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Dulce venganza inesperada

La verdad, no sé cómo describir a esta mujer, ella es una madurita que al cual es la segunda en mi vida en follarmela.

Su nombre es Ana, tiene 30 años, güerita, unos pechos, trasero de infarto y un rostro que invita al deseo.

Todo empezó a principios de enero, al cual, para ser exactos día de reyes, ella es la maestra de mi hermano, casada y sin hijos, como en la ciudad hay gimnasios y ella va, conserva algo su figura, digo algo porque ella en cintura es ni tan llenita ni tan flaquita.

Como dije, es la maestra de mi hermano y por lo tanto fue invitada a esta reunión familiar.

Todos festejábamos, partimos rosca, mucha comida y cerveza, al cual ella como mis familiares, se embriagaron, ya más noche ella decidió ir a casa, debido a que ella vive al otro lado de la ciudad al cual mi padre, como su estado le impedía conducir me dio las llaves para llevar a la maestra a casa.

No negare que su forma de estar vestida me prendía, un vestido naranjado que le queda perfecto, marcando su cuerpo a lo grande, sus tacones de la misma tonalidad, de una forma extraña, la hacían relucir mejor su figura, y con ese rostro de ángel, daban ganas de clavarle la pija ahí mismo, le abría la puerta del coche, al cual al subirse, la falda se alzó un poco, wow, que piernas.

Tras estar conduciendo decidí hablar con ese bombón.

-no se molestara su esposo, si la ve de esa forma... ¿verdad maestra?-

-no, hace dos días nos separamos-

-y eso maestra... perdone mi intromisión, no quería pasarme de la raya-

-no, no pasa nada C.R. descuida, es que justo ese día lo cache teniendo relaciones con mi mejor amiga, tal vez lo perdonaría si fuera otra persona, pero... ¿mi mejor amiga?... eso es imperdonable-

Ella se puso a llorar y se arrepego a mi pecho, hooo vaya sensación de sentir al menos esos pechos en mi hombro, y mejor aún, ese olor tan juvenil que tiene, vaya, su olor tan dulce y confortante y sobre todo, su cabellera lisa, suave y sedoso.

-no llore maestra, si me permite decirle algo, usted es hermosa, nada más mírese al espejo, es encantadora-

-gracias por el halago, pero, dime Ana, además... ¿quién se fijaría en mí?... si soy ya bastante madura como para gustarle a alguien-

-mmmm bueno eso se puede arreglar... ¿qué le parece si vamos a un antro de la ciudad?... vea esto como un experimento, ya que así sabrá si está madura como dice o todavía esa juventud le ayuda a tener a cualquier hombre-

Ella dudo unos segundos, pero creo que por la cerveza en su cuerpo termino aceptando.

Ya llegando al antro más cercano, entramos y bueno nos pusimos a bailar, no sin antes decirles que al llegar con el guardia en la entrada, no le aparto la vista incluso, por su belleza, decidió que pasáramos rápido no sin antes pedirle su nombre y diciéndole un piropo, ella solo sonrojo.

Estando adentro, no tardo ni 5 minutos cuando unos jóvenes llegaron a la mesa, donde me decían y le decían lo hermosa que era, por lógica ella agradeció incluso acepto las bebidas que le invitaron y se pusieron a bailar.

Mientras ella bailaba, uno de ellos me pregunto.

-oye, esta buena la mujercita, dime... ¿es tu novia o nada de eso?-

-no para nada... ella es mi hermana-

-vaya amigo, esta buena tu hermana, con ese bombón, con gusto te digo cuñado-

Yo solo reí, mientras que ellos bailan y le decían cosas bonitas, así mismo bebían, yo solo me quede observándolos, en un descuido de ellos, escuche que intentarían embriagarme, para así descuidarme y follarse a la que creen que era mi hermana, por lógica me hice el despistado y cuando ofrecían alcohol yo solo les decía que no bebía, y así siguieron por un buen rato hasta que decidí que ya hora de retirarnos, al parecer Ana le quedo claro que si puede seducir a cualquier hombre, ya que coqueteaba con ellos a causa del alcohol, al salir tomamos el coche y me dispuse a llevarla a casa.

Ella solo reía e incluso me dio un beso en la mejilla diciéndome.

-te parezco guapa,-

-claro, desde luego muy pero muy atractiva-

Ella me empezó agarrar de las manos para llevarla a sus muslos, vaya suavidad, ella los guiaba mientras me susurraba al oído.

-tienes razón, tu ganas, ahora, quiero decirte algo... ¿te gusto?... ¿me deseas?-

Me besaba el cuello y yo les respondía que si.

Al llegar a su casa, ella se me lanzo como una fiera, mientras habría su puerta, no dejaba de sobarle sus nalgas ni sus pechos, ella gemía, ella me guio a su habitación al cual me lancé yo a ella tumbándola a la cama, le subí su vestido a la cintura y vaya, bárbara la condenada, tenía puesta una tanguita diminuta, vaya coño, depilado, empecé a comer su coño mientras se la quitaba su tanguita naranja, vaya juego de vestimenta, ella gemía.

-mmmm, haaa, mmmm, si, si, sigue, sigue así, mmmm, rico, dios que gusto-

Se retorcía de gusto, luego la senté y empecé a bajarle el cierre de su vestido al cual cayó al suelo, hoy vaya, que cuerpo, de manera delicada la guíe a mi, ella se sentó en mi pija y se sentó.

-mmmmmm, rico-

-ahora si nena, vamos Ana, mueve esa cintura, hazme gozar,-

Ella se empezó a mover de muy dedicada sensualidad su cintura, vaya sensación, parecía pintor, sentir cada rincón de su coño mojadito, ella se movía y se movía de manera que gozaba cada movimiento de su cintura.

-mmmm, es la gloria papiro, te gusta, dime te gusta-

-si mi amor, me encanta eres una diosa, demuestra mas de tu cavidad-

La acosté en la cama.

-mi turno-

Agarre ambas piernas y la empezó a penetrar, haciendo movimientos circulares, ella gozaba y me mirada con esos ojos llenos de lujuria y pasión, mientras yo la seguía penetrando, luego cambiamos de posición, solo una pierna en mi hombro, vaya suavidad, y esas mejillas encendidas de Ana, me llenaban mas de morbo.

-haaa, haaa, haaa, si así mi amor, si sabes cómo hacerme gozar, haaa, mmmm, haaa-

Luego la puse en la orilla de la cama, sus pies tocando el suelo y sus pechos en la cama, ambas manos las ate con su tanguita y la empezó a culear de golpe.

-haaaaaa, haaaaaa, duele, me duele, sacala, saca la, aaagg-

Yo estaba prendido, la seguía metiéndola sin contemplación, el choque de sus nalgas con mi cuerpo era maravillosos, y me prendía el sonido que provocaba aquella faena anal, ella gritaba, primero de dolor pero cambio de gusto.

-ha, ha, haaa, si, siiii, si bebe, trátame así, me he portado mal, educa a tu mujer.-

-no mamita, tu eres mi zorra, mi puta, toma, toma, por andar coqueteando con otros hombres, esto es y será siendo mío, te follare las veces que quiera-

Ella solo asentó con su cabeza mientras yo sequía penetrándola.

Luego le quite el amarre y la puse de 4 en la cama, y seguí cogiéndola, ella solo se dejaba hacer, vaya le gusta que la Domen la muy perra, ella gozaba de lo lindo, luego me acosté y ella empezó a cabalgar pero dándome la espalda, así veía las nalgas de Ana, ella se empezó a mover mas rápido.

-me corro cariño, me corro mi amor-

-vamos mi amor, sigue así, hooo vaya Ana, te amo-

-haaaaa, haaaa córrete en mi, córrete C.R-

Ambos terminamos al cual ella, se a como y empezó a mamarme mi pija, vaya con esa dedicatoria mi piña se puso a mil de nuevo, ella siguió mamando, hasta hacerme correr de nuevo, me fascino ver que se tragó toda mi leche incluso con su boca me limpio mi piña, al finalizar se acostó a mi lado.

-sabes amor, quiero repetir esto mas veces, con la ausencia de mi esposo, ya me hacía falta tener un poco de sexo pero tu, me hiciste sentir como niña en feria-

-claro Ana me gusta hacerte el amor,-

Luego les cuento como después Ana, la descubrí follandose a mi padre.

Datos del Relato
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