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Categoría: No Consentido

El fugitivo... (1ª parte)

A veces las cosas nos salen redondas sin que nos lo propongamos... Así le salió todo a nuestra protagonista, es para envidiarla...
Ana era anodina, por no decir otra cosa, era como un ser invisible para los hombres e incluso para las mujeres, pero la chica valía mucho, eso se repetía continuamente para no deprimirse...

Vivía en un barrio marginal de una gran ciudad era la segunda hermana de tres, osea que ocupaba el puesto intermedio, su familia la ignoraba, no se interesaban por ella lo mas minimo...

Como cualquier chica de su edad, ella se sentía atraida por los chicos, les miraba fijamente, a escondidas... no podía imaginarse otra cosa.. oía a sus hermanas hablar de ello, y a Ana le picaba la curiosidad, pero sabía que tendría las cosas muy dificiles, pero dicen que para un roto hay un descosido y ella se consolaba diciendo que ya se toparía con su media naranja...

Una mañana de primavera, Ana se levantó como todos los dias de la cama para hacer sus tareas, miró por la ventana y pensó que el sol brillaba como nunca, sintió que ese día iba a ser especial.
Ya en la calle a eso de media mañana, mientras volvía de la compra cargada de bolsas con fruta y verdura, advirtió algo anormal, estaba todo lleno de policias, algo había pasado, aceleró el paso para llegar a su casa cuando de repente de un portal salió un hombre...

Éste hombre la agarró con fuerza, y la puso la manaza en la boca para que no gritara... Ana estaba asustadisima, temblando de miedo.. El hombre era muy fuerte, y se le veía poderoso y decidido, la subió hasta el último piso, casi arrastrandola, se dió cuenta de que ya no llevaba la compra consigo, pensó en que su mamá la regañaría, en estos pensamientos estaba cuando el hombre quitó su manaza de su boca, y ella respirando agitadamente le preguntó...
"¿Qué piensa usted hacer conmigo?"
El hombre haciendo una mueca y enseñandola la dentadura la contestó...
"En estos momentos no pienso sino solo siento..."
La dijo eso, recorriendola con la mirada de los pies a la cabeza, ella sintió un escalofrio de temor, sus pezones se pusieron duros, claramente se notaban tras la suave tela de su blusa blanca... y él tambien se fijó, sacó la lengua y se relamió los labios... ahora si que estaba asustada Ana, pensó que no tendría ninguna posibilidad de escapar... Empezó a sollozar suplicandole que la dejara marchar, que ella era buena persona, que no se merecía esto, pero él soltando una sonrisita la dijo que no, que era suya, y que iba a darla un par de lecciones que no olvidaría en su vida...

Con eso Ana, no pudo pensar en otra cosa, le miró bien, le miró a los ojos, ojos que se veina inyectados de sangre, de mediana edad, grande fuerte, no estaba gordo pero casi pensó... no era guapo, medio calvo, con una barba de tres días que se veía entrecana... y con la dentadura bastante dañada, sintió repulsión, pensó que si alguien no lo remediaba, ese bastardo la haría mujer... Sollozante y angustiada se sentó en un rincon, del cuarto de calderas.... él miraba por la ventana, se oían las sirenas alejandose del lugar, ella cerró los ojos, se sintió muy desgraciada...
El hombre se acercó muy lentamente a ella, con cautela y riendose entre dientes, le veía sudoroso, su calva relucia...
Se plantó delante de ella, y la levantó sin demostrar el menor esfuerzo, Ana temblaba, lloraba, suplicaba, pero parecía que a él aquello le gustaba, es mas se le veía disfrutando...

Sin mediar mas palabras con un fuerte tirón la arrancó la blusa, no llevaba sostén, asi que sus tiernos pechos quedaron al aire y a la mirada del malnacido... él se relamió de gusto, la dijo..
"vaya vaya, si la mosquita muerta, esconde muchos tesoros, ven nena que te voy a enseñar unas cositas..."
Entonces ella empezó a forcejear con él, no quería ser violada por ese bastardo, pidió ayuda a dios y a todos los santos, pero no funcionó...
Salvajemente, cruelmente, la cojió de los pechos y se les empezó a tocar, casi a triturar, la hacía daño, él lo sabía pero no le importó lo mas minimo... Arrinconandola en la pared, la mordió los pechos, jugueteó con sus pezones, les lamió los chupó, Ana se moría de asco y repulsión, pensó que quería desvanecerse... él se lo tomó todo con calma, quería comerla toda, quería follarla a tope... Los pezones de Ana estaban duros, sentían la boca del desgraciado, Ana no quiso reconocerlo, mentalmente sabía que esto era una aberración, pero su cuerpo empezaba a reaccionar, nunca habia sido tratado así... nunca había sido tocado por un hombre...
Él se entretuvo mucho tiempo en los pechos de Ana, la dejó marcas por todos los sitios... entonces sin previo aviso la desgarró la falda, y tambien la desgarró las braguitas blancas de algodón.. Así quedó totalmente desnuda ante él, y al bastardo parecía complacerle, se relamía de gusto el muy cabrón...
Ana sintió frío, se sintío mas desprotegida si aún cabe... él mirandola a los ojos y riendose a carcajada limpia, empezó a desnudarse tambien... primero se arrancó literalmente la asqueorsa camiseta que llevaba.... luego se bajó los pantalones..... no llevaba ropa interior alguna, escandalizada y sorprendida Ana lanzó un gritito de miedo y de sorpresa nunca había visto la polla de un hombre, y lo que vió le metió el miedo en el cuerpo, pensó que esa cosa la mataría, era enorme era mas que enorme gigantesca, y era tremendamente gruesa, a la mirada de Ana la polla crecía y crecia mas, se la veia mu morada ya, podía ver como relucía... El hombre la agarró y la puso en la pared.. ella forcejeaba sin conseguir nada, sentía en su vientre la polla, su enorme polla se le estaba clavando hasta en los huesos, sabía que ya no tenía escapatoria...

Cogiendola por la boca la empezó a morder los labios, mientras se apretujaba mas contra ella, Ana le sentía caliente y duro, no quería reconocer que ese contacto le empezaba a gustar, eso resultaría malo para ella...

Desconcertada, se vio de repente de cara a la pared e inclinada un poco, las manos seguian agarradas por el salvaje, tambien notó que él bruscamente le separó las piernas, ella ya se lo temió todo, lloró y lloró... pero eso no le paró al bastardo...

Se la metió toda, la penetró bestiamente y desgarrando su himen sin el menor cuidado, él soltó un jadeo de gusto y de sorpresa... no pensó que ella fuera virgen.....
Datos del Relato
  • Autor: Furtiva
  • Código: 9181
  • Fecha: 24-05-2004
  • Categoría: No Consentido
  • Media: 5.58
  • Votos: 50
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3181
  • Valoración:
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