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Categoría: Incestos

El chantaje (III): Un paso a lo prohibido

Los días pasaban agudizándose aún más nuestra situación, se había tornado candente el ambiente, es más, ni recuerdo las veces que en la semana mi hermano me había metido mano, me tocaba ya sin importarle la presencia de nuestros padres, ni mucho menos la de los espectadores en mi trabajo, en más de una ocasión tuve que chupársela estando trabajando, no sé por qué permitía esa atrocidad, lo cierto es que ese juego se había vuelto muy excitante, que en lo particular mi libido aumentaba, el deseo desenfrenado de ser tocada por mi hermano provocaba una adrenalina inexplicable, creo que el haber probado me había vuelto adicta, la cuestión era saber ¿cuándo daría el próximo paso? y ¿cuál sería?



Era finales de noviembre, una carta dirigida a mis padres anunciaba la presencia a una boda familiar se casaba nuestro primo Gustavo sobrino de mi madre, la fecha estaba ya pactada 23 de diciembre, entre platica y platica, sabía que no asistiría a la boda de mi primo, mis padres gustosos ya que ellos eran padrinos, por mi parte en esa época era cuando más trabajo había por lo tanto ni siquiera pensaba asistir, pues ya había planeado mis actividades, jejeje, pero igual y no había nada concreto, pasaron los días, el tema del momento era ver cuando partirían, los trajes que usarían, en esos días todo parecía normal en casa, excepto la metidas constantes de mano de Antonio.



Por su parte Juan Carlos mi hermano menor confirmaba su asistencia a la boda, mientras que yo, reafirmaba mi ausencia, por otro lado Toño mantenía una expectativa, no fue hasta faltando una semana cuando les anuncia a mis padres que no asistiría, cosa que los puso de malas, pues no era posible que no los acompañáramos, cosa que me excuse con el trabajo, mientras que Antonio poniendo cara de niño bueno decía, que aunque eran vacaciones, él tendría que prestar su servicio escolar y ni modo mis padres de mala gana tuvieron que aceptar esa triste realidad, cosa que yo no le creía nada, en ese instante paso por mi cabeza miles de ideas, no lo niego eso me calentó hasta mas no poder, unos días antes de que se fueran a la boda, mi madre nos pido que la acompañáramos de compras.



Ese día nos apuramos en todos los quehaceres, como íbamos al centro comercial a escoger la ropa que utilizarían en la boda, en el centro comercial recibí una llamada, si bien el numero era desconocido, dudaba en contestar pero la curiosidad prevaleció haciendo que tomara dicha llamada, al escuchar la voz no lo podía creer era mi hermano Toño que me pidió que no mencionara su nombre, pues no quería que nuestra madre se enterara de que el me llamaba, por un momento dude pero él me comentaba que se encontraba en el centro comercial para grabarme y si podía para meterme mano, en ese momento volteé, buscaba ansiosamente en la inmensidad de la plaza mientras el describía cada contorneo que hacía y a donde nos dirigíamos, mi mirada buscaba, se perdía en cada accesoria, sus palabras, sus picardías me hacían estremecer, sabia como entrar en ese juego, me acaloraba a cada explicación que mencionaba, mas sin embargo no lo lograba hallar, por más que busque no lo pude encontrar.



Mientras tanto mi madre recorría cada aparador buscando el traje de mi padre y el de ella, las obscenidades de mi hermano hacían que mi cuerpo entrara en calor, sentía esa necesidad de ser tocada o porque no de tocarme, lo cierto era que me detenía mi moral y la presencia de la gente. Todo siguió así hasta que salimos de aquella plaza, minutos después en el autobús volví a recibir nuevamente una llamada, ahora describía la posición de mis piernas y lo lindas que se veían, no podía creerlo, sin más, sabía que alguien era el cómplice, pero quien a nadie de los que iban en el micro conocía o por lo menos eran conocidos, podía sentir como mis flujos tomaban cause en mis piernitas, cuadras antes de llegar a la casa, la llamada terminaba dejándome completamente alterada de calor eso si sobrepasaba mi calentura.



Caminando nuevamente aquel grupo de teporochos a lo lejos veía discutir algunos de ellos se dispersaban entre las calles laterales lo cierto es que solo de ese grupo quedaba un hombre alto apiñonado con un aspecto de malviviente claro siendo un adicto al alcohol dejaba que desear, casi llegando donde él se encontraba fijo su mirada en nosotras y sin ningún tapujo comenzó a sobarse la verga por encima del pantalón, mi madre al verlo se quedó impactada, tal vez por la reacción de aquel tipejo cosa que pues a mí ni siquiera me preocupaba, pero cuando justo pasábamos enfrente a él, comenzó con un sermón de obscenidades, “ohh que lindas perritas en celo, que ricos culitos que albergarían a las vergas de mis amigos”, mi madre se apresuraba a caminar, por mi parte voltee a observar aquel hombre y vaya sorpresa el muy cretino ya tenía su verga al aire libre sobándosela a su antojo, no sé si me disgustaba o aún mejor sabía que hasta a los hombres más aberrantes, viciosos, deplorables también sucumbían ante nuestros encantos. Lo cierto es que mi madre se sonrojaba, podía notar que aquellas palabras la excitaban, la mojaban delatando que su cuerpo también requería de ser atendido.



Por la tarde solo esperábamos la llegada de mi padre el equipaje estaba ya listo, los minutos transcurrían, la tarde caía y la incertidumbre entre lo que sucedería entre mi hermano y yo acrecentaba la expectativa del juego que sería sometida o por qué no de tal vez dar un paso más a ese deseo carnal del cual ya éramos cautivos, la noche nos alcanzó, la llegada de papa se hizo más agotadora, cuando el timbre del portón anunciaba la llega de él, por lo que inmediatamente salí a su encuentro pero al abrir la puerta era Antonio quien se le habían olvidado la llaves, al verlo solo atine a decirle “ah eres tú”, el sorprendido pregunto “¿esperabas a alguien?”, “Pues no, solo que estamos esperando a papá”. Me alcanzo y posando su mano derecha en mis nalgas comenzó a sobarme, me asuste pues estaba mama y Juan Carlos podrían mirarnos, trate de retírale la mano pero el persistió, diciéndome en voz baja “no te preocupes Valery nadie puede ver como palpo este culito que tienes hermanita”. Su mano acariciaba mis nalgas su dedo medio recorría mi canalito pero el jeans no dejaba que este pudiera separar mis nalgas. Al entrar a la casa mama pensando que era mi padre comenzó a reclamar lo cierto es que cuando nos vio su cara manifestó desilusión.



Después de unas horas sonó el teléfono, en esta ocasión era mi padre que buscaba a mi madre, por lo que un grito anunciaba a mi mamá que era papá, tomo la llamada, no sé qué tanto habrían dicho lo cierto es que mi madre se notaba molesta, enseguida llamo a Juan Carlos para que revisara el carro, me acerque a ella y le pregunte que pasaba “nada hija solo que saldremos de madrugada, tu padre está con tus tíos y ya viene en camino pero preferí que descansará un poco”. A los 20 minutos llego papá cenamos y nos dispusimos a ver un rato la tele no sé cuánto había pasado pero poco a poco se fueron a sus habitaciones prime mis padres que entre besos y apapachos se alejaban abrazados a su dormitorio como unos enamorados, cosa que no me extraño se quieren demasiado, sin embargo mis dos hermano y yo permanecíamos viendo la tv. Si bien ya todos estábamos en pijama vi que Antonio se dirigió al segundo piso de la casa no sé pero tardo un poco, enseguida bajo para sentarse junto a mí, los minutos pasaban y con ello Juan Carlos comenzaba a dormitar cosa que no me agradaba pues Toño se había percatado y con ello el manoseo comenzaba, no me disgustaba pero si me ponía nerviosa pues en cualquier momento podíamos ser descubiertos, mi hermano paso su mano por atrás de mi cabeza haciendo que con su ante brazo despegara mi espalda del respaldo del sofá para que pudiera llegar a mi cadera, volteo como diciendo con la mirada que no era momento para eso, pero creo que eso aumentaba su libido, comenzó agarrarme la nalga, la estrujaba a su placer, mientras que con la otra mano la posaba en mi teta izquierda amasándola a su puritito antojo, mi vagina comenzaba a mojarse ni siquiera lo niego la situación me ponía cachonda, la excitación estaba a flor de piel, mientras tanto Juan Carlos roncaba anunciando su profundo sueño y cansancio cosa que aprovecho mi hermano para dejar de tocar mi seno y sin preámbulo metió su mano en mi pantaloncito y por encima de mi tanga comenzaba a recorrer mi palomita, que ya despedía mis jugos.



Así empezó a juguetear con un dedo en la entrada de mi coño, jadeaba y empezaba a gemir cada vez más fuerte, se me había olvidado la presencia de mi otro hermano. Poco a poco fue jugueteando con un segundo dedo esta vez alrededor de mi clítoris, mientras que yo cada vez gritaba más, por lo que empecé a preocuparme por mi hermano, que se encontraba a escasos metros de nosotros. Cuando por fin consiguió introducirme con mucho cuidado la falange, me puse como loca, pero entre mi calentura lograba controlar mi expresividad, pues un gemido más alto podría despertar a mi hermano aaaaah uuummm.



Creo que si nadie hubiese estado en esos instantes no sé qué hubiera pasado, la cosa se ponía demasiado caliente, tal vez mi miedo hizo que me detuviera sacando su mano de mi entrepierna, me levante y desperté a Juan, Toño quedo paralizado ante la situación creo que no esperaba mi reacción, mas sin embargo mi calentura hizo que regresara junto a él, mi otro hermano entre sueño ni siquiera chisto nada se dirigió a las escaleras dirigiéndose a su habitación, un ruido de la chapa de la puerta indicaba que estábamos completamente solos, cosa que ni yo sabía por qué estaba junto a Toño, lo único que sentía era esa extraña sensación de deseo, algo que se apoderaba de mi pensamiento y aun mas de mi actitud, pues comenzaba a tomar en cuenta que me estaba transformando en una putita en celo, mi mano tomo la verga de mi hermano por encima de la pijama, la sobaba de arriba hacia abajo, el por su parte se acercó a un más para besarme con frenesí, su lengua hurgaba mi cavidad bucal, sus dientes lograban aprisionar mis labios sin llegar hacerles daño.



Solté la cuenda se la pijama para poder disgustar y maniobrar a mi antojo su miembro viril que yacía como un verdadero roble, aquella carne caliente e inflamada por la excitación invitaba a ser cogida, probada por algo húmedo que pudiera derrochar su temperatura, me incline hacia su verga, mirando fijamente a los ojos a mi hermanito y con la punta de la lengua tocaba la cabeza de su glande recorría milímetro a milímetro atreves de movimientos circulatorios lentos, unos pequeños gemidos, lograban escapar del interior de mi hermano, al parecer el gozó que recibía era muy placentero, sin más comencé a lamber su pito de abajo hacia arriba, chupe solamente su cabecita una y otra vez, dándole algunos mordiscos que lo hacían estremecer por esa sensación, de pronto tomo mi cabeza y de un solo tirón empujo haciendo me que me la tragara toda, su verga se perdía en mi boca, golpeaba con mi garganta, pero lo cierto es que eso provocaba en mí una calentura, pero al mismo tiempo sentía una obstrucción que me hacía arquearme y querer vomitar, no sé cuantos segundos me tubo así, porque a mí se me hicieron eternos.



Al sacarme su pito toda la saliva quedaba unida por un hilo que estrechaba el momento, algunas lágrimas recorrían mis mejillas, lo más sorprendente es que me beso tragando su propio néctar, eso me ponía cachondísima, se acercó a mi oído diciéndome vamos hermanita sigue tu trabajito que quiero darte tu lechita, nuevamente me engullí su verga pero ahora tomaba el control mis mamadas eran pausadas y profundas ocasionando un cordial gozo a mi hermano que solo decía, “que rica boquita tienes Valery ohhh, mamita, que bien la chupas, te encanta mi verga hermanita, sigueee, putita, sigueee, trata bien a tu hermanito que te calienta de lo más rico”, cuando un tirón de mi cabeza, hizo que toda su verga entrara en lo más profunda de mi boca, los chisguetes de semen caliente topaban con mi garganta, sentía como se llenaba aquel hueco, que me ocasionaba la falta de respiración era algo que me ponía mal, sentía que me ahogaba y con ello la desesperación por sacarme esa verga a como diera lugar.



Al sacarme su verga casi me atraganto pero esa sensación de querer devolver hizo que el semen no se deslizara por mi esófago, reteniéndolo en mi boca, por lo que me acerque a él y sin más lo bese pasándole un poco de semen quería resistirse pero fui tan hábil que casi le regrese más de la venida que me había depositado, creo que sentía asco o no sé, pero rápido cerré su boca obligándolo a que se lo tragara, mientras ante su mirada hacia gárgaras de semen cosa que tal vez lo alentó a seguirme con el juego, ambos tragamos esperma, nos besamos, el momento de nuestro cachondeo estaba en la cúspide, nuestro momento era paralizado al escuchar abrir el zaguán, en ese instante supimos que Jesús no estaba, rápidamente corrimos a nuestras habitaciones.



Al pasar por la recámara de mis padres escuchaba algunos ruidos, inmediatamente pensé que estaban en el acto sexual, por lo que no le di importancia, en mi recamara recordaba aquella imagen de aquel hombre jalándosela a plena luz del día, por una parte su rostro se me hacía parecido, solo que no podía recordar donde o en qué lugar lo había visto, por ende evoque aquéllas palabras que este individuo nos había dicho, cosa que me ponía caliente, pero no solo a mi sino también lo que había causado a mi madre pues hacía tiempo que no escuchaba el rechinar de su cama o tal vez no había puesto tanta atención o quizás había encendido la llama de la pasión, lo cierto es que la morbosidad de aquel hombre había causado lujuria en ambas.



Sin saber en qué momento mis ojos cayeron rendidos por el cansancio, el tiempo transcurría, la penumbra acogía las habitaciones, un silencio invadía cada una de las habitaciones, entre sueños oía el toquido en la ventana una y otra vez, parecía que mi sueño de letargo no se incomodaba por aquel sonido, los minutos pasaban y aquel toquido cesaba, el sonido del cerrojo anunciaba la llegada de alguien, pero mi sueño podía más que un simple ruido que ni siquiera alteraba la pesadez de mi sueño o tal vez estaba rendida por aquel acontecimiento que me llenaba de lujuria, pasión, deseo, excitación, unos pasos lentos y espaciados rondaban mi habitación como que buscando o indagando las posibles entradas a la misma el tiempo parecía detenerse, podía sentir la presencia de alguien en mi cuarto, pero aquel sueño que me vencía que no dejaba abrir mis ojos, ayudaba a la estancia de aquel o aquella presencia desconocida, poco a poco los pasos se acercaban a mi cama, sentía una mirada penetrante que recorría toda mi anatomía, una morbosidad que superaba barreras, me sentía deseada pero a la vez intimidada, a lo lejos de mi pensamiento quería volver en sí, pero no sé qué no permitía mi regreso a la realidad o más bien por qué no podía regresar.



Una sensación se adueñaba de mi cuerpo logrando ponerme la piel de gallina, el posar de esa energía en mi cama denotaba su cercanía, no podía sentir miedo o por lo menos no lo reflejaba, sentía su respiración un tanto agitada, el resoplar de sus exhalaciones podían sentirse en mi rostro, mi corazón se aceleraba sus palpitaciones, una inseguridad se volcaba ante mi haciendo que mi corazón latiera a mas revoluciones, mi respiración se agitaba y mis deseos por querer abandonar aquel sueño cada vez eran más nulos, el contacto con aquella presencia se anuncia con la respiración y cercanía de su cuerpo, todo era tan pero tan diferente que en mi regresaba una calma tal vez la sugestión hacia que me llevara a esos extremos.



Entre sueño escuchaba un murmullo no tenía bien claro que me decía, agudizaba mi oído pero no me permitía descifrar sus palabras, la voz me sonaba pero no podía determinar quién era, el calor de una mano se postro en mi pierna, en mi sueño brinque pero ni eso logro despertarme, se me hacia una eternidad y mi pensamiento daba rienda suelta a todas las infames atrocidades que mi mente podía recordar, miles de imágenes se apoderaban de mi sueño causando una agonía en mi ser, mis nervios se alteraban quería gritar o sentía que gritaba pidiendo auxiliooo, ayundenmeee por favorrrr, auxiliooo, socorrooo, esas eran la frases que sentía decir, al momento en que aquella mano recorría lentamente mis piernas, sentía deslizarse rumbo a mi entrepierna eso me asustaba tanto lo sentía tan real, tanto que mi excitación ya comenzaba a dejar notarse, mi puchita ya comenzaba a dar sus primeros jugos.



Al momento se detuvo en mi pelvis ahí acariciaba pero no buscaba entrar eso por una parte me daba alivio pero por otra me ponía tan candente que ya no sabía si esa desconocida presencia me era más bien conocida, lo cierto es que mi sueño mostraba otra cosa, segundos después su mano se dirigía hacia mi abdomen, ahí se detuvo recorriendo cada milímetro de piel, se acercó tocando con sus humedecidos labios, un breve gemido solía escárpeseme, ummmm, reflejaba aquella excitación, beso tras beso se apoderaba de mi pancita, se centró en mi ombligo y metiendo su lengua ultrajaba aquella cavidad los movimientos de su lengua eran circulatorios, pausados, cada vez sentía la lengua querer penetrar más de lo que podía, un ahhh, demostraba mi calentura que ya me poseía sin saber quién era el que me provocaba esos gemidos, ni mucho menos el que lograba arrancar esos gemidos.



Lengüeteada tras lengüeteada avanzaba cautelosamente hacia mis cúspides que creo que eran la finalidad de ese recorrido, al ser detenido por aquel top dejo unos instantes de utilizar su lengüita, unos dedos en ambos costados lograron apoderarse de la tela, sutilmente liberaban mis senos, el top era enrollado para poder mano brear mis dulces, paraditas y atractivas montañas, que invitaban a ser exploradas, sus manos se plasmaron a las laterales de mis tetas, suavemente aprisionaban haciéndolas que se tornaran en las palmas de sus manos, sus dedo comenzaban a juguetear con mis pezones, que ya se encontraban totalmente duritos, con sus dedos índice y pulgar de cada mano masajeaban mis pezones cada masajeo apretaban más y más, arrancando quejidos de placer aahh, ahhhh, ya la lujuria se había apoderado de mí, el factor excitación presenciaba aquel ultraje de mi ser, el placer estremecía mi cuerpo, regocijado por la calentura que ya era evidente y que prevalecía gracias aquella presencia.



Nuevamente sus labio comenzaron a succionar mis pechos, su lengua recorría cada pezón, se intercambia dándome unas tremendas chupadas, pareciera que era un bebe en plena lactancia se apoderaba de una teta como un nene que no dejaba escapar esas montañitas. Ahhhh era algo rotundamente extraño una sensación que podría asegurar que era algo tan, pero tan real que si no fuera por mí sueño sabría que esa excitación un solo hombre me la podría dar. Sus manos comenzaban a recorrer mi cuerpo poco a poco se iba dirigiendo a mi vientre podía sentir esa piel un tanto áspera me imagino que por el arduo trabajo, buscaba introducirse por debajo del pantalón de la pijama pero su cordón le imposibilitaba el acceso a dicho tesoro, su boca no paraba de succionar cada pecho como si buscara ordeñarme lo cierto es que mis mamas no tenía aun ese líquido blanco, que podría saciar su sed.



Las manos buscaban deshacer aquel nudo que hasta esos instantes no le permitía entrar, su mano cruzo aquel imperio del cual era asediado, por encima de la tanga comenzaba a manosear aquella intimidad, lo que encontró no lo esperaba, tenía mi conejo completamente depilado, solo un pequeño mechón por encima de mi linda y apetitosa cuevita. Comenzó abajarme el pantalón muy sutilmente en esos instantes yo, ya estaba en una temperatura que no me importaba más que seguir con aquel acontecimiento irresistible: separo mis piernas, hundió su lengua en mi coñito, tan atractivo, impetuoso, imponente aunándole aquel fabuloso aroma a juventud, lo lamia desesperado, lamia mi clítoris, chupaba todo lo que había en su camino. De a ratos alternaba con mis pechos y luego volvía a lamerle el coño, no podía dejar de tocarme, manosearme, hurgarme.



Sin más preámbulo podía sentir como lentamente me volteaba dejándome boca abajo, sus manos nuevamente eran quien me poseían a su completo antojó apretando aquellos cachetes de carne que estaban expuestos a su caprichos, con su dedo lo metía entre la tanga a manera de lograr sacarlo de aquel canal y haciéndolo a un lado separando mis nalgas, un gran espectáculo dejaba ver mi exquisito culo que le estaba brindado, enseguida algo húmedo comenzaba a recorrer las paredes de mis nalgas, apoyo su lengua sobre mi pequeña cavidad anal el placer era indescriptible ummmm, esos gemidos ya no eran de una presencia desconocida en mi sueño, ahhhhh sabía que algo más que un simple sensación me acompañaba y lo peor es que me daba placer.



Un toquido a mi puerta a lo lejano se escuchaba, aquella presencia hábilmente se deslizaba de mi cama podía sentir los movimientos que este hacía, mas sin embargo no podía regresar de mi sueño o más bien era tan profundo, un segundo toquido alertaba la búsqueda de alguien a mi habitación pero no fue hasta el tercero que me logro despertar y vaya sorpresa al incorporarme de la cama casi me caigo no lo podía creer mi pantalón casi a media pierna y el top por encima de mis tetas, como pude los subí y rápidamente me coloque la bata, abrí la puerta, mama me decía te estoy tocando y tu ni te das cuenta mi dormilona, lo siento mami es que me quede profundamente dormida, si hijita me di cuenta, en el pasillo veía a Juan y Jesús sacar el equipaje y dirigirse a la cochera, mi padre se acercaba a despedirse y a darme un poco de dinero para lo que se ofreciera. Los acompañe hasta la cochera y los observe hasta que desaparecieron, al volver a la habitación note que la ventana que da al jardín estaba abierta, una breve sonrisa afloro mi rostro pues me daba cuenta que todo el tiempo quien me daba placer había sido Antonio, pero la pregunta era hasta donde había sido capaz de llegar, sería posible que si no hubiera tocado mi madre me hubiese penetrado o solo le gustaba ponerse cachondo, era una incógnita que tal vez no sabría y las posibilidades pues eran infinitas, lo cierto es que esa madrugada pude dormir como nunca y lo mejor fue que pues mi hermano se encargó del desayuno y arreglar la casa pero obvio no era porque fuera tan condescendiente conmigo, algo tramaba y tan solo unas horas habían transcurrido si bien eran más días lo que faltaban por estar solos.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 1
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