Hecha toda una mujer Brooke. Quién viste acostumbradamente sus botas largas de látex con medias negras humo con un traje de cuerina completamente ajustado como ceñido incluso entallado adicionalmente apretado que modela su silueta de sus contornos anatómicos femeninos, sentada en una silla de bar en que llama a su enamorado en que le ordena que se ha un perro en que le bese como chupe hasta mame los tacones a su vez, las suelas de las mismas botas látex, obedeciéndolo al mirarlo con el rostro serio que no le aparta la mirada dominante para nada en persona como en vivo y a todo color, la cuál se fascina también deleita además excita igualmente desea y por supuesto, aprovechada sadomasoquista a costa de manipularlo a su antojo a más no poder en todo lo que le ordena hacer a su enamorado.

Le ordena tajantemente que le bese y lama las pantorrillas como los mismos tobillos como fuera un perro desobediente y que se porta muy mal con su dueña quién lo castiga reprendiéndolo para que aprenda a obedecerla en todo lo que le dice siempre, obediente sin titubear dominado hasta ejerciendo todo su persona en vivo como a todo color en aquella escena de sadomasoquismo protagonizado por ambos, gustándole como disfrutándole adicionalmente emocionándole inclusive incitándole y por supuesto calentándole finalmente vigorizándole asimismo cautivándole solamente a Brooke tratándolo como el perro que es nada menos que su queridísimo y apasionadísimo enamorado por lo que está ordenándole que haga a su antojo y a su exigencia a tutiplé por doquier a sus anchas completamente por la sadomasoquista que es Brooke.