Toda la perrada al recibir las órdenes dadas por su Ama y con la amenaza que si regresaban sin la mercancía se les aplicaría un severo castigo, las perras tuvieron que hacer su máximo esfuerzo y mejor desempeño con tal de no ser reprendidas. Las perras decidieron que para evitar se cumpliera la amenaza de ser severamente castigadas, a cada casa de sus amigas y familiares en la que se presentaran pondrían cara de perro hambriento o de perro regañado, de esa manera causarían lástima y así poder cumplir su encomienda.

Las primeras casas visitadas fueron de familiares, situación que el Ama sabía perfectamente les iba a costar trabajo convencer y por lo mismo tendrían que suplicar más de lo normal obligándolas a estarse humillando. Sus familiares no podían creer lo que su familia estaba no pidiendo, sino que llegaron suplicando, explicándoles que si no cumplían esa tarea a su regreso les esperaba un buen castigo. Sus familiares con tal de no verlas sufrir terminaron bajando la cabeza aceptando unirse al grupo de esclavas.

Esto se realizó en cada casa de sus familiares hasta conseguir la rendición de todas a los pies de su Ama. En las casas de algunas amigas fue más sencillo, ya que sin querer algunas coincidieron ser sumisas pero que aún no se habían animado a salir del closet por pena a ser criticadas, sin embargo al ser solicitadas por amigas de ellas que se habían convertido en esclavas, les fue más fácil aceptar la propuesta para ser sumisas.

Sus amigas les dijeron que no hacía falta empacar nada, ya que en el reino se debía estar 100% desnudas y cuando las conducían a los domicilios por limpiar, lo hacían en camionetas polarizadas al 100%, por lo que no se notaba que estaban desnudas en la calle. Sus amigas y familiares entendieron la manera en que su futura Ama las manejaba, así que ni se preocuparon de llevar nada.

Al llegar al reino, las esclavas llevaron ante su Ama a las nuevas reclutas, se arrodillaron, besaron sus pies y mirando al piso dijeron, “aquí le trajimos lo que nos ordenó” las nuevas reclutas estaban impresionadas de lo bien adiestradas que tenía a esas chicas siendo perras.

Una de las integrantes de la familia al ver a su sobrina le saludó diciendo “HOLA HIJA”. Su sobrina se acercó y le dio semejante bofetón que hasta la mano le quedó impresa en la cara de su tía para después decirle con voz de mando Aquí no se saluda diciendo “HOLA HIJA” aquí se arrodillan, besan mis pies y me saludan diciéndome “BUENOS DÍAS AMA, ESTOY A SUS PIES”, ¿A quedado claro?, su tía dijo sorprendida “muy claro Ama, disculpe el atrevimiento”.

El Ama dijo “Ahora que han sido testigos de quien es aquí la máxima autoridad y cómo se debe saludar y tratar a su diosa ¿tienen alguna pregunta?”, todas con miedo de recibir un bofetón igual o peor solo se arrodillaron y con voy poco audible respondieron “ninguna duda Ama, todo está perfectamente entendido que aquí todo es con supremacía, respeto y eficiencia”

Una vez que dejó bien claro quién es la que dispone y da las ordenes en el reino, todas y cada una de las recién llegadas esclavas se postraron a los pies de la todo poderosa Ama, y mientras se les mantuvo en esa postura se les explicó a detalle todas y cada una de sus obligaciones teniéndolas que cumplir cabalmente, si es que no deseaban llevar la marca del Ama impresa por algún utensilio usado en prácticas BDSM. Una vez plantada y germinada la semilla del miedo, las esclavas no pusieron objeción alguna en ir cumpliendo las ordenes que iban recibiendo, al contrario ellas mismas eran las que se ofrecían voluntariamente, ya que al ver que si a su familia las trataba como basura, pues entonces con ellas no se tocaría el corazón a la hora de castigarlas. Esa noche como de costumbre las mini perritas durmieron a los pies de su Ama.

Esa noche el Ama al irse a dormir tuvo una idea la cual le excitó tanto que estando durmiendo le vino un orgasmo de tal magnitud que tuvo que despertar a sus mini perritas para que le limpiaran por completo su panocha para así poder seguir descansando, un vez que terminaron las mini esclavas agradecieron a su Ama por ese regalo tan preciado que les había dado tan espontáneamente.

Al día siguiente el Ama se dirigió hacia la computadora para anunciar en su cuenta de Facebook que tenía esclavas domesticas que podían ser exportadas a distintos países, obviamente con la previa firma del contrato donde las clientas se comprometerían aceptarían llevarse a la perra a condición de proporcionar su número de cuenta bancaria para que mes tras mes se les hiciera el cargo automático correspondiente para cubrir el monto contratado en la renta del servicio en base al número de perras obtenidas.

Ya que el Ama tenía reputación de siempre entregar la mejor mercancía, no pasaría mucho tiempo para que su Facebook empezara a recibir peticiones de esas nuevas perras domésticas que tenía para exportación. En un plazo no mayor de dos horas ya tenía más de veinte solicitudes con el contrato enviado y siendo devuelto electrónicamente firmado con sus respectivos números de cuenta.

El Ama tuvo tanto éxito en su idea de exportación de perras que empezó a cobrar millones de euros al mes por cada perra rentada. El negocio crecía así como la cantidad de perras que estaban a los pies del Ama siendo explotadas. La fama y el prestigio de los negocios del Ama conquistaron fronteras a nivel mundial. La perra que en algún momento tuvo como hermana creció y por ende su madre también, misma que con su ya avanzada edad solo estaba esperando recibir el campanazo final que la llevaría a la eternidad. El harem con el paso del tiempo fue cambiando al ir muriendo poco a poco las perras originales, mismas que fueron siendo reemplazadas por nueva mercancía, el Ama murió pero su hermana continuo su vida siendo perra ya que nunca supo ser de otra manera desde chica