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"Contado por ella. Una pareja que atraviesa problemas en la cama los soluciona añadiendo a un buen mozo de un espectáculo erótico y despertando el lado lascivo de la esposa"
Simplemente no tenía más ganas, no quería coger más. Mi esposo tuvo paciencia, trató todo. Un día me dijo "imagina que estas con otro, con otro hombre...o si prefieres con otra mujer...las fantasías pueden ayudar.." Pensé que era un pervertido y fue peor.
Finalmente un día me dijo que se iba de la casa, no quería presionarme más, no quería el stress de desearme y ser rechazado. Se fue.
No podía entenderlo, pensé que cuando el ardor se va quedaban otras cosas. Hablé con mi más querida amiga para que me aconseje, y ella me sugirió ir a ver un espectáculo de striptease masculino para ver si eso me excitaba. Me compré una peluca, me disfracé, estaba tan avergonzada de ir al show que no quería ni reconocerme.
Cuando Mauro empezó a desnudarse sentí que mojaba mis pantis, algo que no había ocurrido por años. Me tomé 2 wiskies y me animé a llamarlo, le pedí si podía hacer un show privado.
Dos días más tarde me animé a llamar a mi esposo, le dije 'creo que sé cómo hacerlo, ven esta noche'. Cuando llegó lo besé y le conté mi plan: ponerme caliente con el striptease de Mauro y luego de que Mauro se fuera acostarme con él. Le pareció bien.
Luego, tomamos vino, Mauro llegó, hizo su espectáculo. Yo me sentía muy arecha ver a un hombre desnudarse frente a mí estando junto a mi esposo, fue increíble. Estaba súper mojada, sólo esperaba que Mauro terminara su show y se fuera para irme a la cama con mi marido, pero cuando Mauro, a diferencia del show que hizo en su club, se sacó toda la ropa y su inmensa verga saltó como un poste, no pude menos que dar una exclamación de deseo. Me avergoncé, pero mi esposo me animó al decirme 'te gusta ¿verdad?', 'siii' le dije tímidamente. ¿Crees que pueda entrar en tu boca?, me susurró mi esposo al oído. 'Es muy grande" le dije, 'no lo creo' 'Ve, prueba" dijo mi marido.
Mauro se había sentado y su inmensa verga parecía un asta de bandera. Mi esposo suavemente me guió, me puse de rodillas, tomé la inmensa y deliciosa verga de Mauro en mis dos manos y lentamente la metí en mi boca. 'aahhh, qué delicia' gemí mientras tenía un orgasmo de sólo sentir esa palpitante carne en mi boca. Empecé a chupar lentamente, mojada y apasionada como estaba casi no me di cuenta mientras mi esposo me desnudaba. Pronto los tres estábamos acostados desnudos en la alfombra. Yo chupaba a Mauro con pasión mientras mi esposo me chupaba la chucha y acariciaba mi culo con su pulgar que podo a poco iba cediendo al deseo. No lo podía creer, estaba dejando a mi esposo insinuara su dedo. Nunca antes le había permitido hacerlo, me avergonzaba, no era digno, pero al mismo tiempo lo deseaba, no sólo eso, imaginaba que Mauro me metía su inmensa verga en la virginal apertura de mi culo. Estuve a punto de levantarme e irme. Mi plan no había funcionado, me sentía como una puta, yo sólo quería estimularme un poco, pero ahora estaba como una perra arecha, jadeando y moviendo el culo entre la boca de mi esposo y su pulgar mientras chupaba con pasión el pene de Mauro. Una vez más mi esposo me ayudó a enfrentar y aceptar mi propia sexualidad, me dijo, '¿te gustaría que Mauro te lo meta?'.
'Sí, perdóname' rogué, '¡pero siiii!, deseo que me coja por el culo, ooooohhhh, no lo puedo creeeeer....¡cómo lo deeeseo!
Mauro se acomodó y empezó a empujar su inmenso instrumento, fue imposible, era demasiado grande, y a pesar de la increíble arrechura que tenía, no entraba. Mauro se levantó, buscó en su pantalón y volvió con un sobre de KY. Me acaricio con su dedo índice y poco apoco lo metió, ....lo metía y lo sacaba, adentro y afuera....su dedo era también grande....grueso. Mi esposo seguía chupándome mientras me acariciaba las tetas. Pensé que iba morir de deseo.... ¡Mauro empezó a meterme dos dedos al culo!, empecé a gritar 'siiiiii!, qué delicia, ooooohhh!....estoy liiiiista, méteme la verga ahooora, oohhhhhh,... ¡qué deliiiiicia!
Mauro no se hizo rogar, apoyó su verga en el ojo de mi lubricado y palpitante culo y mi esposo fue el que guió a Mauro a que enterrara su inmensa herramienta. Sentí cómo los músculos fueron cediendo hasta que esa gran cabeza logró vencerlos, sentí cómo mis músculos del ano volvieron a apretarse y moví mi cadera hacia atrás hasta que todo ese salami estuvo enterrado. Gritaba de placer mientras mi esposo seguía chupando mi clítoris que había crecido en una forma increíble. 'Qué riiiico, qué deliiiiicia, siiiigan, siiigan, oooohhhhhh, aaaaajjjj, ajjjjjjjj,' jadeaba, me contorneaba, movía las caderas con sensualidad, con arechura.
Los tres tuvimos un inmenso orgasmo simultaneo, mi esposo y Mauro me rociaron de semen, en las tetas, la cara. Me acaricié, junté el semen y lo metí en mi boca. Quedamos tendidos descansando, pero mi arechura iba en aumento, pronto empecé a chupar esas dos vergas. Quería más, jamás había estado tan arecha. Tenia miedo de mi sexualidad, pero estaba rebalsando de lujuria.
Mauro estaba de espaldas y su pene parecía aún más grande que antes. Lo deseaba dentro de mí, pero tenia vergüenza de mi lujuria. Mi esposo gentilmente me ayudó a levantarme, me ayudó a sentarme sobre esa inmensa verga que lentamente penetró mi vagina llena de jugos de pasión y deseo. Yo no cesaba de gemir, de jadear. Empecé a cabalgarlo, moviendo mis caderas con vehemencia mientras jadeaba gritando, ooooohhh, siiiiiiiiii, culéame, lléname, oooooh qué riiiiico, qué deliiiicia,' Empecé a besar a Mauro, metí mi lengua profundamente en su boca mientras él empezó a acariciar el ojo de mi caliente culo, pronto tenía dos dedos dentro y empecé a imaginar lo más morboso: ¡quería que mi esposo me coja por el culo mientras Mauro me llenaba la chucha!. No pude contenerme, ooohhh noooo, gemí. Le dije a mi marido que se estaba masturbando mientras me veía culear con Mauro...'¡mételo, métemelo en el culo, siiiiii!, es verdad, ¡quiero que me cojan los dos al mismo tiempo, siiiii!.
Luego, con cierta dificultad, finalmente las dos vergas llenaban mis dos aperturas, entonces les pedí que no se movieran, que me dejen hacerlo a mí. Empecé a mover las caderas con ardor, con calentura. Suave y sensualmente. Estaba tan llena de líquidos, de semen, de sudor que todo resbalaba con ritmo, con goce.
Después cambiamos. Cabalgué a mi esposo mientras Mauro me empalaba el culo. Esta vez fue diferente, Mauro quería cogerme a su manera, entraba y salía con fuerza, con pasion. Mientras yo besaba a mi esposo. 'Gracias' le decía mientras lo lamía. 'Gracias por liberar mi sexualidad'
Esto fue solo el principio. Amaba culear. Me sentía puta y a mi esposo le encantaba, me decía eres la más perfecta puta que se puede desear. Después, siempre que me decía lo puta que era, me sentía arecha y quería ir a culear. Y así fue. Luego de Mauro vinieron otros y..... otras, descubrí que a mi marido le encantaba verme hacer el amor con una mujer y a mí me fascinaba hacerlo.
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