DULCE RUBITO 5
Rubito ha salido de la casa. Se ha dirigido hasta la avenida principal y el cruce con la calle malizia. Allí se ha detenido un auto. El auto del señor Bruno y lo está llevando hasta el caserón del barrio, al auto lo maneja el chofer Waly.
No sabe porque el viaje tranquilo y calmo lo lleva hasta años anteriores. Hasta su primo, hasta el campamento en donde perdió la virginidad.
Habían ido a la orilla del arroyo que distaba tal vez, cinco kilómetros de la casa de Rubito. El primo de Rubito cinco años mayor, forma atlética, jugador de futbol. Eran muy compañeros por aquellas épocas.
El atardecer de enero los sorprendió con una bandada de mosquitos y tuvieron que recurrir a meterse en el agua un buen rato, casi hasta el caer la noche. Luego salieron y prendieron unas ramas para alejar a los bichos molestos y una vez secos se untaron el cuerpo con un repelente para insectos.
Comieron algunos sándwiches y algo de fruta. El primo se tomo una cerveza y le convido, era la primera vez, nunca había tocado algo de alcohol. Le gusto. Rubito se tiro en la colchoneta que había traído y el cielo mostraba grandes estrellas en medio de aquella oscuridad reinante. Habían prendido el sol de noche que iluminaba los alrededores.
Rubito solo tenía puesto un shorcito muy corto que casi se le metía en el ojete. El primo de Rubito de ojos marrones profundos se había cambiado delante de el como tantas otras veces mostrando su desnudo cuerpo y su colgante pijota, sin vellos, depilada por completo.
Lucho, el primo se tiro al lado de Rubito. Apoyado en un codo, hablaban de cosas perdidas. La noche estaba calurosa. Lucho se sentía caliente. Le comento que su novia lo tenía abandonado, no sabía porque no quería coger con él.
__Te habrás mandado alguna de las tuyas primo…__ dijo Rubito
__No, si yo le soy fiel…
__Vamos, vamos primo…
__Soy un tipo muy caliente, no puedo evitarlo…no me gusta dejar pasar una…que se yo…
__Si ya lo sé…también se que le das a chicos, bah, a cualquiera que te de bola, le das sin miramientos…
__Eso es lo que crees de mi primito…
__Si Luchito, vamos…
__Tú me dices eso…__ dijo el primo acariciando los pezoncitos de Rubito que se irguieron de inmediato, enloquecidos.
__Ohh mira tus pechitos primito, se te ponen duros…te gustan mis caricias…__ esbozo el malicioso Lucho
__Bueno, creo que si…__ dijo ruborizado Rubito. Los dedos de Lucho recorrieron y pellizcaron los pezones lampiños del chico, del dulce Rubito.
No sabe o no se acuerda como de pronto Lucho se prendió a mamar sus pezones, recuerda el calor y la vibración que sintió con su cuerpo descolocado. No recuerda como apareció apretando la verga de su primo. Gorda, preciosa, potente.
La boca de Lucho estuvo en su boca y el la abrió y las lenguas se cruzaron sacando fuego. Las manos del primo sacaron el short, y buscaron el agujerito virgen de Rubito que gemía con su pija a mil.
__¿Quieres que me detenga?__ pregunta en un momento Lucho
__No, no sigamos, sigamos…__ respondió caliente Rubito sabiendo que aquello no tendría vuelta atrás. Miraba el cielo el chico y las estrellas bailaban allí arriba.
El primo acerco un dedo a la boca de Rubito y este lo chupo, lo lleno de saliva y luego el primo lo clavo en el cerradito ojete de Rubito que gemía brutalmente casi al borde del sollozo. Iba y venía con aquel dedo hasta sentir que ya podía meter otro y así lo hizo, abriendo un poco más aquella entrada cerrada.
Rubito no recuerda como se encontró con el pedazo de carne de su primo en la boca, chupando, mamando por vez primera una verga de macho con todo el olor, a pis, a pre semen, y sabia que de aquello no volvería hacia atrás, se haría adicto a las pijas, a los machos, desde esa primera vez, y para siempre.
La saliva lubricaba el machete de su primo, de allí paso a las bolas gordas, llenas de leche. El primo metía la lengua sin parar en el culito apretado de su primo, pero que poco a poco se iba abriendo más y más.
Todo era gemidos y suspiros. Caricias. La poronga de Lucho estaba cada vez mas inflamada. Ya Rubito estaba cada vez mas engolosinado con el pedazo de su primo, y las bolas, las metía en su boca como podía sabiendo que lo hacía gozar.
__Ahora, uhhh, que boca tienes, has aprendido muy rápido, ¿de verdad que nunca mamaste una verga?
__Claro es mi primera vez en todo…
__Bueno ahora ponte en cuatro patas, te la voy a meter ¿quieres?...__ pregunto Lucho
__Si primo, quiero que me cojas, como un buen macho que eres…__ así dijo Rubito y se coloco desnudo como estaba en cuatro patas, esperando que su primo lo hiciera suyo.
La poronga de lucho rozo las nalgas. Se metió suave, en la zanja de Rubito que gemía y se hamacaba hacia atrás, buscando que lo ensartaran.
Lucho escupió un poco mas su mano y la paso por el agujerito suplicante, expectante. Caliente, deseoso.
Apoyo el garrote en la entrada. Empujo un poco y Rubito se quejo. Empujo otro poco, y la resbaladiza cabeza de la espada se fue metiendo. Rubito se quejo más fuerte, pero contario al dolor busco tirar su cola hacia atrás. El túnel se iba abriendo, el dolor era agudo, atravesaba todo.
__¿Duele?__ pregunto Lucho, el primo de Rubito
__Siii duele…ay, ay, pero sigue, sigue…__ el primo de Rubito empujo un poco más y se detuvo, su vergota se inflaba apretada por el esfínter cerradito de su primito. Espero unos instantes apretando los pezones del zorrito de Rubito. Estaban erectos y parecían que largaban jugos del sudor que se acrecentaba. La luna redonda y bella los miraba desde arriba y al fin el pedazo de Lucho entro todo, hasta el fondo.
__Ya entro toda, la sientes, putita, quieres que te diga así…ehhh, quieres, ohhh que culito cerrado tienes primor…__ decía babosamente Lucho en tanto empezó a ir y venir por ese ojete que era suyo.
___Si, si llámame como quieras, ay ya casi no duele tanto, ahhh, siii, cógeme, cógeme…__ serruchaba. Empujaba, sentía que sus bolas golpeaban con las hermosas nalgas del chico que era su primo. Bombeaba apurando, sintiendo las hormigas que subían, su frente chorreaba sudor, su cuerpo atlético y desnudo chorreaba gotas de sudor salado. Caían sobre la espalda del dulce Rubito.
__Ahhh zorrita me vas a hacer acabar, me gusta mucho tu cola primito…ahhh
__Lléname el culo, lléname el culo con tu leche…ahhh…quiero tu leche…__ el primo Lucho se toma férreamente de las caderas de Rubito. Hunde su machete, clava las uñas en las carnes sedientas de Rubito. Sabe que se va a deslechar en el hoyito abierto por vez primera por él. Nunca olvidara esta noche de enero a la orilla del arroyo.
La catarata de leche inunda el ojete de Rubito por primera vez. Rubito sabe que desde ese momento siempre querrá que le llenen de leche el culito.
Cae Lucho sobre su primo. El pedazo aun escupe leche dentro del túnel. Muerde la nuca de su primo. Lame las orejas. Cuando saca la verga del ojete de su primo, Rubito se gira quedando cara arriba y Lucho no resiste meter su lengua en la boca del chico. Se besan ardientemente. La pijota de Lucho babea hacia un costado, en tanto la verga de Rubito permanece dura, goteando líquidos seminales.
En medio del beso volcánico, Lucho toma la verga de su primo y la sacude, lo pajea velozmente. La leche no tarda en salir. Los jóvenes quedan desnudos y pegados.
Al rato Lucho volverá a tomar posesión del culito de Rubito, lo cogerá de costado, tipo cucharita, lo que hace gozar sobre manera a Rubito que lloriquea hasta que acaba su primo otra vez llenándole el culito.
Toda la noche el primo de Rubito se lo cogerá de diversas maneras. Allí, esa noche, esa madrugada, aprenderá como hacer gozar a un macho. Con el primo Rubito vivirá momentos de placer interminables. Hasta que Lucho por motivos personales deberá partir del país y no se volverán a ver.
En eso el auto se detiene, han llegado al caserón del señor Bruno.-