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Categoría: Sadomaso

EL CASTIGO DE COCO

"Cuando te saltas las normas y juegas de más, a veces, te quemas"

 

Mmmm,ese olor yo... Yo lo conozco.Huele a vainilla y a rosas, a demás esto que siento bajo mi cuerpo esta más duro y frio que la cama...Umm,¡Ya se!, seguramente sea Giovani y alguna de sus travesuras.

Hago un ademan de estirar los brazos para palpar lo que tengo a mi alrededor, pero...¡Uí!  tengo los brazos y las manos inmoviles por lo que parece ser al roce con la piel una cuerda.

Abro poco a poco los ojos hasta conseguir ver algo en aquella oscura habitación, iluminada unicamente por la timida luz de unas pocas velas. Me revuelvo un poco y busco a Giovani en la penumbra, no logro encontrarlo, hasta que una mano roza mi cuerpo y una suave voz me susurra:

-Tranquila princesa, el juego está apunto de comenzar- Me acariciò la cara y se marcho nuevamente. Al rato aparecio y se sento a mi lado ocultanto lo que traía en las manos.

-Cierra los ojos y siente-Exclamo severamente.

Cerré los ojos y acto seguido algo suave acariciaba todo mi cuerpo. Desde los parpados, pasando por mis pechos y hasta llegar a mi sexo.

-¿ Sabes qué es, Coco?-Pregunto traviesamente, mientras me hacia extremecer acariciando mi sexo con la rosa.

-Si,Amo, es una rosa-Consegui prinunciar mientras me dejaba provocar por el sensual roce de aquella hermosura.

-Y, ¿Sabes qué más utilidades tiene aparte de darte placer, Coco?-Preguntaba mientras sonreia de medio lado y poniendo cara de interesante.

-Sí, Amo... darme màs placer aún-Dije sabiendo muy bien que aquello tendría sus consecuencias.

-¿A, si? ¿Y como es eso, Coco?. ¿Estas segura de que te dara aun mas placer? ¿ O a los 20 azotes cuando notes las espinas clavarse en tu piel y agrietarla, mientras comienza a sangrar poco a poco, romperas a llorar como un bebe?-Pregunto inquisitivamente, clavando sus oscuros y tenebrosos ojos en los mios y haciendome sentir arrepentia de aquel comentario.

Se acerco a mi cara, me acarició,cogió mis brazos y los desató suavemente, seguidamente los masajeo para aliviar las marcas producidas por las cuerdas, e hizo lo mismo con las muñecas. Acerco su boca a mi oido y me dijo muy bajito:

-Coco,ponte a 4 patas, que vamos a probar el placer que causan las espinas sobre tu piel...- y dejo caer el peso de aquella frase sobre el poco orgullo que me quedaba intacto.

Sin pensarlo dos veces, me di la vuelta y me posicione a cuatro patas ofreciendole mi cuerpo a mi Amo. Sabia de sobra lo que vendría ahora y aunque con bastante respeto, deseaba si ninguna duda aquel momento.

Muy lentamente recorrio mi espalda, hasta llegar a mi pelo, enredo sus dedos en él y tiro bien fuerte hasta dejar el cuello en tensión. Con la mano que tenía libre acaricio mi culo, para acto seguido coger la rosa y comenzar a azotarme con ella. Al principio apenas notaba el contacto de los pinchos con mi piel, pero segun aumentaba la intensidad y el ritmo de los mismos, mis nalgas comenzaban a resentirsey mis ojos comenzaban a inundarse de lágrimas.

Un movimienyo repentino de todo mi cuerpo en respuesta a uno de los azotes, saco a mi Amo de su gran estado de concentración.

-Vaya...¿Qué le sucede a mi hermosa perrita?¿Te duele, Coco?-Preguntò en un tono tan dulce que derritio todo mi cuerpo-Pues aún quedan cinco más, y no quiero que te muevas...podrías hacerte daño...-Acto seguido sentí como los pinchos que habia en aquella hermosa flor rompian mi piel, dejando caer al suelo unas diminutas gotas de sangre.

Las lagrimas desbordaban mis ojos y mi cuerpo se extremecio. Solto mi pelo y extendio su mano hasta mi cara para secar mis lagrimas y susurrarme muy despacio:

- Ya solo quedan 4 debes aguantar, aún no he terminado contigo, Coco.

Fueron los cuatro azotes más largo en mucho tiempo, se entretuvo, se tomo su tiempo. Acaricio y beso mis nalgas entre azote y azote, la fuerza que ponia era mayor que otras veces. Era obvio que pretendia darme una lección, pero a pesar de todo aquella sensación resultaba casi placentera. Al terminar dejo la rosa apoyada a mi lado y dijo:

-Ahora quiero que vayas a la cama y te tumbes boca abajo, quiero limpiar y aliv iar tu heridas. Debes saber que la sesión a terminado. Era un castigo que tu misma te ganastea pulso, a si que, la proxima vez piensalo bien Coco

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