Hola chicos y porque no “algunas chicas”. A continuación prosigo con el relato de aquella tarde mágica e inolvidable. Gracias por los comentarios y las críticas, espero dejarlos satisfechos.
Como les conté quedé totalmente rendido después del trío realizado, había recibido dos polvos espectaculares, los que sumados a los anteriores me habían dejado extasiado y por primera vez totalmente satisfecho. Pero aquí, comparando, pude comprobar la potencia sexual de Beto. Mientras Dani y yo habíamos quedado destruidos, parecía que Beto no se cansaba nunca y quería más, su pene no había perdido potencia y ahora exigía mi cola.
Yo estaba acostado boca abajo, Beto se recostó al lado mío y me puso de costado dándole la espalda, levantó una pierna mía y con la otra mano guió su pene hacia mi ano. Como se imaginarán su miembro no tubo ningún problema de entrar, mi cola estaba totalmente dilatada y lubricada por el semen recién descargado.
Beto comenzó a darme lentamente, una vez que sentí toda su pija adentro bajé mi pierna aprisionándola y apretándola para sentirla en toda su dimensión. Si bien estaba cansado la lujuria que sentía me hizo responder a sus embates con movimientos cortos de mis caderas, para atrás y para adelante. Esta posición hace que mis nalgas aprisionen la pija que me entra y sale, y si bien la misma no logra penetrarme hasta el fondo, el sentir el recorrido del pedazo de carne bien duro y lubricado por mi cola es fantástico.
Comencé a gozar divinamente, y mi cansancio se convirtió rápidamente en placer. Beto no dejaba de cogerme y poco a poco iba apurando el ritmo. Dani observaba la escena recostado al frente mío y si bien era evidente que disfrutaba del espectáculo su pene se mantenía todavía flácido. Viendo esto y con mi morbo ya desenfrenado, estiré mi cuello para alcanzar su pene y con mis manos en su cintura lo acerqué a mi boca. Una vez que estuvo a mi alcance lo comencé a lamer tiernamente. Dani muy inteligentemente me acercó un almohadón en el que pude apoyar mi cabeza y quedar cómodamente recostado para comerme aquella hermosa pija. Le lamí los testículos, se los chupé suavemente, me los metí uno a uno en la boca y cuando los tenía adentro los lamía sin dejarlos salir. Como ya les dije a Dani le gustaba decirme cosas y esta mamada lo puso nuevamente a mil haciendo que dijera cosas como “chupamela toda”, “puto divino”, “que manera de comerse pijas”, y otras bellezas. Su pija comenzó por fin a crecer y no tardé en abrazarla con mis labios, me agarró de los cabellos, a la manera de Beto, y comenzó a cogerme la boca como un maestro.
Mientras tanto Beto apuraba cada vez más el ritmo y levantó otra vez mi pierna para poder penetrarme totalmente. Ya la escena era nuevamente brutal, recibía duramente una pija por la cola que se me metía hasta el fondo, y por mi boca entraba otra que llegaba casi a tocarme la garganta. Seguí disfrutando como la puta que ya era por un buen rato, hasta que la leche no tardó en llegar. El primero en acabar fue esta vez Beto, que me dejó su último orgasmo llenándome la cola divinamente, una vez que llegó quedó por fin rendido y no sacó su pene de adentro. Yo seguí haciéndole la paja a Dani con mi boca y repentinamente sentí como descargaba su leche en mi boca, cuando lo hizo me la metió toda lo que provocó que el semen me llegue hasta casi la garganta. Fueron dos descargas menos espesas que las anteriores pero igualmente deliciosas, dejó su pija por un instante adentro, luego cuando la sacó jugué con su leche llevándola a mis labios casi derramándola y volviendo a meterla en mi boca. Hice esto dos veces y terminó de enloquecerlo, me metió nuevamente la pija en la boca y me pidió que se la chupe “hasta que se seque”. Le hice caso y la sorbí como si fuera un sorbete, tragando hasta la última gota de leche.
Beto viendo esto, había sacado su miembro de adentro mío y lo puso a la par del de Dani, de esta forma los limpié a los dos alternativamente, dejándolos limpios y húmedos.
Cuando terminé mi faena se dieron la mano y lentamente se pararon, levantaron su ropa y salieron de la habitación riendo y bromeando. Yo quedé tirado en la cama, cansadísimo pero feliz. Había pasado una tarde única y sabía que a partir de ahora tenía un nuevo amante que satisfacer.
Bueno, espero que les guste mi relato, les pido disculpas por lo largo pero creí que les gustaría leer el final de la historia. Les mando un beso y les prometo contarles más.