Con mi esposa y su hermana
El amanecer
Bueno en la mañana desperté en medio de Carmen y Rosa, levanté un poco las ropa de la cama y observe esos dos lindos cuerpos desnudos que la noche anterior me avía follado, la verdad es que ambas sin ser modelos poseen un cuerpo privilegiado, mi cuñada tiene las caderas un poco más grande que mi esposa, al igual que las tetas, pero las dos están de maravilla, bien a todo esto mi verga comenzaba acusar que tenia nuevamente deseos de penetrarlas, pero no hice caso y pasando por sobre Carmen (sin siquiera rosarla) descendí de la cama y las arrope para que descansaran hasta cuando ella lo quisieran, ya que habían tenido una noche muy agitada, a la vez era día de invierno con mucha lluvia y hasta descargas eléctricas; me dirigí al baño y me di una buena ducha, me vestí y posteriormente me dirigí a la cocina y luego con un café en la mano fui hasta el living a ver Tv, ya había pasado cerca de dos horas cuando sentí que alguien cerro la puerta del baño, me dirigí hasta el dormitorio para ver cual de las dos avía despertado, y para mi sorpresa me di cuenta que las dos estaban en la ducha, regrese al living y seguí viendo tv, luego entraron ambas con sus respectivos café y quede atónito al verlas vestidas: mi esposa llevaba solamente una camisa semitransparente rosada, que le llegaba casi a la rodilla y que se le podía ver todo, mi cuñada tenia puesto solo un calzón negro transparente y sus senos totalmente al desnudo, ambas se sentaron dejándome a mi en medio de las dos, mi verga se levando formando un tremendo bulto en mi pantalón, les cuento que no pasaron tres minutos y mi cuñada le dijo a su hermana, “Carmen tengo frio, vámonos a la cama”, si respondió mi esposa ase frio, ¿vamos Julio?, nos dirigimos al dormitorio, me desvestí y ahora sin preguntar nada me metí en la cama quedando en medio de las dos, en forma inmediata se dieron vuelta para mi lado, nos sentamos en la cama y comenzamos los tres al mismo tiempo a besarnos en la boca, yo al igual que la noche anterior, de repente me echaba asía tras para ver como ellas seguían besándose y como jugaban con sus lenguas, después de unos minutos me empujaron suavemente asía tras, dejándome acostado de espaldas y las dos a la vez comenzaron a besarme el pecho y fueron descendiendo poco a poco hasta llegar a mi verga, mi esposa empezó hacerme masajes con su lengua sobre mis testículos, mientras mi cuñada besaba y acariciaba suavemente mi verga, en eso mi esposa dirigió su boca asía mi verga, pero mi cuñada se la metió en su boca y comenzó a chuparla, después de unos minutos se la saco de la boca y sin soltarla de sus manos se la paso a su hermana para que la chupara, mi esposa también tomo mi verga con una de sus manos y comenzó a chuparla, sin pasársela a su hermana por varios minutos, y cuando seguramente noto que me faltaba poco para venirme la dejo libre de su boca para que su hermana la siguiera chupando, ésta se la metió en la boca y dando un ritmo de arriba a bajo me la chupo de una manera incomparable, no creo que hallan pasado tres minutos y me corrí dentro de su boca, mi cuñada se tomo toda mi leche, mi esposa se acerco y ambas limpiaron con sus lenguas la cabeza de mi verga, les cuento que no me dejaron reponerme por si solo, las dos siguieron acariciando mi verga con sus manos, mi cañada acariciaba mis testículos y mi esposa con sus manos acariciaba mi verga, luego las dos con una mano cada una apretaban mi verga y me la movían de arriba a bajo, cuando mi verga estuvo totalmente erecta mi cuñada se subió y se la introdujo lentamente hasta llegar a mis mismos testículos y comenzó a cabalgarme, mi esposa le chupaba y apretaba sus senos, luego se besaban en la boca, pero yo tenia otra cosa en mente, así que retire mi verga y lentamente la baje y la deje acostada de espaldas, luego tome a mi esposa por unos de sus brazos e hice que se subiera sobre su hermana en posición como si la estuviera follando, abrí muy lentamente las piernas de ambas, para luego ponerme yo en mi posición e introduje toda mi verga y de un solo golpe en la vagina de mi cuñada, ésta dio un quejido como de dolor, diciéndome a la vez, Julio por favor que duele, dos o tres metidas y lo retire para metérselo a mi esposa en su vagina que no se encontraba a más de cinco centímetros de la vagina de hermana, tome un ritmo de dos metidas en cada vagina, lo pase como nadie puede imagina, de repente me salto mi leche dentro de mi cuñada, la cual ya llevaba más de un minuto quietita y sin depositarla toda, la retire y deposite el resto dentro de mi esposa junto con clavarla con todas mis fuerza y para mi tranquilidad mi esposa se vino al mismo tiempo. Luego nos dirigimos los tres a la ducha, Carmen y Rosa me lavaron mi verga, luego ambas se lavaban sus vaginas (una a la otro), en fin nos duchamos los tres como si fuéramos un solo cuerpo, nos vestimos para luego ir a dejar junto con mi esposa a su hermana.
Ahora viene lo que ninguno de Uds. creerá, esto nunca más ha vuelto a repetirse, jamás se ha hablado de este tema, y no ha sido por falta de oportunidad, ya que mi cuñada ha quedado varias veces a dormir en casa y cuando yo nuevamente le he repetido por qué no duermes con nosotros, ella me contesta “lo que quería” y mi esposa sin hacer comentarios solo se sonríe.
Eso si que yo sigo comiéndome a mi cuñada, y no es que ya no ame a mi esposa, no, es que al parecer mi cuñada se enamoro, no de mí, sino de mi verga, ya que la trata como si fuera un bebe, hasta le habla cuando la tiene entre sus manos, por qué eres tan linda, por qué eres tan rica, etc., hemos hecho las locuras más grande: una vez íbamos los dos en mi auto por pleno centro de la Ciudad más o menos a las 13 hrs., o sea en pleno día, cuando de repente ella me abrió el cierre del pantalón y comenzó acariciar mi verga, metros más adelante tuve que detenerme a esperar la luz verde y ella recostándose sobre mis piernas comenzó a chupar y chupar mi verga, dio luz verde y seguí mi viaje por el centro de la Ciudad, mientras ella seguía chupando hasta que mi verga le dio toda mi leche, la cual por supuesto se la trago, otro día follamos también en el auto en pleno día y …
No me alargo más, después le cuento (no quiero cansarlos)
Chao, escríbanme “Ha les aclaro, que tanto mi esposa como mi cuñada no son lesbianas, fueron solo circunstancias”.