Peters se había fugado del Estado mientras se encontraba en libertad condicional. Lorna, una excelente cazarrecompensas, emprendió la búsqueda del infractor. Lo encontró en una ciudad del sur, en un motel, a punto de meterse con una puta.

Lo que sorpendió a Lorna fueron los gustos de Peters. Cuando Rose, la ramera, estaba en el baño, disfrazándose de policía para satisfacer una fantasía del cliente, oyó ruidos: una puerta abriéndose con cierta violencia, órdenes dadas por una mujer, una silla moviéndose.

Salió del baño y vio a Peters desnudo, de rodillas, con las manos en la cabeza y los tobillos cruzados; detrás de él figuraba una fémina de pelo recogido y evidente buen cuerpo, tomando las manos del arrestado y sacando unas esposas de un estuche que llevaba en el cinturón.

Rose se quedó boquiabierta. Lorna se identificó, dijo que "este hombre" se había fugado de tal Estado y debía arrestarlo y llevarlo de regreso, y acto seguido esposó a Peters. Rose, que ya había notado que a su cliente se le iba parando la verga al asumir la posición para su arresto, se relamió los labios al ver cómo se le terminaba de endurecer mientras, eficazmente, Lorna lo esposaba. Peters miró a Rose sin asomo de vergüenza.

—Ya entiendo por qué querías que me disfrazara de policía —dijo Rose.

Lorna rodeó a Peters y notó la erección.

—No me sorprende que estés vestida de policía —le dijo a Rose—. Este tipo había sido condenado por obligar a una menor a atarlo y amordazarlo.

—¿Y también a esposarlo? —preguntó Rose.

—Claro.

Estar arrodillado ante dos amazonas que hablaban de él, viéndolo en cueros y esposado, fue más de lo que Peters logró resistir. La excitación lo acabó. Un chorro de semen brotó de su verga y cayó cerca de los pies de Rose. Peters quedó sentado sobre los talones y con la frente en el suelo.

Lorna, mirándolo asqueada y con los brazos cruzados, dijo:

—Nunca me había tocado algo así. Creo que éste esperaba que una mujer viniera por él.

—Me hubiera gustado deslecharlo —se limitó a decir Rose.

Peters fue devuelto al Estado del que escapara y acabó en la cárcel. Espera salir para volver a las andadas y que una hija de puta lo someta como lo había hecho Lorna.