Si quiere que se la cojan bien cogida vaya al depósito del segundo piso y quítese la ropa. Yo llego en diez minutos.

Sin esperar respuesta Marcos colgó el teléfono y envió una señal de llamada al depósito suponiendo que ella iba a dirigirse hacia ese lugar corriendo. Luego se metió en una oficina que se encontraba vacía justamente debajo del depósito y esperó.

Pasaron diez minutos y cuando ya estaba a punto de abandonar apareció Marylín corriendo hacia el salón muy apuradamente. Abrió la puerta y se metió en el depósito pero Marcos se enfrentó a un dilema: podía ser una trampa que le habían montado: “Dios mió. Esa mujer si es bonita y está bien sabrosa. Vale la pena correr el riesgo. Si algo pasa digo que yo no se nada. Echó una mirada mas a su alrededor para asegurarse de que nadie lo seguía y rápidamente se dirigió al depósito. Contuvo la respiración, giró la manilla de la puerta para luego abrirla y entrar al lugar.

“Dios mío” Allí estaba Marylín Díaz tendida en el suelo sin pantaletas y con las piernas abiertas como si quisiera que la cogieran:

- Entra Marcos. Quiero que me cojas bien. Tengo la cuca ardiendo de deseo. Cógeme bien duro y bien rápido.

Marcos prácticamente se rompió la parte delantera del los pantalón y luego procedió a darle a Marylín la gran cogida de su vida. Se la cogió por la cuca hasta que tuvo por lo menos tres orgasmos vaginales y siguió pidiendo mas.
Cuando Marcos no pudo mas le dijo:

- Ok nena. Ve a traer a Juana si quieres mas y dile que te mame bien la cuca. Marylín estuvo de acuerdo: fue a buscar a Juana. Marcos murmuró: - Ojalá que Juana también haya tomado agua.

Marcos de nuevo se metió en la oficina que estaba vacía y espero hasta que llegaran Marylin y Juana. Se alegró cuando las vio pasar en dirección al depósito. Dejó que pasaran varios minutos para que se prepararan. Se introdujo en la habitación y vio con sorpresa que las dos mujeres estaban completamente desnudas y Juana con la cabeza metida completamente en medio de las piernas de Marylin mamándole la cuca.

Marylin era corpulenta pero Juana era baja y delgada con unas tetas pequeñas y afiladas enseñando unos pezones bien paraditos. Metiéndose por detrás de Juana, Marcos se colocó exactamente en el lugar apropiado y comenzó a restregarle el huevo el culo. Juana empujaba el culo hacia atrás para sentirlo mas fuerte. Fue entonces cuando Marcos le susurró al oído:

- Juana, ¿quieres que te coja por el culo?

Quitando la boca de la cuca de Marylín, dijo:

- Si, por favor. Penetra mi cuca con tu enorme huevo.

Marcos se reía con malicia y le preguntó a Marylin;

- ¿Quieres que me coja a esta puta?

- Claro. Me está mamando la cuca deliciosamente. Hazla sentir muy feliz.


Traducido por Marcos Urbina
Continuará
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.05
  • Votos: 42
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