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El cielo de nuestra sexualidad

Es la 1 de la mañana y el frío se hace presente en el ambiente y ambos se detienen en el estacionamiento a unas pocas docenas de metros de un bar de ambiente homosexual. Daisuke viste unos pantalones largos grises y una camiseta sin mangas, blanca, zapatos planos negros y gafas de sol con montura negra encima del cabello. Ken piensa para sí mismo por un momento que es una especie de atuendo indebido para usar en un club pero descartó el pensamiento poco después ya que él mismo se dijo que quería salir su zona de confort, experimentar la noche de manera pública, así que está usando un sencillo abrigo de color marrón escondiendo obviamente el traje estrella que estaba dentro de aquella prenda de ropa, en su cuerpo estaba puesto un vestido blanco con falda de encaje en los bordes inferiores que llega hasta la mitad del muslo apenas cubriendo la parte superior de encaje blanco de sus muslos con media blanca con lazos en ambos lados, también una falda muy corta blanca a juego con unos zapatos negros.



Daisuke le abre la puerta y entran al club ya que la idea de ir a ese lugar fue impuesta por él, Está lleno de lo que deben ser docenas de personas riendo, bebiendo y coqueteando. Ken se da cuenta de que hay muchas personas que se mueven en la zona de baile y se pregunta si son desconocidas entre sí. Se siente un poco incómodo por ver a todas las personas, pero Daisuke lo consuela.



- Está bien, tengo un lugar menos concurrido en la mente. Tampoco quiero estar cerca de tanta gente.



Envuelve su brazo alrededor de la espalda de Ken, su mano descansa en la cadera del otro mientras camina hacia un hombre grande con un traje en la parte posterior de la habitación. Hay una cuerda gruesa de pana roja que une dos soportes detrás del hombre, bloqueando una puerta. Daisuke le dice algo al hombre que Ken no logra atrapar, pero poco después se les lleva detrás de las cuerdas por un pasillo que conduce a una habitación más grande con más mesas y personas.



Hay asientos rellenos largos que se alinean a lo largo de las paredes, cada uno conectado a otros dos asientos más cortos que sobresalen, formando muchos rectángulos de 3 lados incompletos, con una mesa sentada en medio de cada configuración. Caminan hacia las sillas y Daisuke conduce a la parte más corta hacia una parte más aislada de la sala de estar, con menos personas caminando cerca de ella. La mesa está decorada con un jarrón teñido de rojo, así al menos supone Ken, ya que es difícil adivinarlo con luces de colores destellando, también hay rosas rojas y blancas sentadas en ella



Ve que Daisuke le hace señas para que se siente y él lo hace, y el pelirrojo sigue su ejemplo sentado a medio pie de Ken, es último se quita el incómodo abrigo y se queda con su prenda de vestir favorita.



- Me sorprende que realmente puedas quitártelas. Pensé con seguridad que ya se habían injertado alrededor de tu cabeza -Le dice con un desdén juguetón.



- No necesito ponérmelas, está muy oscuro aquí. Apenas puedo ver nada -Daisuke parece ignorar el comentario, sonriendo alrededor de sus palabras.



Hay un silencio cómodo cuando Ken mira hacia la habitación, las miradas de Daisuke pasan desapercibidas, por ahora, porque tira ligeramente de la parte superior de la falda de Ken y este se vuelve hacia él con curiosidad, Daisuke desliza su mano hacia el antebrazo del primero, luego desliza su mano hacia un agarre suave alrededor de su muñeca.



Con los ojos bajos y una voz suave, dice:



- Ven, siéntate más cerca de mí.



Ken se mueve hacia adentro apenas, mirando inocentemente al otro con una pequeña sonrisa jugando en sus labios.



El otro habla de nuevo



- más cerca.



Se mueve una vez más, esta vez no se detiene hasta que sus muslos se tocan.



- ¿Es esto mejor? -dice coqueteando, sospecha que tiene algo planeado y se deja llevar por la excitación y coqueteo



-No -Daisuke exhala. Agarra a Ken por la cintura y lo levanta en su regazo, Ken emite un sonido de sorpresa y luego encuentra su pecho presionado contra el pecho de su chico



- Ahora estás mejor.



Se aleja de la sorpresa y pellizca la nariz de Daisuke y le responde molesto



- No hagas eso sin previo aviso primero -Dijo con su ya típico gesto de molestia de siempre.



Daisuke Libera una de sus manos del costado de Ken y se frota la nariz.



- Oh... Bien, está bien, la próxima vez lo mencionaré, se me olvida a veces que en tu papel de perra sumisa eres demasiado delicada



- Bien, gracias -Se da vuelta y se cruza de brazos, Daisuke busca sus labios para besarle, pero este último vuelve la cabeza, el otro frunce los labios y luego es golpeado con una idea.



Empieza a pasar la punta de sus dedos por el lado externo del muslo derecho vestido con una media blanca sobre Ken, desliza su dedo por debajo del borde del muslo y lo empuja hacia abajo hasta la rodilla, el dueño de la pierna murmura en aprobación y apoya su cabeza hacia atrás en el hombro y el pecho de Daisuke.



El otro reanuda sus acciones, tocando delicadamente la piel suave y cálida, adelante y atrás, dibujando formas desconocidas con sus dedos. Empieza a dibujar estas formas en la parte interna del muslo, luego pasa lentamente su mano hacia la articulación entre el muslo de Ken y sus caderas, se burla de la zona, frota el muslo interno, luego hacia la articulación, roza suavemente el pequeño bulto ascendente y luego regresa al muslo interno.



Ken extiende sus piernas, enganchándolas alrededor de su novio y exhala un pequeño y deliberado gemido. Daisuke toma la indirecta y ahueca completamente el cálido algodón debajo del vestido. Presiona la firmeza que hay debajo y Ken deja escapar un suspiro. Las transiciones del amasado firme al frotamiento más rápido. Sostiene el bulto entre su dedo índice y medio a través de la ropa interior y lo frota.



En todo el ruido y la gente, oye que la respiración de Ken se acelera, y quita la mano para hojear el bolsillo y agarrar una pequeña botella, hace un sonido de estallido y aprieta lo que tiene en la palma, solo para deslizarla debajo de la ropa interior. Acaricia la hinchazón, ejerciendo presión alrededor del eje y agarrando suavemente la cabeza sensible. Su propia longitud está casi completamente rígida también.



Deja que el pequeño bulto se deslice dentro y fuera de su mano, Ken presiona su espalda contra él, levanta su brazo y agarra la camisa de este último,



- Más... -susurra en el aire.



Daisuke rápidamente se quita la ropa interior, ahora ligeramente húmeda y pegajosa, y la pone a su lado en el asiento. Empuja las piernas de su chico hacia arriba para descansar sobre la mesa, y las extiende hasta donde pueden llegar sin caerse. Rápidamente mira a su alrededor para asegurarse de que nadie está caminando y levanta el vestido de Ken para revelar una pequeña polla completamente erecta y una entrada rosa suave.



Abre de nuevo la pequeña botella, gotea más en su mano derecha y la coloca en su dedo índice. Pone la botella sobre la mesa y comienza a intentar rastrear semi discretamente la entrada de Ken. Espasmos bajo su toque, y él hunde el primer nudillo y lo deja por un momento, se desliza rápidamente en el segundo y tercer nudillo. Ken jadea de alegría y frota su cabeza contra la mandíbula de Daisuke, rogando por más.



Este último mueve su índice dentro de Ken un poco más antes de deslizarse también en su dedo medio. Bombea los dos dígitos una docena de veces antes de deslizar un tercer dedo, lo que hace que Ken sienta el tacto más fácilmente.



El sonido húmedo y obsceno del lubricante alrededor de sus dedos en la tersa suavidad de Ken envía más sangre corriendo hacia su polla. Se impacienta y le da un codazo a su nochio para que se mueva un poco hacia adelante para poder desabrocharse los pantalones, una vez más, agarra la botella de lubricante y aprieta las ´últimas gotas en su mano y maneja su erección con ella. Ken retrocede y siente la presión de Daisuke entre sus nalgas y piernas, se sienta unos centímetros con Daisuke sujetando la base de su pene para apoyarlo mientras que él empuja solo la cabeza hacia adentro, tiene la intención de hundirse lentamente sobre él, pero Daisuke se clava en sus caderas y lo empuja hacia abajo sobre su polla de un solo golpe, se duplica sobre la mesa. El jarrón de rosas tiembla por el abrupto movimiento mientras lucha para contener un gemido, sale como un gemido estrangulado. Su propia erección gotea el presemen, siente que gotea por su corta longitud. Su cabeza está enterrada en sus brazos, ocultando su rostro, empapándose del repentino estiramiento.



Daisuke, suave pero firmemente, agarra a Ken por la barbilla y la mandíbula, lo sienta y tira su cabeza hacia atrás sin lastimarlo. Coloca sus manos alrededor de las caderas de nuevo, empujando hacia él, Ken es lo suficientemente liviano como para sostenerlo y rebotar hacia arriba y hacia abajo.



Ken continuamente hace pequeños quejidos, gimiendo el nombre de su amado y acariciando vigorosamente su rosada hinchazón, Daisuke susurra agresivo y sexual en su oído, diciendo que todas las cosas que ambos saben empujan a Ken al límite, él está bombeando cada vez más fuerte contra él, golpeando ese punto cada vez. Ken pierde el foco, sus pensamientos se vuelven locos, no puede pensar, no puede controlar sus movimientos.



La música se hace más fuerte en el club, lo que hace que Ken se comporta de manera más imprudente, dejando que más sonidos salgan de su boca; pierde la conciencia de lo que lo rodea, empieza a soltar los gemidos y Daisuke siente que Ken lo aprieta más fuerte y por más tiempo. Al darse cuenta de que el otro está cerca, acelera su empuje.



Envuelve su antebrazo alrededor del cuello de Ken y gira la cabeza de este último hacia la izquierda, obligándolo a mirar al otro. Se miran a los ojos, la boca abierta de Ken y los ojos marrones fijos en los azules del otro, se agarran de la mano por unos segundos y luego Ken la deja caer descuidadamente en el regazo de su chico, dando a entender perezosamente que quiere envolverla alrededor de su longitud.



Daisuke lo hace, con toda su mano alrededor de la circunferencia girándola, con su pulgar dando vueltas y presionando la cabeza.



Las gotas de sudor caen por el cuello de Ken, escuchando los ahora frecuentes gemidos de Daisuke , siente el calor de su clímax que se aproxima. La mano a su alrededor, la polla deslizándose fuera de su cuerpo, siendo obligado a ser observado y sabiendo que Daisuke lo verá todo; Es abrumador, sus ojos se abren, su espalda se arquea, su boca se abre para permitir un grito. Vagamente se da cuenta de que su boca ha sido cubierta, la misma mano que había sido bloqueada en su cuello.



Él mira directamente a los ojos de Daisuke mientras un calor abrasador golpea violentamente su cuerpo. Deja escapar un grito muy apagado cuando las olas de placer sacuden su cuerpo una y otra vez, siendo arrastrado aún más por el continuo empuje de su novio. La sensación es tan indescriptible como lo abarca. Daisuke por su parte cierra los ojos y entierra su rostro en el cabello de Ken cuando alcanza su propio final.



Este último arrastra sus caderas contra el otro, moviéndolas hacia adelante y hacia atrás con la longitud dentro de él, saboreando los últimos tentáculos de calor. Su aliento lentamente alcanzándolo. Ajusta la parte superior del cuerpo para tirar de la cabeza del pelirrojo hacia la suya, cierra los ojos y besa al otro, empuja su lengua en la boca de Daisuke y este empuja enérgicamente hacia atrás, sus lenguas se envuelven entre sí de manera atractiva antes de que Ken se aleje, exhausto .



- Mi vestido está totalmente manchado de la corrida... Maldición, este era uno de mis favoritos -suspiró.



- No te preocupes; lo lavaremos -se ríe, acariciando el muslo del otro



Ken se queda pensando en aquellas palabras que para él sonaba como una intención clarísima, se da la vuelta para mirarlo a los ojos y le dice



- ¿Vamos a por otra ronda?



-Nadie nos ha mirado, podemos seguir hasta el cansancio



Se dieron el mayor de los besos y a continuación Ken volvió a clavarse la polla de Daisuke en su culo recién exprimido listo para otra ronda en la que aquel vestido terminaría con un agradable olor semen y a fluidos.


Datos del Relato
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