Nota: las siguientes son historias que resultaron de un juego llamado "el abanico", en el que varias personas van escribiendo una oración por vez, continuando la oración escrita antes por su compañero de al lado. Así se forma una historia (que suele no tener sentido, pero que resulta muy cómica)
Espero que la disfruten... Y cuando estén con amigos, y no tengan nada que hacer, jueguen al abanico!!! =0)

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Estaba Mozart componiendo una canción titulada tutututurururu/
y bueno... empezó despacio, siguió más rápido, rápido y más rápido/
iba alcanzando al Gran Houdini/
en una de sus pruebas se sacó el pantalón/
y mostró al monstruo.../
Tan peludo como un kiwi, y no se resistió;/
prefirió la banana que era larga como la liana de Tarzán/
estaba floja, y de repente se cayó y/
sus piernas se doblaron/
se partieron en 4 (lo "partieron en cuatro")./
Pero pudo reconstruirse con rapidez, y pudo seguir adelante/
dándole y dándole sin parar hasta el hartazgo/
de darle a la pobre Heidi, que sólo juntaba frutos/
tenía la costumbre de cansarse.

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El Marqués de Sade tiene varias anécdotas como por ejemplo, cuando/
fue al baño y al abrir la puerta,/
vio la "cosa" suelta.../
colgando por ahí, que se tambaleaba de un lado a otro y toda la/
grasa se colgaba de la panza que le tapaba el pingo,/
porque había comido mucha/
pizza de tal manera que se atragantó/
la leche era muy espesa.../
que le hizo tomar Milkshake de frutilla /
con mucha crema batida, más leche que azúcar y otros agregados de color rojo/
como granadina mezclada con/
azúcar y un poco de leche/
materna, de la teta la succionaba.../
que la dejó arrugaditaa, y achicharrada.