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Dos hermanas y una trampa

Paola se dirigía lentamente a la casa de su hermana Mónica, era un largo trayecto, alrededor de tres kilómetros en linea recta sobre el camino principal de aquel pequeño pueblo alejado de la ciudad.

Era verano y hacía muchísimo calor, nadie podría sorprenderse por la ligereza de ropa que llevaba, apenas una blusa blanca que dejaba entrever el pequeño sostén rosa, una pollera beige muy corta que permitía apreciar sus bellas piernas e imaginar sus prietos muslos y tenis blancos que hacían juego con su blusa.

De diecinueve años recién cumplidos, 1.65 cm de altura, pelo lacio, oscuro y corto, en forma de melena, que rozaba sus hombros, cuerpo menudo y delgado, con pequeños senos de quinceañera, ojos color marrón y una boca carnosa que armonizaba su juvenil rostro.

Hacía tres días que no veía a su hermana, que tenía la misma edad que ella, pues eran mellizas, quizás esta última un poco más rellena que Paola, pero ambas eran muy parecidas.

Faltaban dos kilómetros para llegar y estaba exhausta, era mucho el calor y aún quedaban como dos horas para que anocheciera.

En ese instante un auto rojo pasa junto a ella y aminora la marcha, cuando pasa junto a él recibe un bocinazo.

Intrigada, se frena mientras la ventanilla se abre, y esboza un saludo al comprobar quien es el conductor.

-Hola, Paola!
-Hola Andrés! -respondió la chica, dirigiéndose al muchacho, que conocía muy bien pues era amigo de Carlos, esposo de su hermana.
-A dónde te diriges con este calor? Te vas a cocinar!
-Voy a lo de Moni, me invitó a su casa.
-Vamos te llevo -dijo Andrés, y abrió la puerta del lado del acompañante.
-No te preocupes, caminaré, gracias -rechazó Paola.

Luego de mucho insistir, terminó aceptando la invitación y subió al coche, no quería hacerlo pues sabía que el chico estaba tras de ella desde hacía tiempo, y ya no sabía como hacer para explicarle que no quería nada con él.

Andrés puso en marcha el vehículo y aceleró, eso complació a Paola pues en unos minutos estarían en la casa de su hermana y no tendría que aguantar las insistentes invitaciones del muchacho.

Pero casi al llegar al destino el chico aceleró el coche, Paola lo miró sin entender y al pasar frente a la casa de su hermana gritó:
-Es aquí! Frena!
-No -fué la única respuesta que tuvo.
Paola se arrepintió de haber aceptado, sabía que esto pasaría, Andrés aún no había comprendido que ella no quería nada con él, bueno, era la última vez que intentaría explicárselo, así que respiró hondo y comenzó a decir.
-Mira.
-Silencio, no quiero oír nada -interrumpió secamente el chico.
-Si crees que. -continuó Paola.

-Silencio dije! -gritó le muchacho, con un énfasis que Paola decidió no decir más nada hasta que las cosas se hayan calmado.

Andrés giró el volante y el coche tomó por un camino baldío, que desembocaba en un monte lleno de pinos, se adentró en él y estacionó el auto.

Acto seguido, intentó besarla, ella volteó su cara y los labios del muchacho tocaron su oreja, la que lamió con su lengua con un gesto obsceno.

La chica se enojo y comenzó a insultar a Andrés, le gritaba que no iba a salir con él, que no le gustaba en absoluto, que la llevara a la casa de su hermana inmediatamente.

La mano izquierda del chico tomó la blusa de Paola y la tiró con tanta fuerza que la tela se desgarró en el área del cuello, permitiendo ver el pequeño sostén que llevaba.

-Estás loco? -gritó la joven, pero la vista de los pequeños senos escondidos bajo el sujetador había nublado la mente del muchacho, que se arrojó sobre ella, aplastándola con todo su peso.

Gritó, pero fue en vano, la mano derecha de Andrés se había introducido debajo de la pollera y apretaba su muslo con fuerza, mientras la izquierda se metió bajo la desgarrada blusa y manoseaba sus senos descaradamente.

Sintió la lengua del tipo sobre su cara y gritó nuevamente, con sus pequeñas manos intentó apartar el cuerpo de él pero era imposible, medía muchos centímetros más que ella y sus brazos eran musculosos y fuertes.

El joven continuó con su cometido y apretó un seno con fuerza, con tanta fuerza que Paola gritó de dolor y su boca pareció desencajarse, acto que aprovechó Andrés para meter su lengua dentro de la de ella.

Asqueada, araño la mejilla izquierda de éste y el joven lanzó un aullido, la miró con rabia y le aplicó un cachetazo que le dio vuelta la cara.
La chica comenzó a llorar, por el dolor del golpe pero más aún porque estaba presintiendo lo que se avecinaba, le suplicó que la dejara, rogó porque le permitiera bajarse del coche.

Andrés pareció reaccionar,, se apartó de ella y salió del coche, se alejó unos pasos y contempló un árbol mientras pensaba que hacer, Paola se quedó dentro del auto y se acomodó las ropas lo mejor que pudo, su mejilla le ardía por el golpe y se contempló en el espejo retrovisor temiendo que tuviera algún moretón, pero solo estaba muy roja.

El chico entró al auto y ella no emitió palabra, creyendo que todo había terminado, pero no fue así, arremetió nuevamente contra ella, con más violencia que antes, de un tirón termino por desgarrar la blusa y sin detenerse le arrancó el sostén, los blancos senos aparecieron a la vista, rematados por dos hermosos pezones como cerezas.

La pollera también voló y Andrés tocó la parte íntima sobre la suave tanga, del mismo color que el sostén, la infortunada chica apretó los muslos con fuerza intentando evitar el contacto con su intimidad, pero la mano ya estaba allí y un dedo frotó fuertemente su clítoris, provocándole un fuerte dolor.
Un camión pasó cerca de allí y la chica pidió ayuda con todas sus fuerzas, para callarla el tipo le encajó un puñetazo bajo el abdomen que la dobló y le hizo abrir su boca buscando aire desesperadamente.
Las lágrimas recorrieron sus mejillas, ya era incapaz de reaccionar por el miedo a recibir mas golpes y Andrés le quitó la prenda interior, su entrepierna llena de enrulados vellos apareció frente a él y hacia allí guió su mano.

-P-por favor! No! -gritó ella.
-Vamos, sabes que te gusta -respondió- hace tiempo que vienes rechazándome, pero ya no más.
-No! Déjame. Déjame!
El chico tomó el brazo de la joven y se lo torció hacia atrás dolorosamente, Paola nuevamente gritó.
-Quiero que me pidas que te coja, ruega que te la meta, vamos!
Paola no quiso hacerlo, pero Andrés dobló aún más su brazo y el dolor se hizo insoportable, no le quedó más remedio que aceptar.
-Ha-hazmelo. -dijo, apenas sin voz.
-Cómo? -preguntó el joven mientras doblaba más su mano.
-Ah! Hazmelo! Hazme el amor!
-El amor? ja! que niña tan tierna, yo no quiero hacerte el amor, quiero cojerte! suplica que te coja!
-Co-cojeme! ya no me lastimes más, por favor!
Andrés se colo entre sus piernas, con su miembro erecto, bien preparado para lo que se avecinaba y la penetró sin más, provocándole un gran dolor.
-Ah! Ah! depacio! despacio! me lastimas!
Pero el muchacho la penetró con fuerza, bombeando con intensidad mientras con ambas manos tomó las nalgas de la chica que girtaba a cada frenético empellón,que se volvieron más fuertes en los instantes finales del acto.
Temiendo que eyaculara dentro de ella, la chica grito:
-Ah! No! Sácala! adentro no, por Dios! Ahh!
-Uh! Si, recibirás toda mi leche dentro de tu apretada concha!
-No! Sácala!
-Uh uh uh. entonces chupamela y recibe toda mi leche en tu boca.
-No. ah! eso no.
-Entonces toda adentro. uh uh uh uh.
-E-Esta bien. ah! Lo haré! Lo haré!

El chico se detuvo y sacó su miembro de ella, y lo acercó a su bella cara, ella intentó evitarlo, pero él le recordó entonces que acabaría dentro de ella y la embarazaría, así que decidió aceptar, estirando tímidamente su lengua.
Andrés tomó su cabeza con ambas manos e introdujo su pene hasta el fondo, logrando casi que vomite, estuvo como cinco minutos así, sacando e introduciendo su pene de la boca.

-Ahora dame tu mano y hazme una buena paja.

Paola tomó su pene con ambas manos y lo comenzó a mover de arriba abajo, prefería eso a tener que tragar el semen de aquel tipo, lloraba de indignación, furia y dolor, pero quería salir cuanto antes de allí así que se esforzó en hacer que el tipo acabe.

Andrés finalmente eyaculó, lo hizo sobre el rostro de Paola y parte de su cuello, el semen caliente, resbalo y llegó hasta sus senos, esto produjo un asco indescriptible en la muchacha, que se sintió aliviada creyendo que todo había terminado, pero no fue así, aún quedaba mucho más.

La noche llegó y Paola había sufrido todo tipo de vejaciones y humillaciones, la más asquerosa cuando acabó en su boca y sintió el espeso esperma en su garganta que le produjeron fuertes arcadas, la más dolorosa cuando penetró su virgen ano, que le hizo gritar desgarradoramente de dolor, la más avergonzante fue cuando la obligó a hacer el 69, porque a pesar del dolor y frustración que sentía el contacto de la lengua húmeda en su vagina le produjo extrañas sensaciones que nunca había sentido.

Luego de eso, Andrés encendió el auto y emprendió el regreso al pueblo, mientras la chica sollozaba desconsoladamente, pensando en como iba a explicar a su familia lo que le había ocurrido.

Llegaron a la casa de Mónica y Paola se extrañó de que el joven apagó el coche y amagó a bajarse, temiendo que quisiera abusar también de su hermana comenzó a pedir ayuda a gritos, pero Andrés la golpeó y le hizo perder el conocimiento.
Al despertar sintió un profundo dolor de cabeza, todo le daba vueltas y cuando consiguió enfocar su vista deseó no haberlo hecho.

Estaba tendida sobre la cama de su hermana y una persona la manoseaba descaradamente, intentó gritar pero estaba amordazada, buscó a su hermana en la habitación y la encontró tendida en el suelo, también desnuda, amordazada y atada, siendo manoseada por. Andrés?

Entonces observó intrigada para descubrir quien la estaba manoseando a ella, su sorpresa fue mayor al ver que era su cuñado Carlos quien la tocaba, le miró con ojos muy abiertos, como intentando preguntarle qué significaba aquello.

-Sorprendida eh? no te imaginabas que tu cuñadito te deseaba con tantas ansias. -le dijo mientras sus manos acariciaban sus suaves piernas.

La chica quiso gritarle, increparle por lo que hacía, pero un grito la hizo volverse, era su hermana y al verla comprendió porque.

Andrés hurgaba con sus dedos violentamente en el culo de su hermana, la cara d eMónica estaba completamente colorada, quiso ayudar pero no tenía forma de soltarse pues estaba atada a la cama.

-No sabes cuanto te desee. no esperemos más -dijo Carlos- quiero cogerte- mientras sus manos subían, recorriendo todo el indefenso cuerpo de Paola.
Soltó las amarras de la cama, pero no las de su muñeca, no quería arriesgarse, Paola forcejeo pero nada pudo hacer, Carlos se sentó en la cama y la tomó de la cintura, acercando sus caderas a su entrepierna. la víctima intentó resistir, su cuñado, el esposo de su hermana quería violarla.

La penetró por atrás, desgarrándola nuevamente, Paola se sacudía con fuerza intentando liberarse del dolor que provocaban en su ano pero lo único que lograba era excitar a su violador aún más con esos sacudones, cerró los ojos, intentando pensar en otra cosa hasta que todo pasara, el dolor era insoportable y de pronto comenzó a sentir esa extraña sensación en su vagina. sabía lo que era. alguien se la estaba lamiendo. como la vez anterior.

Estaba segura de que Andrés le estaba pasando su lengua nuevamente y apretó aún más los ojos, pero se estaba excitando nuevamente y lágrimas de vergüenza afloraron en sus ojos, había conocido algo que la volvía loca y no pudo evitar lanzar un gemido.

-Ah! te gusta zorra eh? -escuchó la voz de Andrés.

Algo no andaba bien, oyó al chico pero sentía que la estaba lamiendo, pero cómo era posible si estaba utilizando su lengua en ella? Entonces abrió los ojos.
Andrés estaba en la cama, tal como ella pensaba, pero no tan cerca de ella, demoró un segundo en comprender la situación, entonces se percató de que el tomaba a su hermana Mónica de las nalgas mientras la penetraba en cuatro patas, y la cabeza de su hermana estaba en su.

Mientras comprendía, un segundo temblor la sacudió.

-Sí -susurró Carlos a su oído- por qué crees que te invitó? tu hermanita estaba deseosa de ti. tanto como yo.

Y mientras Paola observaba a Mónica, está la miró a los ojos sonriente mientras su lengua jugaba con el clítoris de su hermana, la chica no resistió más y su cuerpo se convulsionó en un orgasmo de placer.
Datos del Relato
  • Autor: xanti
  • Código: 26145
  • Fecha: 13-09-2012
  • Categoría: No Consentido
  • Media: 6.13
  • Votos: 32
  • Envios: 2
  • Lecturas: 9433
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Comentarios


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3 comentarios. Página 1 de 1
lobo_calientee27
lobo_calientee27 07-02-2014 19:39:12

un excitante relato muy bueno, ojala hagas una continuación

anonimo
invitado-anonimo 16-09-2013 05:07:25

Eso es real o ficción. Me sorprende que la hermana estuviera de acuerdo

BIGCARAMELO
invitado-BIGCARAMELO 13-07-2013 00:00:00

Bueno che, bastante bueno y con morbo, pero ojo eh.. podría desarrollarse más aún.-

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