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El distribuidor de extintores

Hola, soy Germán, tengo 36 años, soy casado con 3 hijos pequeños, soy jefe de mecánicos en una empresa textil dedicada a la fabricación de ropa interior, y quiero contarles algo que me sucedió en estos últimos meses y que me ha provocado serios problemas en mi casa y en mi trabajo.



Todo empezó cuando en mi trabajo tuvimos que buscar un cambio en los equipos extintores porque después de varios incidentes el equipo no funcionaba de manera adecuada y como es imperativo que en cualquier emergencia los equipos de seguridad funcionen adecuadamente ante cualquier eventualidad era necesario un cambio en el distribuidor de los equipos.



Se presentaron varios distribuidores y se decidió probar con el que ofrecía el mejor precio y garantía, se hicieron los cambios que ellos sugirieron y se instaló todo lo que ellos pidieron para ofrecer su garantía.



Ahí fue donde conocí a uno de los empleados de dicha compañía un señor que llamaré Gonzalo, un hombre maduro de más o menos 54 años, como de 1.70, muy amable, robusto, cabello entrecano, gordito, con un trasero divino, él era el encargado de revisar todos los equipos, a él se le reportaba todo incidente relacionado con ellos.



Como a veces se utilizan por cualquier conato de incendio es necesario que estén listos para cualquier emergencia y como se presentan continuamente él estaba al pendiente de todos, su presencia en la empresa era continua por lo mismo a veces estaba casi dos o tres veces por semana y el trato con él se hizo familiar, a veces lo invitamos a comer y el aceptaba.



Para mí era un caballero maduro muy responsable y nunca me ocupé de otra cosa que las actividades cotidianas de cada quien, uno de los mecánicos me hizo un comentario que me pareció fuera de lugar y no le di importancia en ese momento pero se quedó en mi mente.



Como había muchas cosas de que ocuparse seguimos con la rutina de todos los días y fue cuando otro de los mecánicos me hizo la misma observación que empezó a trabajar mi mente y puse más atención a los detalles.



Aquel hombre maduro precioso era muy amable conmigo y siempre me pareció muy raro que al salir de mi trabajo en las tardes, "de casualidad" me lo encontraba en la calle y se ofrecía a darme un "aventón" en su auto para llegar a mi casa, como yo tenía que ir muy seguido a checar productos relacionados con el trabajo nunca lo llevé a mi hogar.



Me acercaba a los lugares que yo visitaba y a veces me acompañaba según el para checar precios, total el trato se hizo muy familiar con él y después de los dos avisos comencé a notar cosas que no había tomado en cuenta antes y me di cuenta de su interés, todo continúo hasta que llegó el momento de hablar claro de sus intenciones.



Le pregunté sin rodeos, dada la confianza que ya existía entre nosotros;



—Gonzalo eres homosexual?



Se quedó mudo y trago saliva antes de responderme



—No, soy bisexual



—Bisexual?



—Sí, me gustan los hombres y las mujeres



—Y te gustó yo? por eso me sigues tanto?



—Perdón... no yo no te sigo... es que... bueno si, tú me atraes mucho y me gustas pero yo no te he molestado o sí?



—No, claro que no, has sido siempre muy amable conmigo.



—Y cómo te diste cuenta? Acaso se me nota mucho?



—No, yo ni siquiera me había fijado pero los demás sí, para ellos tus atenciones para conmigo eran muy notorias, ellos me advirtieron de tu interés en mi.



—En serio? es bueno saberlo para cambiar y tenerlo en cuenta.



—Y cuál es tu intención para conmigo o sea que es lo que buscas de mí?



— La verdad, no lo sé, es algo que se fue dando poco a poco, yo no tengo idea de lo que busco pero solo me pareció muy interesante conocerte y platicar contigo para convivir y ser tu amigo, eso es todo por ahora, ni siquiera he pensado en lo sexual aunque debo confesar que me gustas mucho, espero que no te ofendas.



— Para nada, tú has sido muy respetuoso y yo solo deseaba aclarar cualquier duda al respecto y no me pareció muy raro que seas amable conmigo, yo solo tengo una pregunta que hacer y espero que seas sincero al responder;



— Sí, claro que sí pregunta



— Te atraigo sexualmente y eso es lo que buscas conmigo?



— Ya te dije que sí me gustas y mucho, y en cuanto al sexo, cuando estoy contigo mis emociones se alteran muchísimo, me he imaginado besándote y compartiendo mi cuerpo contigo, sintiendo como me abrazas y me penetras en muchas ocasiones muy rico y me haces sentir toda clase de sensaciones.



— Y por qué te parece que yo podría interesarme en hacerlo contigo si apenas me conoces?



— Ese precisamente es el problema que yo no sé si tú estés interesado en algo así, tú eres muy serio y responsable de eso me he dado cuenta y me gusta tu forma de ser, por eso me siento atraído por ti, pero yo no quiero hacerlo nunca si eso te causa algún problema en tu casa o tu trabajo, por eso no te había dicho nada, solo me conformaba con verte y estar cerca de ti.



Me quedé callado pensando en mi familia, amo a mi esposa pero por causas ajenas a nosotros no tenemos mucho tiempo para el sexo, además ha estado enferma y ya es mucho tiempo sin hablar de esto con ella y pues uno tiene sus necesidades y pues ya ni me acuerdo cuando fue la última vez que lo hicimos.



Gonzalo al verme tan pensativo y como me quedé callado me preguntó;



— Y tu qué piensas de mí al menos te agrado un poco o te soy indiferente?



— Quieres que te diga la verdad?



— Pues claro, se sincero no te preocupes por eso.



— Pues yo he tenido una gran cantidad de personas a mi alrededor y nunca me había dado cuenta que estoy muy solo hasta que llegaste tú, con nadie había hecho amistad tanto como contigo y a veces te veía tu trasero y la verdad se me paraba mi miembro, pero nunca pensé en tener algo más porque me gusta respetar a las personas.



El me respondió;



Sí, a veces yo te veía empalmado y me preguntaba, "será que le gustan mis nalgas" y comenzaba a fantasear, pero como nunca dijiste nada me sentía desilusionado y me ponía en posición horizontal para que me las vieras mejor, pero nada no había respuesta.



— Pues te diré que yo me volteaba a mirar en otra dirección para no perder la compostura porque ese culo tuyo siempre me gustó y me sentía muy bien al verlo tan cerca, es que hace mucho que no tengo nada con mi esposa porque está enferma y ando bien urgido por eso se me antojaba pero hacía como que no te veía para no tener inconvenientes con la calentura.



— Entonces no te soy indiferente del todo?



— No, siempre estaba muy contento con la boca abierta y la verga parada pero me pareció muy feo el estar con esa clase de pensamientos respecto de otra persona y me sentí muy incómodo de albergar tales ideas.



— Entonces te gustaría que te prestara mis nalgas para que te desahogues a gusto cuando tú quieras?



— Es en serio lo que dices? a ti no te molestaría que lo hiciera?



— Molestarme? Bromeas? Si de eso pido mi limosna, a mi me gusta ser pasivo con los hombres, me encanta que me cojan y me den duro en mi culito, te lo ofrezco si quieres.



— Pues si hablas en serio yo te agarro la palabra porque ando muy urgido y me gustas mucho, espero que te guste mi verga porque pienso cogerte muy duro, pero dónde lo haríamos no se puede hacer nada en este lugar y debemos ser muy cuidadosos.



— Eso no es problema yo tengo lugar en mi casa por las tardes, si te parece ahí podemos hacerlo cuando puedas o tengas tiempo para mi.



— Solo una cosa quiero aclararte yo no busco una relación gay, por lo mismo no busco un compromiso aparte de mi familia, no arriesgaría mi matrimonio por nadie más.



— Si, yo tampoco quiero mezclarme en ningún sentido con nadie a largo plazo, sería solo sexo sin compromisos.



Una vez que aclaramos las dudas hicimos planes para nuestra reunión de mañana en la tarde y decidimos no mostrar ningún signo que pudiera ser indicio para nadie y nuestro trato fue muy frío en la empresa a partir de ese momento, estrictamente profesional.



Al día siguiente estaba muy nervioso esperando la hora de salir, pero pronto los problemas normales me hicieron olvidar un poco mi ansiedad hasta que llegó la hora, seguí mi rutina de siempre, me costaba controlar mis emociones y me sentí como adolescente que acude a su primera cita.



Llegué al lugar acordado y con calma subí al coche de Gonzalo que estaba muy limpio y arreglado, me gustó verlo tan bien dispuesto y mi pene se empezó a despertar gozoso al imaginar lo que me pareció muy interesante de experimentar después de varios meses de abstinencia por la condición de mi mujer.



Iba vestido con ropa cómoda y sencilla no con uniforme de trabajo y se veía muy bien, me gustó verlo normal como si fuera un muy buen amigo de siempre y cuando descendimos al llegar a su casa no pude evitar mirar sus nalgas que me gustaban tanto y que se le marcaban muy bien.



Cuando entramos me pareció una excelente oportunidad para hacer un pedido un poco inusual a mi amigo Gonzalo.



— Oye estamos solos?



— Si, tenemos toda la tarde para nosotros.



— Me gustaría poder contar contigo para una fantasía erótica que me ha acompañado desde la infancia, me apoyarías para realizarla?



— Si claro que es lo que deseas que haga?



— Siempre he estado imaginando que entro a una casa como ladrón y me encuentro al dueño de la casa dormido y lo hago mi esclavo sexual violándolo muchas veces y ese hombre de mis sueños se parece mucho a ti, nunca se lo había dicho a nadie porque me pareció muy bizarro y lo tenía como algo imposible de realizar.



— En serio? Y si te dijera que ese es mi mayor deseo, que alguien me violara sin pedir permiso, pero lo que no me gusta mucho es la idea de tener que pedirlo, de lo contrario ya hubiera buscado a alguien que me lo hiciera, siempre estaba muy excitado de que fuera algo real y deseando que llegue a realizarse.



— Pues ve y diviértete con la idea de que se ha producido el sueño y vas a vivirlo ahora.



Me quedé callado pensando en el trabajo que me esperaba para poder hacer realidad sus sueños, pero no me pareció muy difícil mantener el equilibrio entre mis sueños y los suyos y se agitó todo mi cuerpo sobre todo por el sentimiento que me embargaba al poder realizarlo, al mismo tiempo que sabía que no había reglas para llevarlo a cabo.



Me senté en una silla para que se abriera mi mente y me puse a pensar en el futuro y eso que me ha llegado de la nada es ahora posibilidad de hacer locuras que se te ocurren.



Qué hacer y cómo hacerlo? Como siempre lo mejor es lo que se te ocurre de momento para solucionar el inconveniente, me dirigí a la fuente de luz, después busqué lo que necesito para la boca y las manos, ahora a improvisar un plan de acción.



Fui y baje el switch de la luz y quite el fusible, paso uno, me senté a esperar la llegada de Gonzalo, no tardó mucho y usaba una lámpara para revisar, me escondí y al no encontrar el fusible fue a buscar un repuesto, al volver de una patada le tiré la lámpara y le puse el pie para que cayera, luego me subí a su espalda y forcejeando con el torciéndole una mano le ate las manos a la espalda, paso dos, busqué algo para tapar sus ojos y luego puse el fusible y encendí la luz, pasó tres, tomándolo del pantalón como hacen los policías lo obligue a ir a su recamara y lo arroje sobre la cama. Paso cuatro.



Le aflojé el pantalón y le quite los zapatos y calcetines y luego baje su pantalón y calzón juntos, mitad del trabajo, ahora haciéndole manita de puerco solté sus manos y le subí la camisa y la camiseta juntas hacia arriba, mientras luchaba por sacarlas de su cara le amarre una mano y le hice de nuevo manita de puerco y lo obligué a poner sus manos atrás y lo ate con fuerza, luego le quite los pantalones y calzones de sus pies y camisa y camiseta de su cara, revise sus ataduras, todo bien, paso cinco; cerdito en escabeche.



Ya es mío no puede verme, no puede moverse, esta indefenso y listo para ser parte de mi fantasía, busco unas tijeras y tomó su verga, no está mal unos 15 cm, está excitado y duro, tomo las tijeras y finjo cortarlo cerrando las tijeras sobre su pene, al sentirlas apretando su verga se agita todo con desesperación y grita, pero solo se oye el sonido del silencio en respuesta a su grito.



Luego le corte todos sus bellos púbicos y al oír el sonido de las tijeras se agita de nuevo y lágrimas escurren por sus mejillas, su pene estaba durísimo, tomé una almohada y la puse debajo de su cintura lo gire de lado y lo puse boca abajo con las nalgas bien paradas, listo para ser penetrado, le subí una pierna para que se vea su hoyito.



Qué lindas nalgas me las comí a besos, las mordía se las apretaba, el comenzó a gemir, le escupí en su hoyito y lo lamí por toda la raya con calma, suspiraba con fuerza y se agitaba todo, luego le puse mi lengua y lamí su ojete con calma abriendo sus caderas y gemía desesperado, trate de meterle mi lengua y apretó su esfínter, entonces puse mi dedo medio en su ano y empujé hacia adentro, apretó su culito y luego se aflojo, el dedo entró poco a poco y me apretaba su ano pero se fue deslizando firme hasta dentro.



Lo saqué y le metí la punta de mi lengua y lo lubrique de nuevo, a cada movimiento de mi lengua en su ano se agitaba y gemía gozoso, le puse dos dedos y empujé su ano se resistía un poco luego los dejó entrar, comencé a trabajar su ano y le metía y sacaba los dedos girándolos y se retorcía, su esfínter se abría y cerraba abrazándolos goloso, luego volví a usar mi lengua y sus gemidos me anunciaban su gozo.



Junte mis tres dedos y empuje su culito se contrajo oponiéndose y con un poco de esfuerzo se lograron meter, de nuevo los giré al tiempo que los usaba como si fueran un pene que se lo cogía y el casi gritaba de placer, volví a usar mi lengua y recorría su agujerito lamiendo y usando mi lengua como espada para lubricarlo y evitar que se irritara, su ano se contraía y con el todo su cuerpo que se agitaba y me apretaba muy rico la lengua.



Puse los cuatro dedos en su entrada y empujé con fuerza, hubo mucha resistencia acompañada de gritos de dolor y gozo, se agitó totalmente y luego se fue aflojando lentamente mientras mis dedos entraban abriendo su culo a fuerza de presionarle, su esfínter se resistía muy fuerte rechazando al invasor y el apretaba las manos y pujaba muy fuerte, por fin venciendo la resistencia su ano se abrió y los cuatro dedos se deslizaron en su interior.



Esperé un poco a que se aflojara toda resistencia y le inicié el movimiento de meter y sacar mis dedos para acostumbrar su culo al tamaño del invasor y comenzó a gemir y hacer sonidos de placer y gozo, pensé un momento en meterle los cinco dedos o quizá toda la mano pero lo deje para otra ocasión, por ahora era suficiente dolor, el placer se reflejaba en sus gemidos y la forma como su culo respondía a cada embate de mis dedos.



Me acomodé detrás de sus nalgas y ensalive con los dedos mi verga que estaba deseosa de entrar en ese culito tan rico, con calma le metí mis 18 cm. totalmente empalmados y lo bese en el cuello con deseo y le apretaba sus senos mientras arremetía duro su culito, le decía cosas al oído para excitarlo más y se retorcía goloso apretando mi verga con sus nalgas, su esfínter se acomodó muy rico al grueso de mi verga y la abrazaba contrayéndose calentándome más.



Lo penetraba muy lento y lo tocaba por todas partes, el casi gritaba excitadísimo y se movía como serpiente haciendo su culo para atrás y moviéndose muy rico, con sus nalgas masajeaba mi verga apretándola y yo lo tocaba con suavidad, sus senos, su cuello, sus nalgas y le besaba las orejas, la nuca, el cuello, de repente se agito todo y se vino sin tocarse, por un momento se aflojo todo y lo encule sabroso, acelere el ritmo y lo goce más todavía, era mío y lo abrace con furia, apretando sus senos, me vacíe en su interior, me quede un rato dentro moviendo mi verga entre sus paredes y me puse cachondo otra vez.



Me salí y lo gire quitándole la almohada y lo puse boca arriba, le coloque de nuevo la almohada bajo las nalgas y levante sus piernas, lo empuje hacia arriba un poco y le abrí las piernas, todo su culo abierto ahora y escurriendo mi semen se asomó dispuesto para comérmelo de nuevo, hasta este momento yo no había quitado el trapo de su cara para no interrumpir la fantasía, apunte mi verga en su agujero y se la metí toda de un solo golpe, me pare con mi verga dentro y lo hice rollito con sus piernas casi junto a su cara, como esta gordito empezó a pujar pues le apretaba el estómago, no afloje la presión y me lo cogí duro un rato, como respiraba agitado solté un poco la presión y se calmó su respiración.



Ya un poco menos presionado lo penetre más duro y solo se oía el ruido de mi verga entrando y saliendo de sus nalgas y los gemidos de placer de Gonzalo eran música para mis oídos, al escuchar sus gemidos mi verga se endureció completamente, le solté las piernas y con ellas me abrazo, entonces lo bese y le apretaba sus tetas y masajeaba sus senos que estaban muy grandes y eran riquísimos, estaba totalmente entregado al placer y en mis manos, le bese el cuello, la boca, las orejas y pedía mas, de nuevo se vino sin tocarse con un grito.



Le saque la verga y le quite la almohada y lo gire de lado, levante su pierna y lo ensarte de nuevo con furia y le empecé a dar embestidas tan fuertes que se sacudía con cada estocada, su cara solo sonreía al sentirse penetrado con tal fuerza y gemía, que delicioso culo para quedarse ahí todo el día, pero ya mas cansado y con el gozo desbordado le llene su culo con otra descarga de mi leche y me salí, le baje la pierna y le ofrecí mi verga tocando sus labios con mi pene y lo saboreo muy rico dejándomela muy limpia, lo cachondee sabroso tocando todas sus partes íntimas con calma y me excite de nuevo, lo puse de a perrito y le di varias nalgadas, poco a poco su pene se endureció pues le gustan los golpes y lo castigue con varias nalgadas mas fuertes, el solo gemía excitado al máximo, le escupí el culo y le metí los cinco dedos, sus nalgas y su esfínter se apretaron negándose a abrirse mas, entonces solo le metí cuatro dedos y goloso su esfínter los acepto inmediatamente.



Le metía y sacaba los cuatro con un buen ritmo y el dejaba su culo suelto y se agitaba goloso recibiendo con ansia mis dedos, en un momento junte mis cinco dedos y empecé a apretar la entrada y se resistía su culo, volví a meterle cuatro y se relajó, de nuevo junte los cinco y apreté mas fuerte y comenzaron a entrar, se resistió de nuevo y grito por el dolor, le aplique mas fuerza y con trabajo entraron los cinco, se tensó todo y grito, luego poco a poco se aflojo y sin avisar le empuje mi mano y se metió toda, grito y se tensó por el dolor, me quede quieto dándole tiempo a que se acostumbrara y cuando se relajó, lentamente empecé a meter y sacar mi mano y comenzó a ronronear como gatito y gemía gozoso, su pene se endureció y con placer decía;



‘Ay que rico… Que que rico… métemela mas… así, así, mi vida… Dame más… Más… Rompeme el culo…’



Estaba gozando con locura la penetración y se tensó diciendo;



‘Huy me vengo… me vengo… que rico… que rico… Mmmhhh… ahhh… que rico...’



Su pene soltó varias descargas y se quedó como muerto por el esfuerzo y el cansancio tirándose en la cama, a mi me encanta cuando se aflojan toditos y es cuando me pongo mas cachondo, saque mi mano y recorriendo su cuerpo le metí mi verga ya sin ningún problema y lo goce con calma comiéndomelo a mi antojo sin ninguna resistencia, su cuerpo flojito me hacía sentir mas cachondo y le daba duro con calma y como ya me había descargado me gusto estar arremetiendo ese culo tan sabroso sin prisas, era mío y lo disfrute boca abajo, lo gire y de lado lo penetre muy rico, luego le subí las piernas y lo encule de nuevo, el como muñeco de trapo solo se dejaba hacer y gemía, por fin después de mucho rato de tanto placer con las ultimas fuerzas que me quedaban me vine en su culo y me tire sobre el besándolo con pasión, haciéndolo mío con mis besos.



En cuanto pude, me metí a bañar para quitar todo rastro de la batalla y luego de secarme, lo mire atado y con los ojos tapados, se veía precioso listo para la faena, para comérselo a besos y con ternura le di un beso en la boca y afloje sus manos, después me salí y espere un taxi para ir a casa.



Al día siguiente en el trabajo con mucha precaución solo me dijo;



—Muchas gracias me encanto lo que me hiciste y cuando quieras estoy a tu disposición, fue riquísimo y me dejaste sin fuerzas, nadie me había tratado así y me hiciste enloquecer de placer, mis nalgas son tuyas cuando quieras.



Seguimos trabajando como si nada y todo normal, nadie se dio cuenta y algunas veces fui a visitarlo para repetir lo que habíamos hecho y algunas otras fantasías que él deseaba realizar, me encantaba ese culito de maduro era riquísimo, pero cuando se terminó la relación laboral él tuvo que dejar de ir a la empresa y nos veíamos menos hasta que supe que había muerto de insuficiencia pulmonar, sentí pena pero la vida continua y luego tuve otro amigo para desahogarme pero eso es otra historia.


Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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