Recuerdo que cuando trabajaba para una compañía como supervisor, fué la primera vez que pusieron una sercretaria a bajo mis ordenes. realmente me sentía muy importante, porque mi buen trabajo me había costado llegar hasta el puesto que tenía. Pues bien, mi secretaria, que se llamaba Itzel, debía andar por los 22 años, recién había entrado a trabajar a la empresa y me la asignaron para que le enseñara los pormenores del departamento. Empezamos a tener una bonita relación jefe-secretaria, la cual incluso estaba llena de complicidad, como cuando ella tenía que decir un par de mentirillas para cubrirme con mi jefe en las ocasiones en que salía con mis amigos y amigas a tomar unos tragos por la tarde.
Nuestra relación se fué tornando cada vez más personal, ya que ella gustaba de contarme lo que le acontecía en su vida privada, con sus novios y sus amigos; juro que nunca había pensado en tener nada con Itzy, como cariñosamente le llamaba, porque pensaba que estaba enamorada de su novio y aunque me contaba que discutían, yo pensaba que eran niñerías y nunca le dí importancia a esa mujercita que tenía uno de los culitos más deliciosos que haya visto en mi vida y un par de tetas que, en una ocasión, pude palpar porque el bendito elevador llevaba más gente de lo normal. Itzy entró intempestivamente, y sus tetas se pegaron por completo a mi cuerpo. Eran duras como piedras y com un pezón grande, arrugado, delicioso......
Al paso del tiempo ya teníamos toda la confianza del mundo, al grado de que Itzy sabía todos y cada un de los encuentros románticos y sexuales que yo tenía con algunas de las otras secretarias de la compañía, e incluso me aconsejaba al respecto: -Señor, lo va a descubrir su esposa-, a lo que yo respondía: -No,Itzy. No si tu me ayudas a salir de esta-.
Pero todo lo bueno tiene que acabar. Olvidaba decirles que mi secretaria además de ser una hembra deliciosa ( y aún virgen, según me confesó), era excelente en su trabajo; tanto que el mismo Director Nacional de nuesta empresa puso sus ojos en ella para que se convirtiera en su asistente (y no dudo que para cogérsela también).
Itzy y yo teníamos una semana para preparar a su reemplazo, a quien ya habíamos elegido de antemano, por lo que no nos apuraba demasiado. Luego, una tarde, Itzy dejó a la nueva niña encargada, subió a mi oficina, entró y me dijo que quería despedirse, a lo que yo le contestá que aun no era tiempo, a lo que ella respondió:-Es que hay formas especiales de despedirse-
-Como cual?-
-Como se despidió de Marianita-
Resulta que la tal Marianita era una secretaria de otro departamento que antes de casarse, me había entregado en bandeja de plata su virginidad.
- Lo sabías?-
-Si....me lo contó después de la boda.... Me dijo que fué lo más maravilloso que le ha pasado en la vida-.
Sin decir otra palabra la tomé en mis brazos y le dí un beso largo, profundo , muy húmedo en el cual nuestras lenguas se entralazaron por vez primera, y les juro que lo que degusté era más dulce que la miel. Pude adivinar, por la desesperación que ella tenía por ser besada, que su novio no cumplía con las expectativas de esta hembrita caliente, y fué cuando pensé que debía ser mi mujer en ese mismo instante.
Seguí besando su boca, sus oídos, y al besar su cuello pude sentir como temblaba de pasión.
-Cierra la puerta con seguro...-
-No hay nadie, solo la nueva...-
-Estás segura?-
-Siiiii........Sigue....no pares....síguele, papacito-
Comencé a desabotonar su blusa y pude ver por vez primera esas tetas que ya había tocado semans antes. Un brassier muy fino de encaje me permitió adivinar que esta mujer ponía atención a estos detalles; al desabrochar el sostén saltaron hacia mi esas tetas deliciosas con unos pezones totalmente duros y erectos.
-Mámame las tetas, jefe......mámamelas ahorita, por favor....-
Solo pude obedecer. empecé a mamar sus tetitas y a morder sus pezones y sentía como se retorcía del placer ante mí. De un solo golpe, todo lo que se hallaba sobre mi escritorio fué a parar al suelo e Itzy ocupó ese lugar conmigo encima de ella, estrujándola, mamándole las tetas, los pezones, la espalda, los labios.....
En esta ocasión especial, Itzy llevaba una falda muy, muy pequeña, la cual rápidamente alcé y dejé al descubierto su tanga de encaje negro...Besé el interior de sus muslos y pude percibir el olor de su coño mojado....Placer de los dioses.... Tomé unas tijeras que estaban en el suelo y corté un lado de su tanga, lo cual me permitió ver esa conchita caliente...Imaginen mi sopresa al ver ese coñito perfectamente depilado y dejando solamente una matita de pelo sobre la vulva...Mi verga casi se sale de mi pantalón!!!!! Corté el otro lado y ese milagro del sexo quedó rendido frente a mi, inexplorado, virgen, inmaculado, ansioso por ser conquistado......Pude quedarme ahí viéndolo por horas, pero mi dulce rival no estaba dispuesta a darme tregua alguna. Sonrió pícaramente y me dijo:
-Lo hice para ti jefe....Ya sé como te gustan..-
-....y supongo que ya has de saber que es lo que me gusta hacer a continuación....-
-S....iiiiiii.....MMMMMmmmmmmm.....Cómeme la panocha, es toda para ti....papi......-
Bajé hasta esa conchita y no tuve que hacer ningún esfuerzo para lubricarla....Mi lengua resbaló inmediatamente hacia su clítoris, que es el más grande que me he encontrado en toda mi vida....Con dos dedos, separé sus labios y lo dejé a mi merced. Es increíble como esta mujer aullaba de placer al sentir mis caricias bucales, y fué en ese momento cuando me hizo el primero de los inolvidables regalos: un orgasmo tan abundante y delicioso que tuve que hacer un gran esfuerzo para sorber todos esos deliciosos jugos vaginales liberados en un solo instante.
-Como diablos puedes hacer algo tan rico, jefe??-
-La práctica,Itzy....solo la práctica-
Después de este primer megaorgasmo su cuerpo se relajó un poco, pero en unos instantes estaba lista para continuar la batalla. Le dije:- Ahora vas a sentir la verga de un verdadero hombre-
-No me va a doler, verdad?-
-Si te dijera que no, te estaría mintiendo, pero te juro que aunque te duela me vas a suplicar que no me detenga-
Acto seguido saqué mi verga de su encierro, y al verla, ella quedó como hipnotizada, pero cuando comencé a pasar mi glande por su vulva empapada en jugos, cerró los ojos y murmuró que siempre soñó conque yo la desvirgara. Cómo podía fallarle?
Coloqué mi miembro candente en la entrada de su vagina, y noté que era demasiado pequeña, por lo que tuve que dar una buena embestida, a lo que ella respondió con un grito agudo, pero solo había logrado entrar el glande. Le dije que aguantara y empujé otro poco hasta llegar a la barrera de su himen. Tapé su boca con mi mano y le dije:-Abrázame fuerte....Ahora vas a ser mujer....- Con esto ataqué con todo mi ser esa vagina virgen y de un solo golpe penetré hasta los huevos, literalemte rompiendo en dos a esta mujer que se ofrecía a mi por vez primera. Pude notar las lágrimas que salían de sus ojos pero mi mano no dejaba salir el agudo auliido que seguramente profirió en ese momento;inmediatamente comencé a bombear con fuerza, sin piedad, excitado porque aunque le dolía, su concha estaba escurriendo de jugos, los cuales al mirar hacia abajo vi que se mezclaron con la sangre que marcaba el inicio de la vida sexual de Itzy...
Estuve cogiéndomela por unos 15 minutos hasta que sus ojos se pusieron en blanco, y me regaló el segundo gran orgasmo de la tarde, acompañado ahora de un gemido gutural, seco, lleno de satisfacción. Se dejó caer rendida en mis brazos, pero yo no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de cogermela por el ano, ya que sabía que este era el momento.
Seguí besando su cuerpo hasta llegar a sus naglas, duras como rocas, llenas de gotitas de sudor, y abrí el camino hasta ese delicioso rincón casi siempre prohibido. Ella al sentir mis caricias en ese agujero, dió un respingo pero no se movió; al contrario, cuando mi lengua empezó a penetrar su ano su energía pareció volver y me dijo dulcemente:
-Nunca me habían tocado el culito, eres el primero, y por eso quiero que seas el primero en meterme la verga. Quiero que me la metas como se lo hiciste a Marianita-
-Eso voy a hacer, muñeca...No te preocupes-
Para ese entonces, su culo ya estaba chorrenado por la saliva que lo lubricaba; le pedí a Itzy que re recargara en una silla, dejando su culo directamente hacia mi, y puse mi verga, que ya había recuperado su vigor,en la entrada de ese ultimo resquicio virgen y sin explorar. Comencé a penetrarla, y ella doblada delante mío, gimió de dolor y placer al sentri la verga de un hombre donde pensó que nunca la sentiría; su reacción al sentir mis primeros embates fue retirarse, pero yo la tenía bien agarrada del cuello, por lo que su respuesta fue morder mi antebrazo cuando por fin mi verga entró toda de un solo empujón hasta sus entrañas. Esto a mi me excitó mucho y le dije:
-Así, muérdeme putita, muérdeme mientras recibes mi verga en tu culo. Sigue, putita cogelona, sigue así hasta que me venga en tu culo-
Pero eso no sucedió, ya que al anunciar que estaba a punto de mi orgasmo, ella sacó mi verga de su culo y me dijo:
-Dame toda tu leche, jefe, quiero mamarte toda la verga-
-Pues toma, puta mamadora, toma toda mi verga-
No bien terminé de decir esta frase cuando sentí como mi verga penetró hasta lo más profundo de su garganta, con una mezcla de fluidos vaginales, sangr y excremento de su propio ano, pero en este momento, Itzy ya era una bestia savlaje, sin control, siendo su unico objetivo el ordeñar hasta la ultima gota de mi semen.
Obvio decir que este momento, el cual fue uno de los orgasmos más grandes y violentos que he sentido en mi vida, no tardó mucho en llegar ante los embates de una lengua inexperta pero con unas ganas tramandas de complacer.
En el momento en que sentí que mis huevos estaban a punto de estallar, tomé la cabeza de mi secretaria para evitar que se arrepintiera porque estaba decidido a hacer que tragara hasta la ultima gota de ese coctel de amor que había en mi verga. Me corrí con una serie de explosiones que salían desde mis entrañas hasta su garganta....dos, tres, cuatro, cinco......todo mi cuerpo se estremeció al vaciarse por completo en esa boca. Vi al retirarme como Itzy sorbía y tragaba las sobras que rodaban por sus mejillas y mis muslos, cuando de repente:
- Señor, tiene una llamada en la línea 4-
Era Paola, la nueva secretaria, la cual había estado presenciando todo o gran parte de esta regia cogida, ya que con una mano seguía masturbandose por abajo de la minifalda que cubría su piel.
Pero bueno, eso es otra historia, que ya les contaré en su momento, solo baste decirles que Paola se convirtió en la mujer que todo hombre sueña con tener.