Pris en un almacén de ropa y accesorios eróticos está mirando unos conjuntos de cuero qué lo escoge, saliendo en abrigo abierto acompañado también por ligero negro con mini falda de cuero negra qué hace juego con un corsét sin mangas y con su cabello largo caído hacía atrás, camina de un extremo a otro en una acera donde hay otras prostitutas a la vista; entonces llega al bajar el vidrio de la puerta del pasajero delantero es un caballero en qué detiene el automóvil, Pris va hacia la ventanilla al doblarse y apoyarse con los brazos sonriendole le habla estás buscando diversión y a una buenisima prostituta para zacear tus instintos sexuales cómo fantasías eróticas cómo lujuriosas a solas y junto a una verdadera ejecutiva universitaria de mí calibre y calidad especialmente con este cuerpazo cuánto estás dispuesto a invertir cómo pagar por el tiempo conmigo. Bueno el hombre le dice bastante, al subirse Pris en qué salen de ahí, volteada de la cintura hacia la cabeza Pris en qué con su mano sosteniendo su mentón sonriendole le acaricia su pecho. El hombre le pide y ordena quitate el hilo dental cachetero igualmente abreme sus entrepiernas queda pensativa y preguntandoselo silenciosamente pero lo hace, al dejarse meterse la mano a lo largo y ancho en qué juega con su clitoris al ponerla muy agitada cómo muy enajenada también muy extasiada adicionalmente muy complacida por supuesto, muy incitada asimismo excitada finalizo gimiendo a más no poder por todos los coños asomados y consumada completamente al estár caliente por las caricias y manoseadas perpetradas por este hombre qué sigue manejando el automóvil donde recogió y está viajando en persona cómo en vivo y a todo color la mismisima y queridisima Pris.

Acostados yaciendo y follandola cómo entrandole a besarle hasta lamerle igualmente chuparle cómo morderle incluso mamarle las tetas y los senos el hombre encima de Pris, qué gime con muchas fuerzas cómo ganas también ánimos divina y emocionada la misma Pris en el asiento de atrás del mismo automóvil qué originalmente la recogió en aquella cera donde estaban presentes y deambulando otras prostitutas callejeras de la mala vida.

Caminando llegando y entrando a su hogar con el abrigo puesto y cerrado al preguntarle su esposo cómo llegas así y hace mucha calor qué haces abrigada tratando de irse a su habitación para cambiarse no puedo evitarlo al abrirselo y quitarselo en qué su esposo queda sorprendido por qué anda cómo una prostituta luciendo esas ropas queda mirandola atonito y pensando cómo imaginandose vainas cochinas qué hace Pris a sus espaldas cuándo está fuera de su casa, corriendo apurada al cerrar la puerta de su habitación al quitarse esa ropa y cambiarse para andar diferente qué no sospeche ni la descubra así sus hijos pequeños.