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Estábamos próximos a cumplir 10 años de casados y como 5 de disfrutar, experiencias sexuales plenas y libres de común acuerdo, punto importante para los que, en su momento, disfrutamos este tipo de relaciones. Toda mi vida he sentido la necesidad de poder llevar una vida sexual abierta en todos los aspectos, repito, de común de acuerdo con la que entonces era mi esposa.
Por lo anterior había algunas cosas que no me gustaban en nuestra relación de pareja Tenia como dos años, que había notado un cambio en mi mujer, sobre todo, en lo relacionado a la actividad sexual que tenia conmigo, la notaba retraída, alejada de mi y cunado yo quería hacer el amor, a veces me salía con la mamada de que le dolía la cabeza o que le dolía esto, que el otro. Tenia como un año, que no teníamos alguna experiencia externa, más, por causa de ella, que por mí causa. Cierto día estábamos comiendo con nuestras hijas, que aun eran pequeñas y me recordó que se acercaba nuestro aniversario de casados, le conteste, si, ya lo tenía en cuenta, ella me contesto, ya son 10 años mi amor y hay que celebrarlo con algo muy especial.
Le pregunte, ¿Qué tan especial? me miro y me dijo, “podríamos buscar a alguien, para que participe en el festejo, pero esta vez lo quiero hacer en la casa y con un amigo muy querido por mí, que desde hace mucho tiempo no lo veo”, me quede pensando, le pregunte ¿lo conozco?, ella me dijo “no”, luego le dije “pero ya habíamos quedado, que si invitábamos a alguien, este no debía ser conocido por ninguno de los dos”, “si, estas en lo cierto”, agrego, “pero este amigo es especial, para mí y para mi familia, pero si no quieres, no hay problema” yo le dije, déjame pensarlo y luego te digo, pasaron algunos días y elle me recordó, le dije “está bien, pero antes lo quiero conocer”, ella me dijo, “casualmente esta en la Ciudad de México, déjame pedirle su teléfono a mi madre” hizo la llamada, yo me fui para el baño y la deje hablando con él, si me hubiera quedado, me hubiera enterado de muchas cosas, que despues, me hubieran puesto en claro muchas cosas que sucedieron despues, cuando regrese a la sala, ella se me acerco sonriendo, me dijo, “ya quede con el y el te quiere conocer también”, le pregunte, ¿el sabe lo que estas planeando? “No, que te pasa, solo lo invite a que cenara con nosotros, hoy en la noche en al casa”, molesto, le pregunte, ¿Por qué aquí?, elle me miro nerviosa y me dijo, pues como es una amigo mío, creí, que era propio invitarlo a mi casa”, como me vio molesto le, me dijo, ¿si quieres lo vemos en otro lado”, le dije esta bien, que sea aquí.
Eran como las 8 de la noche, cuando llegó a casa, mi mujer lo recibió muy efusivamente, con beso y abrazo, lo salude, el me contesto en español, pese a ser gringo hablaba muy bien el español, era de color, pero, diría que pasaría muy bien por mulato, era no muy alto, cuarentón, con un cuerpo fornido. bastante fuerte y un poco alto, no era guapo, pero si, un poco atractivo, porque se notaba que se esmeraba en su arreglo.
Lo salude y lo invitamos a pasar a la sala, despues de tomarnos un trago, cenamos y platicamos de todo, en esa platica, supe que este tipo había estudiado con mi mujer en la misma universidad y que por un corto tiempo, habían sido novios, en la época en que habían sido estudiantes, al escuchar eso, me sentí un poco celoso, ella se dio cuenta de esto y me dijo muy quedito, que despues de su corta relación, él siempre se supo comportar con ella, pasando a ser uno de sus mejores amigos. Con el tiempo, también se volvió amigo de su familia y por eso, según ella, dos veces al año los visitaba, luego regresamos a la sala y nos tomamos un licor, de esos que sirven para la digestión, la verlos platicar, me empecé a imaginar cómo sería ese encuentro lo cual me excito muchísimo y me dije, que esa podría ser la oportunidad de ver como se comportaba mi vieja con un conocido, porque una cosa era hacerlo con un desconocido y otra cosa muy diferente, es hacerlo con un conocido, esto último, fue lo que, aunque todavía no muy convencido, me obligo aceptar el encuentro.
Como se acercaba nuestro aniversario, le dije, que lo invitara y que le dijera que era para celebrar nuestro aniversario, ella, se puso contenta, un día antes del encuentro, mandamos a nuestras hijas, con unos parientes míos, así que, preparamos la reunión, llego el día esperado, según esto, el iba a llegar de Culiacán, Sin., por la tarde. Antes de salir al aeropuerto, le pedí a mi mujer, que se vistiera sugestivamente, ella se arregló, presentándose ante mi sabrosamente vestida, con un vestido bastante holgado, que le caí libremente sobre todo el cuerpo, que hacía lucir, ese par de melones que tanto me gustaban y que hacía resaltar, la tremenda curvatura de sus nalgas, como la contemple, con los ojos brillosos de excitación, ella se levantó el vestido y me enseño que no traía pantis, por poco, no vamos por ese guey, la verdad, mi vieja estaba bastante comible.
Nos trasladamos al aeropuerto, no esperamos mucho. Cuando lo vi, no sé porque ya no me cayo también ese tipo, pero como era amigo de mi mujer, tuve que suavizar esa impresión, mi mujer cuando lo vio, se adelantó a él y le dio un fuerte abrazo, el negro la recibió con los brazos abiertos y la estrecho fuertemente, no sin antes, acariciarle brevemente las nalgas, me di cuenta de eso, pero no le dije nada, se notaba que a su amigo le había gustado como venía vestida.
Llegamos a nuestra casa y pasamos a la sala, me reitero, que para él era un placer estar con nosotros y tener una amiga, tan hermosa como lo era mí, nos dijo, según el, que solo iba a estar un día en México, ya que tenía que estar de regreso a Los Ángeles para atender sus negocios, nos dijo, que previamente había estado en la casa de la familia de mi mujer, les ofrecí una copas, mi mujer solicita fue por ellas y al hacerlo, se contoneaba bastante sabrosa, moviendo sus nalgas en un sube y baja delicioso, se notaba a leguas que no traía pantis, su amigo se le quedo mirando con mucho deseo, al ver esto, a mí me pareció que este amigo ya sabia o estaba enterado de lo que iba a pasar, esto me paso por la mente, pero no le preste más atención.
Después de cenar y de brindar por nuestro aniversario y de estar platicando, él nos pidió, que, si lo podíamos llevar a un hotel para hospedarse, a lo que mi mujer le dijo, que de ninguna manera, le propuso que se quedara esta noche en la casa, ella me vio y tuve que aceptar, me imagine, que era parte del plan para llevarse a su amigo a la cama, él se le quedo viendo a mi mujer de un modo, que no pasó desapercibido para mí, riendo, accedió a nuestra invitación.
Lo alojamos en la recamara de una de mis hijas y tras ponerse cómodo, mi mujer le ofreció una copa y nos trasladamos a la sala, mi mujer se sentó a su lado, con la confianza que le daba su amistad de años con mi mujer, empezamos a hablar de varias cosas, él nos empezó a contar de su vida de estudiante en Culiacán y de su relación con mi güera, después de varias copas, como no queriendo la cosa, de vez en cuando, posaba una de sus manos en una de sus piernas, dejándola ahí un buen rato, con más confianza, le pregunte si no le había gustado mi mujer en esa época, él me dijo, que sí, que mucho le había gustado, pero que no había tenido suerte con ella, al decirlo, se le quedo viendo a mi mujer, comiéndosela con la mirada.
Discretamente le hice una seña a mi mujer, para que saliera de la sala, ella con mucha naturalidad, nos dijo que iba a ir a la cocina, yo con el pretexto de traer más vino, la seguí, excitado, le dije, ya te diste cuenta cómo te ve tu amigo, ella me dijo, que si, por lo que, le pedí que se fuera a la recamara del invitado de mi mujer y que se preparara para recibirlo, temblando de pies a cabeza por lo excitaba que estaba, me preguntó tremula, con voz temblorosa, "¿Como prefieres que esté, cuando me vea?”, yo le dije, que sería mejor que estuviera desnuda, para que no hubiera dudas de lo que iba a pasar, también le dije, que corriera las cortinas, con el fin, de no poner cachondo a algún vecino indiscreto.
Regrese a la sala con el vino, recomenzamos el tema de mi mujer, por el ambiente y por las copas ya tomadas, me anime a hablarle en confianza, le dije, que mi güera se había dado cuenta de ese amor que sentía por ella y que desde hacía un tiempo, ella venía pensando la forma de demostrarle su cariño, pero de amigos y que por eso, habíamos pensado en hacerle un regalo que ella esperaba que le gustara. Él quedó intrigado, le dije, que el regalo se lo daría personalmente ella y que lo esperaba en su habitación para dárselo, yo, ya estaba bastante excitado, estaba disfrutando el momento, el no dijo nada, se tomó de un solo golpe el trago que le había dado y se trasladó a la recamara.
Lo acompañe, al entrar se quedó estático, el ver a mi mujer semidesnuda, tuvo que ser para él, el mejor regalo que le hubieran podido dar, no sé si ella estaba excitada, pero yo estaba a punto. Mi mujer estaba recostada en la cama con las piernas abiertas, solo traía puesto un chichero y un pequeño panti con motivos gatunos, los cuales no ocultaba nada, ya que se podía ver claramente los labios de su vagina sonrosada, completamente depilada. Al ver ese cuadro tan cachondo, su amigo (le doy este trato, porque no era mi amigo), como lo dije antes, se quedó estático, no sabiendo que hacer, pero viendo que yo no decía nada, por el hecho de que mi mujer estuviera desnuda, tomo conciencia de que se la estaba poniendo en bandeja de plata para que se la cogiera, rápidamente se quitó la ropa y trato de subirse a la cama, yo lo detuve, indicándole que se diera un buen baño, sobre todo, para que se lavara la tremenda verga negra que se cargaba, que ya para entonces estaba bien parada.
Su amigo salió del baño, secándose con una toalla, mientras lo hacía, mi vieja entro al baño para darse un duchazo y para asearse su conchita depilada, aunque quiero decirles, que esto no era necesario, ya que ella, es y ha sido muy limpia y aseada en sus asuntos íntimos. Mientras se bañaba mi mujer, el negro, se recostó sobre la cama sobándose su tremenda y gruesa verga erecta, no exagero, pero pienso yo, que media como 25 centímetros, coronada con una gruesa cabezota, que rezumaba líquido. Ella salió del baño, secándose muy lentamente, al tiempo que se me quedo mirando, le guiñé un ojo sonriendo y le dije, adelante. Con el fin de que los dos se relajaran le dije a su amigo, que esto no era nuevo para nosotros, le hice saber que se tomara todo el tiempo para estar con mi mujer y siempre que no hubiera ningún problema, yo no intervendría para nada, dejándolos coger a gusto todo el tiempo que quisiera y que solo hiciera lo que mi mujer le pidiera, obviamente, el muy cabron estuvo de acuerdo, dicho esto, le pregunte, que le parecía mi mujer, él dijo “Maravillosa”.
Él se paró frente a ella a la orilla de la cama, le puso su verga a la altura de su cara, ella la agarro, la empezó a oler, a sobar, le sobo sus huevos, después de estar jugueteando con ella trato de metérsela en la boca, apenas le cabía, no sin ningún esfuerzo la empezó a mamar, se notaba que a ella le encantaba tener una gruesa verga negra en su boca, el negro se acostó de espaldas en la cama, mi mujer acomodo su cabeza en su regazo, de tal modo, que tuviera esa negra verga a unos centímetros de su boca, para seguir mamándola a placer, que sabroso lo hacía, le estaba echando ganas (en ese momento yo no sabia porque, despues me entere de todo y la verdad me dolió ser engañado ´por ella), se notaba que desde hace mucho estaba deseando eso. Despues, se la sacaba de la boca, para recorrer con su lengua y con besitos cortos, toda su extensión, de la base hasta la negra cabezota, para morderla y chuparla delicadamente, mientras el negro gritaba y lanzaba bufidos de placer. Ella estuvo bastante tiempo mamando golosamente esa verga, despues abrió de nueva cuenta su boca y se empezó a tragar todo lo que pudo, boqueando, cuando la sentía muy adentro, volviendo a cerrar sus labios, tragándose un poco más de verga.
En honor a la verdad, me quede entre sorprendido y excitado, por la mamada que le estaba dando a su amigo, mi vieja estaba desconocida, el nada más resoplaba fuertemente y lanzaba bufidos, mi vieja se la siguió chupando desde la punta hasta el tronco, pasando por los huevos, que también sobo y chupó con lujuria y lo hubiera hecho toda la tarde, si no le hubiera dicho su amigo que parara con la mamada, porque lo iba hacer que se viniera y eso no quería él.
Cuando se la quiso coger, les dije que pararan para ir por un condón, salí de la recamara, tarde en encontrar uno, regrese y cuando lo hice, ya era demasiado tarde, ella estaba acostada con las piernas abiertas y el negro estaba colocado entre sus piernas, agarro con una mano su vergota y le restregó varias veces la gruesa cabezota en sus labios vaginales, mientras ella abría más sus piernas, preparándose para recibir esa tremenda verga. En un movimiento lento de caderas se la fue clavando con trabajos hasta el tronco, Yo estaba excitadísimo, yo no me quería perder ningún detalle, quería ver como entraba y como salía de la vagina de mi mujer esa vergota, quería ver el contraste de su piel clara y de sus labios sonrosados que apenas abarcaban esa gruesa verga, con la piel negra de esa enorme verga, cuando entrara en lo más íntimo de mi mujer.
Eso me enardecía, al principio no podía metérsela toda, pues ella se quejaba mucho, yo le pregunte, porque se quejaba, ella me decía, porque se sentía que esa verga la llenaba todita y que le hacía daño, pero a la vez, esto le daba un gusto enorme, ella me tomo la mano, me apretaba la mano muy fuerte, cada vez que la embestía con fuerza el negro. Yo le preguntaba que como se sentía, ella entre sollozos, quejidos y gritos de placer, me decía que “llena”, que se sentía llena por la verga que se estaba comiendo. Cada vez que el negro la penetraba, ella lanzaba unos gritotes, que tuve que encender el estéreo de mi hijo y subirle el volumen, para que no se oyera, lo que estaba pasando en mi casa.
De repente mi vieja, entre sollozos de placer, empezó a pedir que fuera más despacio nuestro amigo, rápidamente, le dije, que le bajara la velocidad a las estocadas y que lo hiciera más suave, a lo que me contesto entre resoplidos, que estaba muy buena mi vieja, yo le dije, que le diera tiempo a que se acostumbrara a su vergota, le indique que se la clavara hasta el fondo con suavidad y solo cuando ella le pidiera más, solo entonces, es cuando se la podría clavar con toda las ganas.
Luego, su amigo, se acostó en la cama boca arriba, ella se subió en el, tomo la verga y se la restregó varias veces en la entrada de su vagina, despues, se sentó en ella y poco a poco, se la fue clavando hasta el tronco, ya con la vergota bien enchufada hasta el fondo, lo empezó a cabalgar sabrosamente, cabe hacer mención, que esta posición siempre le cansaba cuando cogíamos, no le gustaba y terminaba por bajarse, en ese momento, quería averiguar si se bajaría de él.
Empezó a cabalgarlo con gusto, era muy excitante para mí, ver que se tragaba esa verga en cada sentón, se notaba que estaba disfrutando esa vergota. Esa verga la sometía a un buen mete y saca sin parar y la verdad, yo empecé a tener mis dudas, de ese cansancio que mostraba conmigo, ahora vería si se aburriría pronto, cosa que no hizo y me puso a pensar, su amigo no aguanto mucho esa sabrosa cabalgata, viniéndose profusamente dentro de ella, al sentir los chicotazos de la venida, la muy golosa, siguió cabalgándolo, hasta quedarse completamente estática sobre esa tremenda verga, la cual se desenchufo de ella solita toda flácida, solo hasta ese momento se bajó de él.
Después de recuperarse, nos fuimos a dormir a nuestra recamara, nos quedarnos profundamente dormidos, al otro día muy temprano, me desperté con muchas ganas de coger con mi mujer, con la mano la busque, ella no estaba en su lugar, luego, luego, me imagine en donde estaba, sigilosamente me fui al cuarto de nuestro invitado y lo que vi, no me gusto, ella estaba ensartada arriba de ese cabron, lo estaba cabalgando a todo lo que daba, ella se sorprendió cuando me vio y entre sollozos de placer, no me dijo nada. Encabronado los deje solos, tardaron un buen rato en salir, se fueron a bañar, los seguí discretamente, estaban cogiendo otra vez, pero lo que más me impacto, fue oír que mi mujer gritaba que se la cogiera como siempre, “ese como siempre, no me gusto” y me hizo sospechar, que esos dos hijos de la chingada, eran más que amigos, así que, pensé en romperle la madre a los dos y más cuando alcance a escuchar, que el buey ese le decía, “que luego la veía y que ella sabía en dónde”, le pedí un taxi, no tenía humor de tenerlo cerca, porque había la posibilidad de partirle la madre.
Cuando se fue, le dije, caray, güera, como eres cabrona, porque no me dijiste que ibas a volver a coger con él, encabronado, yo le hice saber, que lo último que hizo no me había gustado, le reclame, que por lo menos me hubiera avisado, el que, ella se había ido por la libre, la verdad no me gusto nadita. Si bien es cierto, que siempre se había comportado con lealtad conmigo y que admiraba su buen hacer día con día, lo que sucedió al último, me ha tenido muy pensativo, sobre todo, por la forma en que monto a ese guey.
Se preguntarán y dirán, que pinche delicado soy, pero una de las claves para que este tipo de encuentros se haga sin problemas, es que los dos estemos de acuerdo en hacerlo, cuando uno de los dos se va por la libre, empiezan los problemas. Problemas que empezaron tiempo después y que provoco que nos divorciáramos, ya les contare, en un relato próximo.
Lo cierto, es que disfrute lo que hicimos ese día, para esa ocasión deseábamos algo diferente y a pesar de todo lo que paso, después en la vida de los dos, sigo pensando, que es justo que una mujer satisfaga sus fantasías sexuales, a la hora que sea y con quien sea, siempre y cuando se haga de común acuerdo y con el consentimiento de la otra parte.
También es válido, que en nuestra vida sexual haya variedad, acuérdense que la “rutina” es el peor enemigo de un matrimonio. Yo siempre he dicho, que es válido disfrutar el sexo de la forma más sana, según el criterio de cada uno y con el respeto que merecen los demás, lo cual es una formula básica del convivir de las personas en general. Saludos
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