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"Mi mente revivió todos aquellos momentos que vivi en sis brazos, con el solo hecho de estar de vuelta en el mismo pais que fue testigo de tantas escenas de ardiente pasión."
Lo volví a ver…
No podía creer que todo este me estuviera pasando.
Regresaba de Europa luego de unos 2 anos fuera del país. Había ido allí por motivos de trabajo y el tiempo que pasé por allá me había ayudado mucho a superar la ruptura de mi relación por más de 3 anos con mi ex novio Dante.
Recuerdo que cuando en la empresa me comunicaron lo del proyecto y que requería que me fuese un tiempo a Madrid, hasta cierto punto sentí alivio pues eso significaba que estaría alejada de todo y me seria más fácil olvidar la traición de Dante. Y en efecto, no me equivoqué y pude olvidar…o digamos almacenar mis recuerdos y el dolor que estos me acarreaban, por todo ese tiempo.
En tanto nada más pisar el aeropuerto de mi país y los recuerdos surgieron a borbotones.
No lloré, no, pues no soy de llorar y lamentar por lo que mi razón entiende que no tiene solución, sin embargo las imágenes de tantos momentos a su lado que cruzaban por mi mente me estaban lacerando el alma. Así que respire profundo, como anhelando alivio para aquel ardor y vacio que crecía indetenible entre mi pecho y estomago.
Abordé un taxi y me fui a mi departamento que me lo cuidó una amiga a la cual se lo presté por el tiempo que estuve fuera.
Nhasla se había ido a su pueblo unos 3 días atrás, según me comunicó por teléfono. Habría querido verla antes de que se fuera pero al parecer había tenido una emergencia algún pariente y no me pudo esperar. En un sentido me sentí bien pues ella era amiga de Dante, de hecho nos conocimos por vía de ella y de seguro me estaría contando cosas de él y como le había ido con su esposa…su esposa_pensé sintiendo como si se me revolvía el estomago. Y otra vez el odio y la rabia que experimenté en ese entonces, resurgió como flama. Así que aparté esos malditos recuerdos y me metí a mi habitación, abrí la maleta y comencé a organizar mis cosas mecánicamente.
Cuando terminé unas horas después, ya era muy tarde pues pasaban de las 11 p.m. No tenía hambre así que me metí a la ducha con planes de irme directamente a la cama pues tendría que presentarme en la mañana temprano a la empresa.
No sé pero nada más entrar allí, en mi baño, se apoderó de mi aquella misma maldita nostalgia que sentí al bajar del avión esa tarde. Y con ella los recuerdos, uno en especifico de alguna escena nuestra en aquella ducha; haciendo el amor fogosamente.
Sin pretenderlo o más bien digamos que por la debilidad que experimenté en el momento, me entregué a esos recuerdos…
-Te amo- dijo él sin dejar de abrazarme y mientras yo sentía como el agua tibia corría por mi cuerpo desnudo casi al compas de sus manos que andaban por todos los rincones de mi anatomía, incluso aquellos secretos.
Después buscó mis labios y los devoró en un beso de fuego que me estremeció toda, no tanto como cuando sentí que me alzaba y me subía a su cintura, con mis piernas abiertas e irrumpía en mi cuerpo con tanta necesidad.
Mi boca esbozó un gemido hambriento de él, su sexo, de su hombría. Yo amaba a Dante como a nada en la vida. Había sido el primer hombre del que me enamoré y sentí tal atracción.
Habría creído en serio que me amaba y como prueba estaban los momentos como este y otros que habíamos vivido y su disposición a casarse conmigo.
Fui consiente de que pertenecíamos a mundos muy distintos y en principio intente ignorar mis sentimientos por él, pero fue imposible y después de un par de coqueteos finalmente llegó el momento e hicimos el amor.
Recuerdo que era una noche lluviosa y el llegó a mi casa sin ser invitado. Traía unos papeles que debía firmar para una junta a primera hora del día siguiente y los había olvidado en mi oficina así que mi socio me llamo al móvil y dijo que me los enviaría con el mensajero.
Dante era esa persona; el mensajero de la empresa.
Cuando lo vi me sentí nerviosa y le invité a pasar. Vi que estaba empapado a pesar de que llevaba impermeable amarillo, su cabello destilaba agua.
Se veía sexy con su pelo oscuro pegado a su cara sensual salpicada de agua. Tenía unos ojos miel de profundo mirar o quizás es que él me miraba con intensidad…no lo sé, pero si sabia lo guapo y sexy que estaba. Todo eso junto a su figura esbelta y estupenda estatura. Tenia unos 23 años, algo menor que yo que ya estaba por entrar a los 30.
-Quieres pasar?_ le dije, lamentando no estar en mejor facha, es decir no vestir en ese momento una de mis pijamas cortitas y así aprovechar para que vea lo que se escondía tras mi uniforme de ejecutiva.
Sin embargo el parecía haberlo descubierto ya bajo mi vestido largo de algodón, pues no dejaba de mirarme furtivamente y yo me preguntaba si es que tras este tela y color oscuro (vino) podría se posible alguna transparencia. No era así, pero el buscaba apreciar detalles de mi cuerpo que le había sido imposible apreciar con mis chaquetas y pantalones sastres. Eso me lo contó después, cuando ya éramos novios.
-Pues si, le agradezco señorita Rodríguez. Hace tanto frio allá afuera- comentó con cierto aire de ingenuidad y se introdujo en mi departamento.
-Si prefieres puedes sentarte y esperar a que termine de llover. No tengo inconveniente en ello.- le aclaré como formar de tranquilizar el nerviosismo que vislumbré en él.
Volvió agradecerme y me pidió permiso para quitarse el impermeable.
-Si, si, claro puedes quitártelo y por favor siéntate en la sala mientras yo estaré en el comedor revisando estos papeles.
Puedes servirte lo que desees de ese bar que esta al fondo junto al sofá.
_Gracias señorita Rodríguez_ me agradeció con una encantadora sonrisa que me develó aún más lo atractivo que era. Mi corazón dio un vuelco y cuando me dirigí al comedor para revisar los documentos algo en mi interior se despertaba modificando todo mi ser.
Aunque me distraía minutos después con aquellos documentos, en ningún momento una idea que comenzó a tentarme, se apartó de mi mente. Asi que de repente se me ocurrió ir hasta la sala a ver como estaba Dante y si necesitaba algo ya que había transcurrido unos 30 minutos desde que lo dejé en la sala. Esto, no sin antes pasar por mi habitación y ponerme algo más cómodo.
Me daba algo de pena el aparecer con otro vestido, y quizás más sugerente, pero no soy de las que se lo piensan mucho o más bien de las que se dejan paralizar por el temor y permiten que ideas externas, prejuicios y patrones controlen su vida y sus deseos, así que me puse un vestido blanco floreado, cuya falda daba encima de mis rodillas. Así mismo me solté el pelo, perfume un poco mi cuerpo y me encaminé hacia mi sala.
_Todo bien por aquí?_ le dije al verle sentado junto al bar con un vaso que supuse era vodka.
_Si, todo muy bien¬_ respondió él con algo de timidez, y cuando reparó en mi aspecto se torno algo sorprendido y no paraba de mirarme por entera. Yo, sintiéndome muy segura de mi como siempre suelo ser, me acerqué un poco y dije:
_Seguro que estas bien?. Y que estas tomando?
_Es vodka, señorita Rodríguez. Y si estoy bien, gracias.
_Ay no me digas señorita, que hace años deje de serlo, además me hace sentir distante. Llámame por mi primer nombre y me sentiré más cerca de ti._ al decir aquello me aseguré que mis gestos y mi sonrisa llevaran un aire sensual, provocativo, erótico y el chico lo notó comprendiendo al pie de la letra mis intenciones.
_Porque no me acompaña? O no ha concluido su trabajo con esos papeles?_ su voz había cambiado cuando dijo esto. Sonó bajo y suave mientras su boca sensual se curvó en una sugerente sonrisa.
La mía se humedeció como si tuviese hambre, hambre de probar aquellos labios carnosos. Y por un segundo me imaginé como seria besarlo.
Ya lo había imaginado antes, incluso lo había desnudado en mis fantasías nocturnas cuando me costaba conciliar el sueño, y había disfrutado besando todo aquel escultural cuerpo. Suponía como seria su cintura, su pecho, sus piernas…todo su cuerpo desnudo para mi y sobre mi cama, a mi merced para que yo lo amara hasta quedar sin aliento.
_Si. Claro. Porque no?_ acepté y me acerqué a él y parándome en frente suyo y me ofreció su trago del cual me tomé un sorbo y otro más.
Quizás buscaba valor y serenarme para no acércame a su boca y devorar esos labios que me estaban encendiendo del deseo. El solo hecho de estar así de cerca suyo me tenia excitada.
Entonces él terminó con mi incertidumbre cuando puso su mano en mi cintura y me hizo acercarme aún más hasta él lentamente. Mi corazón se agitó y concebí una fuerte necesidad de sentirme rodeaba por sus brazos y besada por su boca.
El en cambio continuaba inmóvil, solo mirándome a lo ojos y ya no estaba sonriendo, ni tenia la habitual expresión tímida en su cara y me dijo;
_Yo puedo…yo puedo besarte Annie?_ su pregunta sonó como algo angustiosa por la pasión que se advertía en el ambiente y yo le asentí con la cabeza, incapaz de poder hacer algo más que sostenerle la mirada y desear sus besos.
Cuando me besó sentí como iban desapareciendo las tensiones en mi cuerpo. Su lengua cálida humedecía mis labios suavemente que entre abrí para que el tomara posesión de mi boca.
Sentí como su lengua se encontraba con la mía acariciando sutilmente. Sus manos, ambas estaban sobre mi cintura y me interpuso entre sus piernas, apretándome contra su cuerpo.
Mis pezones comenzaban a hincharse contra el rose de su cuerpo y con la excitación de sus besos pues su boca a cada instante que transcurría se volvía más ardiente y exigente en su caricia.
Todo mi cuerpo lo reclamaba, pero el continuaba besando mi boca con fervorosa pasión y yo sentía que ya no pida respirar ante la inminente lujuria que se desataba en mi cuerpo.
Era extraña la sensación que experimentaba pues él me inspiraba ternura y un fuerte deseo que crecía a cada instante, asi que le dije:
_Haz conmigo lo que desees Danny_ le pedí trastornada por el delirio que me hacia vivir.
_Te gusto?_ indago con timidez, parándome un poco de besarme¬
_Si. Y mucho_ respondí sintiendo que el piso se movía bajo los pies y entonces él me tomó entre sus brazos nuevamente y se apoderó de mi boca besándola con desenfreno.
_ Quiero hacerte mía_ pronunció con agitada pasión, como buscando mi aprobación. Y yo que lo estaba deseando con tanta necesidad sentía mi intimidad iba humedeciéndose a medida que su boca me besaba y sus manos exploraban mi cuerpo.
El me quitó el vestido, se levantó de la silla y admiró un poco mi cuerpo acariciando y besando mis senos. Se inclino y besó mi cintura, mis muslos, y yo ya sentía que no podría estar de pie asi que me recliné en su pecho y mientras el me abrazaba tiernamente e inició una serie de besos desde mi cabello, mi frente, mis labios y percibiendo mi debilidad me alzó en sus brazos y me llevó hasta el sofá dejándome sobre este para luego de continuar admirar mi desnudez, desnudarse e ir junto a mi.
Cuando lo vi desnudo entendí que no lo había idealizado en nada, pero si lo había pensando más delgado en mis fantasías ya que su distribución física era más dotada.
Su hombría se revelaba y él la tomaba con su mano sin dejar de acariciarla. Se acercó a mi y tomó mi mano indicándome que la acariciara.
Comencé a tocarla maravillándome con su dureza y no pude evitar imaginarla dentro de mi. Desee besarla y la probé con la punta de mi lengua haciendo movimientos circulares, mientras la introducía despacio en mi boca y cuando ocurrió le miré a los ojos y el estaba asaltado por la excitación. Y cerró los ojos gimiendo gustosamente mientras que sus caderas se movían hacia delante propiciando que su miembro entrase más en mi boca.
Entendí el mensaje y la entre toda en mi boca hasta llegar a mi garganta, entonces el gimió con vehemente placer y sus movimientos se volvieron más fuertes.
Después me hizo detener indicándome que me levante, me dio vueltas hincándome sobre el sofá a espaldas de él y me sostuve del respaldo de este. Y Dante acaricio mi espalda indicándome que me apoyara totalmente sobre mis antebrazos de manera que mis caderas quedaran expuestas a él, y asi lo hice.
Lo próximo que sentí eran sus manos, recorrer el área de mi cintura y todo mi trasero en forma circular, luego palmeó con repentina brusquedad para entonces entrar en mi ansiosamente…
A pesar de que lo anhelaba desesperadamente, no me inhibí de sorprenderme por su fuerza y la brusquedad con que se introdujo en mi.
Sin embargo esto lejos de inquietarme o incomodarme me estaba haciendo saborear un placer exquisito.
Una necesidad errante se apoderaba de mi al sentir como el se apoderaba de mis entrañas y me colmaba de un placer intenso que me recorría todo el interior con la calidez de su miembro.
Segui asi disfrutando por un rato mientras que me movía incontenible contra su deliciosa hombría que no dejaba de atizarme sexualmente.
Sus manos en mi cuerpo, sus palabras subidas de tono, pero deliciosas que agradaban mis oídos y avivan el placer del cual era presa en esos instantes, me elevaban suntuosamente.
_soy toda tuya_ dije embriagada de placer para aumentar para surtir el efecto deseado en el y que se volviera aún más brusco en sus movimientos. Y lo conseguí.
El comenzó a moverse con tanto ímpetu dentro de mi que creí perder el sentido de tanto gusto que se generaba en mi y me moví con el, a su ritmo hasta que el orgasmo me venció y cuando sus manos me apretaron aun con mas fuerzas y un gemido desgarrado se ahogó en su garganta, sentí como su fuente tibia se derramaba en mi adentros.
Luego ambos con el cuerpo húmedo por la transpiración, nos abandonamos en aquel sofá sin decirnos nada. Y permanecimos en silencio asi por un buen rato.
Solo el sonido de la lluvia y nuestras respiraciones entrecortadas se mezclaban fabulosamente.
Mientras sus manos iniciaban una caricia desde mi cabello alborotado y deslizarse por mi espalda desnuda.
Nada era más maravilloso que este momento. Imagine a Dante de muchas formas y al final me lleve una gran sorpresa pues su timidez me hizo idealizarlo como un hombre más conservador en temas sexuales.
Volvimos a hacerlo una vez más y esta vez nos tiramos al suelo, sobre la alfombra.
El peso de su fabuloso cuerpo no solo me dominaba toda sino que también devolvía la vida a mi piel.
Cada movimiento, cada gesto de sus ojos y su boca, asi como cada palabra que pronunciaba me hacia trastornar de placer, por esa razón me limite a quedarme quieta para que me amara y de este modo disfrutar de todo aquello que momentos antes debido a mi posición anterior, me había perdido.
Y al cabo de unos segundos volví a experimentar un tembloroso orgasmo al cual el me acompaño abrazándose a s mi con fuerza y luego devorando mis labios con un ardiente beso.
Y nos quedamos abrazados nuevamente uno encima de otro. Derrepente, abrazada a aquel cuerpo tibio de piel suave, sentí como me invadía un leve sueño y me abandoné en sus brazos.
Al cabo de unos minutos él me decía algo al oído;
_Ha dejado de llover. Ya debo irme.
Los dos nos encontramos en la salida 30 minutos despues, incapaces de decir algo.
Todo estaba claro, no habría nada que explicar; nos gustabamos y tanto el como yo nos sentíamos dispuesto a iniciar una relación.
Por un segundo sentí una duda quemándome en mi interior y sentí la necesidad de preguntarle algo, pero a juzgar por esa mirada que me ofrecia y que me hizo entender que no era el momento de preguntarle nada.
Sin embargo, si le pregunté una noche que fue a mi casa.
_No te importa que sea mayor que tu?_
_Para nada. Y que mayor no eres nada_ se rió_ hablas como si tuvieras 60 años. Amor si te ves como yo.
Nadie notaria que no somos contemporáneos. Además lo importante cielo, es lo que tu y yo sentimos cuando estamos juntos. Eso es lo que debe importarnos…- dijo con tanta ternura que me desarmó y yo le sonreí segura de que no me importaba tampoco.
En tanto cuando la gente se enteraba de lo nuestro se escandalizaba. Nos criticaban y muchos amigos preocupados coincidieron todos en darme el mismo consejo;
Decían que por mi bien me alejara de Dante. Que puede que estaba conmigo solo por mi dinero y la posición que tenia en la empresa lo cual le facilitaría a él escalar un buen puesto.
Me dolían estos comentarios. No me enfade lo suficiente porque entendía que algunos eran mis amigos y les preocupaba. Muchas veces hasta caí en el punto de dudar de Dante, pero solo era momentáneo porque cuando el llegaba cada noche a mi apartamento y me tomaba en sus ardientes brazos haciéndome estremecer con su placer único, olvidaba cualquier tontería que me hayan inculcado antes.
No quería creerles pero un buen día Dante, después de hacer el amor me hiso la petición de que le pusiera en un cargo más alto al que desempeñaba.
Aunque me sorprendió y alborotó la chispa de la duda. Ascendí tras disfrutar de un rico sexo oral que me hizo por largos minutos.
Todo iba bien. Las criticas no cesaban en la empresa, pero si los consejos de mis amigos preocupados.
Después Dante volvió a solicitarme algo más:
Esta vez quería mudarse en mi casa y yo de inmediato pensé en todos los momentos que nos aguardaban juntos y las oportunidades que se sumaban para que me diera ese delicioso placer que solo el podía.
Y así fue todo; Dante me esperaba desnudo y solíamos hacer el amor por largas horas, en cualquier parte del apartamento.
Me gustaba como me asaltaba de repente y me hacia el amor en momentos que no lo esperaba.
Además lo dulce, caballeroso que era conmigo y se encargaba de prepararme las cenas y llevarme una copa cuando trabajaba en mi ordenador hasta tarde.
Dante era todo eso y más, pero un buen nos peleamos de repente.
Dante quería casarse conmigo y compartí la idea con mis amigos cercanos y estos no tardaron en ponerme un alto.
Como mujer inteligente que soy no deje que la pasión me cegara y termine haciendo caso a mis consejeros que me habían dicho; eres hija única, lo cual eres única heredera. Todo mundo sabe el dinero que tiene tu familia y socia mayoritaria de la empresa, si te casas con ese joven te va a sacar una gran parte del patrimonio que tus padres trabajaron para ti y que tu has hecho multiplicar atreves de estas empresas.
_Tu elijes_ dijo mi socio serenamente y yo sabia que llevaba la razón al alertarme.
Asi que me decidi a ponerle una prueba de sinceridad a Dante y ese fue mi error.
Cuando le dije que no nos casariamos tan pronto como él me había sugerido, se molestó y dejó de hablarme unos días.
Luego me preguntó una noche que nos reconciliamos e hicimos el amor como dos fieras, que si había cambiado de idea?
_No Dante. Pero si podemos posponerlo para más adelante_ le dije aun extasiada por la ardua sesión candente que recién acabamos de tener.
Y el me dijo que se marcharía en la mañana siguiente que se daba cuenta de que yo no lo amaba.
Deje que se fuera. Lo permití confiando que pronto, cuando me extrañara, regresaría a mis brazos arrepentido.
Pero ocurrió todo lo contrario. A dos meses de la separación me llamo un día a la oficina ( en la cual ya no labora) que necesitaba hablar conmigo urgente.
Y yo de tonta pensé que me pediría perdón y regresaría al departamento. Me arregle mucho y fui a encontrarme con el a medio dia donde comeríamos.
Alli estaba esperándome cuando llegué. Me indicó que me sentara y de inmediato comenzó hablar;
_Se que no me porté bien contigo y en nombre de lo que tuvimos te pido perdón.
Enfrentaste a todos por mi y a ultimo momento no lo valoré.
También por eso me siento en la necesidad de ser totalmente honesto contigo.
Voy a casarme y quería que lo supieras.
Yo me quede en shoc…
Se iba a casar y me soltaba asi sin miramientos, sin preámbulos.
Los ojos se me llenaron de lagrimas e incapaz de poder reclamarle algo y lo siguiente que hice fue pararme de allí y salvar los vestigios de dignidad que me quedaban.
Después, cuando un día vi el anunció de su boda en las paginas sociales de un diario muy conocido de la ciudad, no me lo podía creer.
Y aún mas fuerte fue el impacto al enterarme de con quien se casaba;
Una diseñadora de modas famosísima por sus creaciones y por la larga lista de maridos jóvenes con que se había casado en los últimos años.
Ese dia comprobé que Dante no pasó ni pasaría la prueba.
No me amo ni nunca me amará. Puesto que su único amor es el dinero.
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