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Categoría: Maduras

El fontanero

EL FONTANERO



 



Comenzaré por contaros que tengo 20 años y creo que soy una persona de lo más normal para mi edad, estoy estudiando y durante el verano me saco unas pelas trabajando de fontanero.



El otro día cuando llegué al trabajo comenzamos a revisar los avisos que había de trabajos que no los habían tomado como urgentes y en uno de ellos vi que había un aviso de una vivienda cerca de mi casa en la que está trabajando una conocida mía con la que ya había tenido algún encuentro anteriormente, como parecía cosa sencilla lo tomé para mí con la esperanza de que al llegar estuviera mi amiga cuidando al hijo pequeño de la casa.



Cuando llamé a la puerta, una primera decepción al abrirme la dueña de la casa y comprobar que no había nadie más en la casa, contándome la misma que estaba sola ya que su hijo y la que lo cuidaba habían salido con la intención de ir a la piscina.



La señora tendría unos 35 años de edad y llevaba una bata y debajo se veía que llevaba puesto un camisón, me explicó lo que le pasaba y como había pensado se trataba de una gotera en el desagüe del cuarto de baño.



Me dispuse a arreglarlo y ella me dijo que si necesitaba alguna cosa estaría en la terraza de la habitación, yo comencé a trabajar y tumbado como estaba podía ver que la señora se encontraba en la terraza fumando un cigarrillo y mirando hacia el horizonte.



El barandado era de barrotes y la luz del sol de la mañana se filtraba a través de su bata y podía observar con bastante perfección el contorno de sus piernas hasta su sexo.



Seguí trabajando y mirando cuando me di cuenta de que empezaba a tener una pequeña erección, fue cuando más me contrariaba de que no hubiera estado en la casa mi amiga.



Al cabo de unos minutos acabé el trabajo y recogiendo toda la herramienta me dirigí hacia la señora para decirle que había acabado, hacerle la factura y despedirme.



Aunque le hablaba con voz normal ella no me escuchaba y parecía ensimismada en la vista que había desde la terraza, salí al balcón y cuando estaba tras ella se sobresaltó al escuchar mi voz pidiéndome que la disculpara por no haberme oído pero que era una maravilla la vista que había con el sol saliendo por encima de los árboles de un parque que está situado enfrente de su casa.



Me quedé mirando tras ella con la caja de las herramientas en una mano y la verdad que el paisaje era de los más relajante, cuando percibí que su cuerpo estaba rozando el mío, me aparté un poco para evitar el contacto y enseguida noté que otra vez volvía a apoyarse imperceptiblemente contra mí.



Esta vez no me aparté y al momento sentí como movía suavemente sus nalgas contra mi paquete que tras la pequeña erección estaba tomando un tamaño más considerable.



Deje la caja de herramientas en el suelo y sin atreverme mucho coloque mis dedos en su costado subiéndoles y bajándolos por el mismo, entonces noté como sus nalgas se apoyaban decididamente en mi paquete y comenzaba a moverse con más fuerza.



Mientras seguía pasando la yema de mi mano por su costado pasé la otra mano por delante de su cuerpo y la introduje por entre dos botones llegando con ella hasta su pecho que comencé a acariciar suavemente con la palma de la mano notando como su pezón era cada vez más perceptible en mi mano, lo busque tomándolo entre mi dedo pulgar e índice y comencé a acariciarlo circularmente, suavemente, incrementando la presión y dándole pequeños estirones que hicieron que moviera la cabeza hacia atrás y me echara su pelo en mi rostro apoyando su cuello contra mi boca.



Seguía con las caricias en su pecho y comencé a besarte el cuello, a lamérselo y a darle pequeños mordiscos mientras con la otra mano comencé a subirle a la vez el borde de la bata y camisón hasta su cadera, coloqué mi mano en su nalga y comencé a acariciársela comprobando que llevaba un tanga.



Pasaba las yemas de los dedos por el borde de su tanga desde la cadera hasta que este se perdía entre la raja de su culo, comenzando a escuchar que gemía débilmente mientras seguía acariciándola. Dirigiendo mi mano por el borde hacia la parte de adelante sentí que unos pelillos escapaban de su tanga mientras acariciaba sus ingles.



Introduje mis dedos por el borde del tanga y pasé las yemas de mis dedos por su rajita hasta su coño, comprobando que la humedad era bastante grande a la vez que sentía que pequeñas gotas escapaban de la punta de mi pene, mi erección era tremenda y ella movía su culo de abajo arriba contra él.



Yo miraba que nadie pudiera vernos, aunque la verdad por la orientación de la casa, la forma de estar construida la terraza con paredes altas laterales, el parque delante de la casa y que se movía muy suavemente y por delante tenía la baja y camisón bajado, nadie podría haberse dado cuenta de lo que hacíamos.



Dejé de acariciarle es pecho y me separé un poco para poder sacar la polla al exterior que coloque entre sus nalgas con el glande hacia el final de su espalda tocando la tela de su ropa. Al estar en esta posición ella se movía de una forma que al subir su cuerpo mi polla bajaba casi hasta su vagina y volvía a subir hasta que volvía a golpear de nuevo con su ropa. Las gotas que salían de mi glande hacían que cada vez mi polla resbalara con más facilidad.



Con la mano que tenía en su coño había estado un rato masturbándola pero había decido bajar la mano hasta la entrada de su vagina jugueteando con mis dedos en la entrada, introduje el índice hasta el fondo sintiendo que en ese momento se apretaba fuertemente contra mi polla, estuve un poco metiéndoselo y sacándoselo hasta que decidí meter un segundo dedo que solo deje que entraran las yemas.



Permanecí quieto en la entrada sintiendo como ella apretaba sus músculos vaginales contra ellos como si quisiera que no pudiera sacárselos nuevamente. Ella intentaba con sus movimientos que la penetrara más profundamente, pero había decido no dejarle llevar el ritmo por lo que cuando ella intentaba que entraran más yo los mantenía en su entrada.



Con estos movimientos mi glande se había colocado en su ano y prácticamente no se movía de él, por lo que lleve mi mano hasta su tanga y apartándoselo hacia un lado coloque la punta de mi polla contra su culo y comencé a presionar, parecía como si n le agradara mucho lo que le hacía por lo que decidí meter mis dedos hasta el fondo de su vagina y sacárselos varias veces, al poco tiempo ella se fue inclinando sobre la barandilla del balcón colocando su cuerpo inclinado con el culo hacía mí.



Presioné mi polla contra ella a la vez que con la mano que tenía en su vagina la atraía hacía mí sintiendo como el glande había entrado en su culo, en ese momento me quedé quieto y solo prestaba atención a meterle los dedos en su coño mientras con el pulgar buscaba su clítoris hinchado.



Estaba yo en ello cuando ella comenzó a empujar contra mí y colocándose de forma que mi polla seguía entrando en su culo hasta llegar a golpear mis ingles en sus nalgas.



La tomé con una mano de la cadera y comencé a entrar y salir de ella sintiendo en los dos dedos con los que la masturbaba como mi pene se movía en un habitáculo separado por una frágil membrana.



Estaba follándola cada vez más rápido cuando sentí como sus dedos se unían a los míos en su coño y se masturbaba a la vez que lo hacía yo. Estaba a punto de correrme dentro de ella por lo que la dejé sola con su mano en su vagina y asiéndola con las dos manos por las caderas comencé a moverme con fuerza y rápidamente haciendo que mi polla entrara en su culo hasta el máximo y sacándola casi por completo. Un pequeño latigazo recorrió mi columna vertebral a la vez que sentía como mi polla se hinchaba todavía más y comenzaba a explotar en su interior, bajando el ritmo de la penetración para acomodarlo a mi mayor satisfacción, cuando su cuerpo comenzó a convulsionarse ligeramente a la vez que exhalaba un largo gemido.



Mi polla salió de su culo y en ese momento se dio la vuelta y abrazándonos me empujaba hacia dentro de la habitación acercándome a la cama y tumbándome sobre ella de espaldas mientras mis pies estaban todavía en el suelo, ella se colocó entre mis piernas y comenzó a meterse mi polla en su boca, llegando a tocar con sus labios en mi pelvis ya que la erección había decrecido bastante.



Mientras ella me comía la polla yo como pude me despojé del buzo y la camiseta hasta la cintura y como intentaba desnudarme del todo tuve que ponerme de pie y ella tuvo que sacársela de al boca para poder quitármelo.



Al estar de pie la tome de los hombros, le di la vuelta y tumbándola en la cama comencé a comerle el coño, pude comprobar que el olor no era nada fuerte y sí bastante agradable por lo mientras se lo comía introduje dos dedos en su vagina para meterlos de la misma forma que lo haría con un consolador y la otra mano buscaba de nuevo su pecho.



Ella se había abierto los botones de la bata y del camisón por lo que estaba completamente desnuda sobre su ropa con el tanga todavía colocado, baje la mano del pecho y con una pequeña presión en la tira del tanga se lo rompí para no tener nada que me molestara.



Volví a subir de nuevo a su pecho y esta vez mis caricias no eran nada de suaves, al contrario, le pretaba los pezones con fuerza y se los estiraba sintiendo como sus dedos se enredaban en mi pelo y me apretaba la cara contra su coño a la vez que comenzaba a mover sus caderas.



No sé si fue, el que por primera vez era algo violento con alguien y veía que esto le agradaba o que era la primera vez que tenía un rollito con una clienta el caso es que la erección me volvió de nuevo en todo su esplendor, por lo que subiéndome encima de ella la penetré hasta el fondo comenzando a follármela con fuerza intentado correrme lo antes posible, ya que también tenía que justificar el tiempo utilizado en un pequeño arreglo de fontanería ante mi jefe.



Pasé una mano por debajo de su cuello y busque su boca con ahínco a la vez que sentía como su mano se deslizaba entre nuestros vientres y comenzaba a masturbarse a la vez que la follaba.



Yo sentía que no iba a poder correrme tan rápido como creía, cuando ella dejando de besarme comenzó a arañarme fuertemente la espalda a la vez que gemía con fuerza moviendo su cuerpo de manera desenfrenada; no sé si fue verla así cuando casi sin darme cuenta estaba explotando en su interior, era la segunda corrida en unos minutos pero a mí me pareció como si en lugar de eyacular estuviera orinándome por la cantidad de esperma que echaba.



Me dejé caer de costado a su lado, agotado, mi brazo pasaba por debajo de su cuello abrazándola contra mí, cuando me dijo, no sé si te lo vas a creer o no, pero es la primera vez que tengo sexo anal y me lo comen.



Me vestí, tomé mi caja de herramientas y cuando bajaba en el ascensor me di cuenta que se me había olvidado hacerle la factura y cobrarle el servicio, pero como volvía a cobrar el trabajo encontrándome a mi amiga cuidando a un niño que dormía a esas horas, igual os lo cuento en otra ocasión.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 0
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  • Lecturas: 2006
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