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El fin de mi barbecho

Llevaba sin mantener relaciones con ningún hombre desde hacía casi un año, era como yo lo quería llamar mi barbecho personal. Estaba decidida a que la próxima persona con la que me acostara significara realmente algo para mí, tendría que ser esa persona con la que formaría esa ansiada pareja estable con la que estaba soñando desde que me vino la menstruación a los 11 años (si, florecí prematuramente) pero como siempre en esta vida las cosas no son así, esas cosas sólo pasan en las manidas comedias americanas.

Y, sí de nuevo, lo sé, es una frase típica y tópica, tan usada cómo unos clínex después de una masturbación, pero es verdad esas cosas NUNCA pasan por mucho que lo anheles y como no, yo no iba a ser yo una excepción. De hecho mi barbecho duró hasta un SPM (síndrome pre-menstrual) invernal algo libidinoso en el cual mis hormonas estaban tan revolucionadas que dieron un autentico golpe de estado, con su sublevación y todo. Generalmente antes de un golpe de estado se nota cierta inestabilidad en la cúpula de poder político, insatisfacción por parte de las masas etc. En mi caso, la falta de cópula se manifestó con un alargamiento de los tiempos de masturbación llegando a veces incluso a no satisfacerme del todo, todo ello unido a un estado casi permanente de excitación mental y física. Así que mi vocecilla rebelde, libidinosa y morbosa tomó el poder y el control de toda la situación. Publicó un anuncio por palabras en una conocida web de contactos.

Si hijos míos sí, lo hice que conste que lo pensé, cómo casi todo lo que hago en mi vida sólo que no me detuve demasiado en ello porque sabía que si lo razonaba demasiado mi cordura volvería a tomar el poder y me frenaría, así que ahí estaba yo un frío sábado noche publicando un anuncio en el que básicamente proponía a un hombre ser amantes vernos cuando quisiéramos o más bien cuando quisiera yo, para que engañar y para que mentir, follar de vez en cuando (lamento el lenguaje pero a veces los eufemismos se ven un poco fuera de lugar porque yo lo que quería era eso, simple y llanamente eso).

Cómo no, las respuestas no tardaron en llegar y allá que me dispuse yo a crearme una cuenta de Messenger para poder hablar con mis pretendientes o como a mí me gustaba llamarlos en mi mente (y de una manera bastante vulgar) mis penes-pretendientes porque así era como pensaba en ellos como penes.

El hecho de pensar en ellos de esa forma como que le quitaba un poco de hierro al asunto ya que a fin de cuentas yo lo que buscaba era un sustituto de mi vibrador, buscaba algo que algunos llaman calor humano, yo más bien lo llamaría: necesidad de sentirme conectada con mi feminidad hacia tiempo ya aletargada, quería volver a sentir el deseo de un hombre hacia mí ya fuera porque le gustara físicamente o simplemente le gustara el morbo provocado por quedar con una desconocida.

Lo necesitaba fervientemente el simple y mero hecho de saber que me podía acostar con todos esos hombres que me contestaron al anuncio y que se veían realmente interesados me excitaba. Esa noche estaba tan excitada pensando en mis futuras experiencias que llegué al clímax varias veces usando sólo mis dedos.

P.D. Si queréis seguir leyendo y saber más de mi lo podéis hacer en mi blog, enviarme un e-mail y os envío la dirección

Besos
Elisa
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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