Pues esto sucedió ya hace algún tiempo, yo era mucho más joven que ahora, me encontraba viviendo sola por primera vez en mi vida y no me estaba yendo nada mal. El casero del edificio era un viejo amigo de mi familia, así que lo conocíamos a él y a su familia prácticamente de toda la vida. Resulta que uno de sus hijos al que llamaremos "Beto" para no quemarlo ya que no es su nombre real y que es 4 años mayor que yo siempre había mostrado interés en mi, pero yo lo veía casi como un hermano, así que sus insinuaciones siempre me parecieron halagadoras pero nunca las tomé en serio, aún así nos llevábamos muy bien, en fin, lo consideraba uno de mis mejores amigos.

Desafortunadamente la empresa donde yo trabajaba en ese entonces quebró y me quedé sin empleo de la noche a la mañana, y me fue difícil encontrar un nuevo empleo, así que me atrasé un poco con el pago de la renta.

Yo estaba desesperada, ya que solo encontraba trabajos temporales o de medio tiempo y no me alcanzaba para pagar mis gastos básicos y aparte la renta, la verdad yo no me quería ir de ese lugar, ya que me encontraba cerca de mi familia y la zona era segura y en general era muy cómodo para mi vivir ahí. No obstante cuando llegué a los 6 meses de deuda la situación se hizo insostenible para mi, así que hablé con mi casero, le expliqué que dada la relación con mi familia no quería sentirme que me estaba aprovechando de su generosidad, así que me marcharía en busca de una vivienda más barata, pero que le cubriría el total de mi adeudo tan pronto como me fuera posible.

Por la noche de ese mismo día escuché que tocaban a mi puerta, fui a abrir y era Beto, que decía que necesitaba hablar conmigo, así que lo dejé pasar. Resulta que él había escuchado la conversación que había tenido con su padre, y que deseaba que no me fuera del lugar y que se le había ocurrido una manera en que me podría ayudar. Entonces me dijo:

"Tú sabes que desde siempre he estado loco por ti, pero por alguna razón nunca me has hecho caso, y espero que no te ofendas ni te sientas incomoda por lo que te voy a pedir. Mira, para no andarme con rodeos, yo pagaré tu deuda con mi papá a cambio de que me masturbes."

Su propuesta me sorprendió mucho, al principió si me sentí ofendida, casi violada, sin embargo luego lo pensé bien y me di cuenta de que se necesitaba mucho valor para pedir algo así, finalmente no me estaba pidiendo anda del otro mundo, y que no ya estamos en el siglo XXI?? Así que lo estuve pensado un rato y le dije:

- Entonces, si te masturbo harás que tu papá me perdone los 6 meses de renta que le debo??

- Si, yo puedo hacer eso, no te pido nada mas, te juro que solo sería eso.

- Tendría que hacerlo hasta que eyacules verdad?? (Estaba muy nerviosa y la verdad no sabía ni que preguntar)

- Si, solo masturbarme hasta venirme y eso sería todo.

Como dije anteriormente, yo no me quería ir de ahi y sentía que aunque lo que me estaba pidiendo si era algo un poco pasado de la raya, no era nada que no pudiera hacer, yo conocía a ese hombre y sabía que era una buena persona, solo tal vez algo caliente y desesperado, en un momento dado, hasta me sentí halagada por su propuesta, así que le dije:

- Esta bien, acepto pero con 3 condiciones: Número uno, no haré absolutamente nada más que jalartelo hasta que te vengas, no te lo voy a chupar, no me voy a desnudar ni dejaré que me toques ni que me penetres; Número dos, no le puedes contar a nadie sobre esto, debe quedar en absoluto secreto entre tu y yo, si me entero que se lo cuentas a alguien te acusaré de violación sin importar que seas de mis mejores amigos y número tres, esto nunca volverá a repetirse bajo ninguna circunstancia, si me vuelvo a ver en dificultades financieras ya hallaré la forma de resolverlo, estás de acuerdo??

El respondío que si, estaba de acuerdo con mis condiciones, así que nos acomodamos en mi sofá y le pedí que se sacara el miembro, y cual no sería mi sorpresa cuando sacó un pene enorme y precioso, ya completamente erecto lo tomé con mi mano izquierda y estaba calientísimo y duro como roca, no era el primer pene que tocaba en mi vida, pero si el mejor que había tocado hasta ese entonces (y solo superado por el pene de un hombre mayor, pero esa es literalmente, otra historia).

Entonces se lo empecé a acariciar y note que su glande se empezaba a humedecer, también me di cuenta que el se encontraba tremendamente nervioso y hasta cierto punto algo avergonzado, así que le dije: "mira, ya estamos aquí, tranquilízate, disfrútalo mucho y sobre todo relájate o no va a funcionar" entonces el se acomodó un poco mas abajo y comencé a chaquetearlo. La verdad es que fuera del sobresalto inicial de la propuesta, no estaba resultando incomodo ni tenso, de hecho hasta lo empecé a disfrutar, así que se lo jalaba, lo apretaba y lo soltaba, le acaricié los testículos y cosas así. Pero como se hacía tarde y yo tenía que ir a trabajar al otro día, me di prisa con mi tarea, así que me puse a jalarselo en serio hasta que sentí que estaba a punto de venirse.

Fue en ese momento cuando mi amigo Beto tomó un aire de valentía y me dijo "Si me dejas que me venga en tu cara te pago el resto del año de renta" Y pues me dije a mi misma "valla, es un buen trato, solo es un poco de semen y te lo puedes limpiar con agua y con un demonio estamos en febrero, estarías muy loca si no" Le dije que si, entonces el se paró, se puso frente a mi y yo continúe jalandoselo. Cuando escuché que me dijo "estoy a punto, cierra los ojos" coloqué mi cara bien enfrente de su pene con la punta apuntando justo a mi boca, que se encontraba fuertemente cerrada y entonces... Lo hizo, se vino y sentí un chorro hirviente y espeso callendome en los labios y la mejilla izquierda, entonces el tomo su pene y lanzó otros dos chorros que dirigió a mi frente y mi nariz. Cuando había terminado el asunto, solo le dije, "vistete y vete por favor, luego hablamos" Entonces el se abrochó el pantalon y se fue. Pero la razón por la cual le dije lo que le dije no fue que me sintiera apenada o avergonzada, sino que estaba excitada como nunca en mi vida. En cuanto Beto se fue corrí al baño y me vi en el espejo, y al ver mi cara cubierta en su semen y sentir como escurría y caía sobre mis pechos mi vulva comenzó a palpitar y a exigirme uno de mis dildos favoritos, así que lo saqué de un anaquel secreto y me bajé los pantalones y lo metí furiosamente en mi vagina, sentí un placer grandisimo, sin perder tiempo me desnudé por completo y empecé a embadurnar el semen por toda mi cara y mis senos mientras metía y sacaba frenéticamente el dildo de mi vagina, pero el cuerpo me pedía algo más extremo, así que saqué otro dildo, lo chupé hasta que quedó bien cubierto de saliva y lentamente lo introduje en mi ano. Y ahi estaba yo, en mi baño, con un dildo entrando y saliendo en cada uno de mis agujeros y con la cara cubierta de una sustancia que hasta ese día me parecía intrascendente, y en menos de un par de minutos sentí un orgasmo intensísimo, de locura, y yo sabía que ese placer tan enorme se debía a que acababa de enamorarme, pero no de un hombre, sino de lo que sale de su pene.

En cuanto la lujuria bajó, me metí a bañar y me fui a dormir completamente tranquila y satisfecha. Un par de días después hablé con Beto y le dije que estabamos completamente bien entre nosotros, no había ningún sentimiento negativo hacia el y que esperaba que cumpliera con el trato, y él así lo hizo, al pie de la letra.

Ese mismo día por la noche le mandé este mensaje a su teléfono celular "Hola, si te portas bien no me molestaría olvidarme de mi tercera condición ocasionalmente, buenas noches. Atte. A.".