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Categoría: Maduras

El buen samaritano

Eran las 10 de la noche. Me disponía a comer algo y meterme a la cama. Era invierno y afuera llovía. Al abrir el refrigerador, me di cuenta que no había nada bueno para comer, por lo un poco molesto, decidí bajar a comprar algo en el almacén de la esquina.



 



Al volver del almacén, una mujer de unos 38 años, con una abrigo negro y largo, protegiéndose de la lluvia con un paraguas se me acerca y me dice con una voz muy suave :



 



Disculpe joven



Si, dígame



Disculpe que lo moleste. La verdad me da mucha vergüenza, pero resulta que no soy de Santiago, soy de San Felipe, y perdí el último bus y me he quedado sin nada de dinero. Me preguntaba si Ud. podría facilitarme algo de dinero, para conseguir donde alojar esta noche.



 



No me entró ninguna duda de su historia. Se veía una mujer de escasos recursos, pero limpia y muy decente en su forma de hablar.



 



La verdad, me pilla sin mucho efectivo, solo tengo esto, y le pasé el vuelto de las cosas que había ido a comprar.



No sabe cuanto se lo agradezco. La verdad buena y sana, no me importaría pasar la noche en el terminal a la espera del primer bus, pero estoy embarazada, y me puede hacer mal.



 



 



Ahora entendí por que siendo tan delgada de cara presentaba un abundante estomago. Me dio mucha pena la señora, pero la verdad no tenía mas dinero.



 



La señora se despidió muy amablemente de mi, y prosiguió su camino. Estaba entrando a mi departamento, pensando en la situación de esa señora. No me caracterizo por ser un buen samaritano, pero algo en mi me impulso a salir a la cale y a llamar a la señora que casi se encontraba en la esquina.



 



La llamé y le dije que si quería pasar un rato a mi departamento a esperar que la lluvia pasara un poco, y a tomar un te caliente. Ella lo pensó un poco, y accedió a entrar. Subimos hasta el piso 12 y entramos a mi departamento.



 



Me dispuse a preparar un te caliente. Ella me pidió pasar al baño.



 



Nos sentamos a la mesa a tomarnos el te. Me comentó que ella venía de la casa de un amigo de su marido, que supuestamente le conseguiría trabajo a su marido que en esos momentos se encontraba cesante y que venía viajando del norte.



 



Hasta ese momento, ningún mal pensamiento había pasado por mi mente.



 



Mi departamento era muy chico, con solo una habitación. La estufa estaba prendida de hace rato por lo que estaba bastante caluroso. Me dijo que se sacaría el abrigo. Al hacerlo, me di cuenta del gran tamaño de sus pechos, y la imagen me gustó. Le pregunte cuantos meses de embarazo tenia. Me dijo que seis.



 



La verdad el departamento que arrendaba era bastante chico y ni siquiera tenía un sofá donde dejarla dormir, solo una mesa con cuatro sillas. Afuera en ningún minuto se detenía la lluvia. Me dijo que se iba, para dejarme de molestar. Yo le dije que no podía salir nuevamente al frío, menos después de tomarse el té caliente y que el cambio de temperatura también le haría mal. No tenía idea como nos íbamos a arreglar, pero le di la opción de quedarse. Ella al principio no quería, pero viendo que aun no tenía dinero y que afuera no paraba de llover, me dijo que bueno, que ella dormiría sentada en la mesa.



 



No me agradaba para nada la idea de entregar mi cama a esta señora, pero no podía permitir que ella durmiera sentada, menos en su estado, por lo que le cedí mi cama, luego de una breve discusión, ya que ella no quería molestar mas.



 



No sabes cuanto te lo agradezco. Tengo una deuda enorme contigo



No se preocupe



De verdad, si hubiese una forma de agradecértelo, pierde cuidado que lo haría.



De verdad no se preocupe ( aunque yo ya sabía como podía agradecérmelo )



Le mostré mi habitación y ella casi llorando de contenta me volvió a agradecer.



 



Salí de mi habitación , cerrando la puerta. Me disponía a acomodarme en la mesa, tapandome con una frasada, cuando ella nuevamente salé.



 



Disculpa



Si, necesita algo



No ....... estaba pensando........



Que?



......... Me da un poco de vergüenza, pero quiero agradecértelo de algún modo



No señora, de verdad no se preocupe.



........ Mira.... yo se que no soy atractiva, soy mucho mayor que tu, y para colmo estoy embarazada...... pero si tu lo deseas, puedo ........darte las gracias......... me da mucha vergüenza .........darte las gracias .......oralmente.... siempre que tu lo quieras, claro esta.



Que?



Si algo me ha enseñado la vida, es que eso al hombre e fascina, y me gustaría recompensarte en algo siquiera por tu amabilidad.



No se que decir señora .....



Dime ¿ quieres o no? ..... no te sientas mal, es algo que haría de todo corazón. Además .... eres un joven muy atractivo y a cualquier mujer le gustaría estar contigo



De verdad quiere hacerlo?



Si, solo si tu lo deseas



La verdad ..... si me gustaría.



 



Me encontraba sentado. Ella coloca un cojín y arrodillándose entre mis piernas, comienza a acariciarme por sobre la tela de mi pantalón. No paso mucho tiempo , cuando mi verga se encontraba completamente dura. Ella bajándome los pantalones y mis slip, comenzó a masturbarme y sin previo aviso comenzó a darme una mamada espectacular.



 



Realmente la señora sabía lo que estaba haciendo, porque me tenía loco. Muchas veces tuve que pedirle que parara para no terminar en su boca. Ella me decía que no tenia problema que lo hiciera, pero yo quería prolongar el placer que estaba sintiendo.



 



Noté una molestia en su espalda. Le sugerí que nos fuéramos a mi cama. Ahí ya sin pantalones, se acomodó de lado en mi cama, y colocando mi verga a la altura de su cara, dejé que me la siguiera chupando.



 



Me excitaba mucho ver como mi verga entraba y salía de su boca. Me atreví a tocarle uno de sus pechos. Ella como adivinando mis intenciones, se desabrochó su blusa y se corrió el sostén, dejando su teta completamente a mi disposición.



 



 



Tienes unas tetas muy ricas



Te gustan?



Si mucho ...... ¿ me dejas chupartelas?



Son tuyas



 



Me acomode entre sus pechos y comencé a chuparlos. Su piel blanca, y sus pezones grandes y rosados estaban exquisitos. El tamaño de sus tetas eran increíbles. Una mano no me bastaba para agarrarcelas completamente. Ella se puso un poco de lado, permitiendome seguir chupandole las tetas, pero a la vez, frotar mi erecta verga contra sus nalgas.



 



Quieres que me saque los pantalones?



Si



Ok



 



Se levantó y termino de sacarse su blusa, sus sostenes y pantalones. Solo con bragas nuevamente se tendí a mi lado, en la misma posición anterior. El morbo de estar con una mujer como 13 años mayor que yo, y mas aun embarazada, se apoderó mi y ya no pararía hasta follarla.



 



Déjame metértela



¿ de verdad te excito?



Me tienes muy caliente!!!!!!



Y tu a mi ..... hace tiempo que no sentía tanta calentura



 



Diciendo esto, levanto sus piernas y se sacó sus bragas. Ya completamente desnuda se colocó completamente de lado . Le agarre sus nalgas y acomodándome detrás de ella comencé a penetrarla.



 



Su excesiva lubricación, me dejó entrar hasta el fondo. Gozamos un rato en esa posición. Luego la tendí de espaldas y fui yo ahora el que le agradeció su gentileza oralmente. Ella con sus piernas abiertas , y sus manos aferradas a mi cubrecamas, gritaba de placer. No pasaron mucho minutos hasta que conseguí un monstruoso orgasmo que terminó casi en su totalidad en mi boca.



 



Le hice ponerse en cuatro patas ,colocándole un almohadón bajo su vientre y agarrándola de la cintura nuevamente se la metí hasta el fondo. Ahora ella experimenta una clase de dolor. Me dio miedo hacerle algo al bebé que estaba esperando.



 



Me preguntó que si prefería metérsela por detrás mejor.



Eso fue miel para mis oídos. Metiéndome entre sus grandes nalgas, le di un beso negro, preocupándome de dejar bien lubricada esa entrada. Se notaba que ese camino había sido usado mas de una vez. Mi lengua se perdía en el interior de ella. Nuevamente me levanté, y colocándome detrás de ella, le comencé a enterrar mi verga, la que poco a poco se fue perdiendo por ese estrecho agujero. Cuando la tuve completamente adentro, y a ella gimiendo de placer, no aguanté más y comencé a llenarle el culo con mi tibio semen que quedó todo adentro.



 



Solo me detuve cuando mi verga, ya sin fuerzas y completamente flácida, se salió por si sola de su interior.



 



Caí rendido a su lado y ahí ambos nos quedamos dormidos, mientras mi mano acariciabans sus generosas nalgas.



 



En la mañana lo hicimos una vez en la cama y la otra en la ducha. Salimos de mi departamento y la acompañé lo mas que pude a tomar su locomoción.



 



Desde esa vez, nunca mas la he vuelto a ver. Solo se que se llama Sonia y es de San Felipe...........



 



Comentarios y criticas.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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