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Esta historia es de cuando eramos novios, ella se llama Lourdes y es una morena muy guapa, ojos grandes, cabello largo un poco rizado, nariz recta, boca pequeña y labios delgados, curvados en las comisuras, es alta, piernas largas, bien torneadas, nalgas anchas y paradas y un busto pequeño y firme. Acostumbra usar faldas y vestidos de telas ligeras, debajo de la rodilla y con aberturas, ya sea traseras, delanteras o a los lados, tacones mas bien bajos, blusas siempre claras de botones y con transparencias, siempre usa medias, cuando viste jeans o pantalones, los usa ajustados. Es todo un cuadro verla caminar.
El día de la historia que voy a contar, estábamos comiendo, sentados uno al lado del otro, solazándome con la vista de sus pechos, el bra de media copa dejaba ver la areola y cuando se inclinaba se notaba claramente sus pezones, rozados y pequeños, la abertura frontal de la falda me permitía ver las piernas y de vez en vez sus bragas blancas que dejaban traslucir su vello.
Frente a nuestra mesa estaban dos tipos que ya habían notado las piernas de mi chica y que la miraban descaradamente, eso a mi me ponía a mil, imaginando lo que pasaba por su mente, así que me dedique a mover la pierna que estaba pegada a una de ella, haciendo que ésta se moviera hacia mi, separando las piernas para mostrarle lo que estos buscaban.
Tiré mi servilleta al piso y al agacharme a recogerla, me apoye en su falda, subiéndola un poco más, de manera que fuera visible para mi una mayor parte de sus bragas y también para los que estaban enfrente.
Bajé mi mano a sus piernas, subiéndola y bajándola, tocando con el meñique su concha sin que ella protestara.
Está de más decir que yo estaba completamente excitado, tratando de disimular con la plática que teníamos. En ese momento llegó un comensal más a la mesa de los dos tipos y resultó ser un amigo de ella al que yo no conocía, un tipo alto, fornido y guapo. Al verla se acercó a saludarnos y nos presentó, resultó ser un antiguo novio de ella, llamó a los dos tipos, nos los presentó y se fueron a su mesa.
Terminamos de comer, pagué la cuenta y nos acercamos a la mesa de los tres tipos a despedirnos, el amigo de ella insistió en que nos sentáramos a tomar un café y aceptamos.
Después del café vinieron algunas copas, ninguno teníamos prisa, así que fueron varias, ninguno de los cuatro dejábamos pasar la oportunidad para echar miraditas a las tetas de Lourdes.
Pasaron las horas y decidimos ir de fiesta a algún lugar con música. El amigo se ofreció a llevarnos en su van, diciendo que más tarde recogiéramos mi coche, sinceramente no me sentía bien para manejar así que aceptamos.
En la parte delantera se ubicaron el amigo y uno de los tipos, en la siguiente banca nos acomodamos Lourdes y yo y el tercer tipo se fue en la tercera banca. En el camino recogimos a la novia del amigo y nos reacomodamos en el interior de la van, el tipo de adelante se pasó a la banca de nosotros.
Todo marchaba bien, el amigo de repente volteaba para comentar algo con nosotros y de paso clavaba la mirada en las piernas de Lourdes.
Llegamos al lugar en el que conocían al amigo, pasamos inmediatamente y vinieron las copas y el baile. La situación fue poniéndose candente, la novia del amigo resultó ser una zorrita que se la pasaba sentada en las piernas de los tres tipos, meneándoles el culo encima y al poco rato me lo hizo también a mi. ¡vaya que tenía un buen culo!, era una chica delgada, muy buena figura unas nalgas pequeñas y firmes y un busto pequeño. Cada que se me sentaba encima, abría las piernas acomodando el culo en mi pija, podría sentir como se abría en mi. Por supuesto que me paraba la verga y por supuesto que ella la sentía.
Lourdes bailó con cada uno de los cuatro en varias ocasiones, y siempre regresaba a la mesa de la mano de cada uno, en varias ocasiones pude percatarme de que ellos aprovechaban para tocarle las nalgas sin que ella se resistiera. En un momento dado, la zorrita pasó la mano debajo de la mesa y me la puso descaradamente en la verga, subiéndola y bajándola, dándole pequeños apretones mientras seguía platicando con todos. Está de más decir que yo no ponía ningua objeción.
Después de un buen tiempo, la zorrita sugirió que nos fueramos a su departamento a seguir la fiesta y todos aceptamos la idea.
El ambiente en la van ya iba más relajado por el efecto de las copas. Las miradas a las piernas de Lourdes eran más descaradas y frecuentes.
Llegamos al departamento y nos dijeron que en él vivían la zorrita y el amigo como una pareja. Salieron las botellas y las copas, la zorrita puso música y me sacó a bailar, me colocó los brazos alrededor del cuello y me restregaba el cuerpo, con la intención de calentarme, lo mismo hizo con los otros tres varias veces.
Lourdes salió a bailar con uno de los tipos y pude darme cuenta de que este ya sin ningún escrúpulo le puso las manos en las nalgas, a lo que ella no se resistió, los otros dos hicieron lo mismo, y siempre pasaba cuando salían a bailar.
Para este momento, aunque habíamos bebido más de la cuenta, no odía decirse que estuviéramos borrachos sino deshinibidos.
La zorrita sacó a bailar a los dos tipos al mismo tiempo y ambos se le estregaban, uno por delante y otro por detrás, en una escena que a mi me calentó demasiado.
El amigo estaba sin inmutarse, parecía que disfrutaba la escena y entonces empezó el desastre o la experiencia:
- ¿te molestaría que bailáramos así con Lourdes? Me dijo.
- Si ella quiere, pues no a mi no me molestaría.
- ¿entonces eres muy liberal?
- No, liberal no, solo se trata de un baile
- ¿y si se tratara de algo más?
- También es decisión suya
- ¿lo dices en serio?
- Claro
- Ah bien, porque ella ya aceptó
- ¿aceptó que?
- algo mas
- ¿algo que?
- pues que va a ser hombre: coger conmigo
Me tomó desprevenido la respuesta y voltee a verla, abriendo los ojos. Ella me miró y sonrió dando a entender que así era.
- ves, pero no te preocupes, parece que a Sandra le gustaría coger contigo.
En eso se acercó la zorrita, alcanzando a escuchar lo que había dicho el amigo, diciendo: - Aaay, por supuesto, digo, si a Lourdes no le molesta.
Lourdes, que ya tenía encima una mano de uno de los tipos dentro de su blusa solo dijo: - por mi no hay problema.
Pareció que esas fueron las palabras mágicas que todos esperaban, inmediatamente se le fueron encima los tres tipos, besándola y tocándola por todas partes, caricias a las que ella respondía.
El amigo se hincó frente a ella, abriéndole las piernas y metiendo la cabeza entre ellas, uno de los tipos la tenía prendida de la boca y el tercero le mordisqueaba los pezones ya desnudos.
La zorrita se hincó en el sillón junto a mi, besándome la boca y acariciándome la pija que ya estaba hinchada al ver a Lourdes dejándose manosear por tres tipos.
Mientras escuchaba los jadeos de Lourdes, que ya tenía la falda y la blusa en la cintura, aprovechaba para tocar por todas partes a la zorrita, quien se quitó la blusa y el pantalón, quedándose en pelotas montándose encima de mi.
Me abrió el zipper del pantalón y se le clavó entero, tenía la pucha completamente lubricada, por lo que pudo entrar sin ningún esfuerzo, era una experta en coger en esa posición, moviéndose hacia delante y hacia atrás, bailándome las chichis en la cara, de pronto sentí que se detenía y se inclinó poniendo la cabeza en el respaldo del sillón, uno de los tipos ya desnudo se colocó detrás de ella y se la metió por el culo. Yo nunca había cogido en público y menos en grupo, por lo que estaba muy excitado, disfrutando del trio, en cada acometida del tipo sentí como mi verga se le clavaba entera a la zorrita quien jadeaba de una manera muy cachonda.
Mientras tanto Lourdes, quien ya estaba desnuda y sólo conservaba las medias y los zapatos estaba sentada en una mesa con las piernas abiertas y el amigo prendido a su concha, siendo observados por el tercer tipo que se hacia una paja.
Sentí los pantalones húmedos y era que la zorrita se había venido, relajando el cuerpo completamente, lo que aprovechó el tercer tipo para suplir al segundo y clavársela sin miramientos, mi pija seguía más que firme por los movimientos de la concha de la zorrita que al sentir una nueva verga en el culo, retomó ánimos y volvió a sus movimientos y a sus jadeos.
El nuevo trio y los grititos de Lourdes lograron que mi excitación fuera creciendo y me dieron ganas de clavarme por el culo a la zorrita, y así se los dije.
- ¡eh! Ya se animó el novio dijo el amigo. ¡venga! Al culo de Sandra que para eso está.
El tipo se sentó en el lugar en que había estado yo y se montó la zorrita en él, mientras yo se la metía por el culo con unas ganas que nunca había sentido.
El culo de la zorrita, a pesar de haber tenido dos pijas antes que la mia, se sentía muy estrecho y era mayor esa sensación al apretarle las nalgas con ambas manos, lo que se me dificultaba con Lourdes por la diferencia del tamaño de las nalgas.
Después de varias arremetidas logré venirme en el culo de Sandra, jadeando como un animal, sintiendo un orgasmo como nunca lo había tenido.
Me quedé dentro del culo hasta recuperarme y al volver la vista me encontré con Lourdes de pie, recargada en la mesa y el amigo dándole desde atrás.
Se acercó a ellos el tipo que quedaba libre y se sentó en la mesa, tomando a Lourdes por la cabeza se la acomodó entre sus piernas metiéndole la verga en la boca, ésta no la rechazó, gozando como loca.
El amigo se salió de ella y se sentó en la silla cercana, jalando a Lourdes por la cintura para que se montara en él, ésta abrió las piernas sentándose a horcajadas sobre la verga de su amigo, era todo un espectáculo verla mover esas preciosas nalgas de adelante hacía atrás, jadeando encima de este hombre. El tipo que estaba en la mesa se bajó de ella y se acercó a la pareja con toda la intención de gozar ese culo, por un momento pensé que Lourdes lo rechazaría, pero no fue así, al sentirlo en las nalgas dejó de moverse para permitir que le metieran la verga y solo profirió un gritito ahogado cuando la sintió adentro, su cara estaba transformada, era de auténtica lujuria.
La zorrita ya le estaba mamando la verga al otro tipo que seguía sentado en el sillón, dejando la concha y el culo al aire, acudí al baño a lavarme la verga y regresé a probar la concha de la zorrita, quien la recibió gustosa así como el dedo que le tenía metido en el culo.
De vez en vez volteaba para observar a Lourdes quien ya estaba tendida en la mesa mamando la verga de su amigo y recibiendo la verga del otro tipo en la concha.
Sentí deseos de ser yo el que se cogiera a Lourdes, a la que a pesar de hacerlo muy seguido nunca la había visto actuar de esa manera, así que se la saqué a la zorrita y me encaminé a los tres. El amigo le tocó el hombro al tipo que estaba gozando la pucha de mi novia y le hizo señas de que se apartara.
Lourdes al sentir que le sacaba la verga volteó a mirar y al verme me sonrió levantando las piernas, ofreciéndome el culo. La tomé de las piernas las cerré un poco y le coloque la verga en la entrada del ano, metiéndola poco a poco como sabía que le gustaba, ella cerró los ojos y empezó a apretar el esfínter, lanzando grititos ahogados, muchas veces habíamos cogido en esa posición.
Al suspender la mamada al amigo, éste se incorporó y se colocó a un lado de mi acariciándole las chichis de Lourdes, entonces me dijo
- ¿quieres compartirla?
- ¿qué quieres hacer?
- vamos a la recamara
Le saque la verga, la ayude a incorporarse y no dirigimos a la recamara, mientras tanto la zorrita se estaba despachando a los dos tipos con la concha y con el culo.
Llegamos a la recamara, el amigo encendió la luz y Lourdes se tendió en la cama, abriendo las piernas, el amigo la jaló hacía donde él estaba y con una mano le indicó que se volteara, ella se hincó en la orilla de la cama abriendo las piernas y con ello el culito, él me hizo un ademán para que me acercara invitándome a probar ese culo, ni tardo ni perezoso me acerqué, coloqué la verga en la entrada del ano y empuje poco a poco hasta meterla toda, el amigo se escurrió debajo de ella, quedando acostado boca arriba, ofreciéndole la verga para que ésta se la mamara.
Lourdes estaba claramente disfrutando, yo se la metía y se la sacaba de la concha y del culo, de pronto se detuvo y se echó encima del amigo metiéndose la verga en la concha, él la dejó hacer un rato hasta que con un gesto le indicó que se sentara encima de la verga, ella se acomodó y él la tomó de la nunca jalándola hacia él, dejándome ver el culo que se abria y se cerraba conforme ella se clavaba la verga del amigo. Entendí la invitación y me acomodé para meterle la verga por el culo.
Nos venimos los tres casi al mismo tiempo y ella se quedó exhausta encima del amigo con la verga de él adentro de su pucha. Me levanté de la cama, fui nuevamente a lavarme la verga, muy cansado y me asomé a la estancia. Los dos tipos y la zorrita estaban dormidos en el sillón.
El amigo estaba jugueteando con el vello púbico de Lourdes, mordisqueándole los pezones y ésta le acariciaba la verga, intentando que se le parara nuevamente, lo que al final logró.
El amigo se levantó de la cama con la verga parada, la cual yo no había podido apreciar hasta ese momento, era una verga considerablemente más grande y más gruesa que la mia y solo hasta ese momento sentí algo parecido a los celos.
El amigo se dirigió al baño, se dio una ducha, salió a la estancia y regresó con una botella y tres copas, era vino blanco muy frio, que nos hizo revivir, vaciamos y llenamos las copas sin hablar hasta que se vació la botella. Lourdes seguía muy rara, sele notaba la excitación, sintiendo la verga del amigo tan cerca y de pronto se prendió a ella propinándole una mamada de profesional, él se dejaba hacer colocándole los dedos en la pucha, jugando con su clítoris, metiendo y sacando los dedos, hasta lograr que se viniera.
Yo volví a excitarme ante esa escena, ansioso de que me diera una mamada como esa, me tendí a un lado de ellos y él tomó su cara con las dos manos y casi la obligó a sacarse la verga de la boca para ponerla en mi verga con una sonrisa cómplice.
Lourdes me dio una mamada como nunca me la había dado, haciéndome venir en su boca y solo cuando acabé se incorporó y se dirigió al baño, se escuchó la ducha y salió envuelta en una toalla.
Yo seguía tendido en la cama y el amigo sentado en un pequeño sillón, jugando con su verga, sólo cuando ella se aproximó a la cama cai en cuenta que él la estaba esperando para continuar, francamente yo ya no podía, el amigo me dijo:
- ¿te molestaría que usara la cama con Lourdes?
La pregunta me sorprendió, vaya, después de lo que habíamos hecho.
- ¿cómo?
- Si, que nos dejes hacerlo solos
- eeeste, siii.
Me incorporé y me fui a sentar en el sillón para ser testigo de una gran cogida. Lourdes se quitó la toalla, se acomodó en la cama y empezó una sesión de besos, apasionados, largos, por todo el cuerpo, ella se estremecía y buscaba tener asida la verga en todo momento. Lo invitó a colocarse encima de ella, abriendo las piernas y colocándose boca arriba, el amigo se puso encima y la penetró muy lentamente, ella encogió las rodillas para recibir mas cantidad de verga, cerró los ojos y se dedicó a gozar, el amigo variaba de ritmo, pasaba las manos por las nalgas, colocaba un dedo en la entrada del culo, a lo que ella respondía con estremecimientos, Lourdes se vino varias veces y después del último orgasmo, el se colocó a un lado, le levantó una pierna dejando a mi vista un coño húmedo y brillante, hinchado de la tarea que acaba de tener.
Le colocó la verga en la entrada del ano y se la metió lentamente, ella arqueo el cuello buscando sus labios y tomando la verga con una mano la ayudaba a entrar, movía las nalgas con urgencia de sentirla toda dentro, el amigo no se dejaba presionar y la metía y la sacaba, buscando mayor placer, finalmente la metió toda, y con movimientos fuertes la metió y la sacó repetidamente hasta que se vino en su culo, lo que provocó en ella un orgasmo muy fuerte, lanzando chorros de líquido por la pucha como si fuera una fuente, estremeciéndose, apretando los labios para no gritar, fue un orgasmo larguísimo que a mi volvió a excitarme, logrando que moi verga se pusiera firme.
Salí de la recamara y me encontré con la zorrita que se había puesto la camisa de alguien, dejando asomar sus nalguitas, así que sin decirle absolutamente nada, la tomé de la cintura, la incliné sobre una mesa y se la clavé alternadamente por la pucha y por el culo hasta que me vine dentro de ella.
Me salí de ella, me senté en un sillón y a poco me quedé dormido.
Cuando desperté en la estancia no había huellas de ningún desorden, no había nadie en ella y el amigo estaba sentado a la mesa con un vaso de jugo en la mano.
- ¿te apetece?
- si, si, gracias, ¿Qué hora es?
- Cerca de las doce
- ufff ¿y los demás?
- Lourdes en la recamara, mis amigos ya se fueron
- ¿y Sandra?
- Te gustó ¿eh?, pues nada, le pagué y se fue.
- ¿cómo que le pagaste? ¿no es tu pareja?
- claro que no, es escort
- ¡que poca madre! Me dijeron que era tu pareja, ¡me engañaste!
- hey, hey, ¿Qué diferencia hace? ¿si hubieras sabido que era puta no te habrías cogido ni habrías dejado que me cogiera a Lourdes? No niño, yo nunca te dije que era mi pareja. Además ¿a poco no te gustó?
¡chinga tu madre! ¡Lourdes, Lourdes! Grite entrando a la recamara, depertándola
- ¿Qué te pasa?
- ¡vámonos!
- ¿porqué? ¿Dónde estamos?
- tu amigo nos vio la cara de pendejos, Sandra no es su pareja.
- ¿quién?
- Sandra
- yo ya lo sabía, me lo dijo cuando llegamos.
- ¡que poca madre tienen!
- ¿porqué? ¿Por qué él se cogió a su novia y tu no te cogiste a la suya?, si te veias bien contento, así que no me salgas con estas cosas. Déjame bañar y ya nos vamos.
Salí de la recamara muy confuso, no sabía que pensar. Salió Lourdes después de un buen rato y me salí sin despedirme, ella besó a su amigo en la boca y nos fuimos, tomamos un taxi para recoger mi auto, la lleve a su casa sin hablar una sola palabra.
Al bajar de mi auto me dijo: - supongo que ya no me quieres ver, está bien, te entiendo pero no te justifico, tu gozaste igual que yo ¿Qué diferencia hay?, piénsalo, yo no estoy arrepentida.
Ya no volví a buscarla.
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